❥ 04
—Así es.
Félix desvió la mirada hacia la ventana que dejaba entrar un poco de sol a la habitación.
—Entonces los perdono —le dijo—. Siempre y cuando me asegures de que has sido muy feliz.
Hyunjin asintió.
—He sido feliz, te lloré muchos años, sólo los tiempos en que estaba con Jeongin eran divertidos, Jeongin ha sido mi amigo, mi hermano y ahora mi esposo, sólo te pido que si estás enojado te desquites conmigo, no con Innie, que sólo ha dedicado su tiempo a hacerme feliz.
No podía olvidar la conversación que habían tenido con Félix esa misma tarde, las palabras que había dicho Hyunjin habían sido las más hermosas y las que más lo habían hecho feliz en toda su vida.
Su corazón estaba tan agitado que podía sentir que se le escapaba de su cuerpo, tal vez era tiempo de decirle a Hyunjin su buena noticia, se dio vuelta en la cama y abrazo a su esposo por la espalda desnuda, le dio besos pequeños demostrando todo el amor que le tenía, nada ni nadie podía hacerlo tan feliz como el menor en el tiempo que estuvieron casados. Hyunjin también se dio la vuelta quedando frente a frente y le dio un pequeño beso en la frente y luego otro en los labios, un beso que Jeongin profundizo y pronto Hyunjin se acomodó encima de él pasando sus manos por las esbeltas piernas del mayor y separándolas poco a poco.
—Hazme el amor —le susurró Jeongin al oído.
Hyunjin no dijo nada, pero obedeció, le embistió de golpe sin preparación y empezó a moverse frenéticamente.
—Por favor, no me aplastes tanto —le dijo al sentir como Hyunjin le dejaba caer todo su cuerpo encima sin dejar de moverse, se notaba la frustración en sus movimientos, sus gemidos eran de puro coraje y Jeongin empezó a sentirse bastante desprotegido y débil—. Estás lastimándome, Hyunjin.
Cuando llegó el orgasmo el pelinegro se levantó de la cama tallándose la cara.
—Perdón —se disculpó con Jeongin—. Estoy fuera de sí, descansa mañana será otro día.
Lo vio entrar al baño y cerrar la puerta, Jeongin lanzó un suspiro largo abrazando su almohada, estaba bastante adolorido, pero aun así decidió tomar un baño a lado de Hyunjin.
Se dirigió al baño, pero antes de llamar a la puerta se dio cuenta del llanto, Hyunjin siempre había sido así, no le gustaba mostrarse vulnerable ante nadie, escucharlo llorar no fue agradable, escucharlo pronunciar en nombre de Félix le partió el alma.
¿Cómo fue tan tonto?, para no darse cuenta que las palabras que Hyunjin dijo esa tarde fueron mentiras, no se atrevió a mirarlo a los ojos para no descubrir que mentía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro