Volumen 5: Lion Hourglass Acto 4
Antes de poder regresar a su posición inicial la joven empieza a notar una corriente fría, alguien había rasgado todo el frente de su ropa; y como si no fuese suficiente Romeo se había vuelto a levantar.
—Eres fuerte lo reconozco, pero ya me han noqueado tantas veces en mi vida que mi cerebro ha desarrollado cayos —Clama Romeo —Y veo que ya te desvestiste para mí, que detalle.
—Maldito... —Reclama la joven con una vena marcada en la frente —Es por eso por lo que odio a los tipos como tú, como viven fuera de la ley creen que recurriendo a la fuerza, sus acciones no tendrán consecuencias, pero siempre cierran la boca en cuanto aparece alguien más fuerte, pero...
En un instante la joven se calma y amarra as piezas rotas de su saco para cubrir su pecho...
—...Actualmente somos invitados, por lo que no es mi intención causar inoportunidades a mi maestro...
—¿Tu maestro?, ¿no será el chico tras esa puerta o sí? —Señala el joven —Entonces, ¿crees que, si le rompo un dedo o dos, te animes un poco...?
Al espetar esas palabras la