Algunos días después.

Evan y Joseph esperan en el bosque, el mismo lugar donde tuvieron su primer encuentro humano. Aguardando la llegada del general, que prometió volver y servirles a cambio de su libertad.

Evan tiene una mirada fría, Joseph lo observa algo distante, le intriga saber que malévolo plan tiene Evan. Finalmente es capaz de preguntarle a Evan.

—Mi princípe y señor me permite preguntar ¿Cuál es su plan?.

—Te lo dire. Yo soy Evan Lucantte el ser más poderoso en todo Arius y fuera de el, mi magnificencia es grande si descendí al mundo humano es solo para asegurar mi poder e inmortalidad.
Los humanos son faciles de manipular sus diminutas mentes son limitadas, frágiles, débiles, mortales y cobardes por naturaleza. Al peligrar sus vidas ofrecen todo cuanto tienen por salvarlas.

—Te presentas ante ellos como un ser superior un dios, te veneran si eres su salvador convirtiéndose sin notarlo en tus esclavos para siempre.
Los libertaré pero pondré mi yugo sobre ellos, de mí no será posible escapar.

—Mi princípe, ¿Es necesario mostrar hostilidad a estos vulnerables seres? No son una amenaza para nosotros.

—Lo es Joseph deben saber quien reina sobre ellos. Si actúo blando no me temerán, ni respetarán e intentaran rebelarse aun sino pueden ganar o dañarme se burlarán de mí.

—Soy Evan Lucantte, princípe de Arius y muy pronto rey de Austria y cuanto desee.

—¿No cree que ser compasivo y ganarse su amor, es una mejor garantía de lealtad?.

Evan ríe sarcásticamente. -Mis padres amarón a sus pueblos, siempre velarón para proteger las vidas de ellos.
Esos bastardos juraban amor y lealtad a mis padres y cuando más necesitaron su amor, perdón y apoyo les dieron la espalda; muy rápido olvidaron su amor y lealtad que decían tenerles entregándolos a la muerte y a mí maldiciendóme sin piedad.

—Está demostrado que no puedes presentarre débil o amoroso al pueblo, si no fiero y letal solo así temblaran ante tí jamás se revelaran a menos que esten listos para morir.

—Pero princípe, su madre la reina Evelyn se lamentaría verle hacer esto.

—Mi madre está muerta. Lo olvidaba tú eres común, igual a todos como discuto estos asuntos contigo.

—¿Ganar su amor? Eso es de débiles comunes mi imperio no será edificado basado en el amor, miserícordia o bondad sino en sangre, poder y miedo me serán leales con o sin su voluntad. Yo seré su dios y estos humanos mis esclavos.
Si debo permanecer en este mundo con despreciables humanos, haré de este lugar un reino a la altura de mí magnificencia me temeran como un dios y eso soy.

Minutos más tarde el diminuto y asustadizo hombre cae de rodillas, presentando respeto ante Evan y Joseph.
Temblando y con la cabeza al suelo pues no se atreve a alzar la vista, teme ser destruido por quien cree ser un dios.

—Mi señor este sirviente se presenta delante de usted, lo he pensado muy bien y decidí aceptar el pacto a cambio de nuestra libertad.
Si tenemos su protección nadie nos hará frente venceremos a nuestros enemigos y como dijo, vencer a un dios es imposible permanezca con nosotros sea nuestro salvador y dios se lo ruego.

Evan sonrie maliciosamente ante el claro temor del hombre, su gran ego y todos los sentimientos malignos que viven en él lo hacen un ser sediento de poder y honrra..

—El favor de un dios no es algo que pueda pagarse núnca, tú vida y la de todos ahora son mias serás mi voz con tu gente; pero yo el rey de todos tomare la vida de cuantos me plazca arrebatare para mí todo lo que deseé. Este pacto será anulado cuando yo lo decida. ¿Entiendes humano? ¿Aceptas?.

-Sí acepto, será mi rey.

-A partir de hoy nadie humillara a este reino jamás, por que es mío.
Reune a tus guerreros esto les diras.

—Una vez reunidos mandaras un mensaje claro y contundente al inmundo humano Alfred, declarandole lo siguiente.

—Yo André lider de los rebeldes quien ha causado levantamiento, disturbios y animado el corazón de la resistencia a la libertad propongo al rey la ultima batalla para terminar con esta guerra para siempre.
Yo y mis hombres pelearemos frente a frente contra sus tropas, si vencemos liberará a la nación, matará al rey traidor y saldra sin poseciones de aquí; si perdemos yo mismo mataré a cada uno de mis hombres, rebeldes y cuantos encuentre en contra de su liderazgo me convertire en su perro fiel.

-Mi rey es una locura este mensaje, jamás ganaremos la guerra el rey Alfred es el hombre más poderoso de todo el continente.
Su ejercito no tiene comparación pueblos fuertes y valientes se han unido para derrocarlo, juntando ejercitos poderosos nadie puede vencerlo es como una maldición en el campo de batalla.

Evan mira atrozmente al hombre, quien ahora luce despavorido y angustiado.

—El y su ejército solo son basura humana, yo un dios no peleará contra débiles hombres sino contra mí un fiero dios.

—Humanos ingenuos, estúpidos dime algo ¿Toda tu especie es así? ¿Cobarde?. En verdad que no entienden nada una batalla entre humanos es una carnicería, pero una batalla contra un dios es una locura devastadora mil veces mortal.
Deja de temblar aborrezco la cobardía.
Todos son manipulables sólo debes decirles lo que ellos desean oír, el rey Alfred es un egocéntrico,glotón e idiota, no perdera esta oportunidad para demostrar su superioridad.

—Yo pelearé en batalla y una vez muerto su ejército mataré al rey y a todos sus amados, sus poseciones las tomare nadie quedara con vida limpio mi reino ascendere y gobernaré sobre ustedes.

Muchisímos años después.

Han pasado ciento sesenta años desde que se libró aquella grande y feroz batalla, miles de hombres perdieron la vida y otros cientos unieron fuerzas y sacaron de dónde no tenían.
Austria nación que en otro tiempo fue víctima de la pobreza, humillaciones bajo el mando de un glotón rey fallecido ahora es un mal recuerdo.
A alcanzado la máxima gloria y poder nadie puede vencer su ejercito, son fieros con sed de poder núnca más doblegaron su espirítu ni inclinaron sus cabezas ante algun enemigo.
Pero hay algo que hasta hoy después de años sigue resultando inexplicable. Todos se preguntan. ¿Qué fue lo que realmente ocurrio, en el campo de batalla? ¿Cómo cayó la gloria, arrogancia y poder del rey Alfred?.

Durante años esta ha sido la incógnita de todos aquellos que estuvieron una vez bajo su dominio, y de quienes gozaron junto a él los beneficios del poder.
El rey fue vencido después sus hijos, esposa y familia muertos degollados frente a sus ojos al final él corrio la misma suerte.

Algunos afirman que lo que vieron en esa espantoza batalla no fue humano, los soldados del rey Alfred luchaban habilmente los rebeldes por igual. Pero aquellos que fueron bien entrenados y habían peleado grandes batallas superaban por mucho a los pobres rebeldes, unos cientos de hombres la mayoría campesinos pobres y valientes que se lanzaron a una batalla incierta, armados solamente con unas pocas espadas, piedras, tridentes y palas pero con un corazón acorazado de valor.
Casi antes de terminar totalmente el fiero ejercito con los rebeldes, dos seres rubios de aspecto perfecto que sobrepasaban a todos en altura aparecieron en medio del campo de batalla.

Al instante un resplandor cegante ilumino el lugar, y uno de los extraños seres casi en un movimiento inperseptible, batio sus manos provocando que la mitad del ejercito murieran comsumidos por llamas.
Los aterrorizados humanos corrían de un lado a otro gritando, sin comprender que estaba pasando la espeluznante mirada del ser con ojos rojo sangre, sonrisa diabolicamente reía mientras trituraba debajo de sus pies cranéos y huesos.

La batalla que en un inicio estaba a favor de las tropas del rey, en un instante fue despedazada finalmente el rey Alfred fue capturado.
Después de ello nunca pudo hablar de nuevo, era como si su boca hubiese sido sellada más sus ojos parecían gritar pues demostraba pavor, dolor e incluso lloraba todo el día haste el día de su muerte.
Aquellos soldados reveldes que pelearon por la libertad de nuestro reino, poco después murieron inexpicablemente sus cuerpos nunca pudieron ser sepultados; por que jamás fueron hallados para sepultarlos.

—Padre esa historia suena aterradora, no puede imaginar algo así.

—Creéme mi amada hija tu tatarabuelo me conto esa historia, es una leyenda de nuestro pueblo hemos alcanzado la gloria, poderío nadie ha podido hacernos daño desde esa batalla hasta hoy.

—¿Padre la historia es verdadera?.

—Tú tatarabuelo afirmaba que sí, murio con gran culpa.

—Pero hay algo que parece muy extraño, nunca nadie vio a nuestro libertador ni a su descendecia.
¿No te parece inexplicable en estos ciento sesenta años, jamás alguien ha conocido sus rostros?.
Sabemos que existió un rey libertador, y ahora un nuevo rey y princípe está en el trono.
Aquellos que les vieron aseguran que su apariencia es inhumana, quienes lo aseguraban también han desaparecido.

—Padre ¿Lo es?

—Nuestra familia se encarga de anunciar los dichos del rey.

— ¿Tú le has visto alguna vez?.

-Nunca mi padre antes de morir me advirtio, que jamás levantara mi vista eso haría enfurecer al rey y que no pretendiera investigar algo.

—Sin embargo todo esto resulta un verdadero misterio.

—Sera mejor no investigar padre, de cualquier modo ahora gozamos de una paz irreal.
No viví los años de opresión, pero se que fue muy dificil.

—Mis amigas fueron seleccionadas para el concurso del princípe.
Quienes resulten ganadoras pueden vivir en el palacio algunas son educadas para ser concubinas, sirvientas, danzantes o perfumadoras del rey . ¿Unicamente eligen mujeres hermosas?.

—Sí son seleccionadas todas las mujeres gana la más hermosa y deseada por todos los hombres, el derecho a vivir en el palacio además de su familia recibir mucho dinero y prestigio.

—¿Y luego?.

—Nadie lo sabe, sus familias pierden cualquier tipo de conexión con ellas. siempre que una es elegida tiempo después ella y su familia desaparecen.
Pero eso es solo un rumor, no hay pruebas de algo aterrador.

—Padre ¿Yo seré seleccionada?.

—Nunca lo permitire, tú eres hermosa hija pero tienes ya un novio y futuro esposo. Rumores o no es mejor, mantener distancia del rey o princípe.

—Eso es algo que tú no puedes evitar ¿O sí?.

-Lo haré a toda costa solo recuerda, tienes prohibido salir a algún lugar en estos días que dure la selección de candidatas, una vez cerrado el concurso retomaras tu vida normal.

-Tranquilo padre así lo haré.

Días después.

Evan reposa placidamente en su magnifico trono hecho de oro puro, zafiros y rubies mientras contempla desde una pequeña ventana cada centimetro de su gran imperio sonrie y bebe.

-Mi princípe Evan.

—Tienes el hábito de interrumpir siempre. ¿Qué quieres?.

—Concluyeron las elecciones, las ganadoras ya fueron seleccionadas.

Evan sonrie de lado. -Me alegra comenzaba a aburrirme de la ganadora pasada, no sabes lo difícil e insoportable que es escucharla decir todo el tiempo que me ama.

Humana asquerosa hoy será su última noche haré que no la olvide.

—Mañana a primera hora entregame mi nueva presa, confio en tu buen gusto.

-Traeme a felix deberá deshacerse del cuerpo y la familia, para cuando termine de jugar.

Mi parte favorita es cuando ellas mueren locas de amor por mí.

En casa de Felix su bella hija cuida de su padre, quién tiene fiebre y pesadillas recurrentes.

-Padre ¿Cómo enfermaste así?.
Hace unos días estabas bien y ahora esta fiebre parece no bajar.

A lo lejos los toquidos provenientes de la puerta llaman su atención son constantes y fuertes.

—Las cuatro de la mañana ¿Quién puede ser a esta hora?.

La chica se dirige a la puerta al abrirla un imponente, guapisímo y alto hombre cubierto el rostro espera afuera solo es visible unos preciosos ojos azul agua, además de alcanzar a asomar un risado cabello dorado.
La chica sale de su trance cuando este extraño hombre habla.

—Buenos días señorita, busco a Felix Smith.
¿Podría llamarle por favor?.

—Ahh... bue.. buenas noches o días, que vergüenza debe pensar que soy una tonta.
No esperaba a nadie a esta hora y menos así.

—Señorita me disculpo por la imprudente hora, es un asunto delicado no puede esperar.

—Yo soy Sarah Smith hija de Felix Smith, mi padre en este momento se encuentra delicado enfermo de fiebre si sale empeorara.

—¿Quién es usted?.

-Trabajo para el rey no se preocupe su padre estará bien, pero como dije este asunto no puede esperar a mañana el rey solicita su presencia.

—Hija ¿Quién es?.

—Tranquilo padre, es un mensajero del rey.

—En un momento voy.

—Mucho gusto en conocerla señorita Sarah.
Es bella usted debio haber participado en el concuros del princípe habría ganado.

Sara se sonrroja ante el comentario.

—Gracias pero a mi padre no le gusta que participe de ese concurso, me prohibio salir en estos días es algo exagerada su actitud.

—Teniendo una hermosa hija, tomar medidas es lo correcto.

—Padre te levantaste, aún estas ardiendo no puedes ir.

-Hija callate no hables más nuestra familia a servido por generaciones a la corona. Una fiebre no impedira que cumpla con mis obligaciones es un honor servir al rey.
Ya estoy mejor tu amor y cuidado me ha hecho bien, te amo hija gracias por todo.

—Esta bien padre, pero promete cuidarte. Te amo.

—Yo también hija.

-Vamos.

—Me despido señorita su padre hace bien en preocuparse por usted, escuchelo buenas noches descanse.

Nota:Espero leean y amen el capítulo.
Voten bebés.
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