21
Capitulo largo
-¡NO JEY, NO LO HAGAS! -Grita haciendo que de un brinco en mi lugar.
Volteo a verla.
-Es lo único que me ayudara a olvidar todo de nuevo, Emma. - Digo desde el piso, con un nudo en la garganta.
Me mira con los ojos cristalizados.
-No Jey, hay más maneras para resolver esto-niego-si las hay, por favor no lo hagas.
Comienza a caminar lentamente hacia mí, ya que se encontraba en el marco de la puerta.
Trago grueso- No, es lo único que me hará olvidarme de la realidad.
-No, no lo es. Hablemos ¿sí?, pero no te drogues. No lo hagas, no retrocedas todo el camino que tienes ganado. No dejes que la tentación se apodere de ti- suplica con lágrimas cayendo por sus mejillas.
Al verla de esa manera me siento la persona más miserable del mundo, la he hecho llorar.
Asiento no muy convencido
- No lo haré-suspiro- pero necesito algo para olvidarme de este dolor que me carcome.
-Yo te ayudare-se sienta a mi lado- solo dime, ¿qué fue lo que paso? ¿Por qué te has puesto así? Ayer estabas bien- agarra mis manos entre las de ella.
-Lo que pasó fue que, te acuerdas que te dije que iba al Bar-asiente-Yo he ido pero... fue lo peor que pude haber hecho.
Me mira con el ceño levemente fruncido.
-No te entiendo, ¿qué paso en el bar?.
-Bueno...
Una hora antes
-Solecito, me voy al bar. - Le informo - Después me van a despedir, por dudar una semana cuidándote -Bromeo.
Me mira mal- Si claro, échale la culpa a la boba, cuando tu -me señala- te la pasaste todo este tiempo acostado como un puerco.
-Yo no soy un puerco -exclamo ofendido.
-Si si, ya vete que se te hará tarde -mira el reloj en su muñeca_ Tengo cita con el médico, para un chequeo. - iba a hablar pero no me ha dejado _ No vas a faltar al trabajo, puedo ir sola no me pasará nada- Comentó acercándose para darme un pico, tomándome por sorpresa.
-S-sí, eh...espero todo salga, me llamas cualquier cosa, Adiós_ tartamudeo haciéndola reír. Le doy un sonoro beso.
Sin más salgo de la casa. Si ha pasado una semana desde que la dieron de alta. Me he quedado con ella todo ese tiempo, no quería dejarla sola y pues ella no se opuso. Esta mañana me ha llamado mi jefe un poco (tanto) enojado por no haber asistido en este tiempo.
Pero como tengo un gran amigo, me ha estado cubriendo.
(...)
- ¡He llegado! -Grito entrando al bar.
-Oh... Jey, no pensé que asistieras hoy-dice nervioso- ¿Emma no tenía una cita con el médico? -Asiento confundido- pensé que irías con ella.
Camino hasta estar en la barra.
Niego con extrañeza - no quiso que fuera con ella ¿te pasa algo?
-N-no, para nada, ¿por qué?
-Te noto extraño -pienso- No se... cómo nervioso.
Niega rápidamente - para nada, alucinaciones tuyas- le resta importancia.
Lo miro con los ojos entrecerrados. Sin creerme nada de lo que dice.
-Carlos, te conozca tan...
No pude terminara de hablar. Soy interrumpido por el sonido de una voz. La cual hizo que me congelara en mi lugar.
Miro a Carlos y este me mira con ojos de disculpa.
-Entonces quedamos así Franco, fue un placer hablar contigo. - Escuchaba a mi espalda.
No era capaz de darme la vuelta y verle la cara. En ese momento fueron tantos los recuerdos que llegaron a mi mente. Los cuales comenzaron a bombardearme, como si de unas flechas se tratasen. El dolor en mi pecho se propaga, cada vez se vuelve más fuerte. Siento que en cualquier momento puedo caer de rodillas.
-El placer fue mío, Jackson...
Esas fueron las palabras que lograron que volviera a la realidad. Sin pensarlo dos veces salí corriendo del lugar, necesitaba alejarme de él, corro... corro... corro, alejándome del lugar. No podía verle, no podía recordar.
No sé cómo ni en qué momento llegue a la casa que compartía con los chicos. Mi respiración está agitada. Entró a la que era mi habitación. Me acerco a un hoyo que tenía la pared detrás de la cama. Para darme cuenta que aun seguía ahí, nadie lo había conseguido. Sin pensarlo mucho cojo la bolsita con el contenido blanco y veo voy hacia la sala...
-Y... el resto ya lo sabes- concluyo sollozando.
Esta no dice nada solo me abraza. Y eso era lo que necesitaba un abrazo sin que me dijeran nada. Hay veces que los actos son más que palabras bonitas.
- ¿Cómo es que sabías que estabas aquí? -pregunto al separarnos.
-Carlos me llamó angustiado. Todavía no había salido de casa, y como no llegaste allí, supuse que estarías acá. Te recuerdo que no queda muy lejos.
Asiento me había imaginado que él la había llamado.
-Entonces...¿nos quedamos acá o nos vamos? -pregunta después de un rato.
Pienso, sería buena idea quedarnos. Carlos no llega hasta la madrugada. Y Tom, pues de él no sé nada. Por más que lo hemos buscado no lo conseguimos.
-Quedémonos.
-Vale.
(...)
Después de unas horas de ver películas comer hasta más no poder, ya se había hecho de noche. Nos encontrábamos caminando a mi habitación. Una vez dentro escucho como Emma susurra.
-Dios perdóname, tengo que hacer esto. Ya se está acabando el tiempo.
Volteo para verle.
-Emma, que estas...
No pude terminar, porque esta se tiró a mis labios callándome con los suyos. Me toma por sorpresa su movimiento, pero rápidamente respondo a este. Sus labios son tan suaves, los suyos se mueven en sincronía. Jamás me cansaría de besarla me siento en el puto cielo. El beso fue subiendo de tono, cuando caemos a la cama. Yo encima de ella.
Jadeando me separo
- Emma, no quiero que piense que me quiero aprovechar de ti.
-Cállate Jey, se lo que estamos haciendo - Vuelve a unir sus labios con los míos.
-¿Estás segura? - pregunto entre el beso haciendo que esta sonriera.
-Jamás estuve tan segura de algo en mi vida.
Sin más comienzo a besarla salvajemente.
Esa noche se entrego a mí, la tuve entre mis brazos.
Vectores hechos por: joha_maile integrante de la editorial; Editorial_Queens
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