En el camino iba analizando la situación, pero la verdad era que a ninguno de los dos nos convendría que supieran lo de nosotros, así que no me preocupe. Esta vez fue Christian quien me vio bajar de un auto lujoso fui hacia donde él y lo saludé, fuimos a la cafetería de la universidad y me dispuse a contarle todo.

-Realmente me gusta mucho Anastasia, es muy diferente a las demás que me han tocado y paga muy bien, pero ella conoce completamente mi identidad y mi familia-.

- De verdad que me alegro mucho de que te sientas así, pero recuerda que ella es otra clienta, nada más, debes tener cuidado que no vaya a contar todo.

Mientras hablábamos llegó Emily con su pareja, que lo había conocido en una de las clases. Nos encontrábamos muy feliz por ella y los cuatro salimos a comer a McDonald. Me hacía falta comida chatarra y dejar de comer tanta comida fina.

Pasaban los días y Gemma me enviaba clientas y a veces clientes, pero de 5 solicitudes 3 eran de Anastasia y yo contestaba feliz. Siempre era algo nuevo con ella en ese cuarto sexual y con el tiempo, las citas no eran solo para sexo, sino para charlar y salir. Había mantenido su promesa y no le había dicho nada mi familia. Con el tiempo Gemma se dio cuenta y las cosas cambiaron.

Realmente ya yo había establecido una base de clientes y ya no la necesitaba, estaba económicamente estable y casi siempre Anastasia me contrataba. Entonces Gemma tomó sus medidas.

Caminando hacia un encuentro con Anastasia, Gemma me interceptó y me montó en una camioneta.

-Ay Rafael, jamás pensé que llegaría a esto, pensé que serias fiel, que respetarías la línea de mando y la rompiste. Empezaste a trabajar por tu cuenta y eso está mal, muy mal.

-¡Vete al carajo maldita puta!. Mira, te agradezco que me hayas tendido la mano cuando mas lo necesitaba, pero de eso a controlarme completamente, no te lo voy a permitir. Ya no me siento a gusto contigo y no te necesito.

Al decirle eso, el hombre que la acompañaba comenzó a golpearme, y yo no podía defenderme. Casi inconsciente me arrojaron en la calle cerca de la universidad, la gente pasaba y se me quedaba mirando, pero nadie se acercó, hasta que llegaron ellos. Christian apareció y por otro lado, a lo lejos, vi esa camioneta que me había hecho descubrir tantas cosas. Una Land Rover blanca...era el chofer de Anastasia que había quedado en recogerme, ambos me ayudaron en montarme y todo se fue negro.