ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝟸𝟾
–Entonces... Tú y él hicieron... -Sunoo movió sus manos de una forma rara.
Suelto un suspiro y asiento con la cabeza. - Si, hicimos el amor, ¿contento? -me doy vuelta y me acomodo mejor en el suave haciendo del Jet.
Un resumen rápido de lo que pasó fue que cuando Jay y yo nos despertamos en la mañana, recordando todo lo que pasó la noche anterior, y nos pusimos tímidos. En especial yo que pude ver todo el torso desnudo de Jay con marcas y algunos rasguños. Algún espíritu caliente se habrá apoderado de mi esa noche porque no creo que YO haya podido hacer eso. Pero la sonrisa pícara de Jay me dice lo contrario.
Después de ese momento entre vergonzoso y divertido, por algunos comentarios dados por él, decidimos vestirnos con la ropa que los meseros, que Jay había contratado, nos dejaron. Si, mi cara parecía una cereza al pensar que esos meseros habían escuchado todo el ruido de la noche. Pero omitiendo eso. El desayuno que tomamos frente al mar fue exquisito, el mejor de mi vida, considerando que siempre he tomado jugo y comido tostadas como desayuno.
Lamentablemente el tiempo pasó volando y cuando menos me lo esperé ya nos encontrábamos frente a la puerta de la habitación donde Jay y el resto de mis amigos se hospedaron. Pero esperaba todo menos el desastre que resultó ser la sala, cocina y comedor. Heeseung y Yeonjun se encontraban tirados en los sillones con botellas de cerveza esparcidas a su alrededor mientras que Riki y Sunoo estaban en el comedor y cocina, respectivamente, durmiendo con las ropas desordenadas.
Entre miradas desorientadas y confundidos como el infierno Jay y yo nos dimos en la tarea de ordenar y despertar a los chicos antes de que los señores Bang llegaran, lo cual afortunadamente logramos con la ayuda de Jungwon, que tenía un aspecto triste y decaído. Por mi cabeza pasaba varias cosas y no podía tener alguna idea razonable de lo que haya podido pasar la noche anterior con mis amigos. Los señores Bang llegaron unos horas después para decirnos que necesitábamos regresar urgente a Corea por algo que había pasado, no nos dieron más detalles y, junto a Sunghoon, que se encontraba también confundido y perdido por el aspecto que tenían mis amigos, abordamos el Jet rumbo a casa.
Pero mientras otros dormían como Riki, Heeseung, Sunghoon, otros se dedicaban a hablar o estar en sus celulares, en el caso de Jungwon ninguno de las anteriores. No me pude acercar a el para ver lo que le pasaba, ese no es el Jungwon que conozco.
–Hey, Sunoo, ¿puedo hacerte una pregunta?
–Claro Yun, dime.
No sabía porque pero tenía un extraño presentimiento que me decía que Sunoo sabía que le pasaba a Jungwon.
–¿Tú sabes por qué Felix esta tan triste y decaído?
La mirada de molestia que Sunoo le dedica a Heeseung es todo lo que necesito para tener un idea de lo que pasó.
–El día de ayer el imbécil que tiene de amigo tu novio, y no me refiero al guapo japonés sino al poste sonrisitas, le propuso una cita a Jungwon la cual él aceptó. Pero lo terminaron plantando y a lo feo. Se quedó hasta las 11 de la noche, que fue la hora en que salí de la casa con Yeonjun, esperando al idiota ese. Y como sabes el resto fue que llegamos y todos nos emborrachamos, incluido él, como si no hubiera un mañana. -suelta una risa apenada.
Decir que mi sangre estaba hirviendo de la rabia al escuchar todo eso era poco. Si tenía claro de algo era que Jungwon no merecía tal desplante y humillación. El es la persona más linda y amable que he conocido. Heeseung me las iba a pagar, y muy caro.
–Chicos... -volteamos a ver a Yeonjun que estaba frente a nosotros, con unas ojeras que ni en la temporada de exámenes tiene.- Faltan todavía 5 horas para llegar a Corea así que descansen lo mejor que puedan. -después de eso se da media vuelta y camina hacia su asiento, donde se tira para no volverse a levantar.
Junto a Sunoo reímos por lo bajo al verlo de esa forma. Doy una mirada hacia donde Jay y los señores Bang se encontraban conversando desde que despegamos, se les veía serios y estresados. Algo malo estaba pasando, pero no podía decir que era. Sacudo mi cabeza en un intento de "despejar" todos esos pensamientos y me acómodo mejor en mi asiento ya listo para poder dormir un poco.
Sea lo que sea que este pasando pronto lo sabré.
–Eso es mentira, él no puede ser uno de ellos.
–¿Me estas diciendo mentiroso?
–No, pero lo que dices es descabellado. Ellos dejaron de existir hace mucho.
–Dejaron de reportarse casos de ellos pero no que se hayan extinto. - respondió Seungcheol con una sonrisa.
Jisoo se sobaba el ceño intentando comprender toda la información que mejor amigo y líder Nor Coreano le estaba dando. Porque todo esto le estaba estresado a montones. Jisoo podía decir que estaba pendiendo de un hilo toda su misión sobre el prometido del Príncipe.
Maldecía a ese grupo de jóvenes idiotas que atacaron a una pequeña aldea de Sur Corea hace unas horas.
–¿Como descubrístes eso? ¿Quien es tu otro informante?
–Un joven chico que trabaja con el doctor de la familia real me contacto para hacerme una oferta a cambio de 1 millón de wones.
Seungcheol al principio pensó que era algún tipo de trampa, pero al mandar a Beomgyu por la información y ver esos papeles y todo lo demás relacionado al chico Shim no tenía dudas. Este era su pase para la victoria.
–¿Y que piensas hacer con eso? - pregunta Jisoo - ¿Sabes que si atrapan al chico tú y yo nos hundimos no?
Yo me hundire, no tú, yo te metí en esto y yo haré todo lo pasible para sacarte. -dijo Seungcheol en tono firme.
Muchos podían decir que el líder Seungcheol era una persona sin sentimientos y malvado. Podía decirse que algo de verdad tenían. Pero no siempre fué de esa forma. Una parte de su vida fue feliz, verdaderamente feliz, junto a las personas que amaba. Pero lamentablemente, como todo en su vida, su felicidad duró poco.
Y todo gracias a los surcoreanos.
Hace 10 años hubo un incendio en un pequeño pueblo en Nor Corea, dejando a varias familias sin hogar y gravemente heridas, otros murieron gracias a las quemaduras que tenían sus cuerpos.
Entre esas personas que murieron estaban el esposo y bebé de Seungcheol. En ese momento el no era líder por lo que no pudo hacer nada, pero él y más personas le reclamaron al líder, de ese entonces, que hiciera justicia por esas personas que perdieron la vida.
La investigación, en la que Seungcheol participó, los llevó hacia cinco Sur coreanos que tenían historial criminal relacionado con fuego. Fueron hacia el Palacio de Sur Corea donde el Rey Serim les dijo que se encargaría de repartir justicia hacia esos hombres. Pero fueron palabras vacías. Los cinco hombres fueron condenados a 30 años de cárcel sin libertad condicional.
Solo 30 años por quemar una aldea donde hubo 20 heridos con quemaduras graves, 30 familias sin hogar y 7 muertos.
Ese día, cuando Seungcheol escucho la sentencia y vió como el Rey Serim salía de la sala donde lo esperaban su esposa e hijo como si nada hubiera pasado, tomó una desición.
Se prometió, en el nombre de su esposo e hijo, que vengaria sus muerte.
Ojo por ojo, diente por diente...hijo por hijo.
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