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VI. El Puente Invisible

Las últimas lechuzas esperan a que los reyes atraviesen el umbral. El peligro no aguarda por ningún lado, pero se mantienen en alerta constante ante los movimientos de las nubes en el horizonte. Pellimore lleva a Cosme en su espalda, cruza el telón de luz a la espera que los demás también lo hagan. Sin embargo, Nights con sus nuevas emociones guarda un mal augurio con la fisura en el aire.

一¡Nights, tienes que cruzar! 一Owl tira de una pierna y Soren de la otra. El viejo luce avergonzado de que un rey le ayude con un rebelde sin causa.

一¡No quiero! 一Nights se sujeta del césped para luego enterrar los dedos en el suelo. Le cuesta creer que la tierra esté blanda después de tanto alboroto. Está a unos pasos de entrar a la luz一. ¡Owl, no! ¿Por qué yo tengo que ir y tú no? ¡Me debes una explicación!

一Este jovenzuelo es testarudo 一comenta Soren entre risas, en el esfuerzo de que su garra siga sosteniendo la pierna del arlequín一. Y peor que yo. ¿Cómo logras que te obedezca?

一Dejo que se canse hasta que me escuche.

一¿Desde cuándo lo hago? 一protesta Nights.

En un descuido, Nights golpea el piso con un puño entero en la superficie, mientras que la otra está a medio camino de salir también. Al percatarse del error, siente el arrastre y es lanzado al fondo del telón.

一¡Uhú! Por fin 一Owl aletea aliviado一. Espero que no te dé problemas de aquí en adelante.

一No se preocupe, estará en buenas manos.

El viejo baja la mirada, pensativo.

一Majestad, ¿está seguro que esa criatura es de confianza? Comprendo que es nuestro vecino más cercano y conoce el Cosmos mejor que nosotros... es solo que... hace tiempo que no salgo de la Dimensión de la Noche y...

一Señor Owl 一coloca un ala en el hombro cortísimo del búho一, ¿por qué no nos acompaña? Es más seguro para usted que esté con nosotros y no aquí, en tanto la situación se controle...

一Nightopia sigue viva por los soñadores 一contesta firme y serio一. No puedo abandonar a esos chicos sin que Nights ande por allí cuidándolos. Debo estar aquí para alejarlos de los Nightmarens en lo que pueda.

Soren sonríe preocupado, pero lo acepta. El antiguo bibliotecario del árbol de Ga'Hoole es más blando ahora, a diferencia del trato estricto con sus compañeros en el pasado. Le sorprende su cariño hacia el arlequín, lo admira y envidia al mismo tiempo.

一Yo le diré todo a Nights cuando regrese.

一Viejo amigo 一suspira la lechuza一, rece para que sea pronto.

Owl sabe a qué se refiere.

一Lo sé. Gracias, Soren.

Aquel abrazo es el primero y último después de tantos siglos de ausencia entre un maestro y su estudiante.

一Por favor, proteja a Nights hasta que se reúna con Balan.

一Así será.


La gravedad conduce a Nights por un abismo luminoso del que nada se distingue. El joven gira descontrolado en su afán por sujetarse de algo y no cegarse en el intento de abrir los ojos. El brillo es intenso, cegador, de esencia pura que relaja sus sentidos, mas no el instinto ante lo desconocido. El pecho le cosquillea. Con la adrenalina elevada grita a cántaros que la garganta insiste en parar.

Al rodearse de un ambiente oscuro y abandonar el mar de luz, Nights abre sus ojos, estupefacto, con los nervios aflorando en su piel. Una pared pintada de negro, de sensación infinita, retocada con estrellas de distintos tamaños y vigores que lo iluminan, tal como un festival de linternas de los deseos. Esferas parecidas a canicas giran en espacios lejanos a él, mas contempla los patrones que las decoran.

El elemento que termina de atraer su atención es una nube de polvo colosal. Los tonos pasteles que emite le recuerdan a las de la estrella fugaz, similares a los del niño, incluso a la fuente de luz en la cabeza y la suya (por opaca que luzca).

Aquello sume a Nights con más dudas por resolver.

一Sí, es hermoso.

El rey Soren le ayuda a levantarse.

Apenas se da cuenta de que el suelo refleja el espacio. La superficie es resistente, bastante fuerte para soportar a un ejército de lechuzas estacionadas a la distancia de ambos. Nights traga nervioso y frunce el ceño enseguida, toma el momento con seriedad. Soren le escolta junto a su Pellimore, quien todavía cuida al niño.

Es un hecho que Cosme no muestra señales de despertar, aun con un pellizco en la mejilla. La reina reprende al arlequín por eso, un golpecito en la cabeza con el ala es más que suficiente; conoce a los de su tipo, sabe cómo lidiar con ellos, tiene tres hijos después de todo.

一La brecha está cerrada 一anuncia Soren一. Pelli, yo los llevaré con Balan, tienes que volver a Ga'Hoole con los demás.

一¿Qué harás si esos monstruos los persiguen? Prefiero quedarme a ayudar.

一No, Pellimore.

一¿Por qué no? Nuestros hijos están a salvo y el árbol no sufrió daños después del colapso. Todos estarán bien por un tiempo más.

Soren abre el pico sin que nada salga. En verdad insiste en que su compañera se marche, pero no quiere dejarla sola ni a las tropas. Ga'Hoole necesita de su atención...

一Lamento interrumpir 一intercede Nights con la mano en alto一. No quiero ser un mal tercio, es que debo saber... no, exijo que me digan... ¡¿en dónde diablos estamos?!

El clamor no viaja en eco cuando las paredes negras ni siquiera son paredes corrientes.

A fin de cuentas, la pareja llega a un acuerdo.


Con un grupo reducido de guardianes como protección y el resto enviados de vuelta a su mundo, los monarcas conducen a los jóvenes por un pasadizo invisible a la vista, sin rutas ni indicaciones a donde ir. Soren se guía por los susurros de las estrellas y cierra los ojos cada vez que intenta visualizar mejor las visiones. La energía es débil mientras está despierto, se apoya de Pellimore para encontrar las constelaciones que señalan los reinos distantes, en este caso, aquel que les interesa.

一El Cosmos funciona de muchas maneras para los orgánicos como nosotros 一explica Soren一. Se puede viajar por medios como este. Un puente es el más común de transitar.

Nights siente las plantas de los pies aplanarse al caminar. El piso es inexistente en verdad, largo y recto, sin obstáculos pequeños que entorpezcan sus pasos. Apenas reconoce unos hilos blancos a los lados, que marcan el límite de un puente y todos respetan para no sufrir un accidente...

«O una travesura», la picardía de Nights aparece cuando sonríe.

一Tal vez te preguntes por qué nosotros podemos transitar en este lugar sin recursos, como el aire por ejemplo 一continúa el rey一. Recientemente, fuimos expuestos a una radiación cósmica. Una estrella fugaz cruzó por nuestro mundo sin enterarnos. No causó problemas en nuestra salud, al contrario, nos fortaleció. Nos hizo fuertes ante invasores como los que viste en tu reino, Nights. Gracias a eso, triunfamos en la batalla.

Pellimore mece al niño sobre sus alas, con más delicadeza en un intento por despertarlo. No se resiste a cantarle una nana que escuchó de otra madre a su recién nacido. Y parece que surte efecto, Cosme muestra una sonrisa dulce mientras duerme.

一¿Qué sucedió? 一Nights le sigue la corriente a Soren, aunque está más ansioso por saber qué hay fuera de esas líneas blancas.

一Pagamos el precio.

Al momento que sale del pico del rey, la palabra terraformación estalla entre los pensamientos de Nights. El joven trata de imaginar los cambios en el reino de Ga'Hoole (sin la mínima idea de cómo es en realidad, aparte que las aves lo gobiernan), a través de la descripción poco detallada de Soren.

Después de la medianoche, la visita fugaz de una estrella suelta una neblina que recubre los cielos y la tierra, escondiendo su presencia por un momento breve y alimentando la superficie con una lluvia de esporas. Las plantas se transforman en versiones distorsionadas, de hojas desteñidas y patrones simples. Los árboles avivan sus colores, dan frutos que no corresponden a su clase y emergen raíces que propagan a sus descendientes con rapidez. Los animales escapan ilesos, buscan refugio a los pies del árbol de Ga'Hoole hasta que la corona real les indique si es seguro volver a sus hogares.

Los esfuerzos por devolver las tierras a la normalidad son un fracaso. La magia que poseen es insuficiente para contrarrestar la energía cósmica. Nada impide que la expansión se detenga. Solo les queda esperar e implorar que los seres conscientes no terminen como el resto del mundo.

一Nos hechizaron 一opina Soren一. Todo por una estrella fugaz que paseaba por allí sin más.

Nights de repente recuerda el mini jardín de Cosme. Un conjunto de flores mixtas cuyas características pertenecen a las especies equivocadas. Los pétalos, sus colores, los aromas exóticos a frutas ausentes. Usaría la palabra mutación en este caso, pero le cuesta comprender los términos científicos y no le parecen importantes para él. Prefiere terraformación, aunque también sea complicado. Le tomará un tiempo acostumbrarse al vocabulario.

Tanto hablar de cosas importantes que casi olvida el vacío. Las ansias por saltar aumentan. Pero no puede ignorar a un miembro de la realeza, si no quiere perder alguna extremidad.

«Para ser amable, se le ve feroz», observa a Soren por el rabillo del ojo, de arriba abajo. El plumaje luce impecable y el semblante calmado, no se le da mal. Luego regresa al borde de la pasarela. Aprieta la mandíbula, impaciente de la emoción.

一Esa estela nos cambió de inmediato y aún no desaparece 一continúa Soren con el ceño fruncido.

一¿Mm? ¿Estela? 一Aquello llama su atención一. Hasta donde sé, no vi una cuando desperté del impacto. Supongo que Owl te contó.

一Lo hizo. Sin embargo, ese niño... que dices que es la estrella... no concuerda con el caos que ocasionó en mi mundo. La magnitud del problema es mayor a como lo viste en la Puerta de Ensueño.

一¿Tan grave? Oh... 一Observa a Cosme entre las plumas de la reina一. Entonces, ¿por qué le salvaron? Si creyeron que el resultado de mi mundo sería idéntico al suyo, ¿por qué se molestaron?

一Porque puede ser la solución para restaurarla.

Soren se detiene. Los guardianes forman un círculo alrededor del grupo, atentos a los movimientos escasos en el entorno. Pellimore se sienta y devuelve al niño a su espalda, continúa cantando la nana ahora para distraerse; el vacío comienza a inquietarla.

Una sonrisa ligera aparece en el pico de Soren.

一Miren, allá 一señala por fuera de las hebras blancas en el suelo.

Cerca de los costados de la nebulosa pastel flota una puerta de madera. A la distancia no se distinguen los detalles, pero las lechuzas reconocen el tallado de un corazón dibujado con dos líneas curvas.

一Ya casi llegamos.

El problema es que les falta recorrer alrededor de cien metros terrestres para alcanzarla, además tienen que descender con cuidado de no entrar en el vacío.

Nights encuentra la oportunidad.

一Yo puedo adelantarme. 一Pronuncia su sonrisa de picardía一. Sé que quieren volver rápido a su hogar, esto les ahorrará tiempo. Ahora sé a dónde debemos ir.

一Nights, tenemos que llegar juntos. El Cosmos no funciona como piensas...

Aún lo escucha, solo ignora su sugerencia. Busca a Cosme, pero la reina se niega a entregarle.

一Por favor 一implora con una miradita triste.

一Nights, hazle caso a Soren 一Pelli intercede一. Es peligroso que anden solos sin un guía.

一¿No se supone que deben volver a su árbol ya? Yo también quiero regresar a casa, pero llevo un peso diez veces más grande que yo, que no me puedo quitar y yo solo debo resolverlo. 一Los reyes quedan en blanco一. Ahora, señora Pellimore, entréguemelo 一extiende los brazos.

Discutir de más no colocará a Nights en la posición que necesitan. Owl se los advirtió: tiene un carácter testarudo y rebelde. Permitir que haga lo que quiera hasta que se canse es una opción, pero las leyes del tiempo y espacio no funcionan en el Cosmos. También sufre lo mismo que ellos: un hechizo. La energía cósmica potencia sus poderes, tiene que aprender a usarlos, y Soren no es el indicado para enseñarle.

«El maestro Balan sí lo hará», cierra los ojos unos segundos. Una sonrisita sorprende a su reina de repente. «Son bien parecidos».

一De acuerdo, si así lo prefieres.

一¡Soren! 一protesta Pellimore.

一Pelli, entrégale al niño.

一Pero...

La serenidad en los ojos del rey envuelven los de ella. Una sensación muda que le reclama un "confía en mí", sin gritos ni protestas. Una señal clara de las decisiones que Soren toma ante una situación fuera de sus garras. Los resultados varían de acuerdo a la visión de las estrellas, pero el camino que eligen siempre es el más importante para llegar al momento esperado.

Nights sostiene al niño en sus brazos. Es bastante ligero de la primera vez, debe serlo cuando duerme, piensa. Siente las plumas de la reina rozarle la piel, son suaves y cálidas. Agradece su cuidado con una reverencia, la más elegante que puede, considerando que lleva a Cosme encima. Hace lo mismo con el rey, quien posa su ala sobre su hombro y acaricia la cabeza de la estrella.

一Nuestra conversación no ha terminado 一reitera Nights con molestia.

一Es verdad 一ríe suave一. No olvides que TÚ decidiste esto. Y estoy seguro que el maestro Balan te resumirá todo en pocas palabras, es mejor en eso que yo, incluso del señor Owl.

Nights asiente, aún con la duda volando a su alrededor, pero dispuesto a seguir la recomendación de la lechuza.

Entusiasmado por el abismo, más allá de los hilos transparentes, Nights coloca los pies a centímetros de tocar estos. Respira hondo, una bocanada larga de aire en el que aspira partículas diminutas, de lo que parece copos de nieve o quizás granitos de arroz con salsa de carne, y exhala con pesadez, viendo de reojo su aliento cristalizado en motas de luz, idénticas a las mangas de sus manos.

一¡Vamos!

Salta adelante.

Atraviesa una pared blanda, cual gelatina al tocarla, y sus piernas se mueven solas sin una superficie en que apoyarlas. Nights desciende al vacío, rodeado de estrellas que van y vienen en el trayecto hacia la puerta de madera. Aprieta el agarre y mantiene a Cosme pegado a su torso. La gravedad es densa, casi inexistente con la falta de cosquilleo en sus entrañas, ralentiza a nada la velocidad de su viaje. Sí, se desplaza más rápido, pero la sensación la disfraza de lentitud. No sabe en qué creer, se digna a seguir con la vista el objetivo.

La nebulosa es un algodón de azúcar colorido. Una porción se deshace al contacto y se restaura cuando la deja atrás. Son caricias que le provocan un descanso, pero permanece alerta. Inclina los pies hacia delante en el momento que precisa una plataforma opaca, aislada de estrellas, y dos divisiones de esos hilos blancos marcan el puente a los lados.

La puerta con el corazón curvado continúa flotando en la nada, a unos pasos de alcanzar la perilla. Nights la detalla fascinado. Mide dos veces su tamaño, de puerta doble, madera pulida al tope y el corazón curvado está hecho con otro tipo de tronco más oscuro del principal. Las manillas redondas con un triángulo colgado del que no sabe si girar o empujar, sea uno o con el otro.

Un suspiro exalta un poco a Nights, para enterarse que el niño está despertando. Cosme bosteza grande, unos aullidos de lobeznos se oyen salir de esa cueva.

一Oye, hasta que reaccionas 一comenta Nights一. No vayas a arruinar esto, lo estoy disfrutando.

Descubrir que puede desplazarse por un vacío y la gravedad no le afecte en lo mínimo, es un logro acertado de una lista que continúa construyendo.

El brillo del niño disminuye a la mitad, a su vez que la temperatura desciende de golpe. Las extremidades del arlequín se congelan al punto de no sentirlas. Nights resiste la tentación de reclamarle mientras tenga esa mirada de terror en los ojos.

一¿Quieres partirme en pedazos? ¿Ahora qué te pasa? 一Al menos conserva el tono amable. Cosme tiembla del momento en que esa baba negra se le pegó en la espalda, pero no hay una a la vista (y es una buena noticia)一. Vamos, habla. ¿Qué...?

Enseguida, Cosme levanta el brazo con un dedo estirado. Nights gira siguiendo la dirección sin que el niño pierda la concentración. Su cara adopta la misma expresión, por su parte, siente un viento helado chocar consigo hasta congelarle el pecho. La joya roja le late fuerte.

Ni los rugidos, graznidos o el choque metálico de las cuchillas se oyen a la deriva. El vacío cósmico ahoga la lucha entre las lechuzas guardianas y los monstruos de ojos rojos. Una masa negra cubre el conjunto de estrellas que rodean a las aves. La luz que guía a Soren queda alejada de él ante la tormenta de grandes orificios huecos. La escolta va cayendo uno tras otro, derribados y atrapados entre redes, dentro de criaturas en forma de mamuts o pterodáctilos. Los reyes terminan acorralados, por separado, en el último intento de Soren por dejar que Pellimore escape fuera del pasillo.

Los dos quedan atrapados entre las enredaderas de un ser semejante a un pulpo, cuyos ojos no se encuentran por ningún lado.

«Creo que aún no se dieron cuenta», Nights retrocede en silencio, sin perderlos de vista, hasta que el talón de un pie toca la puerta. El enemigo no se ha dado cuenta de que él y el niño están al final del camino. La entrada emite un resplandor suave que puede atraer a cualquiera de las sombras, para ellos parece irrelevante.

Nights obliga a Cosme a cubrirse la boca entera y callarse por completo, entretanto abre la puerta. Sujeta la perilla, gira y empuja...

Está cerrada.

一No 一gruñe en un hilo de voz.

Empuja más fuerte... ¡más fuerte!

Usa ambas manos. Apoya los pies en la superficie para más potencia, con la idea de que se abre al tirar.

¡Nada ni nadie responde!

No es nada discreto en medio de un conflicto.

一¡Nights!

一¡Calla! ¡No me oís...!

Es él quien se muerde la lengua.

Cientos de puntos rojos en el centro de un nubarrón se enfocan en ellos. Cosme palidece hasta ser una paleta de vainilla de nuevo. Nights vuelve a ponerse en pie y derecho, no le quita la vista de cada uno de esos monstruos, al tiempo que mantiene al niño detrás de sí.

Una silueta se detiene en el borde del puente. Al mirar hacia abajo, la máscara de oro que porta resalta ante el resplandor leve de la nebulosa, en contraste al rojo que tiñe su cuerpo y la cabeza de bufón que Nights reconoce muy bien. El joven púrpura no lo cree.

El arlequín de carmín alza la mano directo a la puerta. Sin esfuerzo, palabra o señal evidente, los monstruos se lanzan al vacío.

Cosme abraza la espalda de Nights y hunde la cara de miedo en su nuca.

Nights trata de concentrarse rápido en una solución. Los reyes de Ga'Hoole ya no pueden ayudarlos. La culpa empieza a atacarle por decidir continuar sin ellos. Sin embargo, es probable que terminaran igual y se llevarían al niño.

Tener a Cosme tan de cerca no le ayuda a calmar sus propios nervios.

Las bestias se comportan como un enjambre, se mueven rápido, casi silenciosos e invisibles en un entorno que se pueden camuflar. Están en su territorio, saben moverse.

Son fáciles de detectar

Otra vez esa voz.

¿Qué quiere decir? Nights presiona su cabeza pensando...

一Un minuto.

Las estrellas. Cuando esa nube de tormenta apareció en la Puerta de Ensueño, el cielo brillante desapareció tras de ella. Ocurre algo similar en el vacío, los celestes se ocultaron detrás de los monstruos, no es por voluntad, es porque son de cuerpos densos.

Sí que le recuerda a una pesadilla particular de Nightmare: Chamelan.

«Ese camaleón con pintas de mago barato se estaría revolcando de la envidia en este momento», ríe entre dientes.

Observa los trazos recorridos de tres monstruos delante de él. Las estrellas se esconden detrás de unos mantos negros, como si les dieran unas pinceladas encima del lienzo terminado. Están arruinando una buena pintura.

Nights levanta las manos. Sus muñecas liberan destellos del fondo de las mangas. Reúne energía del centro de su joya a los brazos. Está más que dispuesto a patear a esas bestias...

一¡Wow! ¡Q-Qué!

¿Son ideas suyas? Esa puerta acaba de empujarle.

¡Se mueve! Sigue chocando contra Nights.

一¿Ahora las cosas tienen mente propia?

Siente que pierde otra parte de sí mismo en la locura.

Con lágrimas en los ojos, Cosme corresponde a las intenciones de la puerta. De acuerdo a las instrucciones escabullidas en su mente, gira las perillas en sentidos opuestos a la vez y abre hacia dentro.

Los jóvenes quedan envueltos de un mar de luz similar a la fisura de los sueños. Una corriente de aire los absorbe al interior, sin dar tiempo a que alguno digiera la sorpresa y se sostengan de cualquier fisura por miedo.

Al momento que un monstruo amorfo alcanza el final del camino, abre las fauces del alto que mide la entrada, cientos de colmillos sobresalen de ese agujero sin fondo. Enseguida, presiente la energía maligna, cierra fuerte las puertas. La criatura vislumbra la mitad de su hocico atrapado en el impacto, chilla en la lucha por zafarse de la trampa.

El arlequín rojo desciende suave a su lado. Nota que la puerta está intacta, a costa del contacto del monstruo. Ni uno ni el otro resultan dañado por la exposición a energía cósmica invertida a las suyas. Parece confuso, pero es obvio solo con verlo.

Con el toque de su dedo a la piel del ser, este se separa de la superficie... y se deshace en lodo hasta disolverse con el suelo.

Fin del camino por ahora.

一Hiciste mal en aliarte con ellos, Nights.

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