—El tiempo, el tiempo, el tiempo....

Era lo unico que se repetía una y otra vez en la mente atormentada de Joseph.
Aquella línea fina y delgada de la cual definitivamente nadie puede escapar y mucho menos alcanzar.

Joseph estaba a punto de explotar en más de una ocasión, desde hace cientos y cientos de años había soportado en sus hombros la carga de cuidar y proteger a Evan Lucantte el frío, malvado, caprichoso, soberbio y desagradecido princípe heredero de Arius; pero todo lo hecho por él hasta ahora había resultado en vano un total fracaso.

Joseph por más esfuerzo, dedicación, paciencia y amor que ofrecia por hacer de Evan algun día un rey justo,  amable, valeroso y lleno de amor  por su pueblo y los seres más vulnerables como lo fueron sus padres parecía lejano, absurdo y hasta estupido.

Todo tenía un límite y sin lugar a dudas Joseph, se encontraba al borde de ese límite no solo no había podido cumplir su promesa, si no que también había traído a la tierra un terrible mal un mounstruo asesino sin escrupulos ni arrepentimientos; por lo cual Joseph había decidido bajo cualquier costo apresurar la busqueda de la última mujer aquella según la profecía de sus padres haría el milagro de romper la maldición.

Joseph a diferencia de Evan, tenía un corazón calido y noble por ello sufría el dolor de los humanos y lo que más deseaba era acabar con todo, si fuera posible incluyendo a Evan pero sabía de sobra que ese pensamiento era absurdo por que Evan era un rey de linaje poderoso y él un simple e inofensivo sirviente hijo probablemente de nadie importante, un huerfano sin valor, sin apellido, sin linaje sin nada ni nadie como Evan se lo había hecho ver desde el primer día que este tuvo conciencia.

—Innhala, exala, inhala, exala tranqulizate Joseph todo mejorara piensa positivo, piensa positivo y atraeras positividad.
Eso es lo que los humanos hacen cuando se estresan, al parecer solo tiene efectos positivos en ellos no en mí necesitare más que inhalar y exalar para calmarme un reclusorio mental estaría bien, después de todo debes estar loco Joseph por haber ayudado a Evan hasta ahora.

—Estoy harto como quisiera poder desaparecer a ese insufrible princípe, llevo cientos y cientos de años cubriedole la espalda, protegiendolo y solapado cada uno de sus actos barbaricos y todo para que para nada,  ni siquiera una sola vez ni por un segundo lo he escuchado agradecerme  todo lo que he hecho por él.

Yo soy culpable como él un moustruo, pues soy quien le consigue a las mujeres que utiliza y vacía todo lo bueno y malo en ellas, para convertirlas en un cascaron de mujer seco, hechizado sin vida real propia.

También soy culpable de esas muertes no teníamos derecho a arrebatarles sus vidas pues ellas son mortales, su tiempo de vida es corto y su pensamiento limitado nosotros somos inmortales, abusivos, cobardes me adio merecemos el peor de los castigos.

—Es tan frustrante, ambos cometemos pecados inperdonables actos terribles y el uníco que carga y sufre ese peso, culpa y dolor soy yo.

Joseph se encuentra sentado en la punta de una colina, la más alta para ser especificos pasa su mano por la frente hasta deslizarla por su cabello hacía atras, de sus ojos brotan lágrimas su rostro refleja tristeza, culpa, dolor y cansancio.
La noche es oscura, bella y estrellada Joseph levanta la mirada hacía el cielo  mirando desde ahí con nostalgia, tristeza y añoranza sus ojos buscan con desesperación entre destellos y destellos brillantes y hermosos una pequeña estrella tan diminuta, a comparación de sus compañeras pero brilla imponente, elegante, majestuosa y hermosa más que cualquiera de inmediatos los bellos ojos azul agua de Joseph brillan, iluminados por el brillo de la luna haciendolos increíblemente más maravillosos; una bella sonrisa es dibujada en su rostro su cabello brilla como un lingote de oro la imágen de Joseph mirando al cielo y contemplandolo sería digna de una obra de arte una escena hermosa de un dios.

—Arius, mi hogar lo unico que he conocido como hogar.
Mi reina Evelyn, mi madre me haces falta desde el día en que yo y el pequeño princípe Evan, siendo apenas un bebé pusimos un pie en la nave mi corazón dolio por separarme para siempre de usted; yo necesito sus brazos calidos abranzadome cuando el dolor llega a mí, los besos las caricias de una madre consolando a su pequeño que llora y teme por todo.
Mi madre la única que he conocido, la definición de amor, bondad y entrega me acepto aún siendo del clan enemigo incluso en los momentos más horribles cuando el rey Johan cedio su corazón a la venganza y el odio matando seres inocentes de su clan no hubo en usted rechazo, odio o resentimiento por mí un descendiente de nadie, de hielo, huerfano y abandonado a la cruda vida de la cual me salvo.
¿Por qué? Por que tuvo que terminar todo así, usted y el rey Johan sufrieron tanto por su amor y después paso el desgarrador azote, para tener a su bebé al cual jamás pudo disfrutar ni amar.
Pues ese hermoso, indefenso bebé pago por un supuesto crímen que nunca cometio, pues el amor jamás será un crímen o una mala descisión.

Mi reina yo lo he intentado, he protegido al princípe Evan pero su peor enemigo es el mismo; el amor jamás ha estado presente en su vida ahora que reanalizo mi vida, mi dolor no puede acercarse en comparación al de él, yo si tuve una madre, yo si fuí amado, cuidado y protegido por usted yo estuve acurrucado en sus brazos, disfrute de sus besos, sus caricias, su sonrisa y su amor y Evan el nunca pudo ni siquiera estar un segundo en sus brazos, no sintio la calidez de ese amor la protección de una madre la belleza de una familia y el amor que es lo más perfecto e increible que puede existir.

Evan, el bebé producto del más grande amor condenado a la prisión de la venganza, el desmor y el odio mi princípe mi pobre princípe.

No se preocupe mi reina, así me cueste la vida y mi eternidad haré hasta lo imposible por devolverle a Evan la dicha de amar y ser amdo; le regresare el corazón que un día le fue robado y no descansare hasta que su sonrisa deje de ser falsa y vacía y en su corazón encuentre al amor de su vida.

Cuando esa maldición sea rota, y sienten el peso del dolor, la culpa y la tristeza yo estare a su lado para protegerlo como si fuera mi hermano pequeño. No puedo comprender aún por que me pidio protegerlo incluso de mí, pero creo que tal vez se refería a esto a abandonarlo antes de romper esa cruel maldición pero no será así; a partir de hoy me empeñare en buscar más y más a esa joven mujer hasta encontrarla y hacer de mi hermano un princípe bueno.

Te amo máma......

Hola capítulo nuevo, espero les guste me disculpo si encuntran algunas fallas ortográficas hago mi mejor esfuerzo pero a veces se me van.
Si las encuentran haganmelo saber, para corregirlas y mejorar.
L@s amo, si les gusta voten, y comenten y si opinan algo también vale?
Si les gustan mis historias recomiendenme, o diganle a alguien....

Desde mi mundo y Arius beshos y abrazos.