Capítulo I
"No tengas miedo,
la verdad es el infierno"
— Dream, Bishop Briggs.
Aizawa tuvo un mal presentimiento desde que despertó; un nudo se había formado en su pecho hasta el punto de sentirse sofocado y la sensación de que algo malo se avecinaba persistió durante el resto del día.
La noche anterior la taza en la que bebía té se había agrietado de la nada.
No le tomó importancia, por lo menos no hasta que salió de la biblioteca y una sombra se presentó ante él.
Tenía años sin verlas, dieciocho años sin verlas.
Sabía lo que se avecinaba así que se preparó mentalmente; la sombra lo rodeó rápidamente y, entró por su nariz y boca.
Que desagradable manera de dar mensajes, Shirakumo, pensó asqueado.
— No seas malagradecido, Hechicero — escuchó la voz de la sombra en su cabeza — Ustedes los humanos son unas ratas. No entiendo como mi señor les sigue permitiendo vivir en su reino.
— Limítate a dar tu mensaje, Sombra — respondió Aizawa hastiado.
— El mal se acerca, Hechicero. El sello ha comenzado a romperse, alguien está realizando sacrificios para hacerse de la oscuridad.
— ¿Quien?
La sombra se rió.
— Eso tienen que averiguarlo ustedes — habló cantarín — Mi amo no puede interferir en disputas humanas, agradece que se tome el tiempo para avisarles.
Aizawa comenzaba a sentir los efectos de tener durante tanto tiempo a la sombra dentro de él.
— ¿Ese es todo tu mensaje?
— Él debe volver — la presencia de la sombra comenzaba a desvanecerse — sólo él tendrá la oportunidad de hacerle frente al mal que comienza a acecharlos.
La sombra desapareció por completo y Aizawa cayó de rodillas en medio del pasillo. Llevó una mano a su rostro y sintió el líquido carmesí que emanaba —de su nariz y ojos— sobre sus dedos.
— ¡¿Maestro?! — la voz preocupada de Shinsou resonó por el pasillo — ¿Qué pasó?
Aizawa negó despacio y tomó la mano de su aprendiz como apoyo para ponerse de pie.
Shinsou observó detalladamente su rostro y un escalofrío lo recorrió al percatarse de la fría piel y el rastro de sangre en su cuerpo.
Conocía esos efectos, era de las primeras cosas que le había enseñado al comenzar a ser su aprendiz.
— ¿Una sombra? —preguntó asombrado, nunca había estado en presencia de una.
— Busca a Katsuki — habló ignorando su pregunta — Dile que es urgente.
***
Shinsou caminaba con rapidez entre los pasillos.
Los nervios recorrían todo su cuerpo al punto de tener que juntar ambas manos para evitar que temblaran.
Las sombras nunca traen nada bueno.
Eran portadoras de malos augurios.
Nunca había visto una, su maestro le dijo que estas solamente se presentaban al hechicero del reino, nunca a nadie más; en algún futuro les tendría que hacer frente, cuando su maestro se haya retirado y él se convierta en el siguiente al mando.
— Señor Yamada.
Un hombre de cabellera rubia esbozo una gran sonrisa al escuchar su nombre, sonrisa que borró de su rostro al ver la expresión alarmada de Shinou.
— ¿Qué está pasando?
— Necesito hablar con Katsuki — respondió rápidamente intentando evadir al hombre y cruzar las grandes puertas que se encontraban frente a él. — Mi maestro quiere hablar con él urgentemente.
—Katsuki ahora mismo se encuentra en clases de...
— Una sombra — interrumpió a Yamada — Una sombra se ha presentado.
Por un momento, Shinsou creyó vislumbrar pánico sobre los ojos del ministro.
— ¿Qué pasó con Aizawa?
— Está bien, lo encontré justo después de que la sombra se fuera.
— Vete — le dijo Yamada — Ahora mismo envió a Katsuki con ustedes.
Shinsou asintió y volvió sobre sus pasos.
Tenía un mal presentimiento.
***
— ¿Me buscabas? — preguntó Katsuki en cuanto entró a la biblioteca.
Aizawa dirigió una mirada a su aprendiz y con un chasquido de manos abrió las puertas de roble de la habitación.
— Déjanos estar solos — le ordenó.
— Pero maestro...
Solo bastó una mirada para que Shinsou guardara silencio y asintiera.
Katsuki lo observó marcharse sin decir ninguna palabra, ya se burlaría del rostro asustado de Hitoshi cuando estuvieran solos.
— Una sombra vino a verme. — comenzó a relatar — Me advirtió del peligro que comienza a surgir a las afueras del reino.
— ¿Y? — preguntó — Hay que ir y acabar con esos miserables rápidamente.
Aizawa resopló ante el tono altanero del rubio.
— El príncipe sigue vivo.
Lo mejor era decirlo sin rodeos.
Katsuki abrió y cerró la boca varias veces hasta que una pregunta en forma de grito salió de sus labios.
—¡¿Cómo que aún sigue vivo?! — preguntó dando varios pasos hacia el hechicero — ¿Estamos hablando del maldito de mi primo?
— Él nunca murió — Aizawa frotó sus ojos con cansancio, sabía que Katsuki iba a ser difícil de roer — Los reyes me pidieron que lo enviara a un lugar seguro antes de que la guerra estallara y fingiera que había muerto en manos de los Elektrizität.
— ¿Me estás jodiendo?
— Tú lenguaje — le reprendió Aizawa — compórtate como el rey que eres.
—¿Rey? — preguntó con una carcajada — El rey está escondido quién sabe dónde por lo que me acabas de decir.
Aizawa en verdad quería convertir a ese niño en una rana y encerrarla en un frasco para después lanzarlo al río, desgraciadamente era su rey; y desde que tomó su puesto juró servir al monarca en turno.
— ¡Escúchame bien maldito mocoso! — que fuera su rey no evitaba que lo reprendiera como si de su hijo se tratara, después de todo lo había criado desde que estaba en pañales junto a Hitoshi.
Guardó silencio ante el tono del hombre, lo observó levantarse de la vieja silla de su escritorio y caminar a uno de los muchos estantes de libros antiguos que rodeaban la sala.
Katsuki pasó gran parte de su adolescencia metido estudiando la mayoría de los libros que allí se encontraban, habían pasado años y aun no lograba terminarlos; Bakugou no estaba seguro si todos sus años de vida bastarían para lograrlo.
Aizawa se detuvo y tomó un libro viejo y lleno de polvo por lo que pudo observar; tan pronto como saliera de allí ordenaría que limpiarán y abrieran los grandes ventanales, últimamente el único que visitaba la sala era Aizawa y al parecer no parecía importarle trabajar en capas de polvo.
Quiso decir algo al ver el rostro pálido de Aizawa en cuanto se acercó a él pero prefirió mantenerse callado, de cerca, Katsuki podía darse cuenta de los estragos que la sombra había dejado sobre el cuerpo de Aizawa y por primera vez se percató de las pequeñas arrugas que comenzaban a formarse en su rostro; tal vez ya era hora de que Hitoshi tomara su lugar.
Aizawa abrió el libro y una fina capa de polvo se levantó en el aire, pasó varias páginas hasta dar con su objetivo.
— Aquí — Katsuki observó hacia donde el dedo del hechicero apuntaba.
El árbol genealógico de su familia abarcaba las dos páginas, una pequeña pintura de sí mismo con la leyenda Bakugou Katsuki, décimo rey de Yūei se encontraba al final de la hoja derecha, la rama secundaria. A su lado la rama primaria, y paralelo a su pintura se encontraba el rostro de un bebe de cabellos rubios y un pequeño mechon de cabello color negro, la leyenda decia; Kaminari Denki, principe de Yūei, fallecido al año de nacido.
Su madre y el antiguo rey eran hermanos, y como buenos hermanos habían decidido ser padres casi al mismo tiempo.
Katsuki era dos meses mayor que Denki.
Los meses después de su llegada fueron de alegría y fiestas en el reino, no habia dia que no se celebrará la llegada de los dos pequeños pero eso no duró mucho; rumores de guerra comenzaron a llegar y su tío comenzó a tomar precauciones, pero a pesar de ellas no pudieron evitar que la guerra estallara en sus narices.
Bakugou sacó esos pensamientos de su cabeza y centró su mirada en el rostro de Aizawa.
— ¿Dónde está? — preguntó, ya más calmado.
Aizawa cerró el libro de golpe y camino hacia el espejo que se encontraba detrás de su escritorio.
— No en este mundo.
Katsuki lo miró confundido procesando sus palabras, ¿este mundo?, caminó hasta quedar hombro a hombro con el hechicero.
— ¿De qué cojones estás hablando? — la paciencia no era una de sus virtudes.
— Un día antes de la guerra los reyes sacaron a su hijo del palacio confiandomelo a mi con la esperanza de que yo lo protegiera, — le escuchó suspirar con cansancio — los Elektrizität venían por él, el reino y estas tierras no eran seguras para él. Así fue como perdí mi pierna, realice un gran sacrificio para obtener el poder suficiente para mandarlo a un lugar donde no pudiera ser encontrado. Siendo sincero no creí que tendríamos que traerlo de vuelta, tú creciste y te convertiste en un buen rey, lograste muchas cosas buenas en el reino a pesar de tu edad, pero...
— Pero yo no soy el verdadero rey — terminó la oración amargamente.
Aizawa negó con la cabeza.
— No es eso, Katsuki. — intentó acercarse a él pero Bakugou dió un paso atrás — él nunca estará listo para ser rey, no creció aquí como para asumir el puesto que le pertenece, pero debe volver; si Shirakumo se tomó la molestia de enviar una sombra para advertirnos es por que algo realmente malo se acerca; necesitaremos toda la ayuda posible, él es el heredero de Yūei y el último Elektrizität.
— ¿Cómo piensas que me ayudara si ni siquiera sabe quién es? — preguntó escéptico — Es más, ni siquiera estamos seguros de que haya heredado el linaje de los Elektrizität. — apretó los puños a su costado y escupió — Además, yo no necesito la ayuda de nadie, he logrado salir adelante solo y sin ayuda.
Solo la tuya, quiso agregar.
Demasiado orgulloso para decirlo en voz alta.
— Esto te supera por mucho — habló Aizawa, frustrado —. Créeme si no lo necesitaras no nos encontraríamos en esta situación, tienes que encontrarlo y prepararlo para lo que viene.
— ¿Esperas que aprenda todo lo que se ha perdido en todos estos años? — Aizawa asintió y Katsuki rió sin gracia — Eso será imposible, ni siquiera yo lo he aprendido todo, él no podrá hacerse cargo del reino.
— No espero que esté listo, después de que todo pase él decidirá si quiere tomar sus responsabilidades o volver a su mundo. Tú tomarías de nuevo la corona si el decidiera regresar.
— ¿Y si no lo hace?
Aizawa se mantuvo callado.
— ¿Cómo lo encuentro?
— Yo mismo te enviaré a donde se encuentra.
El espejo frente a ellos comenzó a moverse irregularmente hasta que la imagen de un chico rubio se formó en el.
Katsuki quedó impresionado ante el rostro del chico, parecía que estaba viendo al antiguo rey pero muchísimo más joven, cabello rubio, los mismos rasgos finos que él y grandes ojos dorados, el rasgo característico de los Elektrizität.
— ¿Cuando me voy? — preguntó a Aizawa.
Este camino de nuevo hacia su asiento y Katsuki pudo ver como la imagen del chico desaparecía del espejo.
— Mañana al amanecer — dijo, tomando algunos papeles —. El chico acaba de cumplir dieciocho años.
Katsuki sintió cómo su estómago se hundía, nunca había ido más allá de Shiketsu; ni siquiera para firmar los acuerdos con otros pueblos y ahora tendría que hacer un viaje a tierras demasiado lejanas y desconocidas.
— Me iré a preparar.
Aizawa asintió distraído y se concentró por completo en los pergaminos que tenía en sus manos.
Ni siquiera espero una respuesta cuando ya se encontraba saliendo de la habitación.
Camino por los largos pasillos del palacio en automático, todos ellos eran iguales; grandes y ostentosos, Katsuki conocía cada uno de ellos, sabía cual tenía que tomar para llegar a su destino, si alguien desconocido intentaba deambular por ellos lo mas seguro es que terminara perdido.
Katsuki no, él los conocía como a la palma de su mano, conocía los escondites entre pasillos, cuales eran los que te llevaban al centro del palacio y también los que te dirigian al calabozo — estos, los evitaba a toda costa, nunca había sido gran admirador de lugares cerrados y bajo tierra —.
El pasillo por el que caminaba se encontraba iluminado por candelabros de hierro pegados a la pared, en otras circunstancias, se habría detenido a apagar el fuego en cada uno de ellos para hacer enojar a Aizawa; ahora no, en ese momento su cabeza daba vueltas y desde que había terminado de hablar con Aizawa su cabeza comenzó a martillar sin parar.
Doblo el pasillo y caminó a paso apresurado hasta llegar a una gran puerta de madera decorada con flores y hojas de hierro plateadas; la abrió de golpe y al entrar sintió la calidez de su habitación. Cuando las puertas estuvieron cerradas a su espalda se recargo en ellas y fijó su vista ante el cuadro de sus padres preguntándose,
¿Cómo se prepararía para viajar a un lugar que no conocía?
Hey, hey, hey
Primer capítulo 🥳
Se supone que este cap debería ser mucho más largo pero he decidido trabajar con el mismo formato que otras historias, no mas de 2-3k palabras por cap, si llega a haber alguna excepción es por que el cap así lo requiere.
En fin, espero que me apoyen en este humilde fic como en el anterior 🥺
Si encuentran algún error hacérmelo saber pls, se agradece🤭
Nada que ver con el cap pero les quiero mostrar un bordadito de Denki que hice —soy principiante en esto del bordado así que no esperen mucho jejej—.
En mi tw estaré subiendo más cosillas así por si me quieren seguir, me encuentran como @_artaaz
Nos leemos luego 💕
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro