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piedad, señor kim


Los gritos del alfa mayor retumban en los oídos del pelirrojo, entre tanto, es sacado de la casa y cuando está en el pórtico es empujado con una patada en su pecho, cayendo de culo en el camino de tierra.

El omega pelirrojo le da una mirada ceñuda por el enojo. Jungkook se promete que en algún momento ese bastardo las va a pagar, mientras ve sus cosas ser esparcidas en el suelo, el pelirrojo se resigna en seguir suplicando porque no lo echen fuera y da comienzo a recoger sus cosas de manera lenta.

Voltea a ver a la alfa responsable de su situación actual, está recostada en el umbral de la puerta, dándole una sonrisa ladina. Burlona.

Jungkook niega y mete las cosas en su bolso, al final solo quedará decepcionada con ese idiota borracho. No tiene ni donde caer muerto, todos lo que había para sobrevivir era traído por el omega.

—¡Quiero que te vayas de mi casa, maldito bastardo! —ruge el mayor, tirando la mochila negra vacía, golpeándole la cara al menor, Jungkook lame el interior de su mejilla y guarda las cosas reunidas, antes de que termine más sucias.

Jungkook podría pelear con el tipo si lo quisiese, no es el estereotipado omega débil; él tiene músculos, pero sabe que términos de fuerza y voz de mando a nivel alfa no es capaz de llegar y puede terminar peor de lo que está.

—P-pero esta casa le pertenece a mi madre y tengo derecho a estar aquí, así que váyase usted y esta... mujerzuela. —grita con desprecio el menor.

—Bastardo insolente, los omegas como tú no tienen derecho a nada. —el alfa arrastra las palabras con desdén, mientras lo señala— Tu madre fue una inútil golfa hasta para morir, dejándome con tu estorboso trasero, al menos merezco esta mugrienta casa como recompensa por cuidar de sus estúpidos traseros durante años. —vocifera el alfa.

Jungkook aprieta los puños a su costado.

—Y vete si no quieres que vuelva a patearte el trasero. Ya no vives aquí, así que no vuelvas nunca más, y si llego volver a verte, te mataré. —se acerca y con la punta de su bota empuja el hombro de Jungkook, haciendo que vuelva a caer al suelo.

—Pero no tengo a donde ir y es de noche.

—Ya es tu problema, no me importa. Busca a alguien que te folle y te dé alojo, así servirás de algo. —escupe al suelo y se gira, agarra la cintura de la alfa y cierran la puerta frente al afligido omega.

A la distancia retumban el estruendo de unos truenos, avisando el cambio de clima. Suspirando, jungkook se pone de pie, sacude sus rodillas llenas de tierra, cuando ve que no queda nada de sus cosas regadas, se coloca la mochila en los hombros.

Será mejor buscar un lugar donde quedarse, a que seguir rogándole a este idiota.

—¡Eres un imbécil y juro que un día estarás postrado de rodillas pidiéndome perdón! —El omega grita frente a la puerta, por impulso toma la piedra que está en el camino y, se voltea hacia la ventana y los pocos vidrios intactos que tiene. Sin pensarlo dos veces la lanza y luego ríe echándose a correr por la avenida, dejando atrás las maldiciones de su padrastro.

Minutos después se detiene, dándose cuenta que está lejos de su casa, pero no fuera del peligroso barrio donde vive –vivía, tal parece–, ralentiza el paso, llenas sus pulmones de oxígeno, cuando la fuerte y fría brisa lo atraviesa; haciendo que se estremezca, es que cae en cuenta por completo de su situación.

Mira al cielo y este se ilumina por truenos, dando aviso a la pronta lluvia.

Perfecto. Sin hogar y comenzará a llover.

Jungkook tantea su bolso y saca una caja de inhibidores, toma una cápsula a secas y luego la guarda para seguir su camino a donde sea que le permita llegar la lluvia.

Jungkook sabe que cuenta con la ayuda de su mejor amigo; Jimin. Ese pequeño omega lo recibiría con los brazos abiertos y comida caliente –sin preguntar–, pero en sí, su cuerpo no tiene la fuerza suficiente para caminar hacia el centro de Seúl.

Desde los suburbios hasta allá, es un largo camino que recorrer.

Y tampoco le queda un won, ya que el idiota de su padrastro le quito lo que había ganado esa semana.

Dónde podré ir antes que llueva, ¿eh? El menor sigue caminando mientras tanto en su mente busca un lugar gratis que lo aloje por esa noche, pero no se le ocurre nad-

Oh, el depósito de autos viejos serviría para pasar la noche, ¿estará abierto?

El omega solo ve que le falta unas cuadras por llegar, si se mete por el callejón en la próxima esquina, y será mejor moverse rápido antes que comience la lluvia fuerte.

No es agradable dormir mojado, y sin tener con que cubrirse. Jungkook se adentra al callejón tarareando, sin percatarse la escena que se desarrolla a unos metros frente a él.

El carmesí oscuro empezaba a pintar un escenario horrible en el piso de concreto. El olor metálico y la mezcla de tabaco estaba impregnado en el ambiente, un hombre sollozante está arrodillado frente a un alfa, su cara llena de sangre y con cuerpo débil.

Cuando escucha fuertes golpes y unos quejidos, detiene sus pasos y alza la vista, parpadea atónito.

Oh, por la Luna santa.

El pelirrojo ve hacia los lados y todo está desértico, por supuesto. Es una zona ya casi abandonada. ¿Qué debería hacer? Está seguro de que no podrá enfrentarse con el hombre rubio y sonrisa siniestra a unos metros de él.

Si no puede con su estúpido padrastro, menos con ese hombre más alto que él.

—Jodidamente estás jugando conmigo, ¿eh? —se agacha a la altura del otro.

Cuando la voz del alfa llega a los oídos del omega, no puede evitar estremecerse y que los vellos de sus brazos y nuca se ericen por completo.

¿Miedo o nervios? Él no lo sabe, pero su omega sí.

¿Mi Alfa?

No, no lo es. Sigue durmiendo.

¡Es mi alfa!

—Harry, ha pasado el maldito mes de plazo y mis hermanos aún no reciben ni un puto centavo de lo que debes. Te hice una jodida pregunta, ¿¡estás jugando conmigo!? —el hombre levanta al moribundo por la garganta y lo aprieta contra la pared dónde comienza a sollozar.

El omega abre los ojos viendo todo con horror, las piernas de Jungkook tiemblan, como si en cualquier momento fueran a ceder y dejarlo en el suelo. Pero al mismo tiempo parecen de piedra, y por más que quiera huir, su cuerpo no parece reaccionar a las órdenes de su cerebro, dejándolo inerte frente a la escena.

El hombre sollozante niega con los ojos abiertos en pánico.

—S-solo un mes más. Sé lo su-supl-ico. Mi hija enfermó gravemente y no tu-tuve más opción que usar su dine- —Jungkook cubre su boca, cuando ve al alfa sacar una navaja y clavarla en el hombro sin vacilar, mientras lo deja de caer de rodilla.

—Escúchame bien, pedazo de mierda... Hace dos noches te vi salir de ese jodido casino con una puta en brazos, y tu hija nunca ha estado enferma porque la vimos estos días yendo a sus clases de inglés, acaso, ¿quieres que mate a tu familia? Uno por uno, frente a ti. Así dejaríamos nuestra deuda paga. —murmura con voz profunda—. Cincuenta millones de won a cambio de siete miembros de tu familia, ¿aceptas?

Todo queda en silencio hasta que el alfa de blanco suelta una carcajada y voltea a ver a su izquierda.

—Este idiota realmente pensó en la oferta. —le golpea la cabeza tres veces—. Eres escoria por pensar en sacrificar a tu familia por dinero, Harry. Mereces morir, no sabes que la familia siempre es primero, ¿eh?

—Tenga piedad de mí, señor Kim. Promet- —el rubio levanta la pierna y le da una patada en el rostro haciendo que se calle, la cabeza del hombre golpea tan fuerte la pared que el crujido suena por todo el callejón.

—Sé que estuviste alardeando de que no habíamos cobrado tu deuda, pero siempre dejamos lo insignificante para el final, Harry. Los hermanos Kim no puede tener piedad de jodidos bastardos que quiere burlarse y estafarlos. ¿O como crees que se gana el respeto en mi mundo? —el rubio saca un cigarrillo colocándoselo en los labios—. Yoongi, diviértete mucho. —Jungkook ladea la cabeza, ¿hay alguien más?, una sombra más pequeña -casi de su misma estatura- se alza del suelo con una pistola en mano, le susurra algo en el oído, a lo que el rubio asiente con una sonrisa, y luego se acerca al hombre sangrante arrodillado en el suelo.

¿Por qué mis piernas no se mueven y corren lejos? Se vuelve a cuestionar el menor. No quiero presenciar un asesinato, el omega llora en silencio siendo presa del pánico.

—Hoy seré bondadoso, ¿alguna última palabra? —sorprendentemente la voz es igual de profunda y oscura como la del rubio, pero no le causa los mismos efectos.

Hasta jura que puede oír a su omega roncar.

—So-solo no me mates, por favor. —apoya su cabeza en el sucio suelo, haciendo una reverencia completa.

—Aigoo~ me conmueves, Harry. ¿Crees que deberíamos perdonarlo, jefe? —el pelinegro se voltea riendo hacia el rubio, y Jungkook puede notar que esto realmente los divierte. Toma al tipo del cabello, sea acerca hasta rozar sus narices y lo mira directamente a los ojos—. Tus verdaderas palabras, imbécil.

—Vete a la mierda. —solloza el hombre, y el alfa asiente con una sonrisa.

Coloca la pistola dentro de su boca y luego dice:— Manda mis saludos en el infierno, hijo de puta.

Bam, bam.

El sonido es ensordecedor, hacen respingar al omega y que lleve sus manos a cubrirse la boca, pero eso no retiene el grito que termina sonando por todo el callejón. Mira el cuerpo inerte en el suelo y lo que parece resto de sus sesos en la pared, deslizándose hacia abajo.

Está muerto. Acaba de presenciar un asesinato a sangre fría.

Ambos alfas miran el cadáver por última vez y voltean donde se encuentra el omega temblando de miedo y antes de que su cerebro procese todo por completo, el alfa pelinegro lo apunta con el arma.

—Ni se te ocurra pensarlo, mocoso. —ordena, cuando ve las intenciones de correr en el omega.

—Por la Luna, no lo asustes más. Parece que va a orinarse encima. —dice el rubio dándole una calada a su cigarrillo, sonando divertido—. Te olí desde que entraste al callejón, mi pregunta es... ¿por qué no huiste? —el alfa de blanco exhala un vaho de humo, tirando su cigarrillo encima del cadáver y luego se dirige a paso lento hacia el omega.

—¿Qué haremos con él?

—Viene conmigo, por supuesto. —dice mirándolo de arriba y abajo, con una sonrisa.

El pelinegro parece confundido por unos segundo, pero luego asiente y me sonríe siniestramente.

—Hola, bonito omega. —susurra.

Y luego todo queda en completa oscuridad.

⚜️⚜️⚜️

Luego de unas horas, el omega abre los ojos, desorientado y soltando un gemido por el dolor que siente en la sien, sus oídos pueden captar una música, pero suena lejana o amortiguada. Jungkook parpadea un par de veces, tratando de acostumbrarse a la luz tenue que proporciona el lugar y mira a sus alrededores, cuando todo recuerdo viene en fracciones de segundo, comienza a entrar en pánico.

Oh, por la Luna santa.

En la habitación solo hay una cómoda vieja de color blanco con un espejo sucio, algunos posters de mujeres desnudas montadas en motos adornan las sucias paredes, y las luces led rojas parpadean de vez en cuando, definitivamente el lugar tuvo sus días brillantes. El lugar se siente frío por la humedad y el olor a moho, sudor y metal oxidado impregnan el lugar de manera repulsiva. El omega trata de alcanzar a ver una ventana, pero está cubierta con tablas y periódico.

Cuando el omega hace el intento de levantarse para salir de allí, se da de cuenta que sus manos están atadas con bridas de plástico* a los tubos de la cama. Su vista se nubla y suelta el primer sollozo cuando cae en cuenta de qué posiblemente no salga vivo de ahí.

Jungkook teme por cual pueda ser su destino.

No nos podemos rendir, Kook. Debemos salir y buscar a nuestro alfa, él nos protegerá.

¡Ahora no! El pelirrojo regaña a su lobo, que se encuentra inquieto.

El pelirrojo trata de mover sus manos, para soltare; ignorando la dolencia que causa el plástico rozando con la piel. Vuelve a registrar la habitación con la mirada, buscando algo que este a su alcance y pueda ayudarlo a liberarse.

Jungkook se niega a morir en manos de esos malditos psicópatas, no sin antes dar una pelea justa. Muerde su labio superior cuando ve su mochila en frente, pero tan lejos para poder alcanzarla.

Bueno, pero, ¿cómo va a defenderse atado?

—D-debo decirles que no llamaré a la policía, que no comentaré lo que vi con nadie y tal vez, me dejen libre bajo sus condiciones.

Taehyung ve bajar al beta que dejo vigilando la puerta del pequeño omega pelirrojo y se irgue en el asiento, baja a la omega que tiene en su regazo.

—Ya despertó, señor y lo está llamando.

El alfa arquea una ceja y asiente, caminando hacia donde se encuentra su rehén. Lo que él no entiende es por qué actúa bajo los instintos de su lobo, el cual se había estado comportando raro desde que pudo captar el aroma de leche de almendras y malvaviscos proveniente de ese chiquillo, y llamarlo suyo.

Taehyung no actuaba así, nunca. Solo debía haber matado al testigo y seguir su vida como si nada. En cambio, obedeció a su alfa y lo trajo consigo... ¿ahora qué seguía?

Pasan unos minutos, cuando Jungkook está dispuesto a gritar nuevamente, la puerta cruje siendo abierta. La música llena la habitación por unos segundos, y luego todo vuelve a quedar en silencio.

El rubio mira al pequeño acurrucarse en la cama, como si quisiera fundirse con el sucio colchón para pasar desapercibido, y eso casi lo hace reír.

Tan ingenuo.

El alfa arquea su pulcra ceja mientras le da una última calada a su cigarrillo para luego tirarlo al suelo y pisarlo con la punta de su fino zapato. El omega nota que se ha cambiado de ropa, pero sigue vistiendo elegantemente; un traje de tres piezas, todo en blanco.

Tanto así, que si Jungkook no supiera la verdad podría decir que se trata de un ángel, pero sus ojos avellana muestran lo contrario, ahí hay arrogancia y maldad pura. El aura que desprende es tan fría que parece invadir toda la habitación hasta calar en los huesos del pelirrojo.

—La bella durmiente se despierta sin el beso del príncipe, indignante. —la voz áspera resuena en la habitación y por instinto, Jungkook baja la cabeza, adaptando una posición sumisa. El rubio parece sonreír mientras se recuesta de la puerta—. Soy Kim Taehyung. Tu nombre.

—Soy J-jungkook. Jeon Jungkook.

—Bien, hay una cosa que no entiendo, olí tus feromonas desde antes que entrarás al callejón y te di oportunidad de escapar. —el cuerpo del alfa se despega de la puerta y comienza a pasearse por la habitación, soltando sus feromonas para intimidar al omega— ¿por qué no lo hiciste?

—Quise escapar, pero mi cuerpo no r-respondió. —responde Jungkook un poco mareado por las feromonas con olor a cedro y limón — Señor, prometo no decir nada si me deja ir.

—Entonces... Jungkook —Taehyung repite el nombre con deje de burla e ignorando su petición—, ¿qué hacías en el maldito callejón a esa hora? ¿Los niños bonitos no deberían dormirse temprano?

—Y-yo me dirigía hacia el depósito de autos viejos. Suelo usar el callejón como atajo para llegar, señor. —el chico susurra muerto de los nervios, pero no puede evitar sonrojarse y no sabe por qué.

—¿Tengo cara de que soy fácil de engañar? —Taehyung chasquea la lengua y el menor se estremece cuando el colchón se hunde a su lado. Sus largos dedos toman el rostro de Jungkook y conecta sus miradas, el menor suelta un alarido cuando roza su pómulo hinchado.

El alfa parece inspeccionarlo por un segundo, pero no sabe si es para buscar algún indicio de mentiras o viendo los moretones y raspones que decoran el rostro del omega

—Soy el jodido Kim Taehyung, ¿piensas que me mentirás en la puta cara? Absoluta-jodidamente no, pequeña cereza. Solo recuerda cómo terminó el hombre del callejón y ahora dime la verdad o perderé la poca paciencia que tengo y volaré tu maldita linda cabecita.

—¡Y-yo no le estoy min-mintiendo!, no tendría qué. —una lágrima se desliza por su mejilla y sintiendo vergüenza, Jungkook decide hablar con la verdad— Le juro que me dirigía hacia allá, solo quería pasar la noche en el depósito de autos viejos antes que comenzará a llover, mi estúpido padre me echo f-fuera.

Jungkook baja la mirada, avergonzado y se reprende, ¿dónde quedo el dar pelea? ¿el no rendirse?

—Entonces, ¿él es el causante de los moretones y costillas rotas? —susurra el alfa luego de un minuto en total silencio, el menor le da una mirada confundida—, tu padre.

—¿C-cómo sabe eso? —el menor trata de alejarse, y se encoge en la cama. ¿Acaso ellos lo tocaron mientras estaba inconsciente? El omega parece entrar en pánico y el alfa frunce el entrecejo cuando parece notar la cara de desespero.

—Ey, no vayas por ahí, no toco a omegas inconscientes. Tu camisa se levantó y te quejabas cuando Yoongi te cargo. —el mayor simplemente se encoge de hombros.

—S-señor. —el menor relame sus labios—. Yo-yo necesito irme, juro que no diré nada de lo que vi. No iré con la policía, tiene mi palabra. Por favor, déjeme ir. —mira sus manos atadas y luego al alfa.

—Pides irte, pero ¿adónde irás si no tienes hogar? —Taehyung ríe y niega con la cabeza, de su bolsillo saca una navaja y se inclina por encima del pelirrojo, susurrándole—, puedo ofrecerte un trabajo aquí en la casa club, ya sabes... Tu cuerpo no está nada mal y cuidaremos bien de ti, cerecita.

—N-No, gracias. Yo puedo ir a casa de mi mejor amigo.

Jungkook escucha el plástico ser cortado y sus manos caen en la cama, las atrae a su pecho. Y puede notar la marca rojiza que rodea sus muñecas, comienza a sobarlas de manera lenta.

—Me disculpo por las marcas, a veces Yoongi puedes ser muy bruto.

—¿E-entonces, puedo i-irme? —pregunta levantándose de la cama y caminando despacio hacia su mochila.

—Así es, si dices tener un amigo que te recibirá, pongámonos en marcha. —el mayor se levanta, guardando su navaja dentro del saco y le guiña, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón y señala la puerta con un movimiento de cabeza—. te llevaré a ese lugar que tanto dices.

—N-no es necesario.

El rubio ríe y niega con la cabeza, mientras acerca su rostro a centímetros del menor.

—Cariño, no es por bondad, debo asegurarme que no mientas o así tendré un punto donde localizar tu trasero si todo lo que me dijiste resulta falso. —miente el alfa, su lobo ha estado inquieto desde que percibió tan rico olor y solo quiere saber dónde se quedará y luego... ver que pasa—. Ya sabes, no debería dejar ningún cabo suelto, pero seré bondadoso y si decides abrir la boquita, créeme que voy a cazarte y te torturaré hasta que supliques por tu muerte.

Jungkook abre los ojos temerosos y asiente ante la amenaza.

—Bien, andando. —el mayor toma el antebrazo del omega y lo saca de la habitación.

La música es fuerte, risas llenan la casa y Jungkook se sorprende a ver tanta gente en los pasillos; todos metidos en su mundo. El omega también se percata que la casa realmente no está en estado de decadencia como lo está el cuarto donde se encontraba, hay luces led de color morado en todo el pasillo y al menos siete puertas, todas cerradas, pero no vacías.

Cuando llega a la sala el omega pelirrojo jadea escandalosamente ante las escenas que ve. Hay alfas, omegas y betas por todos lados, mientras unos beben alegremente, otros juegan en la mesa de billar o están desmayados en el suelo, pero a lados de todos ellos se encuentra al menos una pareja o trío fornicando sin inmutarse por su alrededor.

Y el olor del ambiente es repulsivo para el omega, tantas feromonas, fluidos o quién sabe qué.

—¿Primera vez? —se burla el alfa y lo empuja para que siga el camino a la salida.

Cuando están afuera, Jungkook abraza su mochila y sigue los pasos del alfa hacia una camioneta negra.

—Sube adelante. —ordena, rodeando la camioneta. El menor obedece y se sienta en el copiloto, sin moverse cuando la esencia del alfa vuelve a llenar el espacio— Ingresa la dirección de tu amigo en el gps.

Toma el celular que le tiende el alfa y comienza a registrar la dirección de su amigo, se lo devuelve y vuelve a su posición inicial; abrazando su mochila como si eso fuera salvarlo de alguna manera.



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[1] Una brida, fleje o corbata para cables es un elemento de sujeción generalmente empleado para fijar o agrupar cables. Otro de sus posibles usos es la creación improvisada de esposas.

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