Jeongin estaba intentado dormir cuando una mano se apoyó en su cadera, se dio la vuelta encarando a Hyunjin, con sus ojos rojos y los parpados pesados.

—¿Tanto me odias? —preguntó—. ¿Por qué me lastimas de esta forma?, mi único error ha sido quererte.

—Innie —Hyunjin lo atrajo hacia su cuerpo y lo abrazó con fuerza sumiendo su mandíbula en el espeso cabello del omega—, perdóname.

—Me siento muy triste —le dijo tratando de alejarse del agarre—, déjame solo.

—Quiero estar contigo —le dijo.

—No mientas, ya sé que estuviste con Félix.

—Lo siento tanto, no merezco tu perdón, fue un error —Hyunjin le dio un beso en la mejilla al omega y otro en la comisura de sus labios.

Jeongin trató de apartarlo inútilmente.

—Déjame ya —le pidió.

—No quiero —le respondió uniendo sus bocas para besarse—. Bésame, Innie, no me rechaces.

—¿Qué es lo que quieres? —empujo a Hyunjin y se levantó de la cama—. ¿Compararme con Félix para ver quién te satisface mejor? —aseguró con sarcasmo cruzándose de brazos.

El alfa fue hasta él y lo tomó por los hombros.

—No digas tonterías, no es eso —volvió a besarle y lo tomó de la barbilla para que no se alejara, bajó sus manos por las caderas del más bajo y lo apresó fuertemente mientras dejaba un camino de besos en su cuello.

Cuando se alejó un poco, sonrió discretamente.

—Chan me dijo que estaba celoso —dijo pasando su nariz por el oído izquierdo de Jeongin olfateándolo—. Le dije que era imposible, pero en realidad no me gusta verte sonreír con alguien que no sea yo.

—¿De verdad?

—De verdad, sonríe solo para mí.

Esta vez Jeongin correspondió a su beso, sonrió cuando Hyunjin lo cargó y lo hizo rodear su cadera con sus piernas, poco a poco lo acostó en la cama y le acarició con delicadeza.

Jeongin ignoró que no había llegado a dormir la noche anterior al igual que lo hizo con los viajes a Busan, ignoró el olor de Félix impregnado con fuerza en su cuerpo e ignoró lo humillado que se había sentido en los últimos días.

Nada le era más importante que estar con el hombre que amaba, Hyunjin le hizo el amor como otras veces y eso sólo podía significar que todo estaba bien y volviendo a su lugar. Pensaría que lo de Félix había sido una despedida, sí, eso era lo mejor.