06.
Una semana después.
—Vamos Jey levántate
Escucho que me llaman. Ignoro a la persona que me llama, y sigo durmiendo.
—¡Jey Relish! Saca tu culo de la cama, Ahora—Gritan más fuerte.
Haciendo que me levanté de un salto. Para ver a una muy enojada Emma de pie, frente a mí con los brazos cruzados.
—Se puede saber, ¿por qué el señorito bebió anoche? —_Interroga.
Me encojo de hombros
—Me provocó —Concluyo con simplicidad.
Ladea la cabeza
— ¿Te provoco? —Ironiza— Si yo, te doy una cacheta— Piensa—Me justifico con que me provocó.
—No, no es lo mismo.
Me siento en la cama frotándome la sien. Siento que la cabeza me va a explotar.
—Claro que no es lo mismo—Mueve las manos exageradamente— No es lo mismo, porque tú — Me señala—Estas yendo a terapia y, casualmente hoy tienes una y tienes menos de treinta minutos para estar listo—Advierte seria.
Abro los ojos sorprendidos, lo había olvidado. Desde el día que estuve en el hospital, con Emma quede de ir a rehabilitación. Me ha hecho muy bien hablar con esa señora, pero hay momentos en los que quiero dejar eso atrás y volver a mi vida de antes.
—Jey
Pasa la mano cerca de mi cara, volviéndome a la realidad, de la que no sabía que me había ido.
—Mmm...
—Ve a ducharte— Inquiere mirándome fijamente.
Emma ha estado siendo un gran apoyo para mí, pero siento que no la puedo meter en esto. Tengo que alejarme de ella a como dé lugar. No puede caer en este hoyo en el que yo vivo. Ella es un Ángel, por lo tanto se merece a alguien mejor en su vida.
Asiento
Me levanto y me adentro al baño. Una vez en este me despojo de mi ropa y me meto a la ducha. Siento como el agua cae por mi cuerpo relajándose por completo. Vuelvo a pensar lo mismo de hace un momento, tengo que alejarme de ella.
***
—Todavía no me dices, ¿Por qué bebiste?
Nos encontramos en el auto camino al centro de rehabilitación.
—Ya te dije que fue porque me provocó—Contesto frustrado.
Asiente lentamente — Por lo menos dime que no te drogaste.
—No, no lo hice
Miento sin despegar la mirada del camino. Me duele mentirle, pero no lo pude controlar. Sin darme cuenta ya estaba inhalando la droga que había encima de la mesa. Y lo último que recordaba era yo sintiéndome totalmente relajado. Ni siquiera sé como llegue a casa.
—Vuelven las mentiras —Mira por la ventana— No sabes mentir. Lo has vuelto a hacer.
—Sí. Lo hice, contenta—Mi voz sale más fría de lo que esperaba.
—No, no estoy contenta— Me mira— Estabas limpio casi una semana, y pues, ya no.
—No te he pedido nada de esto, te puedes ir cuando quieras.
En el fondo sé que me dolería si se llegaba a ir.
—Y yo te he dicho que no te dejaría solo— Recuerda— No puedo yo sola contra el mundo, contra tu propio mundo. Para eso te necesito, para que me guíes en los callejones sin salida, En esos callejones que solo tú conoces y sabes la manera de salir de ahí.
Lo único que puedo es asentir.
Me dejo totalmente sin palabras. Tengo que ayudarla, no puedo dejar que ella se pierda por mi culpa.
Tienes que poner de tu parte Jey. Si quieres la felicidad debes trabajar para conseguirla.
La felicidad no cae del cielo.
O... eso era lo que yo creía.
Espero les guste
Me gustaría que me dijeran que piensan. Acepto cualquier tipo de comentario.
-Wil
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