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Cuando Uriel canté a futuro, cuando sea un tanto mayor, esta será la voz que tendrá, que es la de mamoru miyano.
Sé que ahora es muy peque para tener esa voz tan sheshi 7u7 pero la canción es linda y me gusto. Además de que lleva al piano de fondo.
Abrió sus ojos adormilado al sentir los rayos del sol en su rostro. Miro a su costado y sonrió levemente al ver el cabello reboltoso de su hermana.
Tal como lo recordaba Athanasia recordó su vida pasada a los 2 meses, por meses estuvo enojada con todos.
Hacía berrinche y le hacía la vida imposible a las sirvientas.
En verdad estaba enojada por haber renacido en esa novela.
Tal como él, solo que Atthy lo demostraba y él lo ocultaba o mejor dicho demostraba su enojo internamente.
Athanasia se extrañó por tener un hermano ya que en la novela jamás hubo un príncipe, pero al saber que ella es la mayor tomó cartas en el asunto y empezó a idear algunos planes para que los dos pudieran huir.
Ante los ojos de Atthy, Uriel era su pequeño hermano inocente que no tenía conocimiento de la oscuridad del mundo que lo rodeaba.
Si supiera.
Atthy en verdad era protectora con Uriel, el cual con tan solo meses de vida había cautivado a todas las sirvientas incluso a lily, aunque ella no se dejaba cautivar tanto como las demás.
Los gemelos ya tenian 4 años y en el palacio rubi todos los querían.
-Uri.
Sonrió levemente al ver los ojos de su gemela que lo miraban adormilada.
-buenos días -cerró sus ojos sonriendo levemente haciendo sonreír a su hermana.
-pensé que ibas a dormir hasta tarde.
Los dos se sentaron en la cama mientras Uriel empezó a peinar con suavidad el cabello de su gemela.
-bueno...decidí leer después, no quería dormir hasta tarde o sino lily se daría cuenta de que no duermo por las noches.
Se estremeció al recordar el rostro enfadado de lily, ella podía ser un ángel pero cuando se enojaba daba miedo.
-ya están despiertos -hablando de Roma.
Los dos rubios miraron a lily la cual les sonrió con suavidad.
Cerro sus ojos con suavidad al sentir los delicados dedos de su madre peinar su cabello.
Cuando los dos estuvieron listos, Uriel acompañó hasta el jardín a su hermana, él sabia lo que ocurriría a partir de ese momento y no tenía deseos de participar de ese momento.
-iré a estudiar, cuídate.
Siguió su camino dejando confusa a la rubia, que lo vio irse con serenidad y elegancia.
-"Hay algo raro en Uri, siempre mira todo sereno como si supiera lo que está por pasar y a veces se queda mirando a la nada como si..se estuviera castigando por haber nacido".
Miro preocupada a su hermano, ella sabía de los rumores que circulaban por el palacio rubi, Uriel era un príncipe maldito.
Solo por tener ojos de distinto color lo nombraron príncipe maldito, ella no lo entendía, sus ojos eran lo más hermoso que haya visto.
Celeste y rosa, al momento de brillar eran cerúleo azul y turmalina, eran fenómenos de la naturaleza, un fenómeno extraordinario y hermoso.
Por suerte su hermano no se dejaba derrotar por esos rumores y seguía como siempre, sereno, amable e inteligente.
Los dos eran inteligentes pero lo era más ella, ya que su hermano era un tanto perezoso y le gustaba más luchar que estudiar.
Aunque eso solo lo sabía ella.
-te gusta el chocolate verdad? -una mujer sonrió sonrojada por la tierna rubia que la miraba adorablmente.
-me gusta porque Hannah me lo da! -sonrió alegré haciendo chillar a la mujer.
-Hannah! -otra mujer apareció regañando a la nombrada.
Mientras ellas dos peleaban Atthy rió por lo bajo y corrió hacia otro lado.
-princesa vuelva temprano!.
La rubia sonrió ante los cuidado de los mujeres, al principio se llevaban mal pero luego entendió que debía de llevarse bien con todas, o mejor dicho cautivarlas, si quería conseguir su preciado chocolate a escondidas de lily.
-"Wow!, en verdad soy hermosa, tengo las joyas imperiales...tal como zenit".
Se miro atenta en el reflejo del agua maravillada con sus ojos, no había duda de lo que le decían sus queridas hermanas. Ella era hermosa igual que su madre y tenia los ojos de su padre.
Hizo una mueca al recordar que Uriel era como una versión miniatura de Claude. Solo vio una vez la foto de su padre, en el libro que lily le enseño, y fue suficiente para que se diera cuenta de que Uriel era un mini clon del emperador.
Aunque ella haría todo lo posible para que su adorable hermanito no se convierta en un psicópata malvado como el emperador. Después de todo, los ojos de Uriel eran la prueba misma de que él era diferente a su padre.
O eso esperaba.
-nunca vine por aqui.
Miro curiosa el hermoso jardín que la rodeaba para luego agarrar algunas flores para lily y sus hermanas.
Vio curiosa el lujoso palacio mirando embelesada las estatuas de oro que iban apareciendo cuando se adentraba mas al lugar.
-" >:3 tengo que llevarme algo de eso!, tal vez pueda usar este lugar para ocultar mis tesoros, aunque cuando nos vayamos también debo de llevarme un poco de esto".
Se asomó a una estatua de oro para comprobar si se podía romper, así se llevaba un poco del oro.
-mmm...no se rompe -susurro para luego morderlo sin darse cuenta que dos personas la estaban mirando.
-Desde cuándo en mi palacio hay niños?.
Se estremeció por completo al escuchar esa fría voz, cuando se dio la vuelta quedó muda al ver la figura del rubio que tenía por padre.
Su figura tal cual un adonis se mostraba sin vergüenza, su cabello rebelde lo hacia ver más aterrador junto a esos par de ojos que brillaban viendo atento a la pequeña ante él.
El pelirrojo tras él la miro curioso y al ver su rostro se sorprendió.
-su majestad...
-tu rostro me suena conocido.
Tragó saliva nerviosa al sentir la mirada oscura del emperador en ella.
Ese hombre en verdad daba miedo.
*crash!*
Totalmente en shock vio las bolsas con sus tesoros caer al suelo y en el proceso rompiéndose algunas joyas.
-"N-no puede ser!, mis amados tesoros, ahora qué hago?!, salvame yisus! 7-7".
Mientras ella rogaba a todos los dioses en su interior el emperador se acerco a ella ignorando las joyas y levantando su pequeño mentón con su palida mano.
-tu rostro...en verdad me suena conocido.
-su majestad.
De todas las maneras posibles el pelirrojo parecía tratar de que el rubio no le haga nada a la pequeña.
-ya recordé!...era una bailarina de shiodona..si, te pareces a esa perra -sus ojos brillaron con oscuridad aterrando a la pequeña rubia -te nombró Athanasia.
Con temor cerró sus ojos esperando cualquier cosa.
-qué haces aqui?.
Abrió sus ojos curiosa viendo que el rubio estaba arrodillado ante ella, apoyando uno de sus codos en su rodilla y su mentón en su mano mirándola sereno y neutral.
Ella aferro sus manos a su vestido y él la alzo ante su inquietud.
-...eres pesada, como una pelota.
Al pelirrojo le corrió una gotita ante el rostro aburrido del rubio mientras que la pequeña lo miraba con la boca abierta por lo que dijo.
-"P-p-pelota?!, a quién le dices pelota maldito rubio sexy?! #####, soy una adorable niña!, ahg si no fueras quien me matarás en el futuro ya te habría pateado >:( ".
Internamente estaba debatiendo sobre si golpearlo o quedarse quieta esperando que un milagro suceda.
-Felix llevala, y manda a traer algunos dulces, escucharé lo que tenga que decir.
El rubio dejo sin cuidado a la pequeña en brazos del pelirrojo que miro incómodo a la niña pero luego le sonrió amable.
La niña sonrió nerviosa aunque llorando por dentro.
-"U-uri dónde estás cuando te necesito?!".
*achi!*
El pequeño bicolor estornudo confuso dejando de lado el libro para luego mirar por la ventana.
-"hn, parece que ya se encontró con el rubio teñido".
Sonrió divertido mirando los pájaros volar con libertad.
Estaba en la pequeña biblioteca que había en el palacio, lily estaba tejiendo algunas cosas mientras de vez en cuando veía con una sonrisa a Uriel, que estudiaba tranquilo.
-uri qué sucede? -miro curiosa al niño que había dejado de leer para mirar al cielo.
-nada lily, no te preocupes -sonrió com suavidad para luego seguir leyendo el libro.
Experimentos con magia negra.
Sus ojos brillaron con oscuridad ante el título para luego sonreir de lado con maldad.
-"Si quieres destruir a mi familia intentalo, pero...eso no quiere decir que te deje el camino libre. Te demostraré lo que es meterte con la familia del monstruo de ojos malditos".
Sus ojos obtuvieron un brillo demoniaco ante el recuerdo de su ahora "tío".
Estaba seguro que Athanasio intentaría no solo destruir a claude sino a Atthy usando a zenit como su títere. Y Uriel no dejaría que nadie le ponga un solo dedo encima a su hermana.
En su vida pasada nunca tuvo algo que lo amará, familia, amor, amistad, nada. Todos lo apreciaban por el asesino que era.
Siempre estuvo solo y ahora que tenía una madre, una hermana, una familia. No dejaría que se la arrebaten de su lado.
Si tenia que volver a ser un asesino por proteger a su familia, lo haría.
-papá te amo!.
El rubio y el pelirrojo abrieron sus ojos en shock ante lo dicho por la princesa.
La cual sudaba frió ante la mirada del emperador.
Si no podía huir tendría que hacer que su padre se enamoré de su lindura. Todo sea por sobrevivir.
-hn, creo que estoy maldecido....debería de haber tenido un hijo pero no...tengo no solo una sino dos niñas.
El rubio se apoyo aburrido en el sillón ante la ingenuidad de artie.
-"Dos niñas?, acaso él no sabe sobre Uriel?".
Abrió sus ojos sorprendida para luego sonreír dentro suyo, ella haría que ese tirano amé a su adorable hermano. Aunque le daba miedo ya que no sabía si Claude lo amaría o intentaría matarlo.
-aunque he de admitir que me sorprende que no estén juntas, dicen que los gemelos siempre están juntos.
Miro neutral a la rubia.
-papá, Atthy no tiene una hermana -ladeó la cabeza sonriendo brillantemente ante la curiosidad de los otros dos.
-p-pero no eran dos? -el pelirrojo no aguanto su curiosidad.
-sí!, pero no es niña sino niño.
El silenció reino el lugar ante el shok de los dos hombres.
-Uriel es muy lindo e inteligente, le gusta....
-qué dijiste?.
Ella se calló al ver la mirada oscura del emperador. Con temor se regaño internamente al pensar que cometió un error al hablar de su hermano.
-cómo se llama?.
Sus ojos fueron tapados por su cabello mientras apretaba los brazos del sillón.
-...U-uriel.
Todo quedo en silencio, Felix miro alarmado al emperador que aún tenia sus ojos tapados por su flequillo.
-ya veo.
Susurro levantándose y caminando hacia la salida.
-Felix, llévala al palacio rubi.
Luego de su orden salió de allí dejando temerosa a athanasia.
-"No...no puede ser, qué hice, no puedo dejar que le haga algo a Uri!".
Caminó rápidamente hacia la salida del palacio ocultando su presencia de las demás personas.
No podía ser cierto.
No podía ser él.
Sus pasos eran veloces sintiendo su corazon latir con fuerza.
-Ire a buscar algunos dulces.
Vio salir a Lillian de una sala, ella sonrió hacia adentro de la sala y cerro la puerta con suavidad para luego seguir su camino sin darse cuenta que el mismísimo emperador estaba a tan solo metros de ella.
Cuando estuvo frente a la puerta tragó saliva y la abrió sin hacer ruido.
Una pequeña biblioteca en una esquina, tres sillones bordó y una mesa ratona.
Dos grandes ventanales que dejaban entrar los rayos del sol junto a la brisa del hermoso día.
Un majestuoso piano de cola, color blanco con algunos adornos de oro.
Un tarareo infantil lo sacó de sus pensamientos y miro al pequeño delante del piano.
Cabello rubio, piel blanca, voz infantil pero levemente madura.
Aún con sorpresa camino hasta quedar delante del piano escuchando las melodías que éste producía gracias al pequeño rubio.
~Una y otra vez, gracias.
A ti que me encontraste y me dijiste:
"Me alegro de haberte conocido"~.
No podía creerle a sus ojos.
Esa canción era de él.
Tembló ligeramente acercando su mano hacia la mejilla del pequeño, el cual seguía concentrado cantando esa hermosa canción.
-Uriel.
La melodía se detuvo cuando el pequeño sintió una caricia en su mejilla, miro hacia en frente con curiosidad pero allí no había nadie.
-"Qué fue eso?".
Frunció el ceño confuso para luego suspirar y volver a tocar el piano.
No podía ser posible.
Esa suavidad en sus ojos al momento de cantar.
Esa canción.
-Vamos, tenemos que divertirnos, olvídate de las reglas claude!.
Tapó sus ojos con sus manos y se apoyo en sus rodillas. La oscuridad inundaba su habitación.
-No temas...nos volveremos a encontrar.
-Uriel....volviste a mi lado.
Parece que Uriel era la reencarnación de alguien muy importante para el emperador.
Pero, quién era esa persona?.
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