-EL VALOR XV-

TRISTÁN

Ya estábamos a escasos metros de salir de Loquilandia.

— él, mi querido Tristán, Ryan hace la diferencia en este momento, es familia —

Mirana, querías que trajera a Ryan para persuadirlo de quedarse al estar en Crims, ¿No es así?

Sabía que mi madre quería que gobernara el país de las maravillas junto con Ryan, porque era un lugar muy amplio y un solo rey, no era muy bueno.

Pero, ¿Cómo hacer que Ryan se interese por el puesto de príncipe al menos?

— ¿porque una corona tenía ella, fue considerada reina? —

En ese momento estaba enojado, su expresión lo decía claramente, sabía que su madre lo había hecho mal.

Él lo aceptaba.

— pero eso no quiere decir que está capacitado para eso, ¿cómo pudieron estar bajo sus órdenes? —

El estaba consciente de cómo era su madre, ¿No es así Ryan?

Creo, que al final mi madre si tenía algo planeado con este viaje y Ryan no era tan desconsiderado del todo.

— ¿Crees que cambie? —

— si así lo quieres, mi madre estará dispuesta a ayudarte siempre —

Él quería que su madre cambiará, jamás pensé que Ryan querría que su madre cambiará, cuando pensaba en mi primo —vagamente lo hacía— pensaba en cómo sería, seguramente orgulloso y vengativo, siempre saliéndose con la suya, pero ahora, ahora que sabía cómo era, Ryan me parecía un chico que realmente necesitaba de alguien a su lado, tal vez esa era la razón por la que aún amaba a Meido y quería seguir a su lado, después de todo ellos tenían historia juntos.

Aún no entendía porque Meido había estado con alguien como Ryan, aunque debía admitir que los descendientes herederos del Submundo teníamos cierto rasgos de hermosura, seguido de la locura.

Pero, si Ryan estaba dispuesto a que su madre cambiará, estaba seguro que podríamos hacerlo, aunque faltaba que ella aceptará hacer el pacto de reconciliación.

— esos son... —desperté de mi ensueño cuando Ryan habló repentinamente.

— hemos llegado al bosque encantado —suspire con una sonrisa.

— dime por favor que no hay nada extraño aquí —

Alce una ceja— exactamente ¿Qué es extraño para ti? —cuestione burlón.

— no lo sé —bajó su mirada— solo no quiero escuchar otro animal hablar, suficiente con Blake —disimuladamente mire a Terrence y desvíe de inmediato mi mirada.

Por lo menos Terrence siempre era callado, no decía muchas cosas, no cuando íbamos en misiones.

— eso es un insulto para mi y para Terrence —admitió Blake con un relinche.

— ya, ya —calmó Ryan con aburrimiento— solo no empieces a cantar —

Pensé que odiaría este lugar, pero parecía disfrutarlo o al menos se asombraba con las cosas que veía, en cierta forma creo que Ryan sabía que este era su lugar.

Que pertenecía aquí.

Mi madre quería que Ryan aceptara su puesto como príncipe, aunque llevaría tiempo, ella estaba esperanzada con que él lo aceptaría.

El portal al jardín encantado también nos llevaría con Absolem, solo esperaba que no se asombrara por una oruga sabia que habla.

Suspire pesadamente.

Tampoco que se asustara con las flores que hablaban.

Sí, sería un tramo muy largo.

Pero, ¿Valdría la pena?

— oye —él llamó mi atención, dirigí mi mirada hacia él— ¿De verdad eran dedos de muerto? —parecía querer vomitar.

Omiti una risa al instante.

Dedos de mantequilla, era una especialidad en el país de las Maravillas, una que solo se utilizaba para pociones, pero por lo general la liebre las usaba libremente y mi madre lo aceptaba.

— te aseguró que nadie más te dará dedos de muerto —

— entonces ¿Si eran de verdad? —no dije más nada y acelere a Terrence, no quería hablar de eso.

Acababa de comer.