No podía dejar de verla, cada risa, cada mirada confusa, cada momento en que se concentraba era un deleite para él. Ser tan expresivo no era parte de su día a día y menos con personas que apenas conocía pero ella demostraba cada sentimiento con confianza.

—Eso es todo por hoy, recuerden darse la oportunidad de conocer el instrumento que eligieron, se que muchos tienen exámenes actualmente y otros están enfocados en sus carreras pero no está mal conocer un poco de la historia del instrumento para generar una buena conexión, bien vayanse ya.

Con eso uno a uno se fue retirando hasta dejarlo solo a él. Se sentía extraño, más bien vivía sintiéndose así pero ahora más fuerte ese sentimiento.

—¿Estás bien?

Escuchó su voz logrando volver a la realidad, ella estaba enfrente suyo, sus brazos cruzados y recargados en la mesa dejando su rostro sobre ellos.

—¿Que?

—Que si estás bien...pareces algo perdido.

—Y-yo...Estoy un poco confundido.

—¿Porque? No te agrado la clase...o es por qué estás acostumbrado a que te den prioridad porque si es así....será difícil convencer al profe...

—No es eso....es la primera vez que asistió a una escuela...me lo imaginaba diferente.

—¿La primera vez?¿Nunca haz ido a una escuela?¿Absolutamente nunca?

—Nunca...

—Wow... realmente lo ricos no dejan de sorprender me...¿Cómo es tu vida allá afuera?

—¿Mi vida? Pues solo estoy en casa, bailo todos los días y ya.

—¿Y ya?... Eso...es...

—Aburrido, lo se.

—Mmh...¿tienes tiempo hoy?

—¿Porque?

—Deja de responder con otra pregunta... responde.

—Si...

—Perfecto, entonces terminando la clase de danza, ve a bañarte y nos vemos en el lobby.

—¿Porque?

—...mientras estemos aquí, viviremos la vida como corresponde, debemos observar el mundo y su belleza, así que levántate y vamos a clase.

Con eso ambos se fueron pasando un duro día de pura disciplina, dónde los regaños y correcciones se escuchaban a cada segundo que pasaba.

Horas después ambos estaban ya saliendo del instituto.

—Quisiera que dejarán de regañarme cada dos segundos...me duelen los oidos de solo escuchar su bufido.

—Solo está ayudando te a corregir tu postura.

—Me ayudaría más si no pusiera esos ojos...quiere matarme cada que me ve.

—Esta cansada de repetir te las cosas muchas veces...hasta yo te miraría así.

—Claro...tu estás muy feliz por qué se la paso alegando te cada tanto...¿Porque tienes que ser tan perfecto?

Perfecto... perfección,no...yo no lo soy...