02
CARLOS HABÍA BAJADO DEL AUTO SIMPLEMENTE PORQUE NO QUERÍA CAER EN ALGUNA ESTAFA AUNQUE LA MUJER FRENTE A EL ERA DEMASIADO LLAMATIVA PARA SU ABURRIDA RUTINA, PODRÍA SER PORQUE ELLA QUE SE lanzó a su parabrisas pero no parecía del todo confiable y sumando a que su acento hablando haya sido rápido y demasiado rabioso para seguir tentando al destino, supo que era chilena, y en parte podría agradecer que había tenido al menos la decencia de buscar palabras que el entendiera en su rabia a pesar de las groserías, resultándole cómicamente agradable, de hecho, esto le estaba divirtiendo en gran parte.
—¿Compites?—preguntó casual acomodándose la gorra para pasar desapercibido y aunque habían algunas cámaras enfocándolo decidió ignorarlas, miró tras su auto al acercarse, viendo una moto totalmente destruida y con la pintura rayada y notó el casco se le había salido una oreja de felpa— ¿Y para que compañía?, creí que las marcas no les daban sus vehículos a sus pilotos, ya sabes, pasan cosas como estás.
—No es ese tipo de carreras, y aunque lo fueran, las "cosas como estás" no pasan sí ¡estas pendiente al maldito volante o de dónde carajos te estás estacionando!
—Joder, deja de gritarme, que a gritos no se entiende—tapo su oído derecho y se agachó, llevando sus manos a partes de la moto en el suelo— ¿de qué carrera hablas?, puedo hablar con tus jefes para que te den una nueva, lo entenderán.
—No es tan sencillo como averiar un go kart y que te lo renueven a los dos segundos, Mario Bros—ella se llevó una mano al puente de su nariz con indignación— gasté una fortuna para hacer a Mamalona y tu, la mataste con tu Pony Rojo.
—¿Pony rojo?, ¿llamaste a mí Ferrari "pony rojo"? y oye, quizás pueda ese ser mi nuevo apodo, Mario Bros—el alzó una ceja soltando una risa— ¿cuánto es?
—No lo sé, tú la mataste.
—Joder macho, que es solo una moto—él volteó a verla, agachado y tomando un espejo roto— ¿quieres que pagué por ella pero tú no sabes cuánto cuesta?, eso es ridículo.
—No es ridículo, esta tuneada y me cobraron mucho menos de lo que realmente vale.
—Oh, ¿tuneaste una moto?, ¿qué moto era?—el preguntó volviendo a ver la moto, notando que unos ojos de gato rosa rayados lo estaban mirando gracias a la sombra de su auto como si fuera un depredador nocturno.
—Una Ducati Panigale VR4 —ella se miró las uñas desinteresada y apoyada en La Ferrari como si fuera un modelo tan común como ver bicicletas a 5 euros por Wallapop.
Carlos alzó las cejas, cuestionando si eso era posible realmente, una moto así de cara y rápida entre todas las motos que veía en Madrid conducida por una latina era exótico e imposible, y no era que se estaba dejando llevar por prejuicios realmente, pero era demasiado sospechoso que simplemente decidió jugar, de manera claramente inofensiva y bromista.
—¿Y esperas que pague yo por esto?—Carlos apuntó la moto destruida bajo su auto— ¿o me estás acusando porque tengo un Ferrari y alguien más le paso por arriba?, ¿Es por el dinero?
—¡Tú fuiste el saco de weas que le pasó por arriba a la wea como si estuvieras pasando sobre agua!—ella respondió molesta.
—¿Chilena, no? —él soltó una risa ante semejante insulto y grito, realmente no le ofendía en lo absoluto y jugo al tonto otra vez, cualquiera que la viera se daría cuenta de que no era española— si sabes lo que dicen de tus compatriotas por aquí, ¿no? —el se puso de pie y movió sus manos como si hablara de un gran titular— "si ve a un chileno robando, déjelo, es su cultura", poético me parece a mí, sobre todo, una cultura exótica.
—¿Si sabes qué hay cámaras?—ella respondió molesta con un tic en el ojo.
—¿Quieres ver las cámaras?—Sainz alzó una ceja— ¿si quiera sabes quién soy?
—¿Si sabes que usar lentes de aviador y un jockey no sirve para camuflarte entre las personas, no?—ella negó con indignación— eres Mario Bross, el conductor más detestable y básico del Mario Kart pero en la vida real, ¿o estoy mal?
—Eres bastante encantadora haciendo nuevas amistades, ¿te lo han dicho?—Carlos le sonrió ladino.
LAS CÁMARAS DEL SEVEN/11 MOSTRABAN EN BUCLE COMO LA FERRARI PASABA SOBRE LA DUCATI PANIGALE VR4 SOLO PORQUE CARLOS "QUERÍA ASEGURARSE QUE era su auto y no otro", o más bien, estaba disfrutando como la chilena junto a él sufría al ver como su moto era literalmente como un pequeño gatito siendo aplastado por un gran caballo una y otra vez, buscando reacciones cada vez más graciosas que las anteriores.
—Si, esa definitivamente es mi patente y esa tu moto...—Carlos comentó grabando el video desde el inicio con su celular— no sabía que una Ducati tuneada era tan débil...
—No sabía que los pilotos de la Fórmula 1 eran pésimos conductores fuera de los circuitos.
—Hey, no hay necesidad de ponernos agresivos, fiera—Carlos le dijo mientras que la miraba aún con las gafas y la gorra puesta con las manos en alto con inocencia—voy a pagarla pero sólo si me dices en que carreras compites tú, porque nunca te he visto en competencias, ni siquiera tu cara me es conocida.
—Solo págala, la necesito para esta noche y no hay otro plazo—ella no dio detalles.
—Creo que debo saber mínimo qué es lo que haces para pagarla, ¿no?—Carlos decidió volver a repetir sus palabras de diferente manera.
—Creo que lo mínimo que debes hacer es pagarla y cerrar la boca—ella le apuntó amenazante, sin darle opción de negarse— te espero fuera.
El madrileño suspiró y miró al gerente que solo estaba en silencio, analizando lo que estaba pasando como si fuera un mal chiste.
—Latinas, tan pasionales...—Sainz negó saliendo tras ella a los segundos.
ESTABAN FUERA DE LA TIENDA DONDE RICKY ESTABA VENDIENDO PASTELITOS JUNTO A SU AMIGO CUANDO SONRIÓ AL VER A KITTY ENTRAR a su local seguida de Sainz, una sonrisa en grande se dibujo en su cara porque definitivamente una mujer de ese calibre con un hombre como ese eran una mezcla explosiva y peligrosa, eran lo que podría definirse un bi-panic.
—No sabía que te iban los pilotos de la F1, Kat—Ricky comentó— ¿cuánto llevan saliendo?, ¿desde que llegaste a Madrid?
—Berlines con mucha crema—Catalina habló y Carlos miro la vitrina confundido— bastante crema, casi como un cream-pie en un pastelito—ella dramatizó, asqueada incluso con el tipo de comparación que hizo.
—¿Berlines con crema como un cream-pie?, ¿qué tipo de pastelito es eso?, no está en el mostrador—Sainz suspiró mirando confundido— ¿estás segura que estamos pidiendo un pastel y no una película de porno culinario? —la volteó a ver, pero ella lo ignoró, haciéndolo hacer una mueca y enfocarse en el mostrador de nuevo como un niño regañado.
—Mike, encárgate de esto, tenemos un código rosa... y tú, da la vuelta.
Y así fue, Carlos tuvo que meterse al garaje de Ricky con dificultad y con una pésima discreción porque un La Ferrari no era para nada sutil ni podía pasar fácilmente desapercibido por las calles, y al soltar la moto que estaba amarrada a la cola del auto esta dio un golpe seco en el suelo, terminando de romperse y haciendo al chico chillar como un roedor.
—¿Si sabes que podría demandarte por maltrato infantil si esta moto fuera tu hijo?—soltó con indignación Ricky apuntando a Catalina, dejándose caer de rodillas con dramatismo al suelo junto a La Mamalona descompuesta— gasté meses y pasta tuneando a la Mamalona para que ella recibiera alguna tortura romana... ¡eres un jodido monstruo, el boogeyman de las motos!
—El Pony la asesinó a sangre fría—Ella se excusó indignada y de brazos cruzados— ni siquiera quieres saber cómo término el casco.
—¿Puedes arreglarla?—Carlos decidió meterse a la conversación, todo esto le resultaba irreal y ridículo, como una gran estafa, pero daba igual porque gastaría lo que sea con tal de tener a esta mujer cerca y divertirse en sus vacaciones antes de la temporada de carreras— te pagaré los gastos.
—¿Puedes?, sabes que esta noche es la carrera inicial—ella jadeó en busca del aire al pronunciar las palabras, como si aguantara llanto— no puedo no ir...
—Es imposible, demore meses comprando y reuniendo piezas...—suspiró rendido—sí tengo suerte, puedo tenerla para el otro jueves —carraspeó— o quizás sábado...
—Pero hoy es miércoles....
—¡Tú mataste a Mamalona!—Ricky le apuntó y se dedicó a desarmar con sus manos las piezas porque todo estaba suelto—¡y licuaste sus circuitos!
—Él la mató—apuntó a Carlos el cual estaba entretenido mirando cosas como un niño pequeño en una tienda de juguetes— ¿no tienes otra?, no puedo no asistir hoy... mi reputación se verá afectada si no asisto.
—No, pero Mike tiene a Raptor—Ricky se excusó— pero no va contigo, es verde moco y el casco tiene púas como si fuera un dinosaurio—arrugó la nariz.
—¿Y no hay otra?
—Bueno... es que no la he probado, no puedo darte algo que no...
—Da igual, la usaré hasta que arregles a Mamalona...
Carlos estudiaba el garaje, le resultaba gracioso estar involucrado en esto cuando lo más bueno era simplemente ignorarla y solo pagar sin cuestionar, pero estaba aburrido y las vacaciones que tenía no estaban saliendo como quería... así que, la motoquera loca era su nueva diversión desde que saltó a su auto y no pensaba cuestionarlo. Miró planos y repuestos, incluso habían fotos de motos y algunas de ellas, firmadas.
—¿Qué tipo de carreras hablamos?—Sainz decidió preguntar— esto no se ve como algo de motociclismo deportivo.
—Oh no amigo, no puedo decirte—Ricky carraspeó— o sea, mataste a Mamalona... te disculpo porque La Ferrari es un lindo auto y eres de la F1, sin obviar que tu acento español es demasiado sexy.
—Te dije que tu "disfraz" no funciona—Catalina rodó los ojos—es obvio que eres Carlos Sainz el Mario Bros de la F1 y no Juancho el vendedor de pan.
—¿Por qué no pueden decirme?, ¿si quiera son carreras reales o es algo ilegal?—fue directo queriendo buscar alguna respuesta para saber en dónde se estaba metiendo en caso de ser expuesto en los medios.
—Primera regla de las carreras, no se puede hablar de las carreras—Ricky habló como si fuera el Club de la Pelea.
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