Veinticinco
Las tardes que antes detestaba ahora las añoraba como un sediento al agua.
Corría por la avenida porque necesitaba llegar a ese cuarto de hospital para verte y contarte todo lo que había hecho. Llegaba a la clínica como un niño normal, me sentía como alguien sano.
Por primera vez, después de mucho tiempo, quise curarme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro