«El primero»
Una joven pelinegra está entrenando con su mejor amigo quien, en este momento, es a quien ama. Aquel chico es guapo, tierno y una descripción algo rara para su edad: inocente. Esa inocencia que lo hace único e ingenuo hacia los sentimientos de la chica, esa inocencia que lo hace perfecto. Esa es la palabra con la que Milk lo describiría, perfecto para todo lo que él es, desde su peculiar cabello hasta de su tierna e inocente actitud. Cada día junto a él es una experiencia que nunca olvidará. Lo ama, lo ama desde hace dos largos años; siempre intentaba seducirlo, pero, cada vez que lo intentaba al final se arrepentía, pensando que eso podría dañar ese hermoso vínculo que él lo describe como “amistad”.
Ambos jóvenes están luchando al mismo nivel, él es más veloz y fuerte; ella es ágil e inteligente, por lo que calculaba cada movimiento que él hacía, mientras que él actúa por impulso.
—¡Goku, pelea en serio! —mencionó molesta la pelinegra.
—Milk, no quiero lastimarte —dijo Goku algo preocupado por su actitud.
—No te preocupes por mí, ¡deberías preocuparte por ti! —le lanzó una patada a Goku quien éste lo esquivó con facilidad.
—Uff, ¡no hagas eso! —responde Goku sorprendido ante tal actitud, la cual llamó “demonio interior”.
—¡Entonces, PELEA EN SERIO! —respondió, ya que no era capaz de conterse por más tiempo.
Goku alzó las manos, mostrando que se rinde, lo que ayudó a calmar a la chica de modo que, en ese instante, reaccionó de nuevo y se puso en posición de pelea atacándolo de nuevo.
…
Ambos ya rendidos comenzaron a sentarse sobre el césped con sus respiraciones agitadas y completamente sudorosos.
—Goku… —la pelinegra se arrepintió en el último momento de lo que iba a mencionar.
—¿Qué pasa, Milk? —preguntó Goku confundido.
—N-nada… —respondió ella algo avergonzada.
—¡Oh vamos, quiero saber! —respondió en forma de puchero.
—Goku… —pensó un momento en sus palabras—. ¿Alguna vez te has enamorado?
—¿Eh? —preguntó curioso el joven y se puso a pensar.
¿Enamorado? ¿De qué se trata esa curiosa palabra? Se pregunta el pelinegro confundido.
—¿Qué es enamorado, Milk? —la nombrada se decepcionó con tal pregunta y soltó un suspiro.
¿Cómo fui tan tonta creyendo que me respondería?, pensó la joven. —No, no es nada, mejor sigamos entrenando.
El joven confundido comenzó a levantarse y se dirigió hacia ella para volver a entrenar.
—Vamos Goku, ¡atácame! —dijo la pelinegra molesta lanzándole una patada.
Goku con algo de torpeza agarró la pierna de la chica e hizo que perdiera el equilibrio, cayéndose al suelo junto con el pelinegro encima.
Ella comenzó a sonrojarse por ver donde estaba actualmente ubicada la mano del pelinegro, mientras que el joven se sobaba de su adolorido brazo, pero, no se percató que su mano izquierda estaba en el busto de Milk quien estaba más roja que un tomate. Él parpadeó varias veces, observando como su mejor amiga lo miraba nerviosa. Confundido intentó buscar la causa de su repentino sonrojo, y lo que encontró fue su escurridiza mano que se encontraba muy cómoda en el busto de Milk. Él sabía que esa parte es algo íntimo para las mujeres, por lo que el maestro Roshi siempre intenta tocarlas. ¿Él era pervertido? ¿Tanto tiempo con el maestro Roshi lo había vuelto así?, pensó. Éste asomó a su saliva algo nervioso y soltó el pezón derecho de ella.
—Lo siento mucho, te juro que fue un accidente. —Milk le dio una sonrisa.
—Lo sé —comenzó a reír, hablaba de Goku, el chico más inocente del mundo. Él no sería capaz de hacer algo atrevido a propósito.
—¿De qué te ríes? —preguntó Goku.
