07.
Estamos frente al centro de Rehabilitación.
—¿Entramos?
Suspiro pesadamente
El entrar de nuevo ahí es poner cien por ciento de mi parte, agradecía el hecho de que no me internaron, si no que vengo cuando tengo consulta. No puedo volverle a fallar a ella. Si yo fuera ella ya me hubiera dado por vencido conmigo, pero no aquí está ella al pie del cañón.
—Si
Terminó diciendo después de un rato.
Ella entrelaza su mano con la mía.- tomándome por sorpresa- Me regala una de esas hermosas sonrisas.
—Todo estará bien, estoy contigo— Me da un suave apretón.
—Gracias— me mira extrañada— Por todo lo que estás haciendo por mí
—No tienes que agradecer, más adelante entenderás el por qué lo hago—Me sonríe.
La miro confundido, pero no comento nada. Entramos al centro, y puedo ver a muchas personas en el. Nos adentramos a una habitación donde había un círculo hecho por sillas y ya había varias personas sentadas alrededor.
—No puedo pasar, lo sabes muy bien. Te estaré esperando afuera
Asiento sabiendo que ella tiene la razón. Ella se acerca a mí y me da un beso en la mejilla, Que se sintió Malditamente bien.
—Todo estará bien, te lo prometo
Solo me limito a sonreírle. Ya que había quedado como un bobo sin palabras.
Veo como va y se sienta en las sillas de espera. Termino de entrar a la pequeña habitación y me siento en una de las sillas.
—Hola Grupo, hoy hablaremos de lo que los atormenta...
***
—¿Cómo te fue?
Es lo primero que dice al verme salir.
—Bien, me sentí liberado
—Me alegra escuchar eso —Me mira orgullosa.
Se nota lo animada que está con esto. Siento que necesito contarle.
Comenzamos a caminar de nuevo hasta el auto. Una vez dentro, no lo enciendo, si no que coloco mis manos en el volante sin hacer ningún movimiento.
—¿Pasa algo? —Me mira preocupada.
Niego— Solo, quiero contarte lo que hable allá dentro— Comento sin quitar la mirada del volante.
—No te sientas presionado a hacerlo, tómate tu tiempo.
—No, lo quiero hacer— La miro—Quiero hacerlo—Me mira sorprendida al ver mis ojos al borde de las lagrimas. — Todo paso cuando yo tenía 17 años. —trago el nudo que se había formado en mi garganta. — había ido a una fiesta como todo adolescente. Ese día no me pude controlar y tome más de la cuenta. Iba con mi hermano mayor, él también estaba pasado de copas. Discutimos por quien iba a manejar termine ganando yo. — Hasta este punto estoy llorando a mares. — Todo iba bien en el camino, hasta que de la nada salió un coche. Lo último que recuerdo es un fuerte estruendo y una luz brillante.
Ella me mira atenta, lo que me da más valor para continuar;
—Cuando despierto en el hospital con moretones en mi cuerpo, una pierna y un brazo vendado. Me dijeron que estuve al borde de la muerte ya que yo era el que manejaba. Pregunte por mi hermano y me dijeron que él había quedado en coma. — Ella ya estaba con lágrimas en sus ojos. —Me dijeron que la que iba manejando el auto era una mujer y con ella iba una pequeña niña de cinco años, pregunte como estaban, sabes lo que me respondieron— No dice nada— ¡Que habían muerto! yo las maté, por mi culpa esa mujer y su hija están muertas —Sollozo— Después de eso estuve un año en la correccional de menores, ya que ella pasó un semáforo en rojo y yo a pesar de estar borracho iba a una velocidad moderada. También fue porque mis padres pagaron una fianza. No entendí muy bien eso, no sé, me pareció raro. Mi hermano despertó un año y medio después, pero sin memoria, no me recuerda y, mi familia se encargó de borrar cualquier rastro de mí. — Miro a la nada— Eso me afecto tanto, que cuando estuve en prisión comencé a consumir droga es lo único que hacía que se me olvidara todo. Ya para cuando salí estaba totalmente perdido.
Término de relatar. Agradezco que no me interrumpiera.
La miro ya que no dice nada. Fue lo peor que pude hacer, sus hermosos ojos verdes están completamente rojos y su rostro está empapado por las lágrimas.
Me siento la peor persona del mundo, sabía que cuando le dijera se iba a alejar de mi.
—Sé lo que estás pensando—la miro— No me alejare de ti, agradezco que hayas sido sincero conmigo y me lo contaras —Toma mi mano—Tú no tienes la culpa, mírame—ordena y le hago caso— Yo no te dejare solo, te lo prometo.
No digo nada. Ella se quita el cinturón de seguridad y se sienta en mi regazo-sorprendiéndome.-Me agarra de las mejillas haciendo que la mire.
—Todo estará bien.
Dice y me abraza, me tenso pero le regreso el abrazo.
Me aferro a ella con el miedo de que en cualquier momento desaparezca. Siento como si todo esto fuera un sueño y ella es un puto Ángel que vino a mejorar todo. Por eso tengo miedo que en cualquier momento se desvanezca en mis manos.
No sé si todo será verdad o una imaginación, pero mientras pasa la disfrutare al máximo, porque en sus brazos me siento libre, siento la paz.
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