Prólogo
Carter
No hubo un punto y final, ni siquiera un punto que definiera el momento en que todo cambió. De un momento a otro, fue como si alguien hubiese decidido cambiar de página sin mi autorización.
Y cortarme uno a uno los dedos con los dientes hubiera sido menos doloroso que observar como todo lo que conocía se hacía añicos.
Quise reparar los errores abrazando los escombros para que la estructura se mantuviera firme, pero la catástrofe era evidente. Ni siquiera el sacrificio más grande hubiera sido capaz de remediarlo, y por mucho que me hiriera, me eché a un lado y me catapulté con los cimientos.
—¡Tú canción será parte de la banda sonora de una película, Carter! ¡¿Te das cuenta de lo grandioso que es?!
Pero ese es el problema de no poner a otros por encima de ti, tus méritos no saben a gloria, ni siquiera son capaces de saborearse, porque te has acostumbrado a probar otros sazones que hasta te avergüenza aceptar que el tuyo también es bueno.
—Gracias por hacerlo posible, Maika —acepto, con una pequeña sonrisa. Mentiría si no dijera que la emoción me cala la piel cuando recuerdo que lo he conseguido.
Aunque la culpa no deja de empujarme para que recuerde que no debería celebrar si las personas que me importan la están pasando mal.
—También te mereces estar bajo el reflector —acota, mientras me da un empujón—. No puedes pasarte la vida aplaudiendo las actuaciones de otros, cuando tú también tienes un papel en la obra.
—No se siente justo hacerlo, si los otros participantes cayeron del escenario.
—Pero no puedes caerte a su lado, cuando ni siquiera te has dado el lujo de subir a la tarima, mucho menos de ponerte debajo para que su golpe sea menos doloroso —defiende y yo le doy otro trago a mi cerveza—. Dash quiso aceptar la culpa de todo, y si bien las cosas no se dieron de esa forma, no puedes pasarte la vida protegiéndolo
—No se trata solo de protección —contraataco, con una mano dentro del cabello—. Dash asumió que él me manipuló para entregarle las canciones y nunca fue así, yo se las di sin que siquiera lo propusiera, y eso es algo de lo que nadie debería hablar.
Maika le da otro trago a su botella como si no tuviera como reponer a mis palabras. Sé lo que debe estar pasando por su cabeza, que estoy culpando a Jules de todo esto, pero no es así. Aunque quisiera señalar un culpable, jamás pondría mis ojos sobre ella de esa manera.
Aún cuando la situación haga que todos la señalen. Y que yo en algún punto también lo hice.
Si bien no puedo negar que mi enfado con ella aumentó después de la decisión de Dash, sería estúpido decir que su arrebato es el culpable de todos mis males. No puedo siquiera tomarlo como una excusa cuando mi corazón la ama de una forma inexplicable. Y no es solo el amor, lo que me hace saber que no es su culpa, sino que también lo son las situaciones que la obligaron a actuar de esa forma tan impulsiva.
Las pruebas estaban allí, incluso yo hubiera creído que se trataba de una traición, de no saber que la forma en que “Afrodita” llegó a manos de Dash fue un mal entendido de muy malas intenciones. Aún no me quedaba claro como es que eso había pasado cuando yo nunca le mostré esa canción a nadie.
Por un momento culpé a Brandon, pero no podía señalarlo sin prueba alguna. Aunque la duda estaba ahí.
Él haría lo que fuera con tal de ver a Julieta triunfar.
—Unos amigos me han invitado a Zafiro esta noche, ¿te apunto en el plan?
Enarco una ceja en respuesta, antes de darle un trago a mi Coca cola y negar.
—No me gustan esos lugares, lo sabes —recuerdo, aunque también debería agregar que sus planes nunca son de mis favoritos—. Además, le prometí a mamá volver para cenar.
—Pero si la propuesta viniera de Ginger, ni siquiera lo pensarías —acusa y me es inevitable lanzar una risa—. Sé que existen preferencias.
—También le diría que no —Intento aguantarme la risa, mientras vuelvo a darle un último sorbo a mi refresco, pero su sobreactuación y el puchero en sus labios me hacen lanzar una gran carcajada que provoca que termine por ahogarme y toser mientras sigo riendo.
Unas gotas de Coca se me escapan de los labios, así que las limpio de inmediato con el dorso de mi mano, sin poder detener mi risa, mientras Maika trata de seguirse haciendo el digno, hasta que se rinde para reír a mi lado.
—Solo quiero aclarar que tú te lo pierdes —interviene, antes de guiñarme un ojo. Asiento mientras me recompongo.
—Es un riesgo que voy a correr, Maika —Observo la hora en mi celular, antes de levantarme—. Debo irme, la lluvia ha descendido un poco.
Ambos observamos las gotas aún cayendo a través de la ventana de su habitación. Boston últimamente está más lluvioso que de costumbre y mi mejor amigo no disimula su decepción, venía a divertirse unos días, pero a penas ha salido de casa de sus padres a la mía y la de Ginger. Esta es la primera noche que el clima parece querer estar a su favor.
Me acompaña hasta la puerta y de ahí en adelante, troto hasta mi auto, intentando esquivar las gotas de lluvia. Una vez dentro, lo primero que hago es encender la calefacción y un segundo después, la radio, en donde, irónicamente, suena una canción de Jules.
Sonrío mientras me deleito de su voz, explotando en cada nota y llevándome a un limbo de emociones que solo una interpretación suya es capaz de causar en mi interior.
Y ojalá este sentimiento se apagará
Ojalá mañana olvide tu mirada de primavera
Ojalá toda nuestra historia se la llevara la marea
Pero me basta cerrar un segundo los ojos y sentir tu presencia
Toda nuestra historia se repite como una vieja película
Mi película favorita.
Y no eres más mío. No hay más tú y yo.
Ni siquiera estoy segura de si un día lo hubo o solo lo imaginé
Solo sé que el tiempo sigue pasando y yo te sigo llevando,
Te guardo como un tesoro en el fondo de mi corazón.
El sonido de una bocina a mi costado me hace volver a la realidad y niego por ser tan irresponsable al conducir, mientras presiono el volante con fuerza hasta sentir los nudillos de mi mano izquierda tornarse blancos, mientras con mi otra mano, aprovecho la pausa para revolverme el cabello en busca de concentración.
Trato de recuperarme, pero con su maravillosa voz de fondo, el deseo por saber de ella, vuelve a calar dentro de mi sistema. No debería hacerlo. No debería buscarla cuando sé como terminó todo, pero su voz en el estribillo consigue que mi corazón acelere sus latidos y una sonrisa de satisfacción eleve las comisuras de mis labios.
Pero entonces, entre el deseo y la indecisión todo se vuelve blanco, todo se detiene y se acelera al mismo tiempo.
Aún escucho su voz, pero también el golpe seco del metal contra el asfalto. Aún reconozco los últimos acordes de la melodía, pero también el rechinar de las llantas mientras intento frenar.
~~~~~❤️❤️~~~~~
Dios mío. ¿Es un sueño? ¿Una alucinación?
¡No! Después de un pequeño descanso (cof cof) ¡He vuelto!
Así como lo leen. Julieta, Carter, Dasher y el resto de formidables personajes está de vuelta y está vez para quedarse.
No saben lo mucho que yo también extrañé esto, pero no quise volver hasta no estar segura que no iba a dejar la historia a medias.
Así que, aquí vamooooos. Está a va estar intenso 🤭🔥
¿Qué opinan del prólogo?
¿Qué creen que vaya a pasar?
Apuestas, dejen sus apuestas
Nos leemos mañana para el primer capítulo y luego cada martes (como antes) para nuestras actualizaciones semanales 🥰
No saben cuánto extrañaba esto. Las te quiero muchísimo y las extrañaba.
Un besooooo
Mz
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