Capítulo 10: Conversar ¿sabes hacer eso?
Despierta y hay paredes blancas por todas partes, sus ojos pesan y su cabeza (particularmente en la parte de atrás) se siente fría. Gube arrugó la frente parpadeando hasta que sus ojos fueran capaces de acostumbrarse a la luz.
-....
Dió un suspiro mientras procedía a sentarse en la cama, su visión aún no lograba recuperarse por completo, giró a ver por todas partes cuando de repente lo primero que logra enfocar en la silenciosa habitación es una figura similar a la de un humano, Gube se frota los ojos y con esta acción su vista se vuelve más clara.
Poco a poco la silueta se va aclarando y lo primero que logra enfocar sus ojos son esos cabellos plateados inconfundibles, Gube parece asombrado cuando logra reconocer a la persona sentada en una silla no muy lejos de el.
Había una lámpara diminuta por encima de la cabeza del plateado, para alguien con la visión borrosa fácilmente podría llegar a confundirse con la aureola de un Ángel, cuando Zenzi descendió el libro y lo miró, Gube pensó que hasta el día de hoy esa ha sido la visión más hermosa que ha tenido de una persona.
-Es... Es el mayor
Él tartamudeo aún confundido, por otra parte Zenzi dejó aún lado el libro para después posar su atención en el niño sobre la cama. Le complace ver que ahora además de piel y huesos la apariencia de Gube ha mejorado bastante. Frunciendo el ceño preguntó:
- ¿ Cómo te sientes ahora?
Gube perdido ante su pregunta se mira a si mismo sin poder recordar lo que le trajo a ese lugar en primer lugar. Intenta pensar en ello y solo encuentra una cortina blanca extendida a lo largo de sus recuerdos, no es doloroso pero lo confunde y aturde, decide ignorar la sensación para prestar atención a la presencia del mayor.
- ¡Mmh. Estoy bien!- Gube asiente- ¿ Qué me sucedió?
Indaga sin poder evitar mirar a los ojos del mayor, que también lo miró con ojos profundos
- Sobreesfuerzo. Debes descansar.
Respondió escueto el de pelos plateados, Gube asiente tal cual pollito obediente, ante ésto Zenzi no puede evitar sonreír suavemente. Anteriormente había pensado regresar con su padre pero cuando pensó en el hecho de que el Omega despertaría en un hospital y se encontraría completamente solo, Zenzi se sintió bastante incómodo consigo mismo. Sien embargo,ahora que lo veía actuar tan tranquilo, Zenzi supo que su idea de quedarse no fue en absoluto un pensamiento absurdo.
- ¿Tienes hambre?
Indaga, el pequeño Omega en la cama niega efusivamente aunque al final su estómago rugiendo lo delata, Zenzi lo mira con amabilidad para después llamar a alguien y pedir que le trajeran algo
Gube lo mira charlar con los otros en silencio, algo dubitativo piensa; sobre éste hermano no tiene una opinión en específica, solo recuerda haberlo visto un par de veces en el interior de la nave que lo trajo a planeta madre. Todo este tiempo el mayor ha sido particularmente amable con el, incluso si sus acciones fueran órdenes de arriba, Gube aún puede ver lo amable que es el otro y no puede evitar agradecer la atención con todo su corazón.
Una vez terminado de hablar con la enfermera el mayor llegó a su lado, el viste jeans azules y un suéter gris claro, zapatos negros y un reloj en una de sus muñecas. Su apariencia es limpia y pulcra, Gube quiere volverse aún más pequeño cuando lo vé acercarse, no está acostumbrado a estar con alguien tan... Así.
- Come, luego regresa a la institución. Deberás descansar por tres días.
La voz de Zenzi se escucha fría pero sus palabras se sienten particularmente amables. Gube asiente en respuesta. Poco tiempo después una enfermera llega trayendo consigo una sopa con algo de jugo y frutas. Una vez solos y ya Gube sentado frente a su comida, su mirada posó con disimulo en el perfil del de cabellos plateados, luego regresó su vista al frente algo nervioso, sus manos tiembla cuando decide recoger la cuchara. No muy lejos de él Zenzi(que ya había tomado asiento de nuevo) logra percatarse de su incomodidad y ante esto no puede más que fruncir las cejas para luego recoger de nueva cuenta el libro que había dejado de lado hacia tiempo.
Entonces ésta es la situación, hay dos personas en una misma habitación, uno sentado en una silla leyendo un libro con tranquilidad y el otro sentado al borde de una cama intentando que su garganta no emitiera sonido alguno al tragar su comida. El silencio es tal que Gube logra escuchar sus dientes chocando contra el metal de la cuchara y esto lo asusta. No está acostumbrado a estar en silencio y que un extraño lo mire comer, cuando vé la manzana que le trajeron de postre su expresión se vuelve aún más deprimida, cuando mastique esa cosa seguro se escuchará como la metralleta de un mecha oxidado.
- Ejem...- Hay un carraspeo en la habitación y no es otro más que Zenzi quien finalmente se ha percatado de la incomodidad del niño, rasca el lóbulo de su oreja mientras mira hacia una esquina, no es muy hábil hablando con Omegas pero lo último que deseaba era crear incomodidad a Gube por ello y contra todo pronóstico decide el mismo iniciar una conversación- ¿ Cómo es planeta madre? ¿Te han tratado bien?
Gube recuerda que Zenzi es la única persona que conoció en la nave y estuvo con el en su descenso en planeta madre. Suponía que Zenzi estaba algo intrigado por su vida, asintió y respondió:
- Muy bien, las personas han sido muy amables conmigo.
- Eso es bueno.
No son buenos conversadores, ambos nuevamente caen envueltos en un incómodo silencio. Gube ya ha perdido el apetito, algo nervioso decide mirar a Zenzi quien también se muestra algo inquieto, no quiere que Zenzi la pase mal y por eso también decide crear algún tipo de conversación, su escrutinio lo lleva a posar su atención en el olvidado libro , acomodándose mejor pregunta:
- ¿Te gusta Leer?
Zenzi lo mira a los ojos para después redirigir su atención al libro, el cual recoge con desinterés y responde:
- Um ésto, es un libro de mechas, en realidad estudio.
Zenzi escondió el libro como si no le apeteciera hablar de él, cree que es aburrido y deja aun lado el tema.
- Tú... ¿Ya puedes leer?
Para nadie es un secreto que los refugiados en su mayoría son unos analfabetos, por fortuna el Omega frente a él aún era un niño por lo que aún estaba a tiempo de ponerse al día con todos los demás
- Puedo.
Gube no lo mira, ante su respuesta Zenzi se muestra asombrado. Solo ha pasado un tiempo desde que el Omega arribara al planeta madre y éste incluso ya podía leer.
Ambos nuevamente cayeron envueltos en un extenso silencio, decidido a no seguir incomodando al Omega Zenzi decide situarse en pie dispuesto a retirarse, pero entonces la voz del Omega lo interrumpe.Gube lo mira con timidez y con algo de nerviosismo pregunta
- ¿ Porqué está aquí el mayor?
Es imposible no preguntar, Gube puede especular que tal vez solo hubieran encargado al mayor para que lo vigilara como parte de su deber militar o tal vez el mayor se encontraba de paso y supo que estaba en éste lugar, el puede especular esas cosas pero jamás imaginar que el mayor estaría en ese lugar solo porque se trataba de "el". Cree que el mayor es una persona muy ocupada como para malgastar su tiempo en una persona tan poco importante como lo era el. Sin embargo, al final del día Gube tiene curiosidad y decide preguntar sin esperar nada a cambio, solo siente curiosidad.
Zenzi lo mira con esos ojos grises, su mirada es profunda y no parece mostrar nada en particular, mira a Gube como si fuera un conocido más que le hacía una tonta pregunta
- Por supuesto que para cerciorar que estés bien.
El es franco y directo, no utiliza rodeos y toma al toro de los cuernos. Incluso para alguien tan lento como Gube, la oración del mayor llega a el e invade su corazón que de un momento a otro se siente inexplicablemente cálido. Es imposible no sentirse abrumado. Pero entonces otro golpe suave aterrizó certero, Zenzi avanzó hacia el a pasos lentos, Gube ve desde un lugar privilegiado a esa cálida mano que se instala con lentitud sobre su cabeza, no hay más que unos ojos amables detrás de la mirada del mayor, la pálida mano posó y acarició entre los negros cabellos. luego la acción se detiene. Zenzi mira aturdido los dorados ojos que se alzan y lo miran a los ojos. A pesar de que este Omega ha estado por un tiempo en planeta madre y ha olvidado parte de su memoria, al ver la mirada Zenzi todavía logra ver los vestigios de lo que una vez fue un pequeño animal salvaje. Hay algo oculto detrás de esos bonitos ojos, algo más profundo y primitivo que por alguna razón provocan inquietud en su interior.
Zenzi dejó de acariciar la alborotada cabeza a su vez que con paciencia relató:
- Hace unas horas te implantaron tu propio cerebro óptico, tarde o temprano tendrías que implantarte uno, me tomé la libertad de pedirle al doctor que agendara mi contacto en el- el se distanció unos pasos y prosiguió - De ahora en adelante si quieres hablar con alguien puedes escribirme. Te escucharé
Gube guió sus manos a su abandonada cabeza, todavía siente la calidez de esas manos y también la calidez de esas palabras. Quiere decir "Gracias" "Gracias por ser tan amable conmigo" "Gracias por cuidar de mi durante el viaje a planeta madre" "Gracias por sentarse aquí y esperar hasta que despierte", pero no pudo decir nada de eso porque las palabras quedaron atascadas en su garganta y fue imposible seguir hablando. Zenzi lo miró con detenimiento antes de devolver su atención al olvidado libro, el cuál recogió y depositó en las manos de Gube.
- Ten, logrará distraerte un poco - Zenzi lo mira y con expresión insondable avisa- por el momento debo retirarme. ¿ Estás bien con eso?
Ambos se miran, el mayor un tanto más incómodo, el tampoco sabe comunicarse con las personas y no entiende qué tan íntimo se comporta a los ojos del Omega. Solo quiere que el niño no se sienta asustado y que sepa que ante cualquier inconveniente lo tiene a el. Pero Gube es diferente, incluso sin sus recuerdos posee un instinto de supervivencia básico que no le permite depender de los demás, como si algo le dijera constantemente " El quiere ayudarte pero esto es molesto, no debes molestarlo debes aprender a valerte por ti mismo y serle útil si de verdad te importa ".
Zenzi abandona el lugar sin recibir más que un ligero asentimiento por parte de Gube, una vez solo de repente para Gube la habitación se volvió aún más silenciosa. Miró el libro en sus manos, hay todo tipo de información sobre mechas, datos sobre mecánica y modelos en especifico. Gube delineó una oración que fue subrayada por alguien con anterioridad.
" Armamento Mecha" "Mecha de Doceaba categoría¿Un mito?"
Su nariz cosquillea, mira las esquinas de ese libro y su olfato logra captar el distintivo aroma que pertenece al mayor. Gube guía el libro hacia su nariz y no puede frenar el impulso de olfatear con profundidad. Todo ese libro posee la fragancia inconfundible del mayor, Gube cierra los ojos mientras que su imaginación lo guía a un lugar similar al jardín del instituto actual en el que recidia, solo que un poco más grande, mucho mucho más extenso... como un mar de pequeñas flores amarillas, el fresco viento y la serenidad del claro cielo.
Cuando Gube despierta de su trance y abre los ojos, le resulta difícil no sonreír. Hay calidez en su pecho y por alguna razón ya no se siente tan ansioso como días anteriores.
El está tranquilo y por supuesto que desconoce rotundamente que en realidad esa fragancia posee parte de feromonas Alfas tranquilizantes. Antes de marcharse Zenzi se encargó de impregnar el objeto con su feromona para que así inconcientemente el Omega permaneciera tranquilo.
Un vez fuera del Hospital Zenzi abordó una nave que lo guiaría a la academia militar, sentado en el interior de la nave recogió un nuevo libro y poco después empezó a leerla. Sin embargo, en ésta ocasión le resultó algo difícil enfocar su atención en el contenido, algo distraído miró a través de la ventana en donde no se veía nada más que una inmensa ciudad iluminada entre la noche.
Las luces reflejan en los ojos grises de Zenzi quien permanece quieto viendo hacia afuera, no hay acción alguna más que sus ojos siendo teñidos por el reflejo, Sin embargo, sucede algo intrigante, de repente el reflejo de las luces son sustituidas por la imágen de una persona, ésta persona no es otro más que Gube quien acababa de despertar.
Zenzi parpadea y con el toda imagen en el interior de sus ojos se esfuma. Ha vuelto a la normalidad.
🌿🌿 N.A: Hay gato encerrado aquí
👁️👁️
Mini teatro: ¿ Cuál crees que es el mayor defecto que tienes?
Mio: Siempre creo tener la razón
Kilet: Odio perder
Lio: dejar mis deberes a última hora T-T
Gube: No puedo elegir ¿ Me ayudan a elegir?
Almirante Zan: No puedo aceptar la muerte de un hijo.
Zenzi: Mi sistema no está equipado para soportar emociones que superen el sentimiento de Amistad.
Asistente Luka: ¡¡Aquí traigo un mecánico!!
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