ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 𝟾
MUCHOS AÑOS ATRÁS :
(Narrador Omnicente)
Hace 35 años, 5 años después de todo el escándalo real, el antiguo Rey Park, Park Chanyeol, se notaba cada vez más cansado y sin fuerzas.
El Rey estaba esperando con ansias que su menor hijo, el Príncipe Serim, tomara el puesto de Rey, pero para eso faltaba todavía algunos años, por lo tanto el Rey Chanyeol todavía se haría cargo de la nación.
Siendo sinceros el Rey Chanyeol ya estaba cansado. Él era ya un hombre mayor, él ya no estaba para ponerse a discutir con los otros líderes, más jóvenes que él, sobre temas que ya había oído durante décadas. El quería tener un momento para respirar, poder irse a alguna playa paradisíaca con su Reina y poder ver el mar tranquilamente.
Ese era el más grande deseo del Rey.
El Rey había estado tán perdido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que el teléfono del escritorio estaba sonando desde ya hace un rato.
El Rey contesta la llamada y escucha como su secretaria le dice que tiene una visita. Él dice que haga pasar a esa persona porque el Rey ya sabía quien era.
Shim Jongin, su más grande amigo.
El Rey y el Señor Shim se conocían desde que eran unos niños. Aunque los dos eran de distintas familias y clases sociales, ellos nunca dejaron que eso se interpusiera en su amistad.
El Rey Park saluda a Shim con un abrazo y un apretón de manos. No se habían visto en dos meses, eso era mucho tiempo. Se ponen al corriente hablando sobre todas las cosas que han pasado el tiempo que no se habían visto.
–Cierto se me olvidaba, que buenos tiempos. –Dice el señor Shim– Y cuentame, ¿como están tu esposa e hijo? Me he topado con Serim y está grande, ya no es el jovencito que solía ser. –Ríe un poco.
–Si, ha crecido muy rápido, –suspira el Rey.– él está emocionado con el tema de ser Rey, se está esforzando mucho.
–Ya sabes como es él. –Hace una media sonrisa– Él y Jinyoung se parecen mucho.
–Si, son muy parecidos. –Dice con pesar el Rey al recordar al primero de sus hijos.
–Bueno Chanyeol, –Habla Shim queriendo cambiar de tema.– de hecho vine a proponerte algo que estoy seguro que no te podrás negar. –Después de que dice eso el ambiente del cuarto cambia.
El Rey mira atento a su amigo, preguntándose que era lo que tenía que proponerle para que se viera tan ansioso.
–A ver Jongin ¿qué es lo que me propones? - Pregunta con curiosidad el Rey.
–Quiero que unamos a nuestras familias. –Lee dice sin rodeos.– Espera un minuto, ¿si? todavía no he terminado. –advierte al ver que Chanyeol iba a interrumpirlo. –Bien, como decía, quiero que unamos a nuestras familias, quiero que cumplamos con nuestra promesa.
-¿Que estas diciendo? –pregunta con confusión el Rey– Sabes que a mi hijo no lo voy a obligar a casarse con el tuyo, no le puedo hacer eso. –Dice el Rey un poco molesto.
–No hablo de casar a tu hijo con el mío Chanyeol. –Explica Shim– Sabemos muy bien que Serim y mi hijo no son nada más que amigos, hablo de unir a nuestras familias por medio de nuestros futuros nietos.
–Explícate mejor. –dice Chanyeol más tranquilo, pero aún precavido.
Hablar sobre el futuro de alguien que ni siquiera existe es algo muy importante.
–Sabemos que cuando Serim asuma el puesto y consiga una esposa, solo será cuestión de tiempo para que un futuro príncipe venga al mundo y es ahí cuando entra el trato que te estoy proponiendo. –Explica Shim. –quiero que cuando nuestros primeros nietos nazcan, al cumplir la mayoría de edad, ambos contraigan matrimonio. –dice eso con una pequeña sonrisa.
–¿Por qué? –pregunta el Rey– ¿Qué es exactamente lo que lograría ese enlace?
–En el tiempo que estuve lejos de Corea, me puse a pensar como sería nuestras vidas si nuestras familias se unieran, sabes que yo no haría nada para perjudicar a tú familia, es por eso que te estoy proponiendo esto sabiendo que no afectará a nadie. –Se acomoda mejor en su silla– a mi fábrica le esta llendo de maravilla, somos la número uno en todo Corea y nos estamos esparciendo por todo Asia. Sabes muy bien que esto no es por el dinero o por el estatus de social. –Shim hace una pausa para mirar a los ojos al Rey.– ¿Recuerdas lo que hablamos hace unos años atrás? Antes de ya sabes que. –el Rey asiente– Bueno en ese momento no se pudo dar la oportunidad pero ahora, creo que este es el momento. Siempre hemos querido esto y lo sabes muy bien.
–Sí, lo se. –dice el Rey.– Sabes muy bien que nada me haría más feliz que nuestras familias se unan, pero. Ésta decisión no la puedo tomar yo. –explica el Rey– Lo voy hablar con Serim y te daré una respuesta.
–Sé que es apresurado, digo, todavía falta para que Serim sea el Rey pero, tenemos que asegurarnos. –dice Shim para finalmente levantarse de su asiento.
–Tranquilo, yo hablare con él no te preocupes. –Responde el Rey, también levantandose de su asiento para poder despedirse de su amigo.
De ese encuentro han pasado unos días, en los cuales el Rey pudo hablar con su hijo sobre lo que Shim le había propuesto. Al principio el Príncipe Serim se había negado rotundamente a aceptar la propuesta, pero al ver que era algo que su padre y su tío Shim, como él le decía, siempre habían querido, no se pudo negar más y aceptó la propuesta.
Solo unos días después el Señor Shim, el Rey y el Príncipe Serim se encontraban en la oficina Real firmando el acuerdo. En dicho acuerdo se decía que cuando nazca el primer nieto del Rey y el Señor Shim, estos automáticamente se comprometerían, todo para cuando estos cumplieran la mayoría de edad se casaran.
VOLVIENDO AL PRESENTE:
(Narra Jake)
–Y esa es la razón por la que ustedes dos se van a casar. –Termina de contar la historia el Rey Serim y después de decir eso toda la sala se queda en silencio.
¿¡Esto es enserio!?
¿¡Todo esto es culpa de un deseo por parte de nuestros abuelos!? ¡Tiene que ser una maldita broma!
–O sea, ¿Todo esto es por un jodido capricho de nuestros abuelos? Que mierda de vida. –Dice notablemente molesto el príncipe Jay.
<<Por fin concordamos en algo.>>
–¡Park Jongseong! Comportate, nosotros no te hemos educado para que digas esas groserías. –Le regaña la Reina totalmente molesta.
–Lo siento mamá, pero tienes que entenderme, esto, –me señala– no se va a convertir en mi futuro esposo.
¿¡Como me acaba de llamar este idiota!?
Volteo a verlo molesto –Disculpa, pero esto, –Me señalo– tiene nombre y, ¿crees que yo quisiera estar con alguien como tú el resto de mi vida? Prefiero la muerte.
–Para tu información yo no soy el problema, sino tú. –Jay se levanta de su asiento, acercándose peligrosamente al mío.
Yo imito su acción y también me dirijo hacia el, ahora nos encontrabamos a dos pasos de distancia.
–Se calman los dos de una buena vez. –Habla fuertemente el Rey.
–Jongseong, disculpate con Jaeyun ahora. –Dice la Reina.
–¿Qué? ¿¡Pero por qué!?–exclama, dirijiendo una mirada indignada a los Reyes.
–Porque tú empezaste con la discusión faltándole el respeto a Jaeyun que es un invitado y futuro miembro de la familia. –Dice la Reina recalcando las últimas cinco palabras– Y deja de comportarse como un niño, ya estas grande para eso.
Las mejillas del Príncipe Jay se tornan levemente de un color rosa.
Si él no fuera un maldito creído, molesto, inmaduro y soberbio quizás, solo quizás, me parecería lindo.
Pero como no lo es.
–Jongseong ¿No has escuchado a tu madre? –Habla el Rey, dándole una mirada seria–Discúlpate con Jaeyun, ahora.
El príncipe, aún molesto, vuelve a mirarme para luego soltar un suspiro.
–Lo siento por faltarte el respeto no volverá a pasar. –Hace una mueca de disgusto.–Perdóname, Jaeyun.
Esto no me lo puedo creer.
Esto me causa mucha gracia. Parece un niño pequeño que esta siendo obligado por sus padres a disculparse. Aunque eso es técnicamente lo que esta sucediendo.
Ni mis hermanitos han tenido que hacer eso.
Tomo una pequeña respiración para poder hablar sin que me ría en el intento.
–Lo perdono, Príncipe Jongseong. –sonrio sabiendo que eso le molestara.
Esto es demasiado gracioso y raro al mismo tiempo. Nunca pensé que el Príncipe se disculparía conmigo por algo como esto, su ego debe estar por los suelos.
Me encanta.
–Bien, ya que todo está mejor entre ustedes dos. –dice el rey– Jongseong te mostrará tu habitación Jaeyun.
–¡Oh! Cierto, Jaeyun tienes que verla, yo misma elegí la decoración y me encantaría que la vieras. –La Reina sonríe orgullosa de su logró.
Se ve más joven cuando sonríe, y de por si ella se ve joven.
–Claro Reina, me gustaría ver la habitación.
–Ay Jaeyun, no me digas Reina, dime Eunbi. –sonríe.
Si, todavía esto se siente raro.
–Jongseong, ve y muestrale la habitación a Jaeyun. –ordena el Rey– Todavía no han preparado la cena y es mejor que se vayan conociendo.
Doy una mirada al Príncipe para ver su reacción pero este no muestra ni una, sus facciones son neutras y es muy difícil saber si esta molesto o no. Pero lo más probable es que ya este planeando mi muerte.
–Esta bien padre, como diga. –es lo único que dice antes de hacer una reverencia, darse media vuelta y caminar rápido hacia la puerta. Pero antes de salir por esta se detiene y me mira por sobre su hombro. –¿Que no vas a venir? –Pregunta sin ninguna emoción en su voz.
El de verdad que está comportándose muy "educado" conmigo ahora, bueno, en la menor parte.
No tengo opción, los Reyes observan la escena esperando alguna reacción de mi parte. ¿Que puedo hacer ante eso? Nada. Me resigno y suelto un suspiro para luego hacer una reverencia a los Reyes y luego acercarme al Príncipe Jay, pero este al ver que me acercaba habré la puerta del salón, con fuerza, y sale dejándome atrás. Yo solo sigo avanzando sin darle importancia a su acción y salgo del salón.
¿Para eso quiere que vaya con él? Si esta es su forma de molestarme no es muy listo que digamos, total, su ego esta por los suelos gracias a la escena de hace unos momentos.
Si amigos, yo tengo buena memoria, y esa escena jamás la voy a olvidar.
Una pequeña sonrisa se forma en mi rostro al recordar éso, fué divertido. Pero todo pensamiento que tenía antes se esfumó al darme cuenta de que, al parecer, he estado caminado sin sentido desde que salí del salón.
¿Como no me di cuenta antes?
El Príncipe debe de estar buscandome, o tal vez no, digo, creo que sería un alivio para él si no me tuviera cerca; y es mutuo el sentimiento. Pero no en estos momentos, no ahora cuando no se donde me encuentro.
¿Cuanto habré caminado?
Espero que no mucho porque todos los pasillos son iguales, excepto el que tiene los cuadros.
¡Exacto! ¡Los cuadros! Ya se lo que tengo que hacer. Solo tengo que seguir caminando por los pasillos y encontrar el de los cuadros y así podré volver al cuarto donde se encuentran Hyeongjun y Yujin.
Soy un genio, lo sé.
Con ese plan en mente sigo caminando por todos los pasillos que hay en este lugar prestando atención a cualquier detalle. Esto no parece un Palacio sino un laberinto, ¿Como es que no se pierden las personas? No lo sé, pero lo que sea que hagan tienen que decírmelo urgente.
–¿Porque siento que ya camine por aquí? –Pregunto en voz alta al darme cuanta de algo, pero no pude seguir avanzando al escuchar unos pasos detrás de mí.
Me quedo estático en mi lugar y doy una mirada por encima de mi hombro para ver quien está detrás mío pero no veo a nadie.
–Debo de estar alucinando. –Espero que así sea porque esto no me gusta.
Después de eso camino más rápido, pero no es por miedo, sino por necesidad. Tengo que encontrar ese maldito pasillo rápido. Lamentablemente solo doy unos pocos paso cuando vuelvo a escuchar esas pisadas, pero esta vez cuando me doy vuelta para ver quien es. Siento como alguien me sopla en el oído y mis piernas empiezan a fallar, y unas intensas ganas de llorar se instalan en mí.
No sé que me esta pasando.
Miro a todos lados buscando que o quien pudo hacer eso pero no hay nadie.
Estoy solo.
Se me dificulta dar tán siquiera un paso, es como si mis piernas se reusarán a obedecerme y estas intensas ganas de llorar no se hiban. Esto me esta desesperando y me esta dando miedo, esto no está bien.
Siento como se me dificulta respirar y mis piernas ya no pueden sostenerme y caigo al suelo de golpe. Solo me pongo a llorar y me duele el pecho al hacerlo.
Estoy aterrado.
Es como si mi cuerpo no me perteneciera. Como si lo que siento ahora me lo transmitiera alguien más.
Nos leemos pronto~
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