Él tenía los ojos aguados, no podía creer lo que yo le había dicho

-Rafa tu no estarás jugando conmigo ¿verdad?

-Jamás haría eso.

Tiré los papeles al piso para acercarme a besarlo y abrazarlo fuerte como nunca, sobaba todo su cuerpo, pero nos interrumpió alguien que tocaba la puerta del apartamento. Era nuestra amiga Emily que venía a despedirse de nosotros ya que había solicitado transferencia hacia Los Ángeles con su pareja. Nuestra amiga se nos iba y fueron muchas emociones despedirla, pero sabía que sería feliz con su pareja. Siempre me quedé con la duda de como reaccionaría a mi complicada historia y la de Christian. Hablamos los tres durante toda la noche y nos sacamos varias fotos hasta que se fue.

Al otro día era tiempo de aceptar o denegar lo que me había propuesto Anastasia, Christian me acompañó hacia su casa y ella nos recibió en su despacho donde le hablé claro.

-Esta oferta es inigualable pero la única condición para aceptar es que Christian nos acompañe en esta aventura, Christian sería mi mano derecha en el área de publicidad del bufete, al igual que de nuestra relación, solo nosotros tres. No más clientes para nosotros ni como prostitutos para ti, Anastasia. Realmente quiero esto, Christian está de acuerdo y me dolería mucho que tú no ¿Qué dices?

Estaba seguro de que por su forma de ser, ningún hombre le había hablado así, que ella siempre era la que dominaba, pero sin Christian no haría nada. Ella se acercó hacia nosotros con una cara seria y extendió su mano.

-Bienvenidos al Bufete de abogados Brown.

Al escuchar esas palabras sentí un alivio enorme. Se acercó hacia nosotros y nos besamos los tres mutuamente, sentí un éxtasis en ese momento.

Desde ese momento nuestra relación comenzó. Con Christian comenzamos a trabajar en el bufete donde creamos una gran campaña de publicidad llevando al bufete a lo más alto, también continuábamos estudiando con lo que nos apasionaba en la universidad. No pasó mucho tiempo para que mi hermana se uniera a nosotros y comenzara como abogada dejando a nuestros horribles padres por su cuenta. Realmente nada podía estar mejor, no podía creer todo lo que había vivido en mi primer semestre de universidad, mi primer semestre en Florida.

Ya mañana se despedía el año y los tres teníamos una gran celebración planeada.