Cuerdas
Todo lo que me temía sucedió. Al día siguiente me levanté con 2 mensajes de Gemma, tenía 2 clientes para hoy y no podía creerlo. Preparé un pequeño bulto con lubricantes, condones y demás. La primera clienta era Anastasia de 30 años que me recogería en "The Florida Mall". Al no tener opción no me habían dado detalles solo nombre y edad. Estando allí veo a una mujer completamente guapa llegar en una Land Rover blanca, baja el cristal.
-¿Rafael? móntate- y me llevó a su lujoso apartamento.
Dentro del apartamento veo esposas y un montón de juegues sexuales que nunca había visto.
-Según tengo entendido eres nuevo en esto y no sabes lo caliente que me pone eso, no conseguirás muchas mujeres como yo, te aseguro que no podrás olvidarme yo...yo soy una dominatrix y hoy serás mi sumiso-. Casi me cago en mis pantalones cuando me dijo eso, sería una experiencia completamente nueva para mí y no sabía qué hacer.
Se acercó hacia mí y empezó a desvestirme. La habitación estaba llena de incienso y olía muy bien, me dejó solo en bóxer y ya yo lo tenía bien duro por esta nueva experiencia.
-Veo que estás muy emocionado y eso que aun no empezamos-.
Me vendó los ojos y me llevó hacia la cama, donde comenzó a atarme en cuerdas y no podía casi moverme; empezó a lamer todo mi cuerpo, mis tetillas, algo que hizo que yo me excitara demasiado y sentí como salía el líquido pre seminal, el cual ella lamió y probo dándome sexo oral mientras apretaba mis testículos muy fuerte causándome un dolor mezclado con placer.
Luego me puso una especia de pinzas en mis tetillas, se sentó sobre mi pene y empezó a montarme como una puta. Ella no hacía casi ruido yo era el que llenaba la habitación con mis gemidos, ella tenia su vagina completamente húmeda y dilatada. Se levanto y comenzó a chuparme el pene y cuando siento que se encontraba tocando mi ano con sus dedos y uñas largas, rápido me puse trinco, ella lo notó y no volvió a tocarme. Ambos terminamos encima del otro y nos vinimos. Comenzó a desatarme y me quitó la banda de los ojos.
-Te felicito, fuiste de los mejores sumisos que he tenido, espero que te haya gustado todo-. Me dijo.
-Nunca había sentido algo así-.
Ella sonrió, yo tenía las marcas de las cuerdas por todo mi cuerpo. Contrario a la vieja puta me llevo a almorzar a uno restaurante hermoso y hablamos más sobre nosotros. Llegué a conocerla más, le conté todo sobre mí y ella me contó que no se había casado porque muchos hombres no toleraban que una mujer fuera la que dominara en el sexo. Había heredado un conglomerado de abogados, era la directora del bufete Brown que resultaba que era la competencia directa al bufete de mi familia. No podía creerlo me puse muy nervioso pensando que podría reconocerme, había pasado un buen momento con ella y ella conmigo, pero debía irme para mi segunda clienta. Me despedí de ella y le dije que me encantaría volver a verla.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro