Seré más que una fábula,
estaré escrito en las estrellas.

— The Glory, The Score.

Desgraciadamente para Katsuki, los pensamientos se arremolinaban como peces hambrientos en su mente, cada uno de ellos más desalentador que el anterior.

Frustrado y enojado consigo mismo, llevó su mano al pecho y arrancó la camisa que llevaba puesta de un tirón. Caminando hacia la gran cama tomó las dos dagas que portaba en sus costados y las dejo rebotar sobre el colchón, reprimió el impulso de tomar una de ellas entre sus manos y clavarla con furia contra la cama o el respaldo de madera.

— Carajo — susurró.

Sus ojos escarlatas terminaron posando sobre el maniquí en el que colgaba su gran capa roja, la ira por fin explotó sobre su pecho; y en solo tres grandes zancadas estuvo frente a ella y de un golpe hizo que callera al suelo, haciendo que un gran estruendo se escuchara por toda la habitación, ni siquiera eso fue suficiente para calmar su furia. Sin pensarlo, comenzó a derribar todo aquello que sus ojos captaban, primero comenzó con los jarrones de la habitación, después lo hicieron las sillas y cuando la ira lo cegó por completo....el espejo de su madre ya se encontraba hecho añicos en el suelo.

— Mierda, mierda, mierda.

Terminó cayendo de rodillas al suelo sobre los pedazos de vidrio, ni siquiera el dolor de sus rodillas siendo rasgadas por el filo de estos le hizo cambiar su expresión desolada. Con manos temblorosas recogió uno de los pedazos y lo sostuvo cerca de su rostro.

— Madre.

Por un momento, la imagen de su madre se reflejo en el espejo, para cuando parpadeó sólo sus ojos escarlatas le devolvieron la mirada, ojos tristes y asustados.

***

Era pasada la media noche cuando despertó sobre su cama.

La oscuridad de su cuarto le hizo darse cuenta de lo tarde que era, si tan solo su estómago no rugiera en busca de comida, seguiría durmiendo hasta el amanecer. Con un gruñido se levantó de un salto de la cama y salió del dormitorio.

Los pasillos estaban oscuros y solos, desde hace mucho se había asegurado de no tener guardias haciendo guardia fuera de su puerta, lo ponían nervioso y no había necesidad de que lo cuidaran, él sabía cuidarse muy bien, no por nada dormía con una de sus dagas debajo de la almohada.

Cuando llegó al final del pasillo se acercó a la gran pintura que adornaba la pared y la hizo a un lado; frente a el, otro pasillo oscuro y estrecho se presentó. Lo había descubierto varios años atrás, de esas veces que jugaba con Shinsou a las escondidas en cada rincón del castillo.

Al adentrarse por completo en el pasillo volvió a acomodar el cuadro y quedó en penumbras, camino a paso rápido por un par de minutos en completa oscuridad, el pasillo era completamente recto así que no existía el temor de perderse. Siguió caminando hasta que se topó con la puerta que indicaba el final de su ruta, la abrio y aparecio en el almacén de la cocina; al descubrir este pasadizo había aprovechado para poder robar dulces por las noches sin que nadie se diera cuenta, quizás, este era uno de los pocos que no había compartido con nadie.

Atravesó todo el almacén a pasos rápidos y cuando entro a la cocina la encontró completamente sola, lo cual era lógico, la mayoría de los empleados se iban en cuanto la cena quedaba terminada y después de dejar todo en orden.

Primero camino a la mesa central del cuarto, muchas veces cuando Katsuki no bajaba a cenar Aizawa se encargaba que alguien le dejará un plato de comida listo en la cocina, sabía que este se levantaba en las noches y venía al lugar en busca de algo que calmara su hambre.

Un suspiro aliviado salió de su boca al ver el gran plato de comida enfrente de él, su estómago gruñó con anticipación así que rápidamente se sentó en una de las sillas y comenzó a comer su cena. Estuvo en completo silencio durante los minutos en los que devoró la comida, estaba por terminar cuando las puertas de la habitación se abrieron revelando a Aizawa medio dormido y en bata. Katsuki rió disimuladamente, le era gracioso verlo sin su ceño fruncido ni la mirada de fastidio que siempre portaba.

Se mantuvo en completo silencio siguiendo cada uno de los pasos del hombre, lo vio dirigirse a los hornos y tomar una pequeña olla que siempre se dejaba con agua caliente, Bakugou supuso que pretendía hacerse algún té.

— Aizawa — lo llamó, lo suficientemente alto como para que lo escuchara.

El hechicero dio un brinco y la taza que cargaba se resbaló de sus manos, escuchó una risa a su espalda y encontró a Katsuki viéndolo con mirada divertida.

— Lo siento — se acercó al rincón del cuarto y tomó una escoba para comenzar a recoger los trozos de lo que antes fue una taza de cerámica — no pretendía asustarte.

— Está bien —dijo el hechicero, quitándole importancia —. No te vi, ¿bajaste a cenar?

Katsuki tiró los trozos rotos y se encaminó hacia la puerta junto a Aizawa.

— Sí.

— No es bueno que cenes a deshoras, deberías estar durmiendo — le reprochó — es un viaje muy largo Katsuki y muy cansado.

Por un momento se sintió confundido, por lo menos hasta que su cerebro le recordó todo lo acontecido durante la tarde.

— No lo olvido. — respondió alto y claro — Buenas noches, Aizawa.

Aizawa lo vio alejarse y se sintió orgulloso por lo que había logrado, educó y crió a ese chico como si fuera suyo, le enseñó a ser educado cuando la situación lo requería — lo que le costó un poco gracias al carácter voluble que se cargaba —, a no dejarse pisotear y defender lo que era suyo a capa y espada.

Le fue inevitable pensar en el príncipe.

¿Cómo habría sido el príncipe si se hubiera quedado aquí?

***

Sintió un toque en su hombro y después una sacudida. molesto se movió y dio un manotazo a la nada esperando que le dejaran en paz; un segundo despues volvio a sentir la misma sacudida, se removió y gruño contra la almohada.

— Katsuki — escuchó la voz de Hitoshi llamarle — Levántate.

—Déjame en paz, — gruñó de vuelta — o mando a que te corten la cabeza.

Escuchó una fuerte carcajada y sintió como se sentaba en su cama.

— Monoma te mataría si me haces algo.

Un gruñido más fuerte salió de su pecho al escuchar el nombre de ese bastardo.

—Levántate — volvió a repetir — Aizawa te está esperando en la biblioteca.

Katsuki se levantó de golpe, y tanto él como Hitoshi recibieron un fuete golpe en la cabeza.

— ¡Maldita sea, cabeza de uva!

***

Al llegar a las puertas de la biblioteca se topó con dos guardias que le brindaron una reverencia en cuanto se percataron de su presencia. Al entrar, encontró a Aizawa paseando por el salón tomando varios libros de los estantes; en una esquina se encontraban dos guardias. Katsuki no reconoció a ninguno, debían ser muy cercanos a Aizawa o los más confiables del reino, de lo contrario no los habría escogido a ellos para acompañarlos.

Estaba completamente seguro que Aizawa no deseaba que esto saliera mas alla del palacio, ni siquiera Hitoshi estaba al tanto de lo que iban a hacer y eso ya era demasiado, después de todo era su aprendiz.

Aizawa levantó la vista de los libros y posó su mirada en Katsuki.

— Buenos días — saludó entrando completamente a la biblioteca y caminó hacia Aizawa.

Al otro lado los guardias hicieron una reverencia.

— Buen día, su majestad — Katsuki sintió un escalofrío al escuchar su voz.

— Kirishima — saludó con un leve asentimiento de cabeza.

Ambos guardias estaban completamente vestidos con una armadura y cascos que cubren la mayoría de su rostro, salvo por sus ojos.

Tal vez esa fue la razón por la cual Katsuki no reconoció a Kirishima.

— ¿Listo? —preguntó Aizawa, sacándolo de su ensoñación.

Katsuki asintió.

Aizawa volteo hacia los guardias e hizo una señal para que los siguieran.

Los cuatro salieron de la biblioteca, Katsuki y Aizawa al frente y ambos guardias pasos atrás.

— ¿A dónde nos dirigimos?

—Abriré el portal en las tres estrellas — respondió, calmado — Es el lugar más alejado del reino.

— ¿Iremos a caballo?

Aizawa asintió.

— Nadie puede notar que nos fuimos, saldremos por atras y cuando regresemos mantendremos al príncipe oculto — suspiró — solo lo suficiente para informarle de todo.

Al salir, el aire fresco de la mañana golpeó sobre su rostro; a lo lejos podía ver las tres estrellas al igual que al sol asomándose entre ellas.

El cielo estaba teñido de un rosa pálido y azulado que por un momento le hizo recordar el té de moras; su estómago rugió y pensó en pedirle a Aizawa un poco más de tiempo para ir a desayunar pero descarto la idea antes de siquiera exteriorizarla, lo que iba a hacer era demasiado importante como para detenerse solo porque tenía hambre.

Tan pronto como llegaron a las caballerías Katsuki camino hacia tormenta. El caballo al verlo lo reconoció y comenzó a mover la cabeza emocionado.

— Buen día, tormenta.

El caballo restregó la cabeza sobre su mano y Katsuki sonrió con calidez, tormenta había crecido junto a él, lo había visto crecer y él a ella.

Katsuki estuvo junto a él desde que era un pequeño caballo flacucho y tembloroso que apenas podía ser sostenido por sus propios pies, y ahora, ahora era un caballo hermoso, fuerte e imponente.

Tomó la silla de montar y la puso en el lomo del caballo, este se removió en cuanto sintió el peso del objeto sobre sí. Katsuki estuvo tentado a quitarsela pero si Aizawa lo miraba cabalgar sin ella comenzaría a sermonearle sobre los peligros a los que se exponía. Era demasiado temprano para sermones.

— Tranquilo —susurró, pasando su mano por el cuello del animal — es solo un rato ¿de acuerdo?

Tormenta pareció entender sus palabras y movió su cabeza en señal de aprobación.

— Buen chico.

Terminó de ajustar la silla y caminó fuera de los establos con tormenta detrás de él.

Aizawa, al igual que los guardias ya se encontraban con sus caballos listos.

— Los alcanzo en un momento — habló, en cuanto Aizawa comenzó a avanzar.

Aizawa asintió y le hizo una seña a uno de los guardias para que avanzara junto con el.

En cuanto se alejaron Katsuki ignoró por completo a la persona que se había quedado junto a él y caminó hacia uno de los manzanos que están al lado del establo.

Aún recordaba como él y Shinsou lo habían plantado, y todo para que Hitoshi practicara su magia con las plantas.

Y había tenido suerte, ya que el árbol era grande y frondoso, además de que cada año daba frutos.

Kirishima se percató de sus acciones y se hizo de varias manzanas antes que él, las cuales le fueron tendidas en cuanto volteó a verlo.

—Gracias —agradeció y sin siquiera mirarlo dio media vuelta hacia tormenta

Le tendió una de las manzanas y el caballo la tragó con gusto.

— Hace mucho que no nos veíamos.

— He estado muy ocupado—respondió, tratando de ser lo más indiferente, pero lo cierto era que Kirishima lo ponía nervioso. Había pasado un tiempo pero aun así no había podido borrar todos sus recuerdos— supongo que sabes a donde me dirijo.

Kirishima asintió pero se dio cuenta que Katsuki no lo podía ver

—Si — se acercó a él e hizo que diera la vuelta dejando caer la otra manzana

Saco su casco y miro al rubio a los ojos

—Prométeme que tendrás cuidado

Katsuki tomo una gran bocanada de sire, y planto la mirada en los ojos rojizos del chico, aquellos  con los que había soñado y despertado un año atrás.

—La tendré —limpio sus manos en los pantalones y trato de evitar la mirada de Ejiro.

—Katsuki...—susurró.

Kirishima levanto su mano y la posó sobre la mejilla de Katsuki.

—Si algo te pasará ...yo— Kirishima cerró los ojos con pesar, como si la sola idea de imaginarlo le doliera en lo más profundo del alma— ni siquiera puedo pensarlo.

Katsuki contuvo la respiración, podía sentir la calidez de la mano del pelirrojo atreves del guante que llevaba puesto.

—Deberías soltarme — Ejiro resignado dejo caer su mano —No me pasara nada, ahora debemos irnos.

Rápidamente le dio la espalda y de un salto se subió a tormenta

Kirishima se puso el casco y al igual que Katsuki subió a su caballo.

Ambos dirigiéndose al mismo lugar: Las tres estrellas.

Holaaaaa 😌
Tenemos segundo cap jeje y la aparición de Kiri bb 🥺

No le he olvidado de esta historia ni de la otras, solo que ya no tengo tanto tiempo como antes 😔

En fin, espero que disfruten el capítulo. Por si se preguntan dónde está Denki bb, ya pronto va a aparecer 🤭

Nos leemos luego, tomen awita y lávense las manos 💕