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💖Capítulo 08💖

Parte II

El sonido repentino del claxon significaba una sola cosa, Billy acababa de llegar. Estando lista, Astrid se asomó a la ventana de su habitación y pudo visualizar a su amigo bajar de su auto luciendo guapo y elegante. Sin embargo, su corazón latió con frenesí y sus mejillas se calentaron cuando vio a su mejor amigo bajar del auto también. Este lucía un smoking negro, que lo hacía ver increíblemente apuesto y ni hablar de su cabello negro peinado hacía. Sacudió su cabeza y cerro sus ojos dejando salir un suspiro. Estaba nerviosa sin razón alguna. Se alejó de ahí, y tomo su cartera y mascara, paso así a proseguir salir de la habitación.

Bajando el último escalón de las escaleras, amber corrió hasta ella con una sonrisa resplandeciente.

- Estas hermosísima hermana –aplaudió contenta causando ternura. Su pequeña hermana estaba emocionada.

- ¿Lo crees? –dio un par de vueltas.

- ¡Claro! –toma su mano -. Ven, Jimin y Billy te esperan.

Las dos hermanas salieron de su hogar llamando la atención de las personas frente a ellas. Richard y Amanda sonrieron felices de verla mientras Jimin y Billy entreabrieron sus labios.

Ella se veía angelical, el vestido le quedaba perfecto y su cabello largo y castaño estaba totalmente recogido dejando únicamente dos mechones sueltos que caían a cada lado de su rostro. Y el maquillaje era suave pero resaltaba sus bellas facciones.

- Wow –susurró Jimin sintiendo su corazón acelerarse.

Billy volteó a verlo con una amplia sonrisa. Lo escuchó. Se devolvió hacia Astrid y camino hasta ella.

- Maravillosa –halagó el rubio depositando un beso en el dorso de su mano-. maravillosa.

- Gracias Billy –ríe leve-. Tú también estas increíble.

Jimin se acercó a ella a pesar de los nervios que surgieron en él y la abrazó.

- Perfecta –musitó él en su oído.

- Gracias –sonríe con suavidad. Se separa de él y conecta sus ojos con los del pelinegro-. También estas perfecto.

Su mejor amigo acarició su mejilla y sonrió contento.

- Bueno, es hora de irnos –comunicó Billy yendo hacia los progenitores de su amiga-. Sr y Sra. King, y pequeña amber-. Fue un gusto hablar con ustedes de nuevo.

- Nos alegró verte otra vez Billy –dijo Richard estrechándole la mano-. Y por favor cuida a nuestra hija, y eso también va para ti Jimin –el hombre mayor miro al mencionado quien río asintiendo.

- Disfruten esta noche –añadió Amanda-. Pero no se vuelvan locos.

- Lo intentaremos –dice Billy divertido-. Vamos chicos, debemos irnos –miró la hora en el reloj de su muñeca izquierda y abrió los ojos ampliamente-. ¡Dios! En serio tenemos que irnos, el evento comienza a las nueve y son las ocho y media.

Billy encendió su auto luego despedirse de la familia King y Astrid se despidió de ellos con abrazo mientras Jimin hizo lo mismo. Los tres estando ya en el auto, Billy se dirigió al evento.

***

Los tres amigos se quedaron sin palabras una vez que entraron al gran salón del Hotel Boston Park Place. La decoración era impresionante, la música era en vivo y la pista de baile, en la cual ya se encontraban varias personas bailando, era enorme.

- ¡Chicos! –una voz familiar llamó su atención. Gina venia hacia ellos luciendo fantástica con un vestido negro ajustado que le llegaba más arriba de las rodillas. Y su cabello castaño, ahora de un color rubio ceniza que le quedaba muy bien-. Me alegra que vinieran –les da un abrazo-. Estoy feliz.

- Gracias por invitarnos –agradeció Astrid-. Todo está muy hermoso.

- Vengan, nuestra mesa está cerca –se colocó al lado de Jimin provocándole un sonrojo en sus mejillas al entrelazar su mano con la de él-. Por cierto, ¿Trajeron sus máscaras? –ellos asintieron mostrándoles sus máscaras-. Excelente, en cuanto comience por completo este evento hay que colocárselas.

- Está bien –dijeron los tres amigos al mismo tiempo.

Y ante eso, soltaron una carcajada.

***

La hora ya pasaba de las once de la noche, y a los amigos no parecía importarles. La estaban pasando muy bien. Era una buena noche para ellos.

- A ver, ¿Me estás diciendo que la última película que viste fue cincuenta sombras liberadas? –había sorpresa y burla en el tono de voz de Gina. Billy asintió mientras se llevaba un bocadillo a la boca-. No lo puedo creer.

- Los libros son mejores –comentó Astrid-. No digo que las películas sean horribles, pero prefiero los libros.

- Te apoyo –añadió Gina estando muy de acuerdo con su amiga-. los libros son increíbles.

- Como no los he leído no puedo contradecirlas –dijo Billy encogiéndose de hombros-. ¿Cuál fue la última que viste? –se dirigió a Gina.

- It2 –respondió ella llevándose la copa de champagne a los labios para tomar un sorbo-. Esa fue la última que vi.

- Jimin, última película –Billy miró al pelinegro.

- Guasón –apoyo sus antebrazos en la mesa-. Me gustó.

- Astrid, reina mía, ¿Cuál fue la última película que viste?

- Bajo la misma estrella, recientemente la volví a ver.

- Admito que lloré al ver esa película –declaró Billy.

- ¿En serio amigo? –pregunto Jimin conteniendo su risa.

- Así es, ver como Hazel sufría por la muerte de Augustus, me partió el corazón –se llevó una mano al pecho-. Soy un hombre sensible.

Los cuatros rieron aunque luego de unos minutos hubo un breve silencio que les permitió escuchar al chico que cantaba en vivo, hacer un cover la canción Ed Sheeren Perfect.

- ¿Bailamos? –Gina colocó su mano encima de la de Jimin y él aceptó feliz.

Astrid y Billy vieron como ellos fueron a la pista y empezaron a bailar. El rubio miro a su amiga, y la encontró contemplando el baile de sus amigos. Él se levantó de la silla y carraspeo captando la atención de la castaña.

- ¿Me harías el honor de bailar esta pieza conmigo? –Astrid lo miró y asintió sonriente-. Esa es mi chica.

Ambos fueron al centro de la pista de baile y empezaron a bailar.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? –inquirió ella mirando los ojos verdes de su amigo a través de la máscara.

- Claro que puedes, nena.

- Cuando estábamos en la cafetería, me dijiste algo sobre que hay muchas cosas que son tan claras a simple vista, ¿Qué me quisiste decir con eso?

- No puedo decírtelo –besó su mejilla-. Debes descubrirlo por ti misma.

- No puedo contigo –sus comisuras se elevaron entendiendo que Billy no le diría mas que eso.

Él la hizo dar un par de vueltas sobre su eje e inevitablemente para Astrid fue imposible no recordar cuando Jimin hizo lo mismo. Recordó el latir tan fuerte de su corazón por la cercanía de sus cuerpos y el roce de sus labios apunto de unirse. Volteo a un lado y encontró a Jimin con Gina no muy lejos de donde estaban. Tan solo una pregunta se formuló en su mente al mirarlos.

¿También recordará él aquello al bailar con ella?

- Astrid, ¿Estas bien? –Billy la trajo de nuevo a la realidad y se dio cuenta que ya no estaban bailando.

- ¿Qué?

- ¿Esta bien? –repitió con una pequeña sonrisa-. De pronto te detuviste.

- E-estoy bien, solo es que –cerró sus ojos y negó con la cabeza-. Nada –forzó una sonrisa-. No te preocupes, de verdad.

- ¿Segura?

- Si, y si no te molesta iré al baño un momento.

- Aquí estaré esperándote.

- Gracias.

Se alejó de ahí, sintiéndose extraña. Al llegar al baño, se quitó la máscara y expulsó el aire que no sabía que estaba reteniendo. Se llevó una mano al pecho y sintió el latir fuerte de su corazón.

- ¿Qué pasa conmigo? –se preguntó a sí misma. Su cabeza estaba volviéndose un lío-. Vamos Astrid, estarás bien –se animó-. Relájate.

Volvió a colocarse la máscara y salió del baño, pero detuvo su caminar cuando vio a dos personas muy familiares entrar en un lugar. Con sigilo fue hacia allá y asomó su cabeza por la puerta por donde ellos entraron. Tuvo suerte cuando esta era de cristal y le permitía ver hacia dentro.

Gina y Jimin se hallaban frente a frente. Ambos hablaban sin dejar de sonreírse pero de un momento a otro, Gina lo abrazó y él correspondió. Después de unos minutos, ellos se miraron a los ojos y la cercanía de sus rostros desapareció al unir sus labios en un beso.

La castaña al ver aquello sintió miles de dagas atravesarlas, causándole un profundo dolor en su corazón que se hacía pedazos. Sus ojos se cristalizaron y se fue de ahí lo más rápido que pudo.

Entró al salón y tomó su cartera de mano para después salir de allí lo más rápido que podía sin darse cuenta que alguien la llamaba.

- Espera Astrid –Billy se colocó frente a ella-. ¿Qué sucede?

- Quiero irme de aquí –dijo con un hilo de voz. Pasó por su lado pero Billy la detuvo nuevamente-. Por favor.

- Te llevare, solo espera un poco. Buscaré mi auto.

- De acuerdo.

Si seguía ahí, en cualquier momento se derrumbaría.

***

Astrid cerró la puerta de su hogar y subió las escaleras. Entró en su habitación y dejo sus pertenencias a un lado. Fue al baño mientras se despojaba de su vestido y lo dejaba caer en el suelo. Soltó su cabello y se quitó el maquillaje, dejando su rostro totalmente limpio.

Entró a la ducha y enseguida el agua fría cayó sobre su cuerpo desnudo. Y las primeras lágrimas comenzaron a salir, mezclándose con el agua.

- ¿Cómo no pude darme cuenta? –cerró sus ojos y se abrazó a sí misma.

Apoyando su espalda en la pared, empezó a deslizarse hasta llegar al suelo. Llevó sus rodillas hasta su pecho y colocó su cabeza sobre ellas, y no paró de formularse esa misma pregunta.

Ahora entendía por completo, a lo que Billy se refería.


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