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–Podríamos ir al Festival que están haciendo en la calle principal de Honolulu, hay bailarines y carruajes pero sobre todo hay buena comida callejera.
La sola mención de comida hizo que mi boca empezará a babear. Mi cuerpo me seguía doliendo, en especial las piernas, por el concurso de ayer, y como le había dicho a Sunghoon el dinero iba a ir a una casa de ancianos que ví que estaba en mal estado. Fue pura casualidad que me haya topado con ella, pero ver que los pobres ancianos no tenían los suministros suficientes para vivir me partió el corazón y no pude evitarlo.
Pero volviendo al presente.
Sunghoon y yo nos levantamos "temprano", si así se considera levantarse al medio día, para seguir recorriendo Hawaii. Ni tomamos desayuno porque quisimos comer en la calle. Por eso ahora estamos dando ideas, y parece que iremos al Festival de Salsa que se estaba dando.
Este día sería el mejor.
–No otra vez Sunghoon.
–Esta vez será distinto, no haremos ningún esfuerzo físico, solo moveremos el esqueleto. -dice con una sonrisa.
Mi cara de seriedad se fué al tacho con eso último. Pero aún así no quería participar en esa competencia de salsa, no había premio, solo comida gratis, y eso es suficiente para alimentar al alma gorda y competitiva de Sunghoon. Esta vez no hubo ninguna Barbie barata que anduviera cerca de nosotros, para mi suerte, pero mi instinto competitivo salió a flote cuando Sunghoon, en medio de su palabrería, mencionó que yo no tenía porque bailar bien, que el era muy buen bailarín como para que nadie notará mis dos pies izquierdos.
–Te demostraré que yo sí se bailar bailar tan bien que ganaré esta competencia y te comeras tus palabras.
–La competencia es en parejas.
–A mi no me importa eso, con solo demostrarte que yo se bailar bien me es suficiente. -señalo el estand de inscripciones- Ahora ve e inscribenos que el tiempo es oro.
Veo como se da la vuelta y como me dedica su típica sonrisa triunfante.
Maldita sea.
Acababa de entrar en el juego de Sunghoon.
Me las pagará.
Dale a tu cuerpo alegría Macarena eeeeeeh Macarena.
La Macarena sonaba de fondo mientras todas las parejas que hiban a participar nos preparabamos para la competencia. Aunque poco o nada me importaba si ganaba o no, quería solo demostrarle a Sunghoon que podía "mover el esqueleto" Tan bien como el.
–¡Empezamos de una vez con esto damas y caballeros!
El grito del presentador, que curiosamente era el mismo de la competencia anterior, me alertó y cuando ví que todas las parejas tomaban posiciones, miré a Sunghoon y me acerque a él, pero con una mirada que reflejaba todo menos agrado y felicidad.
–¿Sigues molesto por eso? Vamos, pequeño ángel, era solo broma, no quise decir eso de verdad.
Solo bufo y copió la posición de la pareja del costado. Una de mis manos en el hombro de Sunghoon y la otra tomando su mano. Por su cara puedo decir que no se esperaba esa repentina acción de mi parte.
–No te creo nada. Te voy a demostrar que puedo bailar tan bien como tu.
El se ríe y pone su mano alrededores de mi cintura y se acomoda mejor.
–Creo que acabó de crear a un monstruo. -dice aún con una sonrisa.
–¡Vamos! !3...! ¡2...!
Esta vez fue mi turno de reír.
–El monstruo siempre estuvo ahí, solo ayudaste a liberarlo.
–!1...! ¡Arrrriba!
Con eso la música empieza a sonar y nuestros cuerpos se mueven al compás de esta.
–Joven Jongseong, él se encuentra en el Festival que se está dando en la calle principal de Honolulu. Nos han dicho que esta participando en un concurso de salsa con el joven Park ahora mismo.
–¿¡Concurso de Salsa!? Jaja Ya ganaron entonces, Jake es muy bueno bailando y la salsa es uno de sus fuertes. -dice uno de los amigos de Jake, Yeonjun se llamaba.
Estábamos en un hotel cerca de donde Jake y Sunghoon se hospedaban. Decidí que era mejor no hospedarnos en el mismo hotel por seguridad, y porque ya no había más habitaciones disponibles, pero lo principal fue la seguridad. No quería que él me viera antes de tiempo.
–¿A que hora piensa aparecerse por ahí? Tenemos el carruaje listo y todo cubierto para que pueda ir donde él esta.
Los señores Bang habían enviado a algunos guardias encubiertos para que vigilarán a Jake y Sunghoon, ellos no peligraban o algo por el estilo, solo que no querían perderlos de vista.
Bueno, yo no quería perderlos de vista.
Aunque Sunghoon me había dado su palabra de no acercarse de "esa" manera a Jake, yo no podía confiar mucho en su palabra, al fin de cuentas él seguía enamorado de Jake y el hecho de que el se encontrará ahí no garantizaba que dejara sus sentimientos de lado. Seguía siendo una amenaza.
–No, todavía no. Que pasen algún tiempo juntos más, yo veré cuando sea el momento adecuado.
–Como usted lo diga. -el señor Chan se retira y va donde el señor Minho se encuentra. En la terraza.
Ellos aún están en su horario de trabajo, pero también, después de mi sorpresa para Jake, estarán automáticamente de vacaciones con todo pagado aquí en Hawaii.
Independientemente de que Jake me acepte o no, y espero que si lo haga, ellos estarán de vacaciones sí o sí.
Se lo merecen.
–Es mi ilusión o Riki esta más... raro de lo usual.
Volteo a ver a Heeseung que estaba a mi lado y dirijo mi mirada hacia el mencionado. Riki se encontraba en la barra de la cocina con un trago en la mano mirando la ventana, pero de vez en cuando mirando a Sunoo, el amigo de Jake. Cuando ví como se repetía denuevo la escena del jet me quize golpear la cabeza por haberme olvidado de ir donde él y ver que le pasaba. Solo había dos ocasiones que lo ví comportarse de esa manera y las dos fueron un completo desastre.
Suspiré y le di un trago a mi jugo, no quería beber nada de alcohol. No estába de ánimos.
–Tú crees que...
–Que, ¿Que le haya llamado la atención el amigo de Jake? Rezemos porque eso no pase, Heeseung, porque sino estaremos jodidos.
–Pero, ¿y si esta vez es diferente? Debemos de preguntarle.
–Todos estamos jodidos. Mi pasado me persiguió y por eso perdí a Jake. Tú pasado también lo hizo y por esa razón Jungwon no te quiere ver ni en pintura. Y él - señalo a Riki. -, su pasado también lo esta haciendo, pero la diferencia es que nosotros dos sí queremos cambiar y ser diferentes... Él no hace ni siquiera el intento por cambiar. Tuvo varias oportunidades. Es buen amigo, le debo mucho, pero si el no quiso cambiar en el pasado por ella, no creo que lo haga por él. -señalo a Sunoo.
Todos tenemos nuestros demonios.
El claro ejemplo soy yo. El mío fue Soyeon y las drogas. Por querer ocultar mi pasado y mis demonios terminé perdiendo a la persona que amo.
–Pero...
–Jungwon se encuentra en el jardín de la parte de atrás del hotel. Ve y ayudalo a regar las flores, estoy seguro que apreciaría una ayuda.
Escucho que Heeseung bufa, y eso me da una idea de lo que va a decirme.
–Me mandó a volar cuando le pregunté a donde iba. -Bingo- No me quiere cerca. - volteo a verlo y rio.
–Ve de todas maneras, no pierdes nada con intentarlo, creo. Estoy seguro que esta vez será diferente, solo sé tu mismo. Muestra tu verdadero yo, muestrale que cambiaste, y veras como mejorarán las cosas.
Esperaba varias reacciones cuando Heeseung se levantó de golpe del asiento, pero un abrazo estaba lejos de mis opciones. No me dió tiempo de corresponderle cuando el ya se encontraba caminando hacia la puerta. Pero veo que da media vuelta y vuelve a pararse frente a mi.
–Eres un buen amigo Jay, puede que a veces la cagues a niveles impresionantes. -le alzo una ceja. Él ríe. –Pero eres un buen amigo y hermano. Estoy seguro que Jake volverá contigo y serán esa pareja envidiable de la que todos hablan cada mañana en los canales. Gracias.
Y con ese pequeño discurso vuelve a caminar, casi correr, hacia la puerta de salida. Rio y vuelvo a tomar una trago de mi jugo antes de sentir como tocaban mi hombro.
–¿Que le dijistes a Heeseung para que se pusiera así? -me pregunta Riki.
Yo solo alzo los hombros y sonrio inocentemente.
–Puede que pronto deje de ser ignorado por Jungwon. - veo que solo asiente y se pone pensativo. De nuevo tiene esa mirada perdida, pero antes de que pudiera hacer algo el niega con su cabeza. De nuevo metido en su mundo.
–Me voy a mi habitación. Descansa.
Y con eso veo como desaparece por el pasillo con dirección a las habitaciones. Le dedicó una última mirada al pasillo vacío y volteo a ver a los amigo de Jake, topandome con la mirada de Sunoo. Él me da una sonrisa parecida a una mueca y vuelve a prestarle atención a Yeonjun, que ignoraba todo a su alrededor mirando atentamente a la televisión.
Sabía que este viaje sería muy duro y raro en muchos aspectos. Heeseung y yo nos enfrentaríamos a nuestros demonios y esperabamos salir victoriosos de esa batalla.
Pero sentía pena por Riki.
Su amigo tenía que dejar ir el pasado o perderá la oportunidad de ser feliz.
–¡Aplausos a los ganadores Shim Jake y Park Sunghoon! -el presentador se acerca a nosotros con dos collares y coronas de flores en sus manos.- Jamás creí que viviría para ver a dos coreanos ganar una competencia de salsa.
Jamás creí que ganaríamos la competencia, no después de la casi caida que tuve. Pero ahora las coronas y collares de flores dicen que somos los ganadores. Sunghoon saltaba de la alegría y yo, solo tenía mucha, pero mucha, hambre. Todas mis fuerzas se fueron y necesitaba con urgencia una botella de agua.
–Ya pueden irse y pidan lo que quieran que todo es gratis para ustedes. Ese es su premio. Pero deben de fijarse que tenga el logo de la competencia de salsa, sino, tendrán que pagar. -nos informa el presentador antes de irse.
Miro a Sunghoon y el asiente y toma mi mano para empezar a caminar al primer puesto de comida que tenga el logo de la competencia, como el presentador nos había dicho. El primer puesto que vimos fue uno de frutas y jugos naturales.
Bingo
Con Sunghoon nos acercamos y le pedimos a la señora que nos de un jugó de mango, mío, y de piña, Sunghoon. Al parecer la señora ya sabía quienes éramos por lo que no nos cobro cuando nos sirvió los jugos, aun así le dejé algo de dinero, lo que cuesta mi jugo.
Con nuestro jugo en mano Sunghoon y yo paseamos por toda la ciudad, al parecer no sólo había un concurso de salsa sino que también había un carnaval festejandose. Era muy divertido y emocionante ver cuantas carrozas llenas de colores y de distintos tamaños paseaban por la calle principal. Había bailarines, acróbatas, niños y adultos de todas las edades saludando a todos desde las carrozas; era todo muy entretenido de ver.
Pero una de ellas me llamó la atención.
La última de ellas era una de las más bonitas que había visto. No era la más grande pero los detalles que tenía eran lo que la hacían resaltar. Pero a diferencia de las anteriores esta no tenía representantes, personas que saludarlan al público o lanzarán algunos obsequios como en las otras; solo habían acróbatas y bailarines que estaban a su alrededor.
Voltee mirar a Sunghoon y este tenía una gran sonrisa en su rostro mientras veía esa carroza.
Eso es raro.
Estaba a punto de preguntarle qué era lo que causaba su gran sonrisa cuando el sonido de un micrófono encendiendose y emitiendo ese sonido molesto me detiene.
Voltee a mirar a la carroza de donde salío ese sonido cuando sentí como se me bajaba la presión y mi boca se habría por la sorpresa.
–¿¡Jay!?
Tuve que frotarme los ojos para poder ver bien y no estar confundiendo me.
Y sí, la persona que estaba en lo más alto de la hermosa carroza era Jay.
Que demonios.
Volteo a mirar a Sunghoon y este solo se ríe. Eso fue suficiente para mi.
–Lo sabías , sabías que estaba aquí. -le digo sin aliento.
Niega –Si sabía que estaba aquí en Hawaii, pero no sabía que haría esto. -me toma de los hombros y empieza a pedir a gritos a las personas que se hagan paso. - ¡Permiso, permiso, mi amigo tiene que pasar! ¡Permiso, permiso!
–No Sunghoon, ¿qué haces? -pregunto sintiendo como cada mirada de las personas se dirige a nuestra dirección. ¿Y como no? Si tengo a Sunghoon gritando que le den permiso mientras me arrastra hacia donde se encuentra Jay y la carroza.
Miro de reojo a la multitud y veo algunas sonrisas y risas, algunas señoras me hacen señas como de "ánimo".
–Se feliz Jake, te lo mereces. -Sunghoon me dice cuando estabamos a pocos metros de distancia de Jay. Solo unas rejas nos separaba. El abre las rejas y me señala la carroza. –Sube y escucha a ese idiota antes de que venga la policía.
–Gracias. -es lo último que alcanzó a decir antes de comenzar a caminar.
Para subir a la cima de la carroza tenía que subir una pequeña escalera delgada de metal, y lo hice, subí esa escalera, pero luego me di cuenta que ya no había más escaleras para llegar donde se encontraba Jay. Él se encontraba en un pequeño balcón a dos metros de altura de la plataforma donde yo me encontraba.
Lo miro y él ríe.
Extrañe esa sonrisa.
–Antes que nada -empieza a hablar por el micrófono.- quiero agradecer a todas las personas que me ayudaron a hacer esto posible, sin ellas yo no estaría aquí parado frente a tí y miles de personas. En Corea no tuve tiempo de ir a buscarte, todo pasó muy rápido y cuando al fin reaccioné. Te había perdido. En ese momento me di cuenta de que mi vida no era nada sin tu presencia, sin tu amor, sin tu sonrisa, tú linda risa y podía seguir mencionando cada cualidad que tienes y que me hacen enamorarme más de tí. Pero solo tengo pocos minutos antes de que venga la policía así que... -La multitud ríe.- Pero no solo vine aquí a mostrarte lo valioso que eres para mí, también vine aquí para pedirte perdón. Perdón por hacerte llorar. Perdón por hacerte pasar un mal momento. Perdón por dejar que la gente te humillara y también a tú familia. Perdón por no contarte la verdad. Perdón por no ser la persona que mereces. -hace una mueca.- Antes de que llegaras yo era una persona sin sentimientos, inmadura, inmoral e idiota, bueno, lo sigo siendo si te hice llorar, pero tú... Tú me cambiaste, hiciste que mi vida diera un giro de 360° grados y viera las cosas de otra manera. Contigo descubrí lo que era el verdadero significado del amor. Contigo aprendí a amar a alguien más y dar todo de si para que esa persona sea felíz.
El balcón donde el se encontraba empezó a descender. Ahora estábamos a unos metros de distancia. Metros que empezaban a acortarse con cada paso que el daba.
—Jamás en mi vida creí que tendría que hacer algo como esto. Pero tú lo vales. Vales esto y mucho más. Mereces a una persona que te ame y respete, yo no soy esa persona... Pero si me das solo una oportunidad, solo una, te prometo que seré esa persona que mereces. Prometo que ya no volverás a llorar y sentirte, pero dame una oportunidad más.
Después de eso Jay baja el micrófono y lo deja en el suelo, para tomar mis manos y darles un beso. Mí corazón latía con mucha fuerza, sentía que me hiba a dar algo en cualquier momento.
–Te extrañe.
Lágrimas, que estube intentado contener, rodaban por mis mejillas. Jay con delicadeza empieza a limpiarlas.
–No llores hermoso, me rompe el corazón.
–También te extrañe Jay. -digo con voz entrecortada.
Maldita sea.
Odiaba cuando eso pasaba.
–Dame una oportunidad te lo suplico. Prometo que será diferente esta vez, que seré diferente, pero dame una oportunidad. Por favor.
Me dolía verlo de esa forma, con sus ojos brillando y los nervios al tope. Sus manos temblando lo delatan.
Me acercó a el y colocó mis brazos al rededor de su cuello.
–No tienes que seguir hablando. Te daría mil y un oportunidades.
Jay me rodea la cintura y nos fundimos en un abrazo. Escucho como la multitud empieza a aplaudir y dan algunos gritos de emoción.
–Te amo. -Jay se separa un poco para mirarme a los ojos. -Te amo con todo mí corazón Jake.
–También te amo Jay. -respondo con una sonrisa.
Siento como mí corazón se detiene cuando Jay se empieza a acercar poco a poco a mí rostro.
Yo también lo hago y pronto nuestras narices se tocaron. Nos quedamos así, con nuestras narices juntas, por unos segundos, cuando yo rompo la distancia y uno nuestros labios en un lento y tierno beso.
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