Armand al leer la solución no supo como reaccionar, el libro decía explícitamente "el amor verdadero triunfara ante cualquier maldición, si este es real y se profesa exitosamente el hechizo se romperá y lo que fue volverá, pero si no llegase a funcionar al brujo oscuro se ha de eliminar".

Todo era muy claro, pero Armand no sabía cómo se sentía de verdad el amor verdadero, él solo sabía que quería estar con Opaline, quería cuidarla y estar a su lado, sentía su corazón acelerarse cada que la veía y le daba tranquilidad tenerla cerca, si Opaline le dijese que quería cruzar el mar hasta caer por el vacío iría con ella solo para estar a su lado, la seguiría a donde fuese, pero quizás no tenia la fuerza para matar a quien considero su padre por tanto tiempo.

Opaline estaba ya esperando sentada frente al lago en su forma humana cuando este llegó corriendo con su canasto esta vez llevaba unos pequeños pastelitos de manzana que preparó con Opal y un zumo de naranja, quería contarle lo que descubrió, pero tenía vergüenza, amor verdadero... pero ellos se conocían de hacia apenas unos días y aun así él creía que quizás eso era lo que sentía por ella.

Sabiendo que ella se burlaría le contó todo lo que encontró en el libro y ella en lugar de burlarse solo lo observaba seria y pensativa, su mirada estaba fija en él y lo hacia sentir un poco incomodo, ella no le permitía voltearse cuando le hablaba así que no tenia más opción que dejar que lo observase de esa forma, cuando terminó de hablar ella tomo la palabra.

- Así que amor verdadero o una muerte necesaria, complicado decidir sobre todo porque solo nos conocemos desde hace una semana y yo jamás he visto a nadie de esa forma hasta... - Cortó la frase antes de decir lo que su corazón gritaba en ese instante-

- Hasta que te vi – Armand acabó la frase por ella sin darse cuenta pues estaba pensando casi lo mismo que ella-

- Yo... te sugiero ir al pueblo, quizás allí encuentres ayuda... y sorpresas- esto ultimo lo dijo en voz baja por lo que Armand no la escuchó, se alejó un poco de nuevo mientras él estaba sonrojándose al darse cuenta de lo que había dicho-

Sin querer le declaró sus sentimientos y ella solo cambio el tema, de igual forma iba a tomar el consejo por lo que a la mañana siguiente, justo al alba, se fue a escondidas de todos hacia el pueblo.