-EL VALOR XXXI-

Era de noche y no había mucho personal, seguramente habrían ido a casa, el conejo solo fue capaz de avisarme de la cena y luego irse, agradecí eso, al menos no estaba tras de mí como niñero.

Salí de mi habitación y me di el tiempo para llegar a la enorme mesa en común, donde se supone que comeriamos.

Y a medida que me acercaba, realmente pensaba que esta sería mi vida, estar en un enorme castillo, blanco y limpio, siendo un príncipe y teniendo... una familia...

Pero, todo se esfumó de mí en cuanto vi a un hombre de extraña apariencia entrar por la puerta del comedor, parecía agitado por completo y tan solo a unos pasos de ingresar por la misma puerta, escuche el veredicto que tenía:

— príncipe... príncipe Tristán —le faltaba el aire, fruncí mi ceño ¿por qué tanta prisa?— un mensaje de Encantia de la princesa Sofía —

¿Sofía? Era la princesa de la vez pasada ¿no?

— ¿qué mensaje? —

— La princesa Sofía necesita su presencia en Encantia, la princesa Meido está enfrentando un mal en Encantia y teme que no pueda lo suficiente —

¿Meido? baje mi mirada ¿estabas en Encantia?

Levante mi mirada en el momento en que escuche una silla rechinar y un chico de cabello blanco correr por los pasillos.

— TRISTÁN —la reina blanca había salido también y el mensajero antes de irse hizo una reverencia hacia ella y se fue corriendo igual.

Meido estaba en peligro.

Por un momento pensé en correr, pero ver a Tristán tan lejos, me daba la impresión de que él sí lograría llegar a tiempo, solo. Después de todo el mensaje había sido para él.

— Ryan —dirigí mi mirada hacia la reina, quien sonreía tiernamente.

— Reina Mirana —fue entonces que con una mirada me hizo erizar mi piel— quise decir... Tía... Mirana —masculle con pesimismo.

Aún no me acostumbraba a decirle así.

Volvió a sonreír—¿irás con Tristán? —

Vi el camino que mi primo antes había dejado, asentí lentamente.

— supongo que debo llevar lo que necesitaremos, conociendo a Tristán se fue hasta sin cenar —comente con un suspiro.

— entonces te ayudare a empacar —

Meido estaría a salvo con Tristán.

— primero iré a cenar —dije finalmente pasando a su lado y entrando en la mesa común.

Sí, estarían bien.

— oh, en ese caso te acompaño —la escuché decir tras de mí.

Confiaba en que todo estaría bien para cuando llegara.

PRESENTE

Dizzy me miraba sorprendida, yo solo me limitaba a mirar a un punto ciego— bueno... —dijo nerviosa— creo que nuestros asuntos con nuestros primos no son para nada iguales —

Solté una risa— ¿de verdad? —cuestione burlesco.

Debo admitir que aunque le conté la historia a Dizzy, en ningún momento le admití mis pensamiento hacia Meido, nunca le dije que aún seguía enamorada de ella, ni que le ofrecí a Tristán el camino libre para que estuviera con ella, simplemente me lo reserve en mi corazón.

— pero, creo que... esta bien —alce una ceja.

— prácticamente es un cuento de hadas y tu dices que "está bien" —

— Oye —entonces me levanté, me dolía el trasero de estar sentado— en primer lugar, vivimos en un cuento de hadas, en segundo lugar, eres un príncipe encantador —fruncí mi ceño a Dizzy quién sonreía coqueta.

Solté una risa y suspire, metiendo mis manos en mis bolsillos.

— aún no puedo creer que Miedo haya viajado por tantos lugares y haya tenido esa gran aventura, cuando sea grande quiero ser como ella —se levantó emocionada— con el estilo de Evie, por supuesto —

Que niña tan soñadora.

— RYAN —y a lo lejos la divise, fruncí mi ceño al verla venir correr hacia mi, Dizzy también se percató de su presencia y paró tras de ella.

Lucía maravillosa.

Pero, al llegar frunció su ceño y nos miró— ¿ustedes dos juntos? eso es extraño —

Demasiado bien... creo que me estaba arrepintiendo de dejarla en manos de Tristán.

— Oh, bueno es que Ryan me contaba sus aventuras en el País de las Maravillas —

Ryan reacciona, parpadee unas cuantas veces y deje de mirarle, mientras cerraba mis ojos e intentaba canalizar mis pensamientos, fruncí mi ceño por último.

— ¿aventuras? ¿Qué aventuras? —

— tienes que escucharlo es increíble, pero no me ayudo en nada —Dizzy levanto sus hombros sin importancia— en fin, tengo el atuendo perfecto para ti, ya que mañana será la fiesta de bienvenida y hoy los demás chicos de la isla vendrán a estudiar, pensé que un cambio de look no iría mal contigo —

Meido alzó una ceja— debo agradecerte a ti por esto que llevo puesto —fruncí mi ceño y burlón hable.

— ¿tu agradeces, Meido? —alce una ceja divertido, pero ella solo rodo los ojos.

— callate —sonreí de lado— pero, no creo que un cambio de look sea necesario... —

— creeme, que si lo es —

—aún tengo que hablar con Mal sobre la cita con Tristán, no sé siquiera qué ponerme —

Jamás había escuchado a Meido pensar en qué ponerse por un chico, por lo general no le importaba.

— tranquila en manos de Evie será fabuloso —

Asintieron en mutuo acuerdo. Pero Meido parpadeo un par de veces y me miro— por cierto, Ryan, te estaba buscando Chad necesita ayuda con algo —

Suspire, prácticamente yo hice todo el trabajo, ¿ese tipo no podía poner un simple globo?

De cualquier forma termine yendo con ella, dejando a Dizzy y caminando por la preparatoria tras Meido.

— Así que no eran cuentos —la había encontrado intentando escapar de su casa— realmente Maléfica tiene otra hija —

— ¿y tú quién eres? —

Me resultaba tan curiosa al principio.

— soy Ryan —

Lance una manzana hacia ella, esperando a que sus reflejos fallaran, pero la detuvo con tiempo y malignamente bien.

Esa era Meido.

Esa era mi Meido.