ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝟸𝟹
–¿Sabes? Si sigues mordiendo tus uñas, te quedaras sin ellas y eso te dolerá.
Dejo de morder mis uñas y le doy media sonrisa, apenado. Es lo único que he hecho en las casi 2 horas que llevamos recorriendo por la ciudad desde que salimos de la Universidad.
Se que tengo llamadas pérdidas y mensajes de Minho, el señor Chan, mi mamá, Heeseung, Riki y, aunque me duela y odie por eso, de Jay. Pero no conteste a ni uno de ellos, ¿por qué?, porque no quiero oírlos; todos ellos me hacen recordar el motivo por el que estoy huyendo.
La infidelidad de Jay.
Desactive el GPS y apague mi celular cuando ví que tenía más de 50 llamadas pérdidas y 90 mensajes sin leer. El GPS fue idea de Sunghoon, me dijo que me localizarian más rápido si lo dejaba activado, aun si estaba apagado mi celular. El también desactivó y apagó su celular por los mismos motivos, ahora nos dirigimos a un lugar que Sunghoon me dijo que sería el principio de mi viaje a la felicidad. No sé a que se quiso referir pero no dudo en que tendrá la razón.
En estos momentos él es la persona que necesito.
–No pongas esa cara, no me gusta cuando no tienes una sonrisa en ese bello rostro tuyo.
Volteo a verlo y aunque tenga la mirada puesta en la carretera, puedo ver que tiene una ligera sonrisa en sus labios. Eso es suficiente para que yo también tenga una, aunque pareciera más una mueca.
–Y... ¿A donde me llevas Sunghoon? -pregunto para aliviar el ambiente.- Se que me dijiste algo sobre el principio de mi felicidad, pero no entiendo a que te refieres con eso.
Suelta una risa de esas que también te hacen reír sin motivo alguno.
Encantador.
–Es algo que te gustará, ya lo veras solo se paciente.
–Eso es lo peor que le puedes decir a una persona impaciente Sunghoon.
Vuelve a reír y yo le sigo. Es imposible no hacerlo.
–Hagamos algo, cierra tus ojos, sin hacer trampa, y cuenta hasta 100.
Lo miro raro y solo hace un gesto con su mano, dejando la otra en el volante, para que le haga caso. Lo cual, aun con mi cara de confusión, termino haciendo. Y empiezo a contar.
<————««
–98, 99, ¡100! !Ya!
Grito y quito mis manos que cubrían mis ojos y aunque mi vista este un poco borrosa al estar un tiempo a "oscuras", no tardo en darme cuenta en el lugar donde Sunghoon me ha llevado.
–Un... ¿Aeropuerto?
Volteo a verlo y el me mira con un brillo en sus ojos y y una sonrisa de felicidad.
No voy a decir que esto me lo esperaba, digo, pensé que cuando se refería a "Llevarme hacia la felicidad" se refería a otra cosa, no sé, como algo así como un parque o alguna playa tranquila como en las novelas.
¡Pero jamás a un viaje!
No puedo rechazarlo, no podría tampoco, con solo ver el brillo en su mirada se que esto le hace mucha ilusión y aunque el momento no sea el mejor... Algo en mi me dice que no hay mejor momento que este.
–Tengo que decirte, antes que nada, que esto no estaba planeado... Bueno, en parte. -se rasca la nuca.- pensaba invitarte a hacer un viaje el día después del Festival, ya sabes que tenemos una semana de descanso, y lo estaba preparando para ese día en especial. Pero viendo todo lo ocurrido, decidí que era mejor adelantarlo para que pudieras distraerte.
No aguanto más y me lanzo a abrazarlo, soltando algunas lágrimas en el proceso.
–Es lo más hermoso que han hecho por mi en toda mi vida. Gracias.
Me separó y le doy un beso en la mejilla. Poniéndome rojo al instante, al igual que él, pero no me siento incómodo. Jamás estaría incómodo a su lado.
–Ahm, joven Park, -escucho que alguien detrás nuestro llama a Sunghoon y ambos nos separamos.- el jet ya está listo.
–Bien San, subimos en un minuto.
El señor llamado San hace una reverencia y se da vuelta para irse caminando hacia el jet. Que es muy bonito cabe destacar.
–¿Vamos? -Sunghoon me extiende su mano, invitándome a tomarla.
Invitación que no niego y jamás negaré.
–Claro.
Digo y caminamos hacia el jet. Pero una pregunta surge en mi cabeza al darme cuenta de un pequeño detalle.
–Sunghoon, aún no me has dicho a donde vamos a ir. -volteo a verlo, aun tomándolo de la mano sin dejar de caminar.
–Cierto, quería que sea una sorpresa pero viendo que estas curioso, y que no me dejaras en paz si no te lo digo, mejor te lo digo. -sonríe- Prepárate pequeño ángel que nos vamos a... ¡Hawaii! -grita.
Me detengo abruptamente para casi desmayarme al escucharlo.
–¡¿Hawai?! ¡Dices que Hawai! -grito asombrado.- ¡Siempre ha sido uno de mis sueños ir ahí!
–Y yo te lo voy a cumplir, un gracias estaría bien.
No se que se habrá apoderado de mi, de seguro la emoción del momento, pero por segunda vez me abalanzo hacia él y le doy besos por toda la cara.
Se que parezco un exagerado pero nunca, JAMÁS, creí que podía cumplir ese sueño. Mis padres se conocieron en Hawaii y mi mamá siempre me contaba que el amor que se proclamaron el día de su boda, sigue vivo ahí aún hayan pasado muchos años. Mi mamá también me dijo que ella y mi papá siempre quisieron vivir en Hawaii y formar una familia para criarlos y mostrarles los lugares donde ellos pasearon y tuvieron sus citas. Yo, de hecho, hiba a nacer en Hawaii, pero mis padres se tuvieron que regresar a Corea porque mi abuelo paterno, el señor Shim, quería que su primer nieto sea coreano y que si eso no ocurría, el haría lo posible para quitarle la custodia del niño.
Osea, yo.
Por esa razón era mi más grande sueño ir a Hawaii con mi mamá y mis hermanitos. Quería que ella nos enseñara los lugares por donde mi papá y ella pasearon en su juventud. Pero nuestra situación económica no era la mejor, todo por el señor Shim, por eso pensé que nunca podría ir a Hawaii. Y aunque no este cumpliendo mi sueño junto con mi familia, eso no me desilusiona.
Todo gracias a Sunghoon.
Mi Ángel guardián.
Última actualización del día, se las debía.
Cuídense, tomen agüita y coman sus comidas.
Lxs adoro. 🤍
Nos leemos pronto~
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