No tenía idea de lo que pasaba, la pantera seguía ahí, observandome, como si fuera su presa, mientras yo trataba de averiguar si existía otra salida. Pero la voz se seguía escuchado:

- Por favor....... ven conmigo.

- Por favor....... ven conmigo.

- Por favor....... ven conmigo.

Ha estas alturas, ya no sabía que hacer, por lo que decidí aceptar.

- Está bien, iré contigo, pero dime primero quien eres.

Aquella voz se quedó callada, y por un momento pensé que la broma había acabado, que los causantes pronto entrarian a la habitación, riéndose de mi, y yo los despedirá en ese mismo momento.

Pero después de unos segundos, la voz se empezó a escuchar nuevamente, esta vez lo que decía había cambiado:

- Quien soy........... Tu sabes quien soy.

- Quien soy........... Tu sabes quien soy.

- Quien soy........... Tu sabes quien soy.

- No se quien eres - Respondí, empezandome a irritar. Pero aquella voz seguía repitiendo lo mismo.