ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 𝟽
No se cuanto tiempo me habré quedado observando los retratos pero a tenido que ser mucho ya que cuando reacciono y miro alrededor.
No hay nadie.
No veo a Jungwon.
Esto no me esta gustando. Solo a tí Jake se te ocurre distraerte.
¿Que nunca aprendo la lección?
–¡Su alteza! –me asustó por el grito que da Felix.
Esperen
¿¡Jungwon!?
Me volteo y efectivamente ahí está Jungwon.
¿¡Ven cuando les digo que soy un total distraído!? Ni siquiera me dí cuenta cuando Jungwon llegó.
–Alteza, ¿me está escuchando?
<<Como dije, distraído. >>
–Si Jungwon. –Le respondo sin saber bien que dijo.
–Bien, –Jungwon parece un poco más relajado.– como le decía, los Reyes y el Príncipe están teniendo una reunión muy importante y por lo tanto no hay que hacer bulla en los pasillos ya el Salón Real esta muy cerca de aquí. –Finaliza Jungwon.
Aaaah por eso el príncipe no a venido a verme.
¡PERO QUE RAYOS ESTAS PENSANDO JAKE!
No, eso no.
–Ah, okey.
–Bien sigame Alteza y por favor no se distraiga. –Me advierte Jungwon.
Me sonrojo al escuchar eso.
–Si, no te preocupes, no me voy a distraer. –Le digo para después verlo voltearse y caminar por el pasillo y lo sigo, pero antes le doy una mirada rápida a los retratos y en especial a sus fechas.
Hay algo con estas que no cuadra y siento que es mi deber saberlo.
No me pregunten como eso es lógico porque ni yo sé, pero lo único que sé es que necesito averiguar más sobre estos cuadros.
Todo eso pasa por mi cabeza mientras sigo a Jungwon en silencio, hasta que él se detiene en frente de una habitación y toca la puerta. Poco despues esta se habré y una sirvienta sale y al verme de inmediato hace una reverencia y nos invita a pasar. Le devuelvo la reverencia a la sirvienta antes de entrar al cuarto y cuando entró me quedo sin palabras.
Este es el cuarto con más juegos que he visto en toda mi vida.
–¡Yunie Oppa! –Escucho que Yujin grita y sale del mini Castillo inflable, que se encontraba a unos metros de mi, corriendo.
–Hola mi princesita. –Le digo antes de agacharme y abrazarla.
–¡Yunie oppa mira mi castillo! –Dice señalando el castillo inflable.– La señora dice que es mío. –Sonríe.
–¿De verdad princesa? Wow, que grande que es. –Le devuelvo la sonrisa.
–Si, pero no tan grande como este. ¿Ves Yunie oppa? Mi sueño se cumplió. –Y después de decir eso corre de nuevo hacia el castillo.
Pero aunque no pueda ignorarlo es cierto. El sueño qué Yujin tuvó en cierta parte se cumplió, aunque sólo fuera éso, un sueño. Porqué si ella hubiera soñado el secuestro, el maltrato de los paparazzi, mi desmayo y un montón de otros sucesos a lo largo del día hubiera sentido mucho miedo.
–¡Yunie hyung! –Escucho el grito de Hyeongjun y me volteo para verlo correr con una sonrisa que hace ver sus grandes ojitos.
–Mi pequeño, ¿como estas? –Le digo cuando lo tengo cerca para abrazarlo y darle un beso en la cabeza.
–Bien Yunie hyung, mira tengo un peluche de Snoopy. –Me muestra el peluche.
—Es muy lindo.
–Si y tienes que ver los demás Yunie hyung, ¡tiene más amiguitos! –Hyeongjun me jala de las manos para que lo siga.
Y no puedo negarme a algo que pida Hyeongjun. Asi que lo dejó ser y me siento en el suelo y solo escucho lo que dice de cada uno de los peluches que me muestra.
Pero en eso se detiene en medio de su historia sobre uno de sus peluches y me mira con duda. Antes de poder saber lo que le sucede, se acerca más, quedando frente a mi con una expresión sería.
–Yunie hyung, ¿Que hacemos aquí? –Pregunta – Le pregunte a Yujin y ella me dice que su sueño se cumplió, pero yo creo que no es así ¿Qué hacemos aquí? –Me pregunta de nuevo inclinando un poco su cabeza.
No tengo palabras, esto no me lo esperaba. No se que decirle, ¡Ni si quiera yo sé la razón del porque estamos aquí! Mi hermanito si que es muy inteligente.
–Junnie, ahm... es que...
Piensa rápido Jake.
–El Príncipe nos a invitado a cenar ya que ahm... Nosotros somos la familia elegida por medio de un sorteo.
Sip, eso es lo mejor que se me pudo ocurrir.
Ay Jake, Dios.
–Oh, ¿encerio? –Pregunta con asombro.– ¡Wow que genial! ¿Escuchastes Snoopy? ¡Ganamos un premio! –Y empieza a saltar con su Snoopy en brazos para luego correr hacia el castillo inflable y llamar a Yujin.
De seguro para contarle lo que le dije.
–¡Hyeongjun no corras! –Grito sabiendo que me va a escuchar.
Por eso es que siempre, la mayoría de veces, me cree lo que le digo, como ahora. Y estoy agradecido de eso en estos momentos.
Me levanto del suelo y miro a Jungwon. Sabía que él no me dejaría solo y que se encontraría cerca mirándome, pero ahora qué veo como me mira, no sé que tipo de mirada me está dando. Es una de esas miradas que nunca sabes que sentimiento es.
¿Ternura?
¿Tristeza?
¿Compasión?
¿Pena?
No se porque me mira así.
Me acerco a él para preguntarle qué le pasa.
–Sus hermanitos son muy tiernos Alteza. –Me dice cuando me encuentro cerca de el.
–Gracias Felix. –Sonrío– Se llaman Hyeongjun y Yujin, son mellizos y tienen seis años.
–Son muy lindos y obedientes.
Rio. –Si, son muy buenos niños. –Dirijo mi mirada hacia el castillo inflable donde se encontraban jugando.– Son lo más importante que tengo.
–Ellos lo admiran y aman alteza. –Me dice Jungwon y yo volteo a verlo. –Veo como sus ojos les brillan cuando lo ven y así como usted los ama a ellos, ellos también lo hacen con usted. –Termina de decir y me sonríe con calidez.
Se que ellos me aman como yo lo hago con ellos. Daría lo que sea por verlos felices y a salvo.
Quería seguir conversando con Jungwon pero tocaron la puerta de la habitación y él tuvo que ir a abrirla.
Era de nuevo la sirvienta, la que nos abrió la puerta.
–Jungwon, Seungwan dice que vayas con la Alteza al Salón Real ahora mismo. –La sirvienta no espero respuesta alguna de parte de Jungwon y se fué.
Jungwon voltea a verme. –Ya la oíste, –Hace una mueca.– te esperan.
–Okey solo un momento. –Digo señalando el castillo inflable.
Él solo asiente y me doy vuelta para dirigirme hacia los peques.
–¡Hyeongjun! ¡Yujin! ¡Salgan! –Los llamo.
–¿Si Yunie oppa? –Dice Yujin ni bien sale con Hyeongjun agarrando su manito.
Sonrío enternecido por su acción.
–Yujin, Hyeongjun, –Me agachó para tener su misma estatura.– me tengo que ir pequeños.
–Pero Yunie Hyung, no has estado junto a nosotros como lo prometiste. –Reclama Hyeongjun.
–Si Yunie oppa, –Confirma Yujin. –no has estado con nosotros como lo prometiste. Yunie oppa siempre cumple sus promesas, siempre. –Se cruza se brazos y hace puchero. Acción que de inmediato copia Hyeongjun.
Ahora tengo a mis dos personas favoritas molestas conmigo y haciendo una escena muy adorable.
–Todavía el día no se acaba peques. –Los abrazo– Cuando vuelva les prometo que me quedaré con ustedes, y yo no rompo mis promesas.
Me separo de ellos y veo que se dan una mirada para después alzar sus manitos y luego sus dedos meñique, haciendo la seña de la promesa.
Yo solo sonrío y también imitó su acción pero con una mano para cada uno. Entrelazando nuestros dedos meñiques sellando la promesa que les hice.
Espero poder cumplirla.
Después de despedirme de los peques, Jungwon me guió hasta el Salón donde se encontraban los Reyes y el príncipe.
Mentiría si dijera que no tengo miedo por estar en frente de los Reyes. Ellos son muy estrictos, se les conoce por siempre tener todo en orden y que nada este como ellos no quieren.
Al parecer Jungwon se dió cuenta de mis nervios y antes de seguir avanzando me miro y sonrió.
–Alteza no tenga miedo no sienta nervios, –Dice– se que es imposible que no sienta eso en su situación pero tenga por seguro que los Reyes no son duros como lo nuestra la prensa, al contrario, ellos son amables y te tratan con dulzura; bueno la Reina es más cariñosa que el Rey pero cuando pase el tiempo verá que el Rey no es tan distinto de la Reina.
Finaliza Jungwon y yo solo espero que lo que dice sea cierto y que los Reyes no me maten con la mirada.
Suelto un suspiro relajandome un poco, aunque aún siento algo de miedo y nervios, y Jungwon toma eso como una señal de que ya podemos seguir avanzando hacia el Salón. No nos tomó mucho, de hecho solo doblando el pasillo y a unos dos metros estaba la puerta del Salón Real con dos guardias en ella.
Nos acercamos y Jungwon hace una señal a los guardias de que nos dejen entrar. Ellos al verme abrieron las puertas dejándonos entrar al Salón, no si antes hacer una reverencia.
Cuando entré al Salón me quedé asombrado. Si el cuarto de juegos era grande este es el doble. Tiene unos estantes repletos con libros, un candelabro de diamantes colgando del techo alto, unas pinturas colgando de las paredes y unos muebles estilo vintage del siglo XIX.
Es simplemente hermoso.
No podía salir de mi asombro hasta que caigo en cuenta de que los Reyes y el Príncipe están en el Salón mirándome, de seguro observando como tengo la boca abierta mientras miro todo el cuarto.
Dios mío que vergüenza.
–Mis Reyes y Príncipe. –Dice Jungwon– Aquí está alteza, como ustedes me lo pidieron.
–Bien Jungwon ya puedes retirarse. –Dice el Rey.
Jungwon hace una reverencia y camina hacia la puerta del Salón. Dejándome solo, sin nadie quien me salve.
Cuando Jungwon sale del Salón y las puertas de este se cierran, no sabía que hacer. Estaba en medio del Salón con los Reyes y el Príncipe observandome de pies a cabeza.
Me sentía como si fuera un objeto de exposición y ellos me estuvieran analizando para ver como era.
Bajo la mirada al no poder soportar sus miradas. Me sentí intimidado y solo quería irme de ahí.
–No bajes la mirada. –Dice la Reina– Ante cualquier situación nunca hay que bajar la mirada.
Alzo mi mirada al escucharla decir eso y veo que ella me está sonriendo.
–Si Reina Park. –Digo y hago una reverencia.
–Ay, no tienes que ser tan cordial. –Dice– No eres un sirviente, tu eres parte de la familia.
–Por desgracia.
–Jongseong, ten más respeto –Dice el Rey, que no había dicho nada desde que entre.
–Si, padre. –Dice mirándome con odio.
El sentimiento es mutuo.
–Bien Jaeyun. –Habla el Rey– Ven y siéntate con nosotros. –Señala el sillón que esta al frente de la Reina y al costado del Príncipe. Suerte que son individuales.– Tenemos mucho de que hablar.
<<Ni que lo diga>>
Pienso eso y me acercó al sillón y cuando estoy a punto de sentarme miro de reojo al Príncipe, ya que estaba evitando hacer contacto visual con él hasta ahora, y nuestras miradas se encuentran y su mirada me manda el mismo sentimiento de antes.
Si las miradas mataran probablemente ya estuviera 5 metros bajo tierra y él también, ya que como dije antes, el sentimiento es mutuo.
No se cuanto tiempo habremos mantenido el contacto visual pero cuando nos dimos cuanta ya era tarde, el Rey y la Reina nos estaban dando una mirada curiosa, esta por parte de la Reina ya que la del Rey no se como describirla.
Después de eso momento incómodo, me senté en el asiento que me indicaron y el Rey mando a llamar a una sirvienta para que traiga el té y poder conversar mejor. Yo en todo ese tiempo no sabía que decir, digo se que quería respuestas desde que llegue aquí pero siento que los Reyes no me van a reponder todas o no me dirán toda la verdad. Después de ver como todos en el castillo evitan las preguntas que les hago, y ese detalle de los retratos en el pasillo, siento que los Reyes tampoco me darán las respuestas a todas mis dudas y eso me pone ansioso, porque si ellos no me dirán toda la verdad sobre lo que me esta pasando.
¿Quien me lo dirá?
–Jaeyun. –Me llama la Reina.– Jaeyun, ¿estas bien? –Pregunta preocupada.– Estas pálido.
–No se preocupe Reina, estoy bien. –Digo y luego muerdo mis labios ligeramente para darle color, así daré un poco de color a mi rostro y ya no parecerá que estoy pálido.
–Serim dile que se apuren con el té, Jaeyun necesita algo caliente. –Dice la Reina al Rey.
–Eunbi, el té ya lo están trayendo no te preocupes. –Responde el Rey Serim y acaricia la mejilla de la Reina con una pequeña sonrisa.
Creo que no les dije el nombre de los Reyes y su historia, bien creo que este es buen momento.
Hace 30 años, diez años después del escándalo real, el hijo menor del antiguo Rey asumió el puesto de Rey y con eso llegó el hecho de que tenía que elegir a una futura esposa que eventualmente se convertiría en Reina, en este caso si se dio a saber el sexo de la futura Reina.
Es una tradición, impuesta por el Palacio hace muchos años, que cuando un príncipe va a asumir el cargo de Rey tiene que tener a una esposa y si no la tiene el mismo Palacio le entregará a una mujer, elegida por ellos mismos, para que esta ocupe el puesto. Ya que para ellos tener a un Rey y Reina es mejor que solo tener un Rey. Esto se debe a que el Rey tiene que ser fuerte y duro para poder dirigir a una nación pero también debe de tener a alguien que pueda sacar ese lado suave para que la nación vea que no tienen a un Rey sin sentimientos y es ahí donde entra el papel de la Reina. Mientras el Rey representa la fuerza de la nación, la Reina representa la paz de está.
Y es por eso que cuando el Rey asumió el puesto lo obligaron a elegir a una persona que pudiera ser la Reina y como toda persona normal se negó a tener a cualquier persona como la futura Reina, así que al no querer que lo obligarán a casarse con cualquiera decidió él mismo elegir a su esposa y es por eso que eligió a su mejor amiga, una persona que el confía y quiere, para ocupar ese puesto.
Sí, como lo leyeron, el Rey Serim y la Reina Eunbi eran mejores amigos.
Eso es lo que se sabe del inició de la relación de los Reyes, ya que el Palacio no quiso que se supiera mucho de su relación y prohibieron a todas las cadenas de televisión que tocarán el tema. Lo que si les puedo decir es que no mintieron cuando decían que los Reyes se aman de verdad y yo soy testigo de eso, porque cuando veo como se miran lo único que se refleja en sus ojos es puro amor, esa mirada es la misma que mis padres se dedicaban, y puedo decir que eso es amor puro.
–Mis Reyes aquí está sus té. –Dice la sirvienta que acaba de llegar.
–Pasa Yuri. –Dice la Reina
Yuri pasa y de inmediato le sirve el té a la Reina y al Rey, para depués servirle al Príncipe, con cara de pocos amigos, y luego a mí.
Después de que Yuri sirviera el té y luego se retirara, la Reina me dijo que tomara el té para que me sintiera mejor, ya que insistía en que parecía enfermo, yo solo hice lo que me pidió así que tomé el té. Después de darle unos sorbos y que los Reyes también tomaran del suyo, por cierto el Príncipe no tocó el suyo, se formó un silencio un poco incómodo, que pronto se vería roto cuando el Príncipe hizo un pequeño sonido llamando la atención.
–Padre no es por ser irrespetuoso, –Dice– pero, ¿podría decir rápido lo que tienes que decir?
–Lo que tengo que decir hijo, no es algo que se pueda decirse como si nada. –Responde el Rey.– Este es un tema delicado que no sólo influye en tu futuro si no también en el de Jaeyun.
Después de decir eso el Príncipe se queda callado mirando fijamente al Rey para luego voltearse a verme, solo unos segundos, y luego voltearse a ver de nuevo al Rey, solo que esta vez se recuesta, un poco, en el sofá.
–Padre, ya se lo que tienes que decirme. –Me señala– Él es mi futuro esposo así que ya no hay necesidad de esta reunión, ya se todo. –Dice relajado.
–No mi hijo. –Dice la Reina.– Sabes solo una parte, pero no todo.
–Es por eso que necesitaba que ustedes dos estén aquí. –Habla el Rey.– Voy a contarles el porque ustedes dos tienen que casarse.
–Supongo que es lo que querían saber desde que todo empezó. –La Reina me mira. Como su supiera que yo era el que más lo necesitaba.
–No necesariamente. –Dice el Príncipe, aún recostado en el sillón.
–Tal vez tú pero estoy segura de que Jaeyun si y más respeto que soy tu madre –Le regaña la Reina.
–Lo siento madre –se disculpa el Príncipe.
–Creo que ustedes, aunque tu no lo quieras hijo, necesitan una explicación. Se la merecen. –Dice el Rey.– Y es por eso que los llame, así que pónganse cómodos. –Señala el rey.
Alfin voy a poder saber la verdad y responder mis dudas que he tenido dentro de mi cabeza todo este tiempo, aunque siento que talves no todas mis dudas serán respondidas. Pero esto es un comienzo y es mejor que nada.
Nos leemos pronto~
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