Massachusetts, Boston
                 

Varios días despúes

- Gracias por venir -el primero en hablar es Jimin, quien desde hace minutos miraba en silencio a la chica sentada frente a él jugar con sus dedos. Luego de pasar varios días sin verse, ahora ambos se encontraban sentados frente a frente en una cafetería del centro de la ciudad. La noche en la que descubrió lo que sentía por Astrid y enterarse de su repentina partida de boston lo llevaron a necesitar un tiempo solo,  para pensar con claridad y tomar la mejor decisión para él-. ¿Cómo has estado, Gina?

Los orbes azules de la rubia se encuentran con los de él y una punzada de dolor se apoderó de su pecho. Ella sabía en su interior que de esta conversación saldría lastimada, aunque una parte de sí quería mantener la esperanza de no ser así.

- Bien -responde un tono bajo mientras desviaba su mirada a otro lado, las personas sentadas a su alrededor hablaban animadamente con otras personas, y otros únicamente bebían café y comían uno que otro bocadillo que se les apetecía. Volviendo a fijar su vista en el hermoso chico frente a ella, comenta-, estuve llamandote y enviandote mensajes, nunca contestaste.

- Necesitaba estar solo -dice-. Tenía que pensar y decidir muchas cosas.

Gina asiente debilmente sintiendo sus ojos picar, apretó sus labios evitando mostrar el pequeño temblor de estos.

- Es mejor terminar nuestra relación, Gina -suelta el pelinegro delicadamente.

Ella cierra sus ojos después de escucharlo, dejando salir sus lágrimas y las cuales fueron limpiadas por los dedos de Jimin.

- ¿Por qué? -cuestiona con un hilo de voz-. Explicame, por favor.

- Gina, yo...-un suspiro largo sale de sus labios debatiendose entre si era correcto decirle la verdad o mantener el silencio. Sin embargo, entendió que nada le valía callar, debía decirselo -. Porque...

- Porque estas enamorado de Astrid -completa Gina sorprendiendolo al punto de hacerlo abrir sus ojos ampliamente.

Ella niega con lentitud y las lágrimas amenzan con salir otra vez.

- Quiese muchas veces hacerme la idiota -dijo sin poder mirarlo-, y todo porque me negaba a aceptar la realidad de lo que ocurría ante mí. El amor entre ustedes era muy obvio. Los unicos que no se querían dar cuenta eran ustedes dos -Jimin permeneció en silencio y atento a sus palabras-. Y apesar de todo eso, me enamoré de ti -esta vez lo encara sintiendo un nudo formarse en su garganta-. Al decirme lo que sentías por mí aquella noche en el baile, fue la opurtunidad perfecta para enamorarte -Gina guardó silencio en lo que inhalaba y exalaba para no sollozar en ese instante-. Y no funcionó.

- Gina...

- Quiero que seas feliz, Jimin -trató de esbozar una ligera sonrisa que no logró sostener-, y esa felicidad la encontraras a su lado y no en el mío -su voz se quiebra en el proceso-. No pienso luchar cuando sé que será un batalla perdida.

Las manos de él abrazaron las suyas.

- También quiero que seas feliz, Gina -le dedicó una sonrisa tranquilizadora.

- Y lo seré -susurró sin contener sus lágrimas-. Pero antes necesito tiempo.

***

Jimin bebe lo último que queda de su café justo a tiempo en que su campo de visión aparece la cabellera rubia de su amigo. Alzó su mano y la agitó sin brusquedad captando la atención de Billy, quien no perdió tiempo en acercarse y tomar asiento frente suyo.

- Lamento la tardanza -se disculpa Billy pasando una mano por su cabello-. Debía resolver unos asuntos antes de venir.

-Tranquilo -eleva sus hombros en un gesto desprecupado-. No había prisa.

-¿Y bien? -inquiere colocando sus antebrazos sobre la mesa-. ¿Hablaste con Gina?

- Sí -confirma-. Todo salió bien.

- De verdad, me alegro -dijo a lo que dejaba escapar un suspiro de alivio-. Tomaste la mejor decisión para tí y para ella.

- Lo sé -asiente-. Gina es una mujer maravillosa, enserio espero encuentre a un buen hombre que la haga feliz.

- Estoy de acuerdo.

El sonido de un mensaje entrante en el telefono de Billy llamó la atención de los dos, para Jimin no pasó desapercibido la sonrisa que se deslizó en los labios del rubio y el color rosa que se adueñó de sus mejillas.

- ¿Acaso estoy viendo bien? -formula Jimin burlón-. ¿Billy Jones acaba de sonrojarse?

- Tonto -suelta una carcajada y niega divertido a la par que teclea algo en su teléfono sin parar de sonreír-. No es lo que piensas.

- Si es lo que pienso -añadió Jimin dandole un leve golpe en su hombro mientras ríe-. Se trata de una chica, pícaro.

- Su nombre es Olivia Evans -dice al cabo de unos segundo con las mejillas todavía teñidas de rosa-. También trabaja en el bar.

- Hace tiempo no te veía así por una chica -sonríe.

- Ella es fantástica -revela tímido-. Olivia es diferente a todas las chicas que he conocido, hace que mis piernas flaqueen cada vez que la veo.

En un pasado Billy sufrió demasiado al estar en una relación muy tóxica, y de la cual le había costado salir y recuperarse. El que demuestre por primera vez, un interes sincero en una chica despúes de un largo tiempo pese haber pasado lo que pasó en el pasado, le alegraba inmesamente a Jimin, porque su amigo también merecía ser feliz al lado de alguien.

- Y volviendo al tema -Billy deja de lado su teléfono y mira fijamente a Jimin-. ¿Qué piensas hacer? Hablé con Astrid estos días, me dijo que volverían en un mes.

- ¿Un mes? No pensé que se quedarían tanto.

- Cómo lo oyes, volveran en un mes -asiente-. Entoces, ¿que haras? ¿vas a esperarla?

Jimin sonríe ampliamente y responde a sus preguntas.

- En realidad, hare algo mucho mejor.

Antepenúltimo capítulo, permitanme llorar TnT