Capítulo 9 Mentira
Todo se preparó como era debido tanto en el castillo como con Ronan, el brujo estaba entusiasmado por concretar el plan que configuró tan bien y deseaba terminar por fin con los reinos tanto con el reino de los cisnes como con el reino de la luna cuya princesa era Opaline.
En el palacio donde se encontraba Armand todo el mundo parecía eufórico menos él, aún tenía mucho que procesar y era difícil en ese momento pensar con claridad sabiendo que Opaline se presentaría esa noche, él le profesaría sus sentimientos sin guardarse nada y quizás con suerte se rompería su maldición, no contaba con los planes de Ronan.
Llegó el anochecer más rápido de lo que se imaginaba, los carruajes empezaban a llegar y numerosas doncellas de familias adineradas y princesas de otros reinos bajaban de ellos, todo el mundo cuchicheaba entre sí, querían saber si de verdad verían al príncipe heredero y si realmente no era un farsante.
Opal y Ronan llegaron poco después de los demás invitados, al entrar todo mundo los observaba, algunos conocían a Ronan y no lo tenían en buena estima, Armand al ver a Opal no pudo distinguir la verdad en la mentira y cayó por completo creyendo que era Opaline, ella evitaba mirarlo y Ronan se había escondido antes de que el muchacho los viese, entre la multitud los vigilaba esperando que todo se completase, si Armand le confesaba sus sentimientos a Opal y no a Opaline ella quizás seria un cisne para siempre y el poder de la corona de la luna quedaría en manos de Ronan, el reino de la luna junto con el reino de los cisnes mantenía un régimen próspero y nadie sufría nunca de hambre o frio en sus tierras, creían en hechizos y criaturas místicas pues hubo un tiempo en que vivieron juntos en armonía, pero los brujos oscuros llegaron a destruir esa paz, provocaron estragos en sus vidas prosperas, pero al final lograron terminar con la mayoría, por desgracia las criaturas mágicas también desaparecieron, pronto se relegaron a cuentos de hadas y los pocos brujos que quedaban fueron exiliados y acogidos por reinos enemigos, Ronan era el ultimo que quedaba en esas tierras, siempre oculto a la vista de todos, justo como ocultó a Armand, ahora el brujo sonreía con suficiencia viendo a Armand bailar junto a Opal en medio del gran salón.
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