1760.

A partir de 1760, Yi seon, que ya sufría de ansiedad, trastorno obsesivo - compulsivo y trastorno de control de impulsos, desarrolló esquizofrenia.

El día de su vigésimo quinto cumpleaños explotó indignado frente a sus padres, regañando a su madre, hijo y dos hijas.

—Debes calmarte -dijo Hyegyeong corriendo detrás de su esposo, Yi seon soltó otro bufido y alejo a su esposa con enfado.

—¡Siempre hablas de eso! ¡No hice nada de lo que se rumorea! - Hyegyeong soltó un suspiro y dejo a Yi seon irse.

—Sigue alegando no hacer nada -dijo Hwawan  —Pero todos siempre se quejan de el, sus damas, sus eunucos, sus profesores, el consejo, el pueblo está comenzando a sospechar de el.

—¿Y que haremos? El rey ya está preguntando- dijo Hyegyeong con tristeza, cada día era un infernó en el palacio, siempre habían rumores, quejas y llantos, lo mismo una y otra vez.

Se encontraba sin salida.

Más tarde amenazó con matar a su hermana menor, La Princesa Hwawan, exigiendo que usara su influencia sobre el rey Yeongjo para transferir los palacios y permitirle visitar los manantiales de Onyang.

—Hermana -dijo en reprimenda, Hwawan que era la hija favorita del rey luego de la muerte de la princesa Hwapyong.

—No puedo hermano -dijo en un susurro, Yi seon alzó su mano con enfado pero luego la bajo al ver el estado temeroso y nervioso de su hermana.

—Es un favor, un simple favor Hwawan.

—Hablaré con el, no prometo nada -susurro ella y Yiseon asintió alegre, odiaba sentirse cerca de su padre y la ida a los manantiales le serían de ayuda para despejar su mente y alejarse de los malos comentarios.

1761.

La hermosa dama de la corte Bing-ae quien había recibido el favor de Yi seon y quien había dado a luz a varios de sus hijos muerio a causa de los golpes causados por Yi seon.

Otros dicen que murió al dar a luz a su último hijo, pero la realidad era otra.

—Su Alteza Real- dijo Bing ae recibiendo a Yi seon, el príncipe quien había tomado más de la cuenta golpeo a Bing ae  hasta morir, dejando así a varios niños sin su madre y a su padre con más rumores que números de años vividos.

Al final, Yi seon había sucumbido ante la locura.

Hyegyeong preparo los ritos funerarios de la dama de la corte y cuando Yi seon regreso de sus habituales caminatas no preguntó y menos demostró remordimiento por lo ocurrido.

—Ojalá su alma descanse en paz - dijo Hwawan a su lado, Hyegyeong asintió viendo a sus hijos quienes lloraban sin parar a su madre.

"Si hay algún dios en algún lado, por favor ayuda a esta alma a ser guiada por el bien"

En ese mismo año contrajo malaria, que duró varios meses, aquello lo debilitó de gran manera.

Los rumores aumentaron durante la ausencia del príncipe, la muerte de Bing ae había llegado a cada rincón del palacio y el rey quien se había enterado por el líder de noron enfureció pero finalmente no dijo ni hizo nada.

Aunque el alcohol siempre había sido estrictamente prohibido en la corte coreana, Yi seon comenzó a beber grandes cantidades de él y organizar fiestas nocturnas con orgías, y, a partir de marzo de 1762, trató de intimar con la princesa Hwawan y amenazó con cortar la con su espada.

—¿Así es contigo? -dijo Consorte Yeong, Hyegyeong negó repetidas veces.

—Nunca me ha intentado golpear o amenazar.

Pero recordó un incidente hacia poco tiempo en donde arrojó una tabla de go en su cara e hizo necesario que Lady Hyegyeong evitara los eventos de la corte para ocultar los moretones.

Eso no lo sabía nadie más que ella y sus damas por lo cual intento callar en todo caso.

El se había disculpado y ella había aceptado aquellas disculpas.

Día 4.

La desesperación y las alucinaciones eran su peor horror.

El cuarto día fue terrible, ese día soñó con que miles de cien pies entraban por cada una de las aberturas del cofre, con total desesperación comenzó a patear el arcón y sin medir su fuerza rompió el cofre y salió corriendo.

Los guardias comenzaron a corretearlo por todo el patio hasta que el rey llegó y los amenazó.

Finalmente Yi seon volvió a ser llevado hasta el cofre.

—¡Padre no! ¡Por favor padre! - grito y trato de forcejear con los guardias, sin medir tiempo fue introducido y miles de clavos se clavaron el tabla del arcón.

El rey ordenó llenar cada espacio con heno y atar cada extremo con cuerdas, la seguridad en el cofre al final fue la más dura.

El príncipe finalmente rompió en llanto pero fue uno silencioso.

Debía de fingir ser fuerte, a pesar de que moriría, debería mantener su calma.

O eso quería creer.

Más cerca de la verdad cada día.