Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. La taberna del cuervo

CAPÍTULO 5: LA TABERNA DEL CUERVO

Raven no dijo una palabra más después de nuestra conversación. Parecía absorto en sus propios pensamientos, y yo tampoco tenía fuerzas para cuestionarlo.

A la mañana siguiente, ya había tomado mi decisión.

—Voy a salir —le dije a Raven mientras bajaba las escaleras al salón principal.

Él estaba sentado en su sillón favorito, repasando uno de sus libros antiguos.

Levantó la vista, frunciendo el ceño.

—¿A dónde? 

—A la Taberna del Cuervo Negro. Dijiste que era un lugar seguro para encontrar información. —Ajusté el colgante bajo mi camisa—. Necesito respuestas, y tú no pareces dispuesto a dármelas todas.

Raven soltó una carcajada. 

—Eres más terco de lo que pareces. Pero si insistes en ir, al menos no te comportes como un idiota. Las calles están más peligrosas que nunca.

—Lo tendré en cuenta.

—Espera. —Se levantó y caminó hacia una estantería. Tras rebuscar unos segundos, sacó un pequeño frasco lleno de un líquido rojo oscuro—. Toma esto. Si las cosas se complican, un sorbo debería darte la ventaja suficiente para escapar.

—¿Qué es? —pregunté, inspeccionándolo con desconfianza.

—Llamémoslo un "impulso". No lo uses a menos que no tengas otra opción. El precio que paga el cuerpo después no es agradable.

Asentí y guardé el frasco en uno de mis bolsillos. Sin decir nada más, me dirigí a la puerta.

—Recuerda, Alexandru: en Nyxhaven, la información siempre tiene un precio.

Las calles del Distrito Bajo estaban llena de personas.

Me moví rápido, siguiendo las indicaciones de Raven. La Taberna del Cuervo Negro estaba en una de las esquinas más oscuras del distrito. El cuervo mecánico en la entrada giró su cabeza para observarme mientras me acercaba.

—Bienvenido de nuevo, viajero —dijo una voz desde el cartel. Era el cuervo—. ¿Buscas secretos o traes uno para compartir?

—Solo busco una copa —respondí, tratando de no parecer impresionado.

La puerta se abrió con un chirrido.

El interior de la taberna estaba igual que la última vez: ruidoso, oscuro y lleno de figuras encapuchadas que evitaban mirarse entre sí. 

Me acerqué a la barra.

—Tú otra vez. —Dejó una jarra en el mostrador—. ¿Encontraste a Raven?

—Sí —respondí, dejando caer unas monedas en la barra—. Pero no estoy aquí por él. Necesito encontrar a alguien que sepa sobre las marcas. Y antes de que preguntes, sí, estoy dispuesto a pagar.

El cantinero recogió las monedas.

 —Tal vez conozca a alguien. Pero, como todo en este lugar, tiene un precio.

—¿Cuánto?

El cantinero se inclinó hacia mí. 

—Depende de cuánto quieras saber. ¿Solo curiosidad, o estás dispuesto a arriesgarte por la verdad?

—Él no tiene nada que arriesgar aún. Pero está en camino.

Me giré rápidamente. Mikhail estaba allí, sentado en una de las esquinas más oscuras de la taberna, con una copa en la mano y una sonrisa burlona en su rostro.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté, sin molestarme en ocultar mi sorpresa.

—Siguiéndote, aparentemente —respondió, alzando su copa —. Aunque debo admitir que esperaba que llegaras más tarde. ¿Impulsivo o simplemente terco?

No respondí. 

Mikhail se levantó y caminó hacia mí, ignorando las miradas que le lanzaban los otros clientes.

—Si quieres respuestas, tal vez deberías empezar por alguien que ya sabe parte de tu historia. —Se inclinó ligeramente hacia mí—. Pero claro, eso requerirá un poco de confianza, ¿no?

El cantinero nos observaba con atención, como si estuviera midiendo quién de los dos representaba una amenaza mayor.

—No confío en ti.

—Sabio. —Mikhail rio —. Pero eso no significa que no podamos ayudarnos mutuamente.

—¿Cómo? —pregunté, cruzándome de brazos.

Mikhail miró al cantinero y luego a los demás en la taberna. 

—Demasiados ojos aquí. Hay un lugar mejor para hablar. Ven conmigo.

—No pienso seguirte a ninguna parte sin saber a dónde vamos.

Él sonrió, mostrando sus colmillos. 

—Entonces quédate aquí. Sólo intento ayudarte. La elección es tuya.

—Está bien. Pero si esto es una trampa, serás el primero en caer.

Mikhail sonrió.

—Oh, príncipe, te prometo que no soy tan aburrido como para recurrir a trampas.

El aire en el exterior era fresco, pero eso no calmaba la sensación de peligro que me invadía.

Mikhail caminaba delante de mí.

—¿A dónde vamos? —pregunté, asegurándome de mantener mi mano cerca de la empuñadura de mi espada.

—A un lugar donde podamos hablar sin que los oídos equivocados se entrometan —respondió sin mirarme.

Avanzamos por callejones estrechos, pasando por edificios cuyas ventanas estaban cerradas. Me di cuenta de que estábamos alejándonos del bullicio del Distrito Bajo.

—Por aquí —dijo Mikhail, girando hacia un pasaje oculto entre dos muros cubiertos de enredaderas. Se detuvo frente a una puerta de madera desgastada, decorada con grabados que no reconocí.

—No te preocupes, príncipe. Este lugar es más seguro de lo que parece. Bienvenido a uno de mis refugios —dijo Mikhail, sentándose en la silla más cercana a la lámpara—. No es tan acogedor como la torre de Raven, pero sirve para mantener a los indeseables fuera.

—¿Y qué me hace a mí "deseable"? —pregunté, cruzándome de brazos.

—Nada en particular —respondió con una sonrisa burlona—. Salvo que llevas una marca que puede cambiar el destino de este mundo. Y, bueno, estoy muy interesado en que la Reina no gane esta partida.

—Eso suena más como una amenaza que una invitación a colaborar —dije, sin tomar asiento.

Mikhail suspiró.

 —Si quisiera amenazarte, ya lo habrías notado. Pero está bien, vamos a lo importante. —Se inclinó hacia adelante, apoyando los codos sobre la mesa—. ¿Sabes por qué esa marca te quema cuando estás cerca de ciertos lugares o personas?

Negué con la cabeza. 

La verdad, apenas había tenido tiempo para pensar en ello entre correr, esconderme y esquivar Cazadores.

—Es porque la marca está conectada al equilibrio de este mundo. Cuando hay algo que perturba ese balance, la marca lo siente. Una especie de... alarma, si quieres llamarlo así. Pero también es más que eso.

 —¿Qué quieres decir?

Mikhail se puso de pie y comenzó a caminar lentamente alrededor de la mesa.

—La marca no es solo un símbolo. Es una llave. Una herramienta. Y si aprendes a usarla, puedes hacer cosas que ni siquiera Raven puede imaginar.

—¿Qué tipo de cosas? 

—Cruzar mundos, alterar la magia, unir aquello que ha sido separado por siglos... o destruirlo por completo. —Se detuvo frente a mí —. Pero todo eso depende de ti.

—Eso es demasiado vago para ser útil.

—Por supuesto. Porque no tengo todas las respuestas. Pero sé dónde podrías empezar a buscarlas.

Lo miré con desconfianza. 

—¿Y qué quieres a cambio?

—Ah, Alexandru. Siempre piensas lo peor de mí. —Se inclinó un poco más, hasta que nuestras caras quedaron a pocos centímetros—. No quiero nada de ti. Aún. Pero cuando llegue el momento de elegir un bando, espero que recuerdes quién te ayudó primero.

Mi mano fue hacia la empuñadura de mi espada. Mikhail levantó las manos, retrocediendo con una sonrisa burlona.

—No necesitas decidir ahora —dijo, volviendo a sentarse—. Pero si realmente quieres saber más sobre tu marca y lo que significa, hay un lugar donde podrías obtener respuestas.

—¿Dónde?

—La Biblioteca del Eclipse. Está en las Montañas Sombrías, en territorio neutral. Pero no es fácil llegar, y menos para alguien como tú.

—¿Qué tiene esa biblioteca?

—Registros antiguos, mapas, grimorios olvidados... Todo lo que necesitas para entender qué eres y por qué estás aquí. Pero te advierto algo: la Reina también la busca. Y no serás el único interesado en lo que guarda.

La puerta detrás de nosotros se abrió de golpe, haciendo que desenvainara mi espada. Mikhail, sin embargo, permaneció sentado.

—¿Ahora qué? —murmuré, girándome hacia la entrada.

Una figura encapuchada se asomó por la puerta, con una capa empapada y una cicatriz que cruzaba su mejilla.

—Oh, Scarlett. Justo a tiempo para conocer a nuestro joven príncipe.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro