Sesenta y cuatro
El tratamiento marchaba bien, las quimioterapias seguían su ciclo. A veces tosías demasiado, se te iba el aire y yo te ayudaba a recuperarlo. Daba palmadas suaves en tu espalda para que de calmaras. Te dolía toser, pero podías soportarlo.
Iban a hacer la donación de células madre, revisarían si alguien en tu familia era compatible.
Estabas contenta, todos lo estaban.
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