Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

35. Secretos de la familia Aldrich

Rosette

Intento desatar mis manos de las sogas mientras estoy sentada en la silla de algún sector de una fábrica abandonada. Oigo la puerta abrirse, entonces me sobresalto y mantengo mis manos detrás de mí. Visualizo a Eduardo volver con una soga en sus manos, se la acomoda entre sus dedos, estirándola.

—Bueno, voy a cumplir tus sueños —dice de manera fría.

Frunzo el ceño.

—No te creas, Eduardo, tú también guardas secretos.

Sonríe.

—No como tú.

—¿Y no quieres saber? —cuestiono.

—En lo que se refiere a los Aldrich, siempre es mejor no conocer nada. Lo siento por los que quieren descubrir tus secretos, pero es preferible olvidarlos, desaparecerlos de la faz de la tierra. Seguro estarás de acuerdo conmigo, eres la última información que queda de ellos. A los datos maliciosos hay que borrarlos, pues te pueden destruir todo el computador.

Me río.

—Como un virus. —Hago una pausa—. ¿Entonces tú serás el antivirus?

—Sí, ese al que todos les molesta, porque borra cosas que no debe.

—¿Entonces dudas de matarme? ¿Dices que es un error?

—En absoluto. —Acerca la soga hacia mí—. Total que siempre has querido morir, ¿no?

Retrocedo mi cabeza.

—Puede, pero hay veces que lo dudo.

—Bueno, daños colaterales. —Bufa, entonces enrolla la soga en mi cuello, comenzando a asfixiarme.

—Espera...

Afloja el tironeo.

—Ah, sí, ¿últimas palabras?

—No te conviene —le aclaro de manera firme.

—¿Qué? —Enarca una ceja—. ¿Vas a preocuparte por mí en vez de mandarle una despedida a alguien?

—Sí, intentas matarme para que Derrick no te encuentre, pero no estás pensando en Dominick. Estoy segura de que él ya te ofreció una alianza, si me asesinas, va a revocar la oferta y créeme, no quieres tener a Dom en tu contra. Si necesitas deshacerte de mí para que no se acerquen a Violette, fácil, entrégame. Dominick se olvidará de que Pietro y Violette existen en cuestión de segundos.

Hace una pausa y parece que lo piensa.

—Qué curioso, oí que preferías morir antes que encontrarte con ese tipo.

Siempre puedo escapar.

Suspiro, pero luego sonrío.

—Soy su prometida, ¿por qué haría eso? Solo me gusta ser libre de vez en cuando ¿Y bien? ¿Vas a llamar a Dom o qué? Lo estoy esperando.

—Bien. —Se queda pensativo, acto seguido levanta su celular—. Adiós, Rosette. —Lo veo retirarse.

Cuando la puerta se cierra, continúo con mi intento de quitarme las sogas de las manos. Tiempo después logro zafarme, aunque es demasiado tarde, la puerta se abre y veo a Dominick. Él se acerca junto a sus hombres, entonces me sonríe, toca la cuerda que cuelga de mi cuello.

—¿Estás bien? —pregunta tranquilo—. ¿Ese matón te maltrató?

—Cómo si te importara. —Enarco una ceja y se ríe.

—Ay, mi Rossy, siempre tan graciosa.

Sonrío.

—Ven, seré mucho más graciosa. —Se aproxima y pone su mano en mi pierna, luego me besa, así que le correspondo, aguantándome el asco. Una vez que se separa de mi boca decido aclararle—. Cariño, dile a tus hombres que nos dejen a solas, me da vergüenza.

Se ríe y se muerde el labio inferior, luego me tironea del cabello.

—¿Qué? ¿No quieres una orgía?

—Nuestro reencuentro especial debería ser solo de nosotros dos —aclaro.

Me tira más del pelo y chillo.

—Tú te escapaste de nuestro reencuentro especial ¿Recuerdas? Te lanzaste de un balcón y ni te pusiste el vestido que te compré —expresa fríamente.

—Lo... lo sé... —Abro las piernas y baja la vista ahí—. Pero conoces bien lo mucho que me gusta que me ates y ahora me tienes así, no lograré escapar, ahora puedes ponerme todos los vestidos que quieras.

—Rossy, no sabes lo cachondo que me pones cuando intentas manipularme y me mientes tan descaradamente. —Se relame los labios.

—Sabes que siempre digo y hago lo que quieres —expreso seria—. Cuando estoy atada soy toda tuya.

Se aparta de mí, soltándome, empieza a aflojarse la corbata.

—Retírense, necesitamos estar a solas, tengo que atender el pedido de mi mujer.

Los hombres aceptan la orden de su jefe, dejándonos a solas. Mantengo mis manos a atrás, las cuales desaté con anterioridad, así que estoy nerviosa, esperando para que no se dé cuenta e intentar golpearlo. Ya me deshice de sus matones, ahora me tengo que deshacer de él.

—¿Qué pasa, cariño? Te ves agitada —sugiere mirando el movimiento de mi pecho por culpa de mi respiración.

—Ya sabes lo nerviosa que me pones, tú descifras cómo controlar el cuerpo de una chica. —Me remojo los labios y se ríe otra vez.

—¿Y vas a gritar? —Empieza a desabrocharse el pantalón.

—Siempre grito para ti.

Camina hasta mí y me estremezco, tironea mis bragas, quitándomelas, entonces levanta mis piernas. Inhalo, exhalo, la oportunidad se encuentra cerca. Ya estoy transpirando por los nervios. Es entonces que cuando inclina su cabeza, aprovecho el momento para impulsarme con mis manos y pegarle una patada. Caigo de la silla y él al suelo, me levanto rápido, entonces salgo corriendo.

En el camino me cruzo con uno de los empleados de Dominick, antes de que me vea, le robo el arma y... no está cargada. Maldita sea, Dom lo hizo de nuevo. Antes de que el hombre se dé cuenta de mi presencia, lo golpeo con la culata, luego continúo por mi camino hasta la azotea, pues no encuentro la salida.

La sensación del tacto de Dom, me recuerda una de mis tantas razones de querer morir, entonces entro en un lapso al mirar la torre de agua de la fábrica.

Comienzo a escalar y llego a lo más alto de esta.

Mirar al vacío y pensar que puedes caer. Estar ahí arriba, en lo alto de una torre, hace a algunas personas temblar, pero a mí no. No tengo miedo, nunca lo tuve. El viento mueve mi vestido y mi cabello largo, mientras me agarro de una viga, observando la ciudad de Londres.

La muerte siempre está tan cerca de mí y a lo lejos, mucho más allá, los misterios se ocultan debajo del Big Ben, en la torre del reloj, ahí están todos mis secretos, los secretos de la familia Aldrich.

Ay, hermana, odio tu promesa. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro