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Epílogo

Emma Campbell.

Sé que muchos se preguntaran; ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué llegue a la vida de Jey y motivos de mi ayuda? Y sobre todo... ¿Quién me ha mandado?

Son tantas preguntas y todas serán respondidas. Pero en un orden.

Comencemos por:

¿Quién soy?

Como ya deben saber soy Emma Campbell. Es lógico ¿cierto?

¿De dónde vengo?

Provengo de un lugar muy lejano, muchos le llamamos "El paraíso" lugar donde van aquellas personas que son víctimas de este mundo, víctimas de las mentiras de las personas, víctimas de la maldad y del rencor. Ese lugar es simplemente espectacular, un lugar que es capaz de sanar hasta la más vieja herida que tengamos. Nos convierte en personas nuevas, personas renovadas. El dolor con el tiempos se va marchitando y la alegría se apodera de nuestro ser.

¿Por qué llegue a la vida de Jey y motivos de mi ayuda? Y... ¿Quién me ha mandado? Estas preguntas se las responderé volviendo un poco al pasado.

Solo un poco...

Flashback.

Todo está tranquilo como todos los días. Los Ángeles van y vienen mientras hacen lo encargado. Se siente tanta paz, la cual había perdido hace mucho tiempo...

—Emma.

Una voz me saca de mis pensamientos.

Asustada volteo a buscar al propietario de aquella voz.

—Eres tú, me has asustado. —Le reprendo.

Se ríe — Así tendrás la conciencia.

Lo miro mal.

—No estoy para tu jueguitos, Sebastián. Dime para que me llamas—Me cruzo de brazos.

El se me queda mirando fijamente serio, lo que hace que frunza levemente el ceño confundida por su actitud.

— Sebas, ¿Qué esta pasan...

— El Jefe te llama—Habla rápidamente cortándome.

Lo miro notablemente confundida, no es nada normal que el jefe me llame. Y sobre todo a mí.

— ¿Sabes para que me llama? —Trato de sacarle algo de información.

Niega lentamente— Esta vez no tengo ni idea de para que te llama.

Puedo ver en sus ojos sinceridad y sé que sería incapaz de mentirme.

Termino asintiendo y tomo camino al gran despacho.

****

Una vez frente a la enorme puerta de madera doy unos pequeños toques a esta con los nudillos de mi mano, hasta escuchara un "Adelante". Suspiro pesadamente, limpio mis manos con el vestido blanco que cubre mi cuerpo, ya que están sudadas por el nerviosismo. Sin más entro al lugar.

—Señor... ¿Me ha llamado? —Es lo primero que digo al estar dentro.

Me mira con esos grandes ojos penetrantes.

Asiente lentamente— Si, Emma toma asiento. Por favor—señala las sillas que están delante de Él. Su voz están profunda, pero no al punto de dar miedo, si no, lo que transmite es confianza y paz. Desde que tengo acá nunca lo había visto.

Camino hasta tomar asiento donde me ha indicado. Una vez ahí procede a hablar;

—Te preguntaras que; que haces acá ¿Cierto? —Hago un sonido de afirmación — A ver Emma, se que lo que te pediré será muy difícil para ti, pero de verdad necesito de tu ayuda.

Frunzo levemente el ceño confundida. De verdad que no entiendo nada.

—Antes de que preguntes déjame contarte—continua antes de que diga algo— Hay un joven que necesita de tu ayuda. Digamos que no la ha pasado muy bien. Sé... que tú tampoco la pasaste muy bien, pero necesito que bajes a la tierra.

Juro que mis ojos que cualquier momento hubieran salido de su lugar de lo mucho que los abrí de lo sorprendida que estaba.

—Señor... no creo que sea la indicada para...

Me interrumpe— Si lo eres Emma. Ten en claro que si no lo fueras no estuvieras acá en este momento—Suspira—Déjame contarte más de él ¿Si? —Asiento— Su nombre es Jey Relish—señala a una de las grandes paredes del lugar, en la cual sale la imagen de un chico— Desde los diecisiete años se encuentra sufriendo por las mentiras de los demás...

— ¿Cómo que mentiras? ¿Cuáles mentiras?

Eran tantas las preguntas que se estaban formando en mi interior.

— ¿Tú recuerdas el accidente donde perdiste la vida?

—Sí—como olvidar el día en que por fin me sentí libre—, pero ¿Que tiene que ver con él? — Pregunto vacilante.

Me mira fijamente, se me hace muy difícil descifrar su mirada. Después de unos segundo habla, lo que no sabía era que sus palabras me descolocarían tanto.

—El era uno de los chicos que iba en el auto contrario con el que chocaste.

Sus palabras se repetían una y otra, y otra vez en mi mente. Imágenes de ese día nublaban mi mente.

Trataba de ir lo más rápido que podía, no iba a dejar que nos volviera a encontrar, eso sí que no. He escapado y debo aprovechar este momento.

Mami— Escuchaba la voz de mi hija desde los asientos traseros.

—Calma mi amor, vamos a estar bien. Nos iremos a un viaje muy largo—trataba de calmarla, aunque lo decía mas para mí que para ella.

En cada momento miraba por el retrovisor con el miedo que nos estuvieran siguiendo. Iba a gran velocidad. Miro una vez más hacia atrás, error que cometí al momento de posar mi mirada al frente era demasiado tarde.

Un gran brillo alumbro el auto. En ese momento todo pasa en cámara lenta. Mi vida pasó por mis ojos, cada momento triste y feliz que pase con mi hija fueron desapareciendo. Todos aquellos recuerdos se fueron desintegrando con el viento, miro atrás y mi hija me mira sonriente.

—El señor sonrisas y yo vamos a estar bien mami, Te amo. — Agita su manita en forma de despedida, no estoy entendiendo nada ¿Por qué se despide? ¿Desde cuándo una niña de un año habla tan claro?

Vuelvo mi mirada al frente y no logre ver nada. Todo fue consumido por la oscuridad.

Sin querer una lágrima resbala por mi mejilla.

—Emma ¿estás bien? — Pregunta volviéndome a la realidad.

—Eh... Si. —Limpio el rastro de lágrimas

—Recordaste ¿Cierto? — Asiento— No debes preocuparte por tu hija, está en un lugar mejor nadie podrá hacerle daño.

—Lo sé— Trago el nudo que se había formado en mi garganta— Hábleme más de... Jey. —Pido.

—A Jey le han hecho creer que él era el que iba manejando el auto, cuando no era así. Todo este tiempo le han estado mintiendo. Y él se está ahogando en su desdicha. — Pausa, por unos largos segundos — Se ahogo en su desdicha mejor dicho. El vacío lo consumió por completo.

Lo miro notablemente confundida, son tantas cosas que mi mente está a punto de estallar.

—Por tu cara me doy cuenta que no entiendes—Sonríe levemente— La hora de partir de Jey ha llegado. Tu solo bajaras a la tierra por su alma, le darás la felicidad que tanto pide en sus últimas horas. Luego lo traerás contigo y acá podrá sanar todo el dolor que ha tenido que aguantar. El también sufrió como tú, Emma. Solo que de diferentes maneras ¿Crees que se merece ser feliz solo una sola vez? — Me mira expectante, sé que espera cual será mi decisión y ya tengo en claro cual voy a tomar.

****

—Vamos Emma, la ilusión esta creada y ha salido de su casa como alma que se llevo el de abajo—murmura con cautela.

Vemos como el chico camina distraído por las calles de la ciudad.

— Sebastián, yo también lo estoy viendo no tienes que decirme todo —Bufo— Todavía no sé porque el jefe te ha mandado conmigo.

— Esta más que claro—sonríe de oreja a oreja—Soy el mejor, por lo tanto debo de cuidar de ti y que no cometas ningún error que perjudique la misión.

Frunzo el ceño.

— ¿Por qué le dices misión? — Enarca una ceja—No me mires así, suena tan feo como lo dices. — Me cruzo de brazos.

—Se quedara así y...

Antes de que pueda terminar de decir sus chorradas no lo dejo terminar.

—Calla—susurro— Ahí viene—Apunto al principio del callejón.

—Aja—Musita— y se está yendo —Dice alarmado.

— ¡Haz algo! — Susurro/grito.

— Grita—Lo miro confundida— Que grites— Me zarandea de los hombros.

Al verlo ya no quedaba ni una pizca del joven Sebastián, solo se encontraba un señor mayor con aspecto tenebroso ¿Cómo es que se ha convertido en eso? No mentiré el miedo de apodero de mi, cada parte mi pequeño cuerpo temblaba y no sabía el porqué.

Suéltame me estas lastimando sebasNiega, y comienza a acercarse a mi acorralándome contra la paredSebas noSusurro al borde de las lagrimasno entiendo porque reaccione de esa manera, tengo tanto miedo y más aun cuando siento que comienza a besarme desesperadamente¡AYUDAA! El grito salió de lo más profundo de mi ser ¡Ayúdenme por favor! ¡Suéltame!

Cállate estúpida

No sé ni cuándo, ni cómo paso pero tenía mi cara volteada a un lado y sentía como mi mejilla palpitaba y se encontraba caliente ¿Me dio una cachetada? Estaba aturdida ¡ME DIO UNA CACHETADA, LO VOY A MATAR! ¡Por dios que lo voy a matar!

No me había dado cuenta pero Él seguida encima de mí, hasta que de un momento a otro ya no sentía nada. Con los ojos muy abiertos miro a un lado como está siendo golpeado fuertemente por aquel joven con apariencia cansada, enorme bolsas debajo de sus ojos y tez pálida.

Me hago una bola en el piso, no tengo ni idea del porque lloro. No entiendo estos sentimientos que se están formando en mi, se supone que se lo que estoy haciendo, no tengo el porqué tener miedo ni llorar desconsoladamente. El volver a la tierra me está haciendo mal.

Oye Escucho que llaman a lo lejos pero no miroYa todo pasó, ese hombre no te hará daño siento que esta frente a mi ¿Estás bien?pregunta.Hey, mírame Insiste ya no debes de temer.

Levanto lentamente mi mirada y... woow es muy Lindo. A pesar de estar hecho un desastre sigue siendo atractivo. Emma cállate no digas estupideces.

¿Estás bien?

Asiento

¿Te hizo daño alguno? vuelve a preguntar.

Niego lentamente

Gracias, me salvaste Dije con voz suave

No podía quedarme sin hacer nada.

Le regalo una sonrisa, pero simplemente no llega a mis ojos.

Me llamo JeyExtiende su mano

Miro la mano desconfiada pero la tomo

Emmasusurro.

Es un gusto conocerte, Emma. Aunque no haya sido en el mejor momento.

Están tierno

Gracias de nuevo

Me comienzo a levantar y él hace lo mismo

No es nada Veo sinceridad en sus ojos.

Asiento lentamente Me tengo que ir, espero no haberte quitado tanto tiempo. Gracias de nuevo.

Comienzo a caminar, pero un grito me detiene.

¡Espera!Grita.

Dime Digo dándome la vuelta

—Te acompaño —niego—No acepto no como respuesta Me interrumpe antes de que hable.

Así es como comenzamos camino a mi supuesta casa.

Y así sin darme cuenta es cómo comenzó un nuevo camino, tanto para él como para mí.

Fin del Flashback.

El resto ustedes saben lo que paso. Algo que se preguntaran, pero Emma ¿Cómo es que tuviste el accidente?

El accidente solo era un recordatorio de que el tiempo se estaba acabando y del error que había cometido. Me había enamorado de Jey y eso no estaba en los planes, el meter mi corazón no estaba en los planes. El terminar locamente por él no lo estaba. Son cosas que simplemente pasaron, cosas de las cuales no me arrepiento para nada.

Uno no elige su destino, solo podemos colaborar con él, ya sea para bien o para mal. Debemos afrontar todas esas cosas que se nos avecinan, no dejarnos caer por las críticas o malas miradas de la humanidad.

Desperdiciamos nuestro tiempo en complacer a los demás, que nos olvidamos por completo de nosotros mismos. Y cuando ya nos damos cuenta es demasiado tarde, nuestra vida paso por delante de nuestros ojos y no la vimos. Estamos en este mundo por un tiempo indefinido, somos seres prestados, tarde o temprano debemos volver a nuestro verdadero hogar.

Solo les digo que disfruten de los pequeños placeres que nos rodea, ¡vivan! ¡JODER VIVAN! Disfruten, ríanse, lloren, aventuren y sobre todo amen, amen con todo su corazón. Uno jamás se arrepiente de amar, puede que lo demostremos con personas equivocadas, pero eso no quiere decir que en medio de toda la multitud no haya alguien que espera por nuestro amor.

Y mi último consejo seria; "Luchen por lo que aman, pero si lo que aman no lucha por ustedes déjenlo ir. Ahí no es."

Espero hayan entendido mi mensaje

— Adiós. Con cariño, Emma.

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