Aceptar, algo que parece tan simple, pero es tan complicado.
Hoy me pregunto:
¿Aceptar es conformarse?
¿Aceptar es soltar?
¿Aceptar es no resistirse?
¿Aceptar es asumir todo?

Cuantas veces nos obligamos a aceptar las cosas "de la boca para afuera", cuando en realidad por dentro no aceptamos un carajo. Se nos estruja el alma de todo lo que podemos sentir. Es fácil fingir con los demás. Pero uno no se puede mentir. Uno sabe que se esta muriendo lenta y dolorosamente por cambiar las cosas.

Ya no puedo calmar el mal que ruge en mi.
Hoy escribo por y para ti, pensando en tal vez cautivar algo que seguramente ya perdí. Quiero aceptarlo, soltarlo, pero se me hace tan difícil. "No nos merecemos, ni tu a mi, ni yo a ti" me repito, creyendo que en algún momento terminaré por aceptar los hechos en los que nos vimos envueltos.

"La mente calla lo que el corazón grita", dicen, pero mi mente me pide a gritos lo que mi corazón siente. Por ti se han puesto tan de acuerdo, como no lo estuvieron nunca.