❥ 19
Félix se acomodó el suéter, pues el día estaba bastante lluvioso, abrió la puerta del departamento y rechinó los dientes.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó cruzándose de brazos y dejando entrar a Hyunjin—. Hasta hace unas horas me dejaste en claro que no me amabas lo suficiente.
—No sé qué hacer —le dijo Hyunjin con sinceridad—. Todas las decisiones que tomo están mal, nada me sale bien en los últimos días. Te amo, no quiero estar lejos de ti, pero me hiciste escoger entre mi hijo y tú, Félix, haré de cuenta que nunca lo hiciste, te perdonaré y hagamos las paces, volvamos.
Félix caminó hasta la cocina rápidamente y encendió la cafetera.
—Voy a hacer un café para que lo tomes, está haciendo mucho frío, eso te calentara y te traeré una manta para que duermas, pero mañana quiero que te vayas.
—Félix, tú me amas —le dijo el alfa en un tono lastimero.
—Yo te amo —le aseguró el omega—, pero tú no me amas, ni amas a Jeongin, no sabes amar, Hyunjin. Cuando hablé con él me dijo que se iría lejos y es por eso que estás aquí, viniste cuando comprobaste que él ya se había ido. No me menosprecies, yo no soy como Jeongin, yo no me conformo con migajas, o me amas o no me amas.
Hyunjin se acercó hasta Félix y lo tomó del rostro mirándolo suplicante.
—Bebé, no digas eso, nos amamos.
—No amas, sólo le temes a la soledad, puedo tratar de hablarte como un amigo de ahora en adelante, pero ya no dejaré que me toques —Félix se apartó—. Merezco algo mejor que tú.
—¿Crees que podrás enamorarte de alguien más?, ambos, Jeongin y tú son bastante ingenuos, llevan mi marca en su cuello, ningún otro alfa los tomará, ni los querrá —le dijo bastante molesto—. Les deseo suerte buscando la felicidad.
Se dio la vuelta y antes de salir dejó azotado la puerta.
Félix se dejó caer en el sillón de la sala, abrazando sus piernas en posición fetal y tratando de reprimir sus lágrimas, pensando en que Hyunjin tenía razón, jamás podría estar con otro alfa, sería doloroso y le daría asco siquiera intentarlo, y Hyunjin era simplemente su primer amor.
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