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XXI


Taehyung miró los productos que la tienda ofrecía, la mayoría de los objetos que servían como decoración de interiores tenían aspecto antiguo, llevaba alrededor de cinco minutos esperando a la joven llamada Hirai Momo. 

La joven le había dicho que lo esperara ahí mientras ella iba por su sudadera, parecía que vivía en el segundo piso de aquel local. Taehyung espero impaciente ya que tenia que regresar al museo en una hora antes de que terminara su horario de comida, sin embargo algunos objetos empezaron a llamar su atención, como un florero dorado que tenia grabado un dragón, no era muy fanático del estilo barroco o vintage, su departamento estaba arreglado de forma más minimalista por lo que ninguno de esos objetos podrían combinar bien con el gris de su departamento.

Sin embargo había un caballete que llamo su atención, la madera estaba finamente decorada con peces de colores dorados, podría pintar perfectamente ahí. tenía pinturas en su casa que se echaran a perder sino las usaba pronto, por lo que busco el precio del objeto para ver si podía comprarlo, después de todo pensaba viajar a Corea para el cumpleaños de Nayeon, Jimin se lo había pedido tan insistentemente que no pudo decirle que no.

—¡Hiroto ven acá!, ¡Por dios no corras!— Taehyung se quedo quieto, miró hacia la puerta trasera del local de donde había salido la mujer para ir por su chamarra, sus pies se movieron solos casi por instinto.

—¡Ven acá mocoso del demonio!— Taehyung abrió la puerta y un pequeño niño choco contra sus pies haciendo que cayera y empezara a llorar fuertemente.

El omega que gritaba corrió para levantar al menor del suelo —¿Oh por dios te lastimaste?— dijo alzando al niño en sus brazos y sobando su cabeza —pero te estoy diciendo que no corras y tu no me haces caso.

Taehyung aún estaba en shock, incapaz de poder decir algo coherente, si abría la boca seguramente iba a tartamudear.

Entonces la mirada del omega se cruzo con la de Taehyung, eso asustó al omega que abrazo al pequeño niño fuertemente —No le digas a nadie— fue lo primero que salio de aquellos labios que tanto había querido y nunca pudo probar —por favor Tae... Taehyung no le digas a nadie, ¿somos amigos no?

No dijo nada, se acercó al hombre y lo abrazo con fuerza.

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