Capítulo 2 La joven...
Pasaron los años y Armand cumplió 18, aun cuando siempre lo habían tratado mal no permitió demasiado que Ronan lo tratara de igual forma, solo le hacía caso si Ronan lo trataba con cordialidad y respeto debido a eso Ronan termino por hacerlo pero seguía queriendo usarlo, aunque Opal a quien Armand consideraba ya como su hermana y a quien quería demasiado intentaba a toda costa que su padre no usara tanto a Armand pues ella sabía lo que podría llegar a pedirle y siempre procuró protegerlo de la maldad de Ronan hasta esa noche cuando este llegó con una chica que se veía frágil y asustada, era muy guapa a los ojos de Armand que quedó flechado en ese instante, su cabello rubio caía en una trenza sobre su hombro y sus ojos azules como el cielo miraban a Armand con un toque de confusión, suplica y algo más que no supo él describir.
- Les presento a Opaline estará aquí con nosotros por mucho tiempo, es una jovencita muy especial - Ronan sonrió con malicia al tiempo que veía en el horizonte pequeños vestigios del amanecer-
- Qué curioso su nombre es parecido al de mi hermana, pero ¿porque es tan especial? – Armand se arrepintió al instante de hacer esa pregunta, notó la maldad en los ojos de Ronan incluso antes de que Opal le hiciera segunda y preguntara lo mismo a su padre-
- Oh ya verán hijos míos ya verán, solo esperen los primeros rayos del sol - Casi inmediatamente después de que Ronan pronunció esas palabras el sol comenzó a aparecer por el horizonte y en cuanto toco la piel de Opaline ella que seguía sin pronunciar palabra alguna soltó un pequeño grito-
Opal y Armand no podían creer lo que veían, sabían que Ronan era brujo pero nunca pensaron que podría hacer algo así, Opaline estaba en el suelo convirtiéndose lentamente en un bello cisne con plumas aperladas, ambos sabían que era obra de Ronan pero no se atrevieron a soltar palabra alguna sobre ello solo se limitaron a obedecerlo cuando les ordenó llevarla al lago cercano donde había más cisnes que ellos en ese momento se preguntaron si no sufrían lo mismo que la pobre jovencita que estaban escoltando uno a cada lado mirándola de reojo, incluso en su forma de cisne se le notaba la tristeza que le causaba estar allí, Armand sentía mucha pena por ella y una pequeña llama de molestia hacia Ronan surgía en su interior, la dejaron en el lago y se fueron a hacer sus otras tareas aun cuando él tenía ganas de quedarse con ella y consolarla en silencio.
Armand pasó mucho tiempo del día pensando en Opaline, quería saber más de ella y consolarla, quizás incluso ayudarla a escapar de ese hechizo, pero Ronan le había prohibido acercarse a la joven advirtiéndole que si lo encontraba con ella o cerca del lago sería castigado severamente.
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