—¿Puedes tomar agua?, ¿seguro que no quieres que te ayude? —preguntó Seungmin logrando que el menor acostado en la cama del hospital sonriera.

—Se preocupan demasiado por mí —le dijo—. Es algo difícil poder moverme por ahora, pero con el tratamiento y las terapias el doctor dijo que volveré a ser una persona normal en dos o tres meses, ahora sólo estoy esperando por verlos a todos de nuevo.

—Estamos felices de tenerte de regreso —le dijo Minho—. Te extrañamos mucho.

—Eso es verdad —aseguró Changbin—. Los momentos que pasamos juntos fueron los más divertidos, después sólo hubo trabajo y más trabajo.

El celular de Minho empezó a sonar llamando la atención de todos

—Es mi hijo, perdonen —se disculpó saliendo de la habitación.

—No puedo creer que se casará con Jisung —dijo Félix—. Siempre estaba refunfuñando cuando hablábamos del matrimonio.

—Pasaron cinco años después de todo —le dijo Seungmin—. Cada uno empezó a hacer su vida, Minho, Changbin y yo somos los que más mantuvimos contacto.

—¿Y Hyunjin? —preguntó Félix jugando con sus pequeñas manos—. Yo entendería si se casó con alguien más.

—Será mejor que él te lo diga —fue Changbin el que habló. Félix sonrió a ambos.

—Por sus caras puedo adivinar que sí lo hizo, vamos, no se preocupen por mí, él tenía derecho a seguir con su vida.

—No —Seungmin le dijo molesto—, él te reclamó como su omega, te marcó y debió esperarte.

Félix pasó su mano por su nuca, la marca seguía ahí, sin embargo, ya no podía sentir la conexión, el verdadero lazo que unía a la pareja, había desaparecido y lo supo desde el momento en que abrió los ojos.

—Hyunjin nunca fue un mártir, no iba a llorarme y esperarme toda la vida, si hubiera sido yo hubiera hecho lo mismo.

—Tú no lo hubieras hecho, cuando un omega se entrega lo hace sólo una vez, no somos como los alfas.

Alguien tocó la puerta y Changbin abrió esperando que fuera Minho, con una sonrisa plana recibió a Hyunjin.

—Qué bueno que estas aquí, amigo.

Le dio un abrazo y palmeó su espalda, cuando lo soltó, Hyunjin tenía puesta toda su atención en el delgado y desnutrido cuerpo de Félix.

Jeongin se adelantó y fue hasta Félix dándole un abrazo fuerte, le sonrió con sinceridad y empezó a lagrimear.

—Pueden dejarnos solos —le pidió a Seungmin y a Changbin.

—Creo que sería mejor que esperemos aquí —negó el mayor de todos—. Félix está algo delicado y...

—Por favor —volvió a rogar Jeongin—. Sólo unos minutos.

Félix miraba extrañado de la conversación, luego desvió su mirada a Hyunjin, el pelinegro estaba igual de guapo como lo recordaba, un poco más ancho y maduro, pero no muy diferente, le sonrió y sus ojos se cerraron con el acto.

Se sorprendió cuando el menor desvió la mirada.

—Si pasa algo no dudes en llamarme, estaré afuera —Seungmin llamó su atención y Félix asintió viendo cómo se retiraba con Changbin.

Félix soltó un suspiro largo y recargó su cabeza en la almohada.

—Se casaron, ¿no es así? —preguntó para sorpresa de la pareja.

—¿Cómo lo sabes? ¿Seungmin te lo dijo? —le preguntó Jeongin, Félix lo miró con los ojos empapados de lágrimas.

—No me lo dijo, sólo lo supuse, todos trataban de cambiar la conversación cuando les preguntaba sobre ustedes, luego llegan ambos juntos, Jeongin puedo ver tu marca y bueno... —Félix empezó a reír—. No soy idiota, siempre estuviste enamorado de él, Jeongin, por supuesto que no ibas a dejar ir esta oportunidad —le dijo amargamente, apretando las sábanas entre sus manos—. Estoy seguro de que aprovechaste la primera oportunidad y te lanzaste hacia él esperando recibir unas migajas de amor.

—¡Eso no es verdad! —le dijo Jeongin dando vueltas por la habitación—. Las cosas no fueron así.

—¿Entonces como fueron? —preguntó—. ¿Cómo fue que ambos me traicionaron?

—Sólo pasó —le respondió Hyunjin—. Tratamos de seguir adelante sin ti y un día sin darnos cuentas ya teníamos sentimientos por el otro.

—¿Entonces lo amas? —le preguntó Félix—. ¿Más de lo que me amaste a mí?

Jeongin esperó la respuesta que se tardó en llegar, momentos que a ambos omegas les parecieron horas.

—Así es.