Capítulo 9.
-Oye... ¿ese no era Bell?-Preguntó una persona a la distancia, mientras veía como cierto muchacho peliblanco iba al lado de una hermosa mujer de cabello plateado.
-C-Creo que sí p-pero ¿Qué hace con ella?-Preguntó una elfo para confirmar lo que la otra persona había dicho.
Se trataba de la princesa de la espada y de la vice capitana de la familia Loki, Riveria, ambas habían salido para hablar respecto a lo que le sucedía a Aiz entorno a su estado de ánimo en los últimos días, pero esta última no deseaba platicarlo en la mansión, así que habían decidido ir a "La señora de la Abundancia" y así aprovechar para almorzar.
Todo iba bien en su rutina hasta que pasaron por Babel y lograron vislumbrar a cierto chico que, claramente era la causa del decaído estado de ánimo de la princesa de la espada.
Ambas quisieron acercarse a saludarlo por educación o costumbre hasta que una chica de cabello plateado se les adelantó, como se mencionó con anterioridad.
Hablaron por unos segundos, Bell parecía un tanto nervioso por la situación pero sin que las dos chicas de la familia Loki se lo esperaran, el joven comenzó a caminar detrás de ella para adentrarse a Babel.
-R-Riveria ¿Quién era ella?-Preguntó Aiz con clara sorpresa ante lo que sus ojos acababan de presenciar hace sólo unos cuantos instantes.
-No estoy segura, no es alguien que reconozca a simple vista, creo que ni siquiera la reconocería teniéndola de frente-Respondió la alta elfo, tratando de indagar en su mente para encontrar algún indicio sobre la identidad de aquella chica.
Nota del autor: si no mal recuerdo, casi nadie sabe de la existencia de Helun, cuando digo casi nadie, me refiero a nadie fuera de la familia freya y sus allegados.
-Aunque... hay una clase de rumor, creo que puedo tener una vaga idea de quién es, pero dependerá de a donde se dirijan ella y Bell, en caso de que mis sospechas sean correctas... ella lo está llevando con la diosa Freya-Agregó Riveria a sus palabras anteriores, con un ligero desconcierto.
-¿L-La diosa Freya? ¿Por qué Bell iría a ver a la diosa Freya? No tiene sentido-Expresó Aiz con cierta preocupación, ella sabía perfectamente el tipo de persona que era esa diosa, casi siempre Loki hablaba mal de ella.
-Creo que no estuviste pendiente de los rumores respecto a la fiesta de Apolo, tiene sentido, estabas encerrada en tu cuarto sin contacto con nadie-Comentó la elfo, mirando fijamente a la espadachín.
-¿Rumores? ¿Fiesta de Apolo? ¿Qué sucedió?-Atacó con varias preguntas la princesa de la espada a la bella peli jade.
-Antes de que Apolo le declarara la guerra a la familia Hestia, por lo que dijeron las personas del lugar, Bell se encontraba hablando con la diosa Freya en el balcón de la mansión, al parecer eso sorprendió a todos ya que no parecía estar nervioso por eso y ella parecía disfrutar hablar con él, si me preguntas, es extraño que Freya se acerque a alguien sin tener segundas intenciones, por lo que he escuchado de Loki, ella muchas veces le ha robado hijos a otros dioses, tal vez ese sea el caso ahora... espero equivocarme-Explicó Riveria, con el ceño ligeramente fruncido al pensar en la existencia de esa posibilidad.
En ese momento, Aiz intentó correr hacia donde Helun y Bell se dirigían, era clara su intención, deseaba detener lo que sea que estuviera sucediendo a cómo diera lugar.
Pero de pronto Riveria la tomó de la muñeca, frenando su avance.
-¿Qué piensas qué haces?-Preguntó la alta elfo mientras la princesa de la espada forcejeaba para librarse del agarre.
-¡Tengo que salvarlo! ¡Él está en peligro! ¡Suéltame Riveria!-Respondió Aiz con un tono de voz impropio de ella, el cual denotaba preocupación.
"Me alegra saber que demuestres tus sentimientos, pero no puedo permitir que hagas algo tonto" pensó la alta elfo antes de explicar el motivo por el cual no la soltaría.
-No lo haré, estás apunto de hacer algo que pondría en riesgo a toda la familia, no solo a ti ¿Qué tenías pensado hacer cuando estuvieras de frente con ellos 2? ¿Planeas interferir en un deseo de Freya? Nos pondrías en una situación muy comprometedora, más si llegas a hacerle algo a esa chica, no puedo permitir que lo hagas, sé sobre el cariño que le tienes a ese muchacho, pero si él aceptó reunirse con Freya, no hay nada que podamos hacer, perdón por lo que voy a decir pero no actúes como una niña inmadura-Contestó Riveria, con un tono serio y a manera de regaño, porque claramente era eso, un regaño.
-P-Pero Riveria...-Dijo Aiz, quien estaba sorprendida por lo que la elfo le había dicho, raras eran las veces en las que ella la había regañado de esa manera.
-Lo lamento Aiz, así deben ser las cosas, no puedes interferir en sus decisiones-Contestó Riveria.
En ese momento, Aiz comprendió que comenzaba a nublarse su juicio y que eso la estaba haciendo actuar imprudente, por eso mismo, se calmó al entender lo que podría haber causado.
-De acuerdo... vámonos...-Respondió la princesa de la espada con un rostro que demostraba cierta tristeza, mientras que sus ojos se fijaban hacia donde Bell había ido.
"Lo lamento Aiz, me duele verte así pero no puedo permitir que hagas una tontería, esto es lo mejor, para ti, para nosotros y para él sobretodo, si no le hubieras dicho todo eso ¿qué habría sucedido? Yo pensaba que él sería la llave que apaciguara la llama oscura de tu corazón... y no estaba equivocada pero eso ya es imposible, los sentimientos son un aspecto fundamental en una persona y es difícil cambiarlos, mucho más cuando sufren una decepción" pensó Riveria, alejándose junto con su "hija".
-Es increíble lo hermoso y destructivo que puede ser el amor... puede elevarte a los cielos y puede tirarte al fango en menos de un segundo...-Susurró la alta elfo para ella misma.
Con Bell y Helun.
Mientras ambos caminaban hacia uno de los elevadores de Babel para llegar hasta el último piso de la Torre, lugar donde la diosa Freya reside, un silencio incómodo se hacía presente entre Bell y Helun, la chica sólo miraba hacia adelante con una mirada seria y fría mientras que Bell la seguía por detrás con el rostro agachado, demostrando el claro nerviosismo que sentía en esos instantes.
-Ammm disculpa, perdón si molesto pero... ¿Cuál es tu nombre? Mi nombre es Bell Cranel, es un gusto que me acompañes hasta donde la diosa Freya me citó-Dijo Bell tratando de romper el ambiente tan pesado que iba en aumento con el pasar de los segundos.
Helun simplemente lo ignoró por un tiempo, al parecer estaba pensando en si responder o no.
-Mi nombre no importa, no me interesa hablar con alguien como tú, así que no te pongas tan amistoso conmigo-Respondió Helun con cierto desagrado.
"Justo en mi orgullo..." pensó Bell, sintiendo como las palabras de aquella chica le perforaban el alma.
-Alguien como yo... soy consciente de que alguien como yo no es nadie si me comparan con los miembros de la familia Freya pero no creo merecer este trato...-Susurró Bell para sí mismo.
-Tch, aparte de ser un niño tonto, también te tienes baja estima, no entiendo por qué mi diosa se interesaría por un don nadie como tú-Replicó la chica de cabellos plateados, al parecer logró escuchar lo que Bell había dicho.
-Yo tampoco sé lo que la diosa Freya quiere conmigo, pero ¿sabes?... no es lindo ser menospreciado y atacado por alguien a quien no conozco, no sé lo que hice para hacerte enojar o si hice algo en primer lugar, pero lo lamento mucho, espero que mis disculpas puedan ser suficientes para poder arreglar este mal comienzo-Contestó el joven aventurero, frenando su paso e inclinándose ante Helun.
