23
Me levanto un poco sobresaltado cuando escuchó un fuerte ruido.
Tanteo un poco la cama, pero ella no está. Me parece extraño que donde me encuentro acostado sea muy suave, recuerdo que mi cama no era así. Todo esto lo hago con los ojos cerrados.
Perezosamente los abro lentamente. Para mi sorpresa no estaba en mi habitación, si no que en una totalmente blanca. No había nadie, se parece a una de los cuartos donde meten a los que están enfermos de la cabeza, sin ofender, es que no sé cómo les dicen. Trato de mantener la calma.
— ¿Emma? — le llamo pero nada.
¿Sera que me volví loco? ¿Que todo lo que "viví" era mentira?
Me toco mi cuerpo, para ver que no traigo la camisa esa que le ponen de fuerza, si no que traigo puesto una un pantalón y una camiseta blanca. Ay no sé, dígame que soy medio bruto. Eso pasa por no poner cuidado cuando estaba en clases.
—Jey, despertaste —me sobresalto al verla parada en frente de mi con un vestido blanco.
—Emma ¿En dónde estamos? — pregunto con el ceño levemente fruncido.
Sonríe — llegó el momento de partir. Jey, el tiempo se acabó.
Puedo ver cada facción de su cara, ya que lleva el cabello en una coleta alta. Se encuentra feliz, tiene ese brillo que tenía la noche anterior.
—Emma, de verdad que no te entiendo nada—me levanto—desde ayer estas con lo mismo, ¿cómo que el tiempo se acaba?
—Jey, ven— estiras sus manos para que las tome, lo hago —Tenemos que partir, pero también debo explicarte antes
Me jala con ella hasta cerca a una de las paredes de la habitación.
Suspira profundamente — Tú... Estas... Muerto.
Al escuchar esas palabras no pude evitar reír a carcajadas. Pero esa palabra retumbaba en mi cabeza.
—No juegues con eso Emma —digo calmándome un poco — Esto debe ser uno de esos sueños locos que he tenido últimamente. Sí, eso debe ser.
Me mira seria—No estoy jugando, y esto tampoco es un sueño— se pasa las manos por la cara— Le dije que sería muy difícil explicarle —murmura por lo bajo, pero pude oírla.
—¿A quién le dijiste?
Se aclara la garganta— Jey, yo he bajado a la tierra para cumplir el último deseo de tu corazón, lo que no esperaba fue que el mío también se viera comprometido en esto. Mi misión era esa, hacerte feliz, porque lo habías dejado de hacer desde hace mucho tiempo, por culpa de la maldad y mentiras de otras personas. Soy tu Ángel, te protegeré hasta la eternidad.
Niego— No puede ser verdad. — Coloco mi espalda en la pared aturdido por sus palabras.
—Míralo por ti mismo—me señala la misma pared.
Lentamente me voy separando de esta. Al darme vuelta, puedo presenciar cómo en esta van apareciendo imágenes. Al principio se ven borrosas, pero después se van aclarando.
—No puede ser— murmuro.
Se ve el accidente que soñé un día antes de conocerla. Cuando estaba en el Bar.
—En ese accidente estuviste tú —dice detrás de mí.
—Yo... yo pensé que había sido un sueño.
Se escuchaba las sirenas de la policía y de la ambulancia dando a entender que se venía aproximando. Una vez que llegaron, se acercaron al auto.
—¡Solo va un hombre, rápido está muy mal! —grita uno de los bomberos.
Se disponen a sacar a la persona del auto, y si ese era yo. Inconsciente.
—¡Todavía tiene pulso! ¡Está muy débil! ¡Vamos vamos! —todo eso lo gritaba un paramédico.
Alrededor todo era un caos.
Estando en la ambulancia comienzan a conectarme a unas máquinas, ponen una mascarilla con oxígeno.
—Aguanta muchacho, todavía estas muy joven tienes mucho que vivir — Susurraba el mismo paramédico.
Volteo a ver Emma con los ojos cristalizados, ella está igual.
—Pero... Aún seguía con vida— Musitó tragándome el nudo que se había hecho en mi garganta.
—Sigue viendo.
Regreso mi mirada a la pared.
—Joven de veintitrés años, fractura en la cabeza. Está inconsciente, su pulso es muy débil... — decían los paramédicos a los doctores a cargo, mientras empujaban la camilla con gran rapidez.
—Vamos, ha quirófano. Rápido, no tenemos mucho tiempo— Demanda el doctor.
Corrían. Todos estaban corriendo conmigo en esa camilla. Mientras tanto yo iba sin saber que pasaba, el mundo se me venía abajo y yo no me daba cuenta.
La operación comienzo, de un momento a otro mis pulsaciones comenzaron a bajar. EL ritmo cardíaco iba por los cielos.
—¡Se nos va, se nos va! !rápido¡ — gritaba el doctor
Todos se movían muy rápido en el lugar, hacían presión en mi pecho. Pero nada, no reaccionaba. Siguieron intentando, hasta que ya, un fuerte pitido. Y la máquina que daba las pulsaciones del corazón se puso en cero, y la fina línea verde la adornaba.
—¿Hora de la muerte? — pregunta el doctor
—00:00 horas doctor—Responde una de las enfermeras mirando su reloj.
—Pobre chico, tenía mucha vida por delante.
La miro a ella, estaba hecha todo un mar de lágrimas, y sé que yo estaba peor.
—¿Todavía falta? — Pregunto con suplica. No quería seguir viendo esto.
Asiente lentamente, sin decir nada.
Regreso mi mirada.
Ahora eran imágenes de la casa con la que había soñado también. Paso lo mismo de mi sueño, a diferencia que esta vez mi hermano discute con Tom, ¿Se conocen?, pero no puedo escuchar nada. Solo veo como ambos tienen cara de enojados.
—¿Por qué no puedo escuchar? — pregunto sin siquiera voltear.
—Son cosas que no debes saber, ya no puedes hacer nada. Lo mejor es que quede así.
Asiento.
Lo último que salió fue como me enterraban. Estaban todos en el cementerio, vestidos de negro. Una fuerte lluvia adornaba el lugar, haciendo que llevaran sombrillas.
—Ya Jey—me jala del brazo— Debemos irnos.
—Y los chicos ¿estarán bien?
—No te preocupes por ellos, saben cuidarse bien.
Me limpio la lagrimas— ¿No me dejaras solo?. —pregunto con esperanza.
-Jamás, prometí cuidarte hasta la eternidad. — Me abraza, le devuelvo el abrazo. — Es la hora—asiento— Cierra los ojos_ ordena.
Hago lo que me pido. La escucho murmurando cosa, pero no entiendo nada de lo que dice.
—Ahora ábrelos
Lentamente abro los ojos y...
Estamos en la... ¿playa?
—Antes de que preguntes, debemos caminar hasta donde se esconde el sol— Extiende su mano—¿Caminas conmigo?
Sin pensarlo dos veces la tomo.
—Es hora de viajar a otro mundo— informa con una sonrisa.
Comenzamos nuestro camino tomados de la mano.
Es ahí donde me doy cuenta que la vida pasó por frente de mis ojos y nunca me di cuenta. Estaba tan cerrado en mi burbuja, quería ser feliz, que no me di cuenta que ya lo era por tener vida. Y tener a unas excelentes personas cuidando de mí.
Pero ahora tengo conmigo a un Ángel, se que donde vaya estaré bien. Algunas veces el final de algo es el principio de otra cosa.
Hasta ahora entiendo el significado de estas palabras:
"La vida es larga para los que llevan un buen camino y, corta para las víctimas del tiempo y del destino"
"En la vida muchas veces se sufren y otras no"
Esa frase puede llegar a tener mucho significado; ya que son muchas la veces que no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. En un abrir y cerrar de ojos todo se pierde y todo se acaba, desperdiciamos oportunidades las cuales nunca volverán.
El pasado puede llegar a perseguirnos hasta nuestro presente, convirtiéndolo en una mierda. Los remordimientos se apoderan de nuestro ser llevándonos hasta el vacío, hasta la oscuridad e incluso hasta la desdicha. Cuando estamos en lo más profundo pensamos que no podremos salir, dándonos por vencido en el primer intento, pero no, siempre hay un rayito de luz en medio de tanta oscuridad.
Sin darme cuenta un día comencé; El Principio de un Final.
El cual ha llegado a su fin.
—Jey Relish
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