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El problema con el jodido Muérdago

En el momento que Bakugo Katsuki se detuvo en medio de la sala con la taza en mano y vio esa "cosa" supo que sería un problema, su entrecejo se frunció demostrando así su disgusto al instante.

—¿Qué se supone que es esa cosa? —señalo de mal humor, atrayendo la atención de las chicas que se encontraban terminando de decorar el salón principal.

—Oh, Bakugo, buenos días —sonrió amable Yaoyorozu, Bakugo dio un leve asentimiento con la cabeza, Yaoyorozu sonrió— Pensamos en animar un poco las cosas, así que decidimos adelantarnos un poco con la decoración.

—No fue eso lo que pregunte —señalo, Yaoyorozu le observo perpleja por unos segundos antes de lanzar un bajo pero audible; "Oh" al darse cuenta a que se refería— Eso es...

—¡Es muérdago, tontito! —interrumpió Hagakure animadamente desde arriba de la escalera— ¿Nunca habías visto uno? —pregunto curiosa. Bakugo gruño, mientras avanzaba hacia ellas a zancadas y tomo el pequeño muérdago de plástico de las manos de Yaoyorozu.

—¡Claro que sé que es un jodido muérdago! ¡Lo que pregunte es que hace esta maldita cosa aquí! —grito mostrando el objeto.

Hagakure rio risueñamente antes de inclinarse y con su mano enguantada atrapo el muérdago.

—¡Atrapar gente, por supuesto! —lo alzo lo suficientemente alto como para quedar sobre sus cabezas— Y hablando de atrapar gente —canturreo y Bakugo pudo jurar que encontró diversión en sus palabras— ¡El muérdago ha logrado su objetivo!

—¡Qué! ¡De ninguna manera! —sentenció.

—¡Buuu! —abucheo Hagakure aun sosteniendo el muérdago alto— ¡Aburrido! ¡No seas tan Grinch!

—Para lo que me importa —se cruzó de brazos Bakugo poco impresionado.

—¡Yaoyorozu! —se quejó Hagakure— ¿¡Permitirás que las viejas tradiciones se pierdan!?

—Es cierto que es una tradición para estas vísperas, pero claro está que no podemos obligar a nuestros compañeros a participar si no desean hacerlo.

Hagakure resoplo ante la diplomacia de Yaoyorozu, aun así tuvo un infalible plan.

—Bien, supongo que tienes razón —se encogió de hombros, y su voz parecía haber perdido el interés en el asunto, su gorro rosa se giró hacia la dirección de Bakugo y continuó— Supongo que no pensé que Bakugo, de entre todos los chicos fuese del tipo tímido —Bakugo frunció su entrecejo— Además creo que el hecho de que Bakugo este guardando su primer beso es algo lindo de su parte.

—¿De qué rayos hablas? —arremetió Bakugo— ¡No soy tímido y mucho menos seria mi primer beso! —Hagakure dio un pequeño chillido ante la revelación, y aunque procedió a preguntar sobre quien había sido su primer beso Bakugo la ignoro— Yaoyorozu —su voz fue firme, sin querer hizo que la chica se sobresaltara un poco.

—¿Si, Bakugo? —pregunto con curiosidad, era tan extraño que Bakugo usara el nombre de pila de sus compañeros a menos que fuese importante.

—Hagámoslo —dijo con seriedad, Yaoyorozu guardo silencio por unos segundos, tratando de procesar sus palabras y cuando lo hizo, sintió el calor en sus mejillas.

—P-Pero Bakugo, no debería sentirse comprometido a hacerlo si no se siente a gusto.

—¿Ha? —alzo una ceja en su dirección— Dije que lo haría ¿No? —Yaoyorozu pudo notar la determinación en su mirada— ¿Estas lista? —preguntó, sus ojos se encontraron fijos en ella y Yaoyorozu tuvo que reprimir su creciente nerviosismo.

Bakugo Katsuki tenía una presencia arrebatadora, además no era de mal ver, aunque por lo regular su mal genio y su entrecejo fruncido solía arruinar su imagen. Por lo que mirar a Bakugo con una expresión que casi se encontraba en un extremo tranquilo era abrumador. Pasando algo de saliva se acercó a Bakugo de apoco solo para encontrar en medio de ambos una taza.

—¿Bakugo? —parpadeo un par de veces Yaoyorozu, Bakugo hizo una mueca, su mano seguía extendida con la taza en su dirección.

—Solo tómalo —respondió de mala gana, Yaoyorozu tomo con cuidado la taza con ambas manos y la acerco a sus labios, el olor a chocolate caliente invadió sus fosas nasales, entonces dio un sorbo.

Sus ojos se abrieron al sentir la combinación de chocolate recién hecho y el sabor a canela con un toque de picor que pudo asociar al chile en polvo, a pesar de la gama de sabores como texturas que se encontraban en su paladar no pudo evitar sonreír ante la exquisitez del sabor.

—Espera... ¿Qué significa esto? —preguntó Hagakure.

—Un beso, por supuesto —respondió Bakugo, mientras tomaba la taza de las manos de Yaoyorozu y daba un sorbo a la bebida, una sonrisa de dientes asomo en sus labios cuando miro en dirección a Hagakure.

—Debo admitir que nunca había probado algo igual, pero sabe muy bien —ofreció Yaoyorozu.

—Por supuesto que lo hace, después de todo lo prepare yo —dijo antes de dar un nuevo sorbo, el lugar se había sumido en un cómodo silencio que fue rápidamente contrarrestado por el chillido que provino de la escalera de metal. Cuando los dos voltearon en su dirección, la chica invisible había colocado ambas manos en lo que parecía ser su rostro, el rosa de los guantes se encontró en cada extremo de sus mejillas.

—¿Hagakure?

La chica invisible pareció recomponerse ante el llamado de Yaoyorozu, sin embargo eso no detuvo su réplica, girando su cuerpo hacia la derecha se encontró con la mirada de Bakugo.

—No sé qué me sorprendió más —confesó— El hecho de que haya creído que nuestro Bakugo caería sin pelear hasta el final —rio— O que hayas utilizado una técnica avanzada que solo un Ikemen con experiencia usaría en los manga Shoujo.

—¿Ikemen? ¿Manga? —soltó Yaoyorozu algo aturdida.

—¿No es un tipo de trampa, el uso de beso indirecto bajo estas condiciones? —se podía sentir su sonrisa en sus palabras.

—Querías un beso y ahí lo tienes —sonrió con suficiencia.

Hagakure resoplo, colocando ambas manos en sus caderas, su falda rosa revoloteo.

—Bien, pero no soy yo el que no ha dejado de tomar su bebida —Bakugo gruño ante las implicaciones, Hagakure rio, Bakugo extendió la taza en dirección de Yaoyorozu quien la tomo en confusión antes de que saliera malhumorado de la habitación, no sin antes lanzarle una mirada mordaz. La risa de Hagakure se elevó y esta solo se perdió cuando el elevador empezó a subir.

Era por este tipo de cosas que Bakugo odiaba este tipo de celebraciones, y es que, aunque nunca lo admitiría en voz alta, Bakugo siempre tuvo una muy mala suerte cuando la palabra romance y celebración estaban en la misma oración. Cosas como, estar en el lugar y momento equivocado eran de alguna forma el pan de cada día cuando el calendario marcaba una fecha de esa índole, por ello se había marchado a su habitación y había decidido no bajar hasta que su profesor decidiera que era necesario que bajara.

Por supuesto era el plan perfecto.

O al menos eso había sido hasta que unas horas más tarde alguien lo suficientemente valiente o estúpido toco a su puerta.

Bakugo resoplo antes de dirigirse a la puerta y abrirla, en otros casos hubiera mandado al infeliz al diablo si es que hubiera reconocido el toque familiar con el que golpearon su puerta.

No era el toque de nudillos que solía usar Kirishima, o el torpe golpe de Kaminari quien solía dar solo uno antes de abrir la puerta y asomar su cabeza. Tampoco era el típico golpe de 3 veces de Sero antes de avisar su presencia.

Este fue más suave y al mismo tiempo más enérgico cuando el segundo golpe encesto en la puerta, lo que indicó que no era ninguno de sus chicos. Aunque claro, nunca admitiría que eran sus chicos en voz alta. Bakugo coloco una mano detrás de su nuca antes de suspirar cuando escucho otra voz sumándose, fue un susurro. Entonces comprendió que eran las chicas.

—¿Qué? —preguntó directamente, no muy impresionado al ver a Ashido frente a su puerta junto con Jiro y a su derecha Tsuyu.

—¡Oh, Bakubabe! —chillo de alegría Ashido— ¡Qué bueno que te encuentro aquí! —comenzó, Bakugo alzo una ceja antes de cruzarse de brazos— Por un momento pensé que seguirías en el centro comercial con los demás chicos ya sabes. Como sea, estoy tan, pero tan celosa —le frunció el entrecejo. Bakugo le imito instintivamente, de alguna forma no estaba sorprendido de que ya supiera, sus compañeros eran unos completos chismosos y en realidad sería un caso insólito que lo hubieran dejado pasar, aun así a Bakugo no le interesaba él jugoso chisme que según Ashido tenía para contar y por supuesto corroborar— ¡Tantas veces que he rogado por tu comida y de la nada compartes chocolate caliente con Yaoyorozu! —Bakugo pardeo un par de veces con sorpresa— ¡Así que es verdad! —Ashido pareció en shock, su mano derecha se colocó sobre su pecho dramáticamente— Pensé que yo era tu chica favorita —su tono de voz casi sonó dolido y Bakugo estuvo seguro que si fuera tan estúpidamente blando como Kirishima hubiera caído, pero él era el jodido Bakugo Katsuki así que no funciono.

—¿Querías algo? —Bakugo aún mantenía una mano sobre su puerta, su mirada parecía aburrida, y trato de no perder los estribos.

—Si —Ashido lo miro dolida, y acercándose hacia delante, Bakugo suspiro —¿Qué tiene ella que yo no?

Bakugo uso todo su autocontrol para no hacer explotar a alguien en ese preciso momento, anoto mentalmente que debía alejar a Ashido de los dramas telenoveleros por un tiempo.

—No tengo ningún favorito y tú...

—¡¿De verdad?! ¡Eso es genial! —Ashido miro a las otras chicas con una sonrisa de oreja a oreja— ¿Ven? ¡Se los dije! —regreso la vista al frente— Bakubabe no es de ese tipo, porque es del tipo genial —y su risa contagió a las demás— ¡Por eso no habrá problema para que prepare un poco a los demás! —extendió sus manos a los lados, aun con una sonrisa brillante, las chicas alzaron un par de bolsas del supermercado.

Bakugo ya sentía venir el dolor de cabeza.

—¿Y por qué yo tendría que hacer una mierda? —sus dientes chocaron entre sí.

—¡Porque Bakubabe es el mejor! —Ashido le había tomado de la muñeca instándole a salir— Por cierto —había bajado el tono de su voz cuando se encontró a su lado, inclinándose un poco a su costado susurro—También supe algo sobre un beso y...

—¿Quieres tu chocolate o no? —Bakugo gruño antes de alejarse y tomar su bolsa.

—¡El chocolate, por favor!

Bakugo sabía que era una mala idea salir, algo dentro de él le instaba a mantenerse al margen al menos hasta la hora de la cena, y tal vez una señal que afirmo su mal presentimiento fue cuando Ashido los dejo, al recordar que había olvidado algo en su habitación. Tampoco era como si temiera a que algo pudiera ocurrir, Tsuyu era del tipo de persona directa, sin pelos en la lengua, pero por demás tranquila, en cambio Jiro era más del tipo reservada y no solía hablar más de lo necesario. Por ende había creído que estaba seguro, aún más porque estaba completamente concentrado en los arreglos que adornaban el primer piso para no volver a caer de una forma tan absurda con el jodido muérdago.

Y aun así había fallado.

Las fallas para Bakugo Katsuki eran inadmisibles, después de todo él estaba estudiando en una de las más prestigiosas escuelas de Japón para ser un héroe, los héroes no podían permitirse fallos. Y aun así había fallado.

Y todo había sido culpa de ese jodido nerd.

Una vez más culpo a su mala suerte de encontrarse en el lugar y momento equivocado cuando se alineo la llegada de los chicos y su entrada en la cocina.

No todos los chicos habían ido al centro comercial, en realidad era casi un reto suicida sobrevivir en medio del mar de gente en plenas fiestas si se trataba de comprar regalos de última hora, por lo que ver a Kaminari, quien se había olvidado por completo de sus regalos junto a Kirishima y Sero que lo acompañaron no había sido del todo una sorpresa. Junto a ellos se encontraba Sato quien había regresado con algunos comestibles faltantes para la cena. Y luego estaba Deku quien al parecer había escuchado de un lanzamiento especial de un producto de All Might que no podía permitirse perder para su colección, jodido idiota ¿acaso no conocía las preventas? junto a él lo acompañaba Todoroki quien había decidido comprar algunos regalos -aunque él le aseguro que no debía hacerlo- como agradecimiento a su familia por acogerlo en plenas fiestas. Y no es como si estuviera preocupado, simplemente le estaba haciendo un favor, después de todo conocía demasiado bien a Todoroki como para saber que sin Fuyumi cerca sobrevivirá el resto de las vacaciones con simple soba. Y eso no estaba pasando en su guardia.

—Así que... ¿Chocolate? no pensé que fueras del tipo que le gusta lo dulce —soltó Jiro con una sonrisa, mientras se dirigían a la cocina.

—Ciertamente no me imagino a Bakugo comiendo chocolate —confesó Tsuyu con el dedo índice en la mejilla.

Bakugo iba a protestar, cuando una voz resonó desde la puerta.

—¿Kacchan, preparas algo? —la voz de Midoriya atrajo su atención como la de los demás, por un momento sus ojos conectaron con los de él antes de fruncir el entrecejo.

—No es de tu incumbencia, nerd.

—Pero parece que preparas algo —anunció Midoriya.

—Ciertamente eso parece —se había unido Sero— Y no parece que sea algo que hará solo —arrastro sus palabras con diversión— Al parecer nuestro Bakugo se ha vuelto popular con las chicas en nuestra ausencia.

—No sé de qué mierda hablas —bufo antes de ingresar a la cocina, no muy detrás de él Tsuyu y Jiro le siguieron, no sin antes disculparse Jiro por él susurrando un suave; "lo entenderán después", Kirishima alzo su pulgar con una sonrisa aperlada cerrando así la conversación. O al menos eso se esperó cuando un chillido atrajo la atención de los estudiantes.

—¡Sabía que era una buena idea instalar uno aquí también! —Hagakure había chillado a su lado se encontraba Uraraka, ambas observaron la peculiar escena con curiosidad.

Habían cruzado al mismo tiempo Bakugo junto a Tsuyu y Jiro el umbral de la puerta. Tsuyu les regreso la mirada con curiosidad.

—¿Por qué mierda nos miran así?

Hagakure rio, su mano se movió por arriba del cuello de su suéter blanco y estaba seguro Bakugo que estaba tratando de apaciguar su risa.

—Bakugo —hablo Uraraka, y su dedo índice se movió hacia arriba, tres pares de ojos miraron el curioso arreglo que se encontraba en la puerta, si bien la cocina había quedado libre de arreglos para no ocasionar incidente alguno, sobre la puerta había un pequeño arreglo de piñas con un muérdago.

—Entonces... —Hagakure se inclinó por encima de la isla, ambas manos a los lados de su rostro o al menos eso daba su apariencia, su tono de voz parecía expectativa.

—Oh —la primera en reaccionar había sido Tsuyu y miro hacia su izquierda, primero a Bakugo y luego a Jiro— Supongo que la tradición dice que ahora deberíamos besarnos. Pero ¿Deberíamos?

El rostro de Jiro se puso completamente rojo.

—B-bien sobre eso... No creo que... —Jiro casi imito a Midoriya en sus primeros días en U.A. cada que hablaba con Bakugo.

—Se acordó que no habría arreglos en la cocina —gruño Bakugo.

—Técnicamente no está en la cocina —respondió Uraraka.

—Eso es verdad —se defendió Hagakure— En realidad está encima de su puerta.

—Que es la cocina —arremetió Bakugo.

Hagakure rio como si hubiera escuchado el chiste más divertido de su vida.

—Detalles, detalles —le restó importancia.

A Bakugo no pareció darle gracia.

—No es como si fuera una obligación —susurro Jiro enrollando su auricular con el dedo índice nerviosamente.

—No lo es, pero evitarlo solo le quita la diversión a la tradición y a las fiestas navideñas.

—¿Es eso así? —dijo pensativamente Tsuyu, quien guardo silencio por unos segundos.

—No tenemos que hacer una mierda —gruño Bakugo.

—Puede que sea así —escucho una voz por atrás— Pero ¿no sería menos festivo? —prosiguió Tsuyu y dando un paso hacia adelante tomo la mano de Bakugo, colocando por encima de su dorso un casto beso antes de alejarse.

La escena parecía ser sacada de un cuento de hadas, cuando el príncipe conocía a su princesa.

Un nuevo chillido se escuchó, Hagakure se había llevado las manos a la altura de su rostro, sus guantes rosas parecieron cubrir de forma muy mala sus ojos ya que se encontraban abiertos. En cambio tanto Uraraka como Jiro se sonrojaron.

—¡T-Tsuyu! —Jiro se encontró sin palabras.

—¡Wow, Tsuyu! ¡Eso fue genial!—vitoreo Hagakure. Pronto se unió Uraraka con ella.

—¡Sí! ¡Hasta yo me sonroje! —confesó Uraraka, quien se dirigió hacia ella y le tomo de las manos.

No obstante la atención hacia Tsuyu no duro, cuando el gorro de Hagakure se giró hacia su extremo opuesto y miro a Jiro. Jiro sabía que no lo dejaría pasar tan fácilmente, su mirada viajo de Hagakure a Bakugo y cuando se encontró con su mirada hubo un pequeño asentimiento antes de resoplar. Jalando su brazo hacia su izquierda le insto a inclinarse para rosar sus labios sobre su mejilla. El roce fue corto, la piel de Bakugo era aterciopelada, un nuevo chillido por parte de Hagakure le hizo reaccionar y apartarse al instante.

—¡Parece que nuestro Bakugo es un chico con suerte! —canturreo Hagakure, Bakugo chasqueo la lengua. No muy lejos pudo escuchar el susurro repetitivo de Jiro de; "no puedo creer que lo hice". Dando un paso hacia atrás, apartó el brazo de la chica invisible quien quiso envolver su cuello con el brazo.

—¿Quién es un chico con suerte? —la animada voz de Ashido rompió el silencio de la demás clase "A" quienes habían visto toda la escena.

—¡Bakugo, por supuesto! —alardeo Hagakure— No solo ha besado a nuestra hermosa Yaoyorozu, sino a nuestra linda Jiro y nuestra increíble Tsuyu, ¿si eso no es suerte? ¡No sé lo que es!

—¿Eso es cierto, Bakubabe? —Bakugo sintió un peso sobre sus hombros y su cuerpo se inclinó hacia atrás por inercia, mientras su cuello miro hacia arriba solo para ver la sonrisa divertida de Ashido, entonces, notó una vez más el jodido muérdago— Al parecer nuestro Bakugo puede ser un chico audaz cuando lo desea —bromeo y había un brillo singular en sus ojos, Bakugo espero que no se hubiera dado cuenta del muérdago como él, pero la suerte nunca fue amable con él— ¡Oh, pero miren que hay aquí! —exclamo aparentemente inocente— ¡Muérdago!

Y antes de que pudiera protestar, Bakugo sintió los labios de Ashido en su frente.

Bakugo hecho a la mayoría de la clase "A" de la cocina con una sonrisa que pudo aterrar a una clase inexperta en el idioma Bakugo en su primer año, cuando declaro que pudo haber confundido la azúcar con el veneno para ratas cuando ya habían bebido un trago de su chocolate caliente.

Dejando atrás el escándalo de sus ruidosos compañeros se encontró solo con Sato quien le había sonreído amable, él había sido uno de los primeros en servirse un trago y elogió el producto final.

—Supongo ¿Qué me ayudaras con los detalles finales de la cena? —la pregunta había sido de cortesía viniendo de Sato antes de dar otro sorbo, los dos con anticipación habían trabajado para una cena de verdad, como había nombrado Bakugo, y la mayoría de las preparaciones ya estaban acabadas, al menos las que se podían dar el lujo de hacerlo, porque Bakugo Katsuki no estaba sirviendo comida recalentada para la cena de noche buena.

—Lo que sea.

Bakugo respondió, tomando uno de los mandiles en la cocina, en realidad no era como si tuviera que hacer gran cosa, después de todo Sato le había dicho que podía hacerse cargo de los últimos detalles por si quería algo de privacidad, un gesto considerado de su parte al comprender que preferiría la tranquilidad al bullicio de sus compañeros.

Su estancia en la cocina fue tranquila, Sato no era del tipo de persona que se inmiscuía en los asuntos de los demás, y sus conversaciones se regían por lo regular a intercambiar tips a la hora cocinar, Bakugo se sintió relajado, nadie había pisado la cocina más de lo necesario y cuando lo hicieron lo dejaron trabajar en lo suyo.

Había sido una regla tacita, sobre que, si querían probar su comida debían dejarlo trabajarlo en paz y había funcionado bien.

En realidad, su tiempo con Sato fue agradable, le había recordado a los momentos cuando compartía la cocina con su padre. Si bien en su casa, los tres sabían cocinar, el resultado de una cocina en conjunto siempre traía resultados variables, cuando cocinaba con su padre, el recinto se llenaba de un silencio agradable y conversaciones ligeras. Su padre siempre le sonreía amable y escucha atento cada palabra. Sus elogios siempre veían con un suave apretón de hombro y con una mirada que supuso Bakugo era la de un padre demasiado sentimental, porque no era la gran cosa lo que hacía ahí en la cocina, ¿verdad?, y su comida siempre terminaba en platillos con aspectos delicados y texturas suaves pero no menos prolijas, en cambio cuando cocinaba con su madre, sus conversaciones siempre terminaban en animadas discusiones y competencias amistosas, los elogios de su madre siempre tiraron a ser bulliciosos, como resultado su comida estaba provista de colores vistosos y sabores aún más fuertes, además de porciones más grandes. Pero cuando cocinaban los tres, a pesar de las aparentes disputas entre ellos que solía mediar su padre, el resultado final de su cocina era el equilibrio de sus personalidades en conjunto.

En años anteriores, Bakugo se encontraría con sus padres cocinando, sin embargo desde la implementación de habitaciones en el campus, eso había cambiado un poco las reglas del juego. Su primer año había sido ataviado por los ataques constantes de los villanos, y aunque su segundo año había pasado con mayor tranquilidad, se había dejado a votación el pasar la víspera de noche buena juntos como una tradición.

Lo cual no pareció importarle mucho a Bakugo y sus padres estuvieron orgullosos que su hijo estuviera haciendo amigos.

Los pensamientos de Bakugo fueron interrumpidos al instante cuando llamaron a la puerta, Sato se dirigió a ella y encontró a Iida, Yaoyorozu, Ojiro y Shoji detrás. Iida había sugerido un relevo, después de su arduo trabajo para que pudieran relajarse, a pesar de la pelea velada que se esperó por parte del rubio, Bakugo accedió al ver que su relevo tenía algo de materia gris en sus cabezas.

Con las manos dentro de los bolsillos, Bakugo paso de largo por el umbral, pronto se encontró con una mirada penetrante que provino de uno de los sillones de la estancia. Un par de ojos dispares se encontraron con los suyos, su entrecejo se frunció y antes de que pudiera decir algo Todoroki, Bakugo le gruño y subió por las escaleras.

Eso significaba que; no tenía tiempo para lo que sea que tuviera que decir en ese momento, agradeció sin palabras que Todoroki lo entendiera al instante y lo dejara en paz.

༺❁༻

Bakugo bajo a regañadientes cuando Aizawa había ido a verle, se había quedado con los auriculares puestos y se había perdido el llamado de sus compañeros. No era como si estuviera huyendo de algo, porque Bakugo Katsuki nunca huye, además pronto la noche terminaría y al fin estaría libre de esa cosa del infierno, o al menos eso creyó.

Y Bakugo se maldijo así mismo cuando una vez más su mala suerte le había ocasionado estar en medio de una estúpida y para sumar sus males trillada situación cuando Uraraka y Bakugo habían tomado la misma silla para sentarse y ahí estaban los dos, de pie, tomando cada uno de ellos un extremo de la parte superior de la silla.

—¡Oh por Dios! —una parte de él estaba complacida porque por primera vez no había sido el estridente chillido de Hagakure quien lo había atrapado, sin embargo la parte lógica y por supuesto enojada estaba realmente irritado por lo que estaba pasando. Bakugo miro alrededor de la mesa, casi todos sus compañeros se encontraban en la mesa del comedor principal y ahora lo estaban mirando, verán no es como si él, después de todo tuviera un lugar predilecto, sin embargo se maldijo así mismo por no acceder a sentarse junto a Kaminari cuando este le llamo ya que le había guardado un asiento con los chicos, pero cuando sus ojos se encontraron, supo, que en el preciso instante en que se sentara las preguntas lloverían y realmente no quería lidiar con esa mierda, gracias. Así que prefiero sentarse en la parte más alejada, es decir en la punta sin darse cuenta que desde el lado opuesto una distraída Uraraka se acercaba mientras hablaba con Tsuyu.

Y así había sido como Bakugo se encontró en medio de la situación más absurda de su vida, en el arquetipo de escena de película de romance que más odiaba. Completamente cliché y Uraraka no ayudo.

—¿B-Bakugo? —las mejillas de Uraraka adquirieron un tono aún más rojo que se extendió paulatinamente por todo su rostro.

Bakugo chasqueo la lengua, una mirada rápida le insto a darse cuenta que sus compañeros estaban mirándolos expectativamente, los ojos de Ashido brillaron cual estrellas haciéndole competencia a Aoyama, Hagakure había abrazado a Ojiro quien se había sonrojado, Iida por su parte trataba de detener el cuchicheo que empezó a extenderse en la mesa.

Una vez más pudo sentir una mirada fija sobre él, su mirada se desvió hacia Todoroki quien la aparto, y entonces preciso que la mirada venía esta vez del asiento de al lado.

Deku lo estaba mirando.

El nerviosismo se intensifico en los ojos de Midoriya cuando el rojo de Bakugo se intensifico. Midoriya pudo distinguir la sonrisa en ellos aunque sus labios permanecieron en una línea recta y su entrecejo seguía fruncido aunque este se había apaciguado un poco.

—No nos dejaran en paz, hasta que lo hagamos ¿Verdad? —soltó con irritación antes de regresar la vista al frente y encontrarse con la mirada de Uraraka.

—¿¡Bakugo!? —Uraraka trastabillo cuando Bakugo tomo sus mejillas, por inercia cerro los ojos y sus labios se apretaron en una línea recta, entonces sintió la suave caricia sobre su nariz, cuando abrió los ojos se encontró con los ojos de Bakugo antes de separarse.

—Espera ¿Eso que acabamos de ver fue un beso esquimal? —corroboro Ojiro. Tokoyami asintió solemne.

—Parece ser el caso.

—Para que lo sepan, su jodida regla del muérdago nunca especifica qué tipo de beso hay que darse, además, no entiendo porque usar una excusa tan patética, si tanto deseas besar a alguien hazlo y ya —su mirada se instaló en Midoriya, Uraraka desvió la mirada hacia el otro lado, dicho esto, Bakugo procedió a tomar asiento o eso quiso hacer cuando una voz le interrumpió.

—Viniendo del chico que beso a todas las chicas de la clase "A" es muy humilde de su parte —sonrió divertido Sero. Bakugo frunció el entrecejo.

—No es como si...

—¡Un momento! —un estruendo atrajo la atención de todos. Hagakure se había puesto de pie, una mano enguantada se colocó sobre la mesa— ¡Bakugo no ha besado a todas las chicas! —camino hacia el frente— ¡Después de todo falto yo! —sus manos se colocaron en sus caderas y por el tono de voz parecía estar haciendo un mohín— Me siento ¿Discriminada? —finalizo dubitativamente, aunque no parecía molesta.

—Los besos de caridad han acabado —sentenció Bakugo sentándose en la silla sin hacerle mucho caso a Hagakure, Uraraka se movió a un lado.

—¡Pero no es justo!

—No me importa.

—¡Pero las demás obtuvieron un beso!

—Uno que nunca quise.

—Aun así...

La pelea pudo haber seguido si es que no hubieran escuchado un carraspeo provenir de la puerta.

—Lamento interrumpir el momento romántico —declaro Aizawa con una mirada aguda— Hagakure, ahora, por favor toma asiento y deja en paz a Bakugo.

—¡Claro! —respondió alegremente Hagakure alzando la mano, Bakugo gruño cuando sintió el pequeño beso sobre su mejilla derecha, pero la mirada de advertencia de Aizawa le hizo quedarse quieto.

Aizawa suspiro cancinamente.

༺❁༻

Bakugo miro su móvil, releyendo el último mensaje que su padre había enviado como respuesta.

Papá:

Los esperamos con ansias, no olvides que te amamos Katsuki.

Bakugo guardo su móvil cuando escucho voces acercándose. Pronto observo a Uraraka junto con las chicas.

—Así que, funciono —no fue una pregunta, sino una afirmación. Las mejillas de Uraraka se sonrojaron antes de asentir. Bakugo resoplo cuando vio el pulgar arriba de Hagakure y las sonrisas de las chicas.

—Bakugo lamento la espera —una nueva voz se sumó al grupo, Bakugo se encogió de hombros cuando miro a Todoroki acercarse.

—No es como si hubiera esperado mucho —sus ojos conectaron con los heterocromáticos, Todoroki sonrió. Bakugo empezó a caminar, o eso quiso ya que Uraraka había tomado el dobladillo de su manga.

—Bakugo —aun con las mejillas sonrojadas lo miro directamente a los ojos— Gracias.

Ambos se miraron por unos segundos, en señal de reconocimiento antes de que ella lo dejara ir.

—¿Sucedió algo? —preguntó Todoroki.

Bakugo chasqueo la lengua, su entrecejo se frunció.

—Al fin ese nerd la beso.

Todoroki detuvo sus pasos por un instante, sus parpados se abrieron con sorpresa.

—Entonces, por eso las chicas estaban celebrando ayer.

—Así que te diste cuenta —alzo una ceja Bakugo. Todoroki asintió.

Después de la cena todos se habían retirado, algunos a sus habitaciones y otros más se quedaron en la sala principal, las chicas, para sorpresa de nadie se habían quedado mucho más tarde que los chicos y si Iida se levantó varias veces para advertirles del volumen de voz adecuado en una reunión improvisada cuando el argumento sobre un horario decente para un héroe en progreso no funciono siendo que objetivamente se encontraban en vacaciones, ocasionando que muchos escucharan a medias la celebración de las chicas.

—¿Así que por eso había tanto muérdago en High Alliance? —preguntó.

—Sí y no —Todoroki lo miro curioso— Según el plan original solo había en sitios que el nerd concurriera mezclándose con los sitios normales donde debería colocarse. Sin embargo alguien coloco más —esta vez Todoroki alzo una ceja— Ese pequeño gilipollas.

—¿Mineta?

—Mineta.

—¿Al menos tuvo éxito?

—¿Tu qué crees? —en los labios de Bakugo se deslizo una sonrisa aterradora, Todoroki sonrió. El mal humor de Bakugo había desaparecido. Ambos caminaron en un cómodo silencio, la brisa invernal removió ambas cabelleras.

—Parece que al fin puedes relajarte.

—¿Eso crees? —dijo a la defensiva Bakugo.

—¿Tan malo fue?

—No es como si lo hubiera pedido —su entrecejo se frunció.

Todoroki hizo una mueca.

—Entonces —Todoroki hizo una pausa, su mano tomo la muñeca de Bakugo deteniendo su paso, Bakugo le regalo una mirada por encima del hombro— Supongo ¿Qué no querrás ver esto por un largo tiempo? —en la palma de su mano se encontró un pequeño muérdago hecho de hielo.

Bakugo sonrió.

—Creo que fui claro con eso —se deshizo de su agarre, quedando frente a Todoroki, quien aún sostenía el muérdago con su mano derecha— Creo que si quieres algo realmente deberías ir por ello y no usar excusas patéticas —un brillo juguetón se estaciono en los ojos de Bakugo, Todoroki trago, dando un paso al frente, Bakugo no retrocedió.

—¿Es así? —acortó la distancia.

—Sí.

Sus ojos permanecieron fijos. Una mano se estaciono sobre la suya, el hielo se rompió cayendo en el piso en pequeños fragmentos —Entonces supongo que esto ya no es necesario —Todoroki rozo su nariz, el aliento de Bakugo era cálido, el brillo juguetón en sus ojos se extendió cuando sus labios se rozaron.

El beso fue torpe, con algo de incertidumbre y miedo para luego volverse ansioso, lleno de hambre y deseo, los labios de Bakugo sabían a un hogar que no sabía que había estado buscando y cuando se separó no se sorprendió cuando su mano había caído sobre su estrecha cintura, encajando a la perfección, como sus labios lo habían hecho en ese primer e inexperto beso y como más cosas de Bakugo parecían encajar perfectamente con él.

—Te habías tardado —sonrió Bakugo con altanería. Todoroki apoyo su frente contra la de él y soltó un suspiro que no sabía que había contenido.

—Sí, lo había hecho.

La risa de Bakugo reverbero con fuerza y lo contagió con la misma felicidad, ocasionando que en su rostro una sonrisa tonta se dibujara.

—Vamos a casa —propuso y el corazón de Bakugo se calentó un poquito más de lo que ya estaba.

Bakugo pensó que tal vez no había sido una mala navidad después de todo.

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