En ese momento, cierta parte de Helun comenzó a sentir un cálido sentimiento dentro de ella.
Suspiró por un momento para después responder.
-No te preocupes, lamento mi actitud, Bell-Respondió la chica, sonriendo tiernamente, algo que hace unos segundos no parecía ser capaz de hacer.
Bell al ver esa sonrisa sólo pudo decir una cosa.
-Linda...-Fueron las palabras que se le escaparon.
"Pero también extrañamente familiar..." comentó en su mente el pequeño conejo.
-¿Ah? ¿Qué dijiste?-Preguntó Helun con un rostro que demostraba desagrado.
-L-Lo lamento... dije que te ves linda sonriendo, perdón si eso te incomoda-Contestó el peliblanco, con sus mejillas sonrojadas y dirigiendo su mirada a un costado mientras se rascaba la parte posterior de la cabeza.
-No hay problema, pero deja de desperdiciar esas palabras en mi y sube al ascensor, Freya-Sama ya ha esperado demasiado-Respondió Helun con el típico tono de indiferencia que tenía su voz.
Bell sólo asintió y siguieron avanzando, algo que el joven no notó por estar detrás de la chica, fue un ligero sonrojo en sus mejillas, el cual trataba de ocultar desesperadamente.
Ambos subieron al ascensor y tras algunos minutos por fin llegaron hasta el último piso de la Torre.
"Demonios, es realmente grande la torre, por primera vez veré el último piso, desde fuera no se logra apreciar" pensó Bell mirando como las puertas se abrían.
-Yo aquí te dejaré, Freya-Sama te espera-Respondió la chica de cabellos plateados, frenando su avance y apuntando a donde Bell tendría su encuentro.
-Entiendo, muchas gracias...-Contestó el peliblanco, tragando saliva y caminando a esa dirección.
-Helun...-Dijo la joven.
-¿Uh?-Expresó el aventurero, ladeando la cabeza.
-Mi nombre, es Helun-Agregó la chica a sus palabras.
-Helun... es un lindo nombre ¡Muchas gracias Helun! ¡Espero que podamos volver a vernos!-Respondió Bell, sonriendo tiernamente, como ya era costumbre en él, para después entrar a la habitación de Freya-Sama.
-¡A-A-Ahh! ¡P-Pero...!-Helun trataba de decir algo pero las palabras no salían.
-Odio no poder odiarte...-Susurró para sí misma la peli plateada, con sus mejillas color carmesí.
En la habitación de Freya.
-L-Lamento la intromisión...-Dijo Bell al entrar lentamente a la habitación, cerrando lentamente la puerta.
-Oh~, ya llegaste, aunque algunos minutos tarde...-Dijo la voz de una persona sentada en una silla.
-P-Perdón, es que nunca me había adentrado tanto en Babel y no pensé que el ascensor tardaría tanto y...-Respondía el peliblanco tratando de excusarse.
-Fufufu estaba bromeando, llegaste a tiempo, no tienes por qué ponerte así-Interrumpió Freya mientras se reía ligeramente por la reacción del chico.
-N-No juegue así conmigo Freya-Sama...-Dijo el joven aventurero suspirando de alivio.
-Fufufu, perdón, perdón, es que tus reacciones son muy adorables-Se excusó la diosa.
-En fin, toma asiento, te preguntarás el motivo por el cual te cité ¿cierto?-Preguntó la diosa después de su pequeña disculpa.
-En parte creo que sospecho el motivo pero quisiera confirmarlo, si me disculpa-Contestó Bell, sentándose frente a Freya, en un pequeño mueble que se ubicaba delante de su ¿trono?.
-Bien, entonces ¿por qué crees que te cité hoy?-Preguntó la diosa.
-¿P-Porque quería verme? E-En la fiesta de Apolo, antes de regresar con mi familia, le dije que me gustaría volver a verla... sonará algo arrogante pero quiero creer que usted también quería verme para hablar juntos ¿cierto?-Respondió Bell, sonrojado por decir lo que pensaba.
"Es tonto ¿por qué la diosa más importante de Orario me hablaría solo para hablar conmigo? No tiene sentido, pero no puedo mentirle, en serio pienso que ese es el motivo" dijo Bell en su mente, tratando de aguantar la vergüenza.
-Oh...-Una mirada llena de sorpresa se dibujó en el rostro de Freya al oír la respuesta del chico.
"Fufufu amo sus lindas reacciones... hacen que mi corazón se altere al verlas..." pensó Freya mientras sus mejillas se impregnaban de un color rojo.
-E-En parte tienes razón, por primera vez en mucho tiempo disfruté hablar con alguien, disfruté la compañía de alguien, normalmente no salgo de aquí... mi familia me tiene custodiada, no niego el amor de mis niños pero... quisiera un poco de libertad, así que, cuando por fin me sentí sin riendas en la fiesta de Apolo mientras hablaba contigo, quise repetir ese sentimiento-Respondió Freya, con un ligero tartamudeo al inicio de sus palabras.
"¿Yo la diosa Freya nerviosa? ¿Qué me pasa?" Comentó Freya en su mente.
-Con que eso era... quisiera decir que comprendo como se siente pero dudo que la escala de ese sentimiento sea igual en mi caso... de todas maneras, si se siente cómoda conmigo, no tengo problema en venir para hablar con usted cada que me sea posible, aunque no creo ser una persona muy interesante con la cual charlar jejeje-Expresó Bell, con una pequeña risa.
-Me alegra oírlo, bien ¿Está bien si comenzamos? Hay algo de comida en aquí, toma lo que desees-Comentó la diosa, extendiéndole un pequeño plato con algunas frutas y dulces.
-Muchas gracias...-Contestó el peliblanco, tomando algunas de las frutas.
-Wow... pensé que tomarías los dulces primero-Expresó Freya mientras Bell tragaba el pequeño trozo de manzana.
-L-Lo lamento, no soy muy bueno con las comidas dulces, digamos que soy muy sensible a sus sabores-Contestó el joven después de terminar el primer aperitivo.
-Eso es sorpresivo, yo creía que a todos les gustaba lo dulce-Comentó Freya tomando uno de los chocolates para después meterlo a su boca.
-Normalmente como lo que compro en "La señora de la abundancia", rara vez como otra cosa, aunque en ocasiones yo preparo mi comida y la de mi diosa, así que estoy acostumbrado a los sabores condimentados-Respondió Bell.
-Oh ¿Cocinas? Es sorprendente viniendo de un aventurero-Dijo la diosa con clara sorpresa, tomando otro chocolate.
-No soy muy bueno pero hago mi mejor intento-Contestó el joven, rascando su cabeza, mientras recordaba una ocasión en la que él cocinó.
"¿Por qué dije "muchas gracias" con tanta emoción después de que mi diosa me dijo que estaba rica mi comida? Ahora que lo recuerdo me siento como un tonto, en fin, no es momento para pensar en ello" pensó Bell mientras se avergonzaba. (A ver si esta referencia es de tu talla).
-Al menos ya sé otra cosa más de ti...-Dijo Freya con un tono seductor mientras lamía el poco de chocolate que quedó en sus dedos.
La mente de Bell hizo corto circuito al presenciar eso.
-S-Si hay algo más q-q-que quiera saber de mi, puede preguntar lo que desee, responderé a sus p-preguntas-Expresó Bell, con humo saliendo de su cabeza.
-Oh, que propuesta tan interesante, bien, comenzaré... ¿Cómo te sientes respecto a lo que hablamos en la fiesta de Apolo? ¿Mejor?-Preguntó Freya sin rodeos, con un rostro preocupado, aunque ella sabía la respuesta.
"Esa pequeña mancha negra que había en su alma en esa ocasión se ha borrado... eso significa que tuvo alguna clase de resolución..." pensó la diosa pero permaneció en silencio, esperando la respuesta del joven.
-Mejor... no sabría responder eso pero puedo decir que mis metas han cambiado... mi objetivo era caminar al lado de alguien, como le dije en esa ocasión, pero creo que era un objetivo algo... simple, ahora sólo quiero ser alguien que proteja a los que no puedan hacerlo por sí mismos... ser esa figura que le de calma a las personas, que borre el miedo y de esperanza, ser el héroe que mi abuelo tanto quiso que fuera-Contestó Bell, con una gran confianza y esperanza en sus palabras, tanta que parecía desprender un ligero brillo en sus ojos.
-Un héroe...-Logró decir Freya al ver la reacción del chico, quien deseaba ser alguien que cuidara a los demás, estaba conmovida por tal motivo tan noble y exento de malicia o egoísmo.
-Lamento si suena como una tontería o un sueño infantil jeje, pero al fin y al cabo, es mi sueño y lucharé por alcanzarlo, quiero proteger a las personas que me importan, ser más fuerte que nadie para que no me quiten a nadie más-Agregó a sus palabras el peliblanco.
-No es una tontería, es un sueño realmente noble y admirable, sólo me sorprende escucharlo, normalmente los aventureros buscan dinero, fama o mujeres, eres diferente... sólo haces que me agrades más-Contestó la diosa, posando su palma en la mejilla del joven por unos instantes.
La mente de Bell volvió a hacer corto circuito por ello.
-G-Gracias por sus palabras... es la primera persona que no piensa que es una tontería o me ve raro por tener un sueño tan grande e infantil-Respondió Bell, sonriendo dulcemente hacia la diosa.
Ahora fue Freya quien había hecho corto circuito en su cerebro, al parecer Bell es al única persona que ha logrado causar ese efecto en Freya.
-N-No es nada, continuemos... nombraste a tu abuelo pero... ¿y tus padres?-Preguntó Freya, se sentía interesada por ese tema.
-Oh, no creo poder decirle mucho sobre ello ya que ni siquiera yo poseo información sobre mis padres, desde que tengo memoria, toda mi vida ha sido solamente con mi abuelo, ambos vivíamos en una cabaña en un pueblo lejos de Orario, éramos agricultores, rara vez convivíamos con otras personas, por lo que no puedo decir que tenía otra clase de relaciones con los demás, por eso dije que no podía comparar su sentir con el mío, ambos alejados del resto pero yo era muy joven como para lamentarme por ello y en un principio nunca extrañé el hacerlo, contrario a usted, supongo que antes de formar a su familia convivía con mucha gente, es por eso que añora esos tiempos ¿cierto?-Comentó el peliblanco de manera tendida con un cierto rostro nostálgico al recordar los momentos que vivió con el único familiar que tenía.
-Tienes razón, creo que el motivo por el cual me aburre la falta de libertad, es porque siempre lo fui antes de formar mi familia, no me mal entiendas, claro que amo a mis hijos y no me arrepiento de haber formado mi familia, pero a veces quisiera poder ser como una persona normal, sin tener a miles de personas posando sus ojos en mi, mayormente con lujuria, la atención cansa cuando quieres algo tan simple como salir a caminar...-Contestó Freya, con una mirada algo triste, la cual fue notada por Bell.
-S-Si gusta Freya-Sama, tal vez podríamos salir algún día, prometo protegerla para que nadie la moleste, n-nunca he salido con nadie ¡pero haré mi mayor esfuerzo!-Expresó Bell con gran confianza, sorprendiendo a Freya quien abría los ojos de par en par y se sonrojaba en demasía.
-E-Esto...-Lograba tartamudear Freya.
Cuando Bell cayó en cuenta de lo que había dicho, su confianza se convirtió en vergüenza.
-¡Perdón! Dije cosas muy extrañas... al fin y al cabo no creo poder compararme con la fuerza de sus hijos para decir que la protegeré, pero al menos lo intentaría...-Comentó el peliblanco, reduciendo el volumen de su voz con el paso de sus palabras.
Freya, quien aún seguía en shock por las palabras del joven, retomó su compostura.
-Bell... ¿Qué dirías si te ofreciera unirte a mi familia?-Preguntó la diosa con un tono serio y su mirada baja.
-¿Uh?-Esto tomó por sorpresa al muchacho, quien no se esperaba esa pregunta.
-¿Te gustaría unirte a mi familia?-Volvió a decir Freya.
-Me siento muy cómoda contigo aquí, quisiera poder verte todos los días... por eso quiero que te unas a mi familia-Agregó a sus palabras anteriores.
Sin pensarlo dos veces, Bell dió su respuesta.
-Lo lamento... no puedo hacerlo... mi diosa fue la primera que confió en mi y, aunque hay veces en las que discutimos, no la puedo abandonar-Dijo Bell, disculpándose.
Esto pareció enojar a Freya, quien estaba apunto de usar su encanto pero fue interrumpida.
-¡Sin embargo! Sé que no es lo mismo que formar parte de su familia... pero podría venir una o dos veces a la semana para platicar con usted, como lo hicimos el día de hoy, tal vez no sea suficiente pero...-Decía Bell hasta que fue interrumpido.
-¡Me gustaría mucho!-Contestó Freya, sonriendo enormemente, al parecer esa propuesta la había hecho feliz, olvidando de paso el enojo por el rechazo.
-Entonces, Freya-Sama, le prometo venir una o dos veces a la semana para verla y hablar-Expresó el muchacho.
-Bien, espero que cumplas tu promesa-Respondió Freya, recuperando la compostura.
-Así será-Concluyó Bell, sonriéndole y extendiendo su mano para que cierren el trato con un apretón de manos.
Después de un par de horas después, su reunión había terminado.
-Nos vemos luego, Freya-Sama-Dijo a Bell, saliendo de la habitación.
-Nos vemos luego Bell, me agradó pasar este tiempo contigo, me hizo feliz-Dijo Freya, sonriendo tiernamente.
Al verla, Bell se sonrojó y tuvo un sentimiento de familiaridad.
-A-A mi también me hizo feliz... bueno adiós...-Respondió el peliblanco, cerrando la puerta tras de sí.
-Ah... nunca pensé sentirme así por un mortal...-Dijo Freya desde su trono y posando ambas manos en su pecho.
Fuera de Babel.
"¿Qué fue eso...? Tiene al misma sonrisa que Helun..." pensó Bell mientras caminaba a su sede.
-Debo estarlo imaginando, en fin, no puedo creer que me haya sentido tan bien con Freya-Sama... sin duda es una persona amable-Comentó el joven para sí mismo, feliz por lo bien que salió el encuentro.
"Espera... no le pregunté sobre su relación con Syr... de todas formas la volveré a ver, así que no creo que haya problema en que posponga ese tema" dijo el muchacho en su mente, dejando de lado esa incógnita.
-En fin, mañana tengo mi cita con Tiona, debo prepararme...-Concluyó el peliblanco, acelerando el paso.
En algún lugar de las calles cercanas a Babel.
-Al parecer nuestras preocupaciones fueron tontas, él no parece haber tenido problema alguno con la diosa Freya ¿Ya estás más tranquila Aiz?-Preguntó a Riveria hacia la chica a su lado.
-P-Pero... ¿por qué se veía tan feliz?-Preguntó la princesa de la espada.
-¿quién sabe? Tal vez hablar con una chica linda alegra a los hombres, en fin no somos quienes para juzgarlos, vámonos, llevamos horas aquí solo para esto, deben estar preguntando nuestro paradero-Concluyó Riveria, dirigiéndose a la mansión crepúsculo.
"Tenía una sonrisa igual a la que ponía cuando entrenaba conmigo... ¿por qué siento que acabo de perder algo?"
Eso fue lo que pensó Aiz, mientras tenía una mirada triste y una pequeña lágrima bajaba por su mejilla izquierda, cosa que Riveria notó pero... ¿Qué podía hacer?.
Bueno amigos hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les haya gustado y dejen su apoyo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro