Estimadx lectorx: ¿Está familiarizado con esa sensación que se tiene cuando en un minuto está parado sobre una superficie perfectamente sólida y al siguiente se está hundiendo en arenas movedizas?

¿No?

¿Qué tal con la horrible sensación que tienes cuando estás encaramado en el borde de un trampolín, y alguien se acerca sigilosamente detrás de ti y rebota, y te caes y golpeas el agua de barriga?

¿No?

De acuerdo, aquí hay uno bueno: se está balanceando en el punto de apoyo de un balancín cuando un meteorito atraviesa el cielo, aterriza en un extremo y su balancín se tambalea.

¿En serio? ¿Ninguno de estos ejemplos te ha sucedido? Considérate afortunadx.

Entonces todo lo que puedo sugerirte es que trates de imaginar el sentimiento entonces. Su amada autora solo puede pensar en tantas analogías poéticas y aplicables antes de que tenga que volver a contar la historia real.

De todos modos, Ashley experimentó ese cambio instantáneo exacto en su realidad al darse cuenta de lo siguiente:

1. Su hermanastra, Druscilla, era una maga que cambia de forma y la hija del No-tan-maravilloso Marveloni. Ashely le tomaría una eternidad procesar esos hechos.

2. Druscilla, la hermanastra cruel y retorcida que Ashley pensó que había dejado atras para siempre, había estado en el castillo desde que se casó con Azul, fingiendo ser una dama de honor y luego la princesa Blanche.

3. ¡Su malvada Monstruastra había tenido sexo con Marveloni! (La imagen de su madrastra, una mujer aficionada a las blusas de cuello alto, los corsés y las faldas con suficiente tela para adornar las ventanas de todo un castillo, participando en la macarena horizontal con el espeluznante mago tuerto, se implantó en la mente de Ashley y creció como hiedra venenosa en un muro de piedra.)

Las rodillas de Ashley temblaron, sus piernas amenazando con ceder. El hecho de que ella no había comido en Dios sabe cuando, sus músculos habían sido sobrecargados hasta el punto del agotamiento, había estado casi congelada y enterrada en una avalancha, tuvo un vuelo desgarrador sobre un par de dragones, y su piel estaba tan irritada como el trasero mojado de un bebé, no ayudó a su capacidad para lidiar con noticias que alteranban su vida.

Lo que necesitaba era una comida sustanciosa, una siesta larga y un caso grave de amnesia. La ignorancia era felicidad, después de todo. Pero como nada de eso parecía estar sobre la mesa, Ashley cruzó los brazos sobre el pecho, preparándose para resistir esta cita inesperada con su torturadora de toda la vida.

La lengua de Druscilla salió de su boca, lamiendo sus labios rojos (no agrietados).

Ashley retrocedió aterrorizada, esperando el inevitable golpe. Es increíble cómo, frente al pasado, uno cae en viejos patrones. Pero Ashley ya no era una sirvienta de cocina, cubierta de ceniza, sin amigos, nada más que una espina en el costado de su familia.

Esa chica ya no existía. La mujer que era ahora se había enfrentado a adversarios mucho mayores que un mago en formación. Se había enfrentado a todo un aquelarre de brujas experimentadas, elfos de hielo, avalanchas, un troll, dragones y un súper molesto caballero recién envestido, que en este momento estaba a su lado, con la cabeza ladeada como si tratara de decidir si necesitaba o no que interviniera y ser todo galante. Ashley le respondió enderezando la columna vertebral, apretando los puños y frunciendo el ceño a su hermanastra. —Confía en mí, 'hermana', no vine a propósito. Y nadie será exterminado si entregas el huevo ahora. Ashley le tendió la mano.

Druscilla se rió. Y se rió un poco más. —Me estoy volviendo bueno en esto de las carcajadas. Puede que participe en el Concurso de Carcajadas de Villanos en los Juegos de este año. Creo que tengo una oportunidad. Escucha. —Ella se rió con más fuerza, luego comenzó a ahogarse con sus risas, que se convirtieron en un ataque de tos que sonaba como el ladrido de un león marino estrangulado. ¿Qué había causado esta reacción? ¿Asma? ¿Demasiados humos tóxicos en la guarida? ¿Práctica excesiva de cacareo? ¿Estilo de vida poco saludable? ¿Todo lo anterior? Tal vez ella se asfixiaría y los sacaría a todos de su miseria. 'Muerte por Risa Macabra' sería un final apropiado.

Pero dado que la muerte de Dru no parecía inminente y, mientras tanto, el huevo se movía precariamente en su mano, Ashley tuvo que actuar rápido. —Um, déjame quitarte el engendro de dragón de tus manos—dijo Ashley, deslizándose hacia adelante para rescatar a Junior.

—Quédate atrás —advirtió Druscilla entre toses.

Ashley se detuvo, contuvo la respiración y rezó por la seguridad de Junior, mientras Ruth gemía, paseaba por la nieve, agitando la cola como una serpiente de cascabel, mientras lanzaba fuego al aire, sin atreverse a incendiar a Druscilla por miedo a que se le cayera el huevo.

—No te preocupes, Ruth —dijo Derek. Recuperaremos a Junior.

Ashley tradujo las garantías de Derek al dragón para calmarla antes de que ella llamara a alguien por accidente.

—Será difícil —dijo Ruth, con voz temblorosa—. Druscilla puede ser una novata, pero todo lo que necesita hacer para causar estragos indecibles es abrir su gran boca y pronunciar un encantamiento lo suficientemente poderoso.

—Ella no puede encantar si se está ahogando hasta morir —ofreció Ashley esperanzada.

—Tal vez, pero dale gracias a ese príncipe papucho por su galantería de todos modos —agregó Ruth cortésmente.

—¿Qué dijo ella? —preguntó Derek.

—Dijo gracias —le explicó Ashley a Derek.

—¿Y qué más? —dijo Derek.

—Nada. Esa era la esencia de lo que quería decir —dijo Ashley.

—¿Estás segura?

—Está bien, está bien —espetó Ashley—. Ella te llamó 'príncipe papucho'.

Como si Derek no tuviera un ego lo suficientemente grande ya.

Derek volteó su cabello. —Lo sabia.

Lamentablemente, Druscilla no expiró. Lágrimas negras brotaron de sus ojos y chisporrotearon sobre la nieve como ácido. ¿Podría ser un efecto secundario de la magia oscura, o necesitaba cambiar su marca de rímel?

Recuperándose de su ataque de tos, Druscilla pisoteó la nieve, pareciendo pensar que esto llamaría la atención de todos. Desafortunadamente, como sabemos todos los que hemos intentado pisotear la nieve como una herramienta para llamar la atención, no es tan impresionante como pisotear mármol, vidrios rotos o un nido de avispas. —¡Hola! Mírame a mí, a mí. Tengo mucho que decir sobre cómo te he burlado en todo momento. —Ashley abrió la boca para decir algo en respuesta, pero las palabras le fallaron—. Mucho mejor. Mientras nadie haga un movimiento repentino o intente incendiar a nadie, y por 'cualquiera', me refiero a mí, Junior vivirá. No puedo decir que no le ocurrirá ningún daño por supuesto. Estara sujeto a experimentos y extracciones de sangre diarias, lo que me han dicho que puede ser bastante doloroso. Oh, el dulce sonido del sufrimiento.

—Furcia loca sadista —juró Derek, con los ojos saltones, las pupilas meros pinchazos dentro de los iris verdes brillantes. Mostró los dientes y una línea de baba se escapó de la comisura de su boca. Ashley nunca lo había visto tan enojado, incluso cuando se vio obligado a trepar por una chimenea sucia sabiendo que no habría una bañera, provista de productos para el cabello de primera calidad, disponible en el otro extremo.

Dru le echó un vistazo a Derek y se lamió los labios rojos. —El príncipe verde es tan lindo cuando está enojado. Es posible que también tenga que hacer algunos experimentos con él. —Ella arqueó las cejas—. En interés de la ciencia.

—Confía en mí, hermana —dijo Ashley—, la ciencia no está interesada en Derek.

—Oye —se quejó Derek—. Ruth discrepa. ¿Verdad, mi pejelagarta?

Gerald tradujo para el dragón, quien respondió dando un salto volador frente a Derek, mirando a Druscilla y arañando el aire como para demostrar cuánto deseaba triturar a Dru en tiras del tamaño de un bocadillo. Ruth no solo estaba furiosa por su huevo, sino que ahora también parecía proteger a Derek.

—Será mejor que tengas cuidado, muchacha —dijo Terrowin—. Creo que Ruth tiene la intención de tenerte para su cena. Ella es protectora con su descendencia y nuestro príncipe verde aquí.

—¿Tipo, por que eres tan mala? —Dijo Layyin—. Por favor, déjame tirarla por la ladera de la montaña.

—Todo a su debido tiempo, querida —dijo Terrowin.

—Eso es porque Ruth aquí tiene buen gusto —dijo Derek, saliendo de detrás de Ruth, acariciando su trasero escamoso al pasar.

—Apuesto a que debe saber bien —dijo Druscilla arrastrando las palabras—. Como pollo.

—Rawrrrrrrrrrrrrr —rugió Ruth, saltando sobre sus patas traseras y enderezándose a toda su altura de pino. Ruth flameó la nieve con frustración, creando un pequeño lago, mientras lanzaba dagas a Druscilla con sus ojos.

—¡Deja de derretir la nieve! —dijo Dru—. Vas a arruinar mi círculo.

—¿Qué círculo? —dijo Kai—. ¿Alguien más ve un círculo?

—No veo un círculo —corroboró Sadira.

—No importa —espetó Druscilla—. Ahora, ¿en que estábamos?

—Nadie se lo diga —dijo Gerald—. Ya estaba aburrido.

—Yo también —dijo Layyin—. Ella es más un monólogo que magia.

—Unos minutos más de rejuvenecimiento y te mostraré un poco de magia— alardeó Druscilla.

—¿Por qué no mostrarnos ahora, antes de que todos muramos de aburrimiento? —sugirió Derek.

—¡Silencio! dijo Druscila—. O te ahogaré en un mar de hormigas de fuego después de matarte, por supuesto. Matar primero. Ahogarsegundo.

Druscilla claramente tenía algunos murciélagos en su campanario, un pastel de frutas en su despensa y carecía de algunos tornillos necesarios. Si bien Ashley tenía mucha experiencia con los miembros de su familia siendo "crueles," "exigentes" o "simplemente malos," la "locura absoluta" no estaba en su repertorio.

Sabía lo suficiente sobre cómo lidiar con adversarios erráticos estándar para comprender que un movimiento en falso podría resultar en una separación insosteniblemente amplia de la cabeza y el cuello. Pero cuando dicho adversario errático poseía magia, el resultado podría ser peor que una simple decapitación. —Derek —siseó por un lado de su boca—. ¿Estudiaste, por casualidad, psicología en toda esa educación de la que te jactaste?

—No me jacté.

—Claro que si —dijo Tressa.

—Lo hizo —estuvo de acuerdo Gerald.

Derek frunció los labios hacia Tressa, se volvió hacia Ashley y siseó: —Bien. No recomiendo movimientos repentinos, no la llames loca o desquiciada, y definitivamente no le preguntes si está teniendo sus dias.

—¿Perdóneme?

Se encogió de hombros. —Mi mamá se volvía loca cuando mi papá le preguntaba eso.

—No puedo culparla —dijo Kai.

Todas las princesas asintieron.

—¿Qué estás murmurando allí? —Gritó Druscilla—. Te lo dije. Mírame. A la chingada, igual ya es hora de que nos vayamos.

—¿Ir a donde? —Ashley dijo.

Druscilla se rió como un maníaco. —Detesto la nieve. Será mucho más agradable pronunciar mi monólogo de victoria en un lugar con menos probabilidades de sucumbir a la congelación. Además, difícilmente puedo matarte aquí —dijo Druscilla, temblando—. Tan estéril y con una devastadora falta de ataúdes. Si las generaciones futuras van a recordar mi historia, es imperativo elegir el lugar adecuado para cualquier acto malvado. Ahora, ¿cuál fue ese encantamiento de reubicación? —Se tocó la barbilla con el dedo índice.

Ashley, sin embargo, quedó impactada con la palabra 'Ataúdes'. Su estómago vacío dio un vuelco. ¿No habían hecho lo suficiente en esta búsqueda para ganarse unas cortas vacaciones de una muerte segura? Cuando regresaran a Siempre Jamás, justo después de que los niños fueran devueltos sanos y salvos a sus familias, tendría que pensar en crear un sindicato de aventureros, abordar el exceso de horas, la falta de alimentos, las condiciones de trabajo insalubres y el volumen irrazonable de obstáculos letales.

El lado positivo de saber que no los matarían en la nieve significaba que todo lo que Ashley tenía que hacer para evitar el complot asesino de Druscilla era mantenerse alejado de la zona de los ataúdes.

Lo que requeriría robar el huevo, capturar a Dru y taparle la boca antes de que pudiera pronunciar encantamientos mágicos. El beneficio adicional de evitar que Dru se expresara significaba que podían evitar su discurso de victoria, que seguramente sería autoengrandecedor y totalmente expositivo. Eran doce a uno en este momento, y Ashley tenía a los guardias armados, quienes actualmente se cuadraron en un círculo que rodeaba a la realeza. Tendría que arrebatar el huevo y luego hacer que los guardias sometieran a Druscilla rápidamente.

—¿Podemos olvidar el monólogo? —Ashley dijo, acercándose poco a poco a Dru y guiñándole un ojo a Gerald, quien arqueó una ceja aparentemente confundido, luego le devolvió el guiño. Ahí estaba la teoría de que él podía leer su mente. Moviendo su barbilla hacia Druscilla, Ashley hizo un gesto con una mano horizontal cortando su cuello. Levantó otra ceja. Ashley suspiró.

Druscilla frunció el ceño. Era buena frunciendo el ceño, ya que era su expresión facial favorita. —¡Mírame! Yo tomo las decisiones. Siempre has sido un dolor en mi trasero. Imagina lo difícil que fue para mí pretender ser tu dama de honor cuando soy la princesa real. Agonía.

—¿Eres una princesa? —dijo Derek. —¿Como la princesa del inframundo? ¿La princesa de todo lo profano? ¿La princesa de la oscuridad? ¿La princesa del trastorno de personalidad narcisista? ¿Qué?

—Tal vez aún no soy miembro de la realeza. Pero lo seré. Papi lo prometió.

—¿Dónde está ' papi? —dijo Ashley, recorriendo con los ojos la extensión nevada libre de magos, arrastrándose lentamente hacia su hermana.

—Está atendiendo detalles importantes para los Juegos Interreinos. Donde seré presentada a los siete reinos como la única princesa verdadera. ¡Será mi momento de triunfo!

Tantas preguntas pasaron por la mente de Ashley que no pudo hablar. Todos eran cruciales, pero su lengua se retorció. Resultó físicamente imposible hacer más de una pregunta a la vez.

Pero así como hay un lugar perfecto para cometer un asesinato, también hay un momento ideal para las preguntas. Este no era ninguno. En este momento, el trabajo de Ashley era quitarle los huevos a Druscilla y sofocar su voz, no alentarla con más preguntas.

Hablando de voces, ¿por qué no se le había ocurrido a Ashley antes que podía comunicarse con Gerald en Dragón, Unicornio o Mosquito, y nadie más lo entendería? —¿Gerald? —Ashley dijo en Dragón.

—¿Sí?

¿Podrás tú y los hombres rodearnos y, cuando dé la señal, atacar a Druscilla y amordazarla? Voy por el huevo.

—¿Crees que eso sea sabio? —dijo Gerald.

—¿De qué están hablando ustedes dos? dijo Druscila—. Silencio. ¿Cuántas. Veces. Tengo. Que. Decirlo?

—¿Supongo que deberíamos discutir los 'por qué' más tarde? —Gerald respondió en Dragones.

—Mejor asi —dijo Ashley, deslizándose al lado de Druscilla, agarrando a Junior, cuya cáscara estaba tan caliente como un huevo duro directamente de la olla—. ¡Ay!

—¡Júnior! —Ruth grito.

Druscila gritó tambien. —¡Devuélveme mi dragón! —Se abalanzó sobre Ashley y la arrastró hacia la nieve.

—Tíralo aquí —gritó Derek.

Ashley se lo paso. —Está caliente —advirtió cuando Derek lo atrapó.

—Vamos, muchachos —ordenó Gerald, levantando su espada. Los demás siguieron su ejemplo. Corrieron hacia adentro, pero antes de que estuvieran siquiera cerca, Druscilla gritó "Repelloroni." ¿Por qué su hermanastra malvada gritaba sobre la pasta en un momento como este?

Apareció una extraña cúpula de sombra, que rodeó a la realeza, a Ashley y las otras princesas. De repente, los hombres golpearon la barrera de sombras y cayeron al suelo, gritando de dolor.

Ruth rugió, pero el sonido fue amortiguado por las sombras. Voló sobre el círculo y se zambulló, golpeando la barrera, luego rebotando y girando como una cometa atrapada por un viento errático.

—No podemos acercarnos —dijo Terrowin, su voz también silenciada.

Ashley mordió el brazo de Druscilla. Ella gritó y Ashley usó la distracción para escapar de las garras de su hermana y correr hacia Gerald. Si él no podía entrar, tal vez ella pudiera salir. Su hombro explotó de dolor como si hubiera golpeado una pared de ladrillos. Se giró hacia Druscilla. —¿Qué has hecho?

Druscilla sonrió con malicia. —Hechizo de repelencia simple. Es lo mejor. Solo tengo suficientes ataúdes para la realeza. Puedo ser un asesino sediento de sangre, pero no soy un salvaje. Todos los que extermino obtienen un ataúd. Tú tendrás un ataúd y ellos tendrán un ataúd, y tu y tu y tu. —Señaló a cada uno de los miembros de la realeza que estaban dentro de lo que debe haber sido una cúpula mágica de sombra.

Gerald se arrojó repetidamente contra la barrera. —Yo también quiero un ataúd —bramó. La bilis subió a la garganta de Ashley al pensar en Gerald en un ataúd. Si terminara en un ataúd, también deberían ponerla a ella en uno.

—¿No acabo de decir que no tengo suficientes? —Druscilla rugió.

—No necesito un ataúd. Solo déjame entrar.

—Nah. No vales la energía mágica. Si tu plebeyo tuviera alguna idea de lo que implica un hechizo mágico, apreciaría mi destreza. Pero no, asumes que puedo mover a las personas entre dimensiones como si fuera tan fácil..

—Te mostraré destreza —dijo Gerald.

—Puedes mostrarme todo lo que quieras —sugirió Derek, sugestivamente. Incluso en un momento como este, Derek no dejó pasar la oportunidad de coquetear.

—Qué lindo. El caballerucho es fanfarróncillo. De todos modos, tengo que llegar a los Juegos Interreinos, casarme con un príncipe y controlar siete reinos. He esperado tanto este momento.

—No me voy a casar contigo —escupió Derek—. Lo siento, no eres mi tipo. No me gustan las musarañas venenosas.

—¡Tú no! Ugh. ¡Cállate, cállate, cállate! —Druscilla pisoteó la nieve con demasiada fuerza, lo que provocó que cayera de espaldas. Todos se rieron, lo que resultó en que el rostro de Druscilla se oscureciera a un tono rojo ladrillo—. Teleportini —ella conjuro.

Ruth gritó.

Los pies de Ashley se elevaron de la montaña cubierta de nieve, pero un segundo después, pasó de ser un ser humano flotante a un torbellino.

—Ashley, te... voy... encontrar —dijo la voz de Gerald, tenue y confusa a través del vórtice.

Las llamas hambrientas del torbellino lamieron y chamuscaron la piel de Ashley. piel. El fuego rugía hacia adentro, consumiéndola mientras el dolor se volvía tan insoportable que oraba por la muerte. Sus oraciones parecieron ser respondidas cuando se rindió a un abismo negro sin fin, los gritos de dragón aún resonando en el vacío.

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