—De sólo pensar que eres un pervertido, Goku, tú no eres para nada pervertido. Apostaría todo mi dinero a que nunca harías algo malo a propósito —el chico la miró algo confundido, ella creía que él era alguien totalmente inocente.
¿Él es inocente? Él sabía que era diferente a los otros jóvenes de su edad, la mayoría estaban “ilusionados” con mujeres y dinero. Pero él no tenía interés alguno en eso, a él le gusta más los entrenamientos y la comida.
—Yo no me siento inocente —respondió Goku—, soy más como… diferente. —Expresó algo triste.
—Eres único —respondió la pelinegra sonrojada.
Ambos seguían mirándose con ternura, él aún encima de ella. Milk creía que ésta era la oportunidad perfecta para declararle sus sentimientos. Estaba decidida, sabía que esto podría traer consecuencias, pero no le importaba, empezó a cortar la distancia entre ellos, se acercó a su rostro a centímetros de sus labios, sus respiraciones se mezclaban, hasta que por fin cortó con la distancia.
Goku estaba sorprendido, no sabía qué era eso y tampoco cómo reaccionar, pero se sentía bien. Los labios de la joven se movían con suavidad y sus ojos estaban cerrados, así que él hizo lo mismo.
Milk estaba nerviosa, pensaba que él jamás le correspondería hasta que sintió que él empezó a moverse, tal satisfacción de parte de él la sorprendió, se sentía bien.
Ambos ser movían al compás, como si no hubiera exterior; solo eran ellos, perdidos en el deseo hasta que empezó a faltar el aire, el maldito aire ya era escaso, ninguno quería despegarse pero tuvieron que hacerlo. Milk lo miraba sonrojada, él estaba confundido y sorprendido por tal placentera experiencia.
Milk lo miró por unos segundos, esta podría ser la última vez que hacía esto, él podría alejarse de ella por atrevida y aprovechada, eso es lo que era, una “aprovechada”, se había aprovechado de la situación. Pero, si esta es la última vez tenía que aprovecharlo al máximo. Así que, lo besó de nuevo pero esta vez algo más salvaje. Este apenas podía seguirle el ritmo, pero, se sentía increíble.
La pelinegra comenzó a mover su mano lentamente, bajando por el torso del muchacho, llega a la parte que quería y, empezó a sobar encima del dogi de Goku. Éste estaba avergonzado, ella estaba acariciando su parte más íntima, la única parte que jamás mostraría a una mujer; estaba nervioso, no sabía si parar a la joven o no… Pero, se sentía tan increíblemente placentero que no podía evitar soltar leves gemidos.
—Ah —soltó, música para los oídos de Milk.
Ella sonrió a tales gemidos de parte de él y, en ese momento, comenzó a desatar su pantalón. Se sentó en la cintura del joven y empezó a bajar su pantalón, dejando ver el ya excitado miembro que luchaba por salir de su bóxer.
—¿Qué harás, Milk? —preguntó Goku, ya perdido en la lujuria.
—Sólo… déjate llevar. —Respondió ésta.
La pelinegra empezó a sobar la exquisita y dura parte de Goku encima de la prenda.
Cada toque hacía que el pelinegro pierda la cabeza, cada gemido que emitía hacía mojar la parte íntima de Milk. Ella bajó el bóxer de Goku quien estaba avergonzado, ella estaba mirando tal cual era el miembro del chico, se mordía el labio inferior, la mirada de lujuria por parte de Milk hizo pensar que no era justo que sólo él esté desnudo. En un abrir y cerrar de ojos él estaba encima de ella, posó sus manos en la cintura de la princesa y desató el cinturón de su dogi, dejándola casi expuesta, deslizó las mangas de aquello por sus hombros, y así terminando de bajar de sus finos brazos.
Allí estaba ella, semi-desnuda ante los ojos de su amado, quien empezó a indagar en su fino cuerpo. Él ya perdido en sus deseos tiró el sujetador que ella traía, liberando sus senos, se alejó un poco para poder observarla bien. Ella se sonrojó por aquella de deseo de parte de él.
Él no sabía con claridad lo que estaban haciendo, solo sabe que no quería parar por ningún motivo en el mundo. Con curiosidad empezó a estimular ese bulto en el pecho de la chica; es suave y, a simple vista sabroso. Sin previo aviso metió uno a su boca; chupando, mordiendo y lamiendo.
—Ahhh… Goku —gemía Milk.
El saiyajin saboreaba el pezón derecho mientras que el izquierdo era estimulado por su mano.
¿Saiyajin? Sí, él es un saiyajin, una raza guerrera que se considera extinto, su sangre los hacían actuar por impulso y son salvajes. El pelinegro se atrevió a bajar hasta el abdomen de la chica y a dejar un rastro por su camino de besos y lamidas.
—Ahhh… Goku —ella se deleitaba ante el toque en su piel.
Al llegar a su ombligo se perdió por completo, no sabía si seguir más abajo o dejarlo ahí, sim embargo, le daba la curiosidad por ver la entrepierna de la joven, más que eso era que su instinto le pedía seguir. Antes de que se pudiera decidir ella había tomado el mando de la situación, sentándose en la entrepierna de él y moverse un poco.
—Ahh… Milk —gruñía y gemía el saiyajin.
Ésta ya desesperada sacó la camisa del joven, dejando ver su muy trabajado torso desnudo, empezó a lamer su pecho y abdomen mientras que él se retorcía de placer con cada toque, bajó hasta su ombligo, estimulando con su mano derecha la parte masculina de Goku.
—Milk… Ahhh… No pares —decía Goku entre gemidos.
Ya no pudiendo aguantarse se revolvió quedando encima de ella, posicionándose en su entrada listo para penetrarla. Ella envolvió sus piernas en la cintura de su amado lista para ser suya. Él entró lento, ella sentía un inmenso dolor mientras perdía su virginidad con la persona que amaba. Ya dentro de ella, empezó a dar embestidas suaves para no lastimarla.
—Ahh… ahh… ahh… —cada embestida que él daba sacaba un gemido de parte de ella.
El inmenso dolor se fue convirtiendo poco a poco en placer, así ambos comenzaron a disfrutar de sus actos.
—Ahh Milk… grr… —gemía el joven llegando cada vez a más profundidad.
—Goku… no pares por nada del mundo —pedía la pelinegra.
—No lo haré —susurró en su oído mientras lamía el lóbulo de su oreja.
Goku empezó a sentir que las paredes vaginales de Milk comenzaban a apretarlo cada vez más y, ante ello soltaba leves gruñidos
—Ahh… Sí… ¡Goku! —se corrió ella, estimulando a Goku a llegar más profundo.
Él agarró sus caderas, llegando a más profundidad, dando sus últimas embestidas.
—Ahh… oh mierda… ¡Milk! —se corrió Goku.
Ambos empezaron a recuperar el aire, cuando Goku recuperó las energías salió de ella y se posicionó a su costado, observando cómo la pelinegra recuperaba las energías y su cordura, ella abrió los ojos, encontrándose con los de él.
—Eso fue magnífico —expresó la joven y él sonrió.
—No sé qué hicimos exactamente pero, me gustó —respondió Goku.
Ellos se miraban con mucho amor, Milk besó a Goku y éste respondió sin dudarlo.
—Te amo —le susurró ella entre sus labios.
Él estaba confundido por la palabra que dijo Milk, por ende, se puso a pensar: ¿Amor? ¿Qué es eso? Si era quererla, desearla, protegerla y sentir molestia cuando un hombre se le acerca entonces, claro que la amaba y mucho no quería que nadie la tocara porque es suya.
—También te amo Milk —la nombrada soltó una enorme sonrisa, siempre quiso escuchar eso de su boca, su sueño era realidad al fin.
Ella estaba enormemente feliz, él fue:
“El fue el primero en su piel”
“En sus labios”
“Su nombre fue el primero en ser gemido por ella”
“Todo lo que ella quiso, su primer y único amor”
Él fue…
“El Primero”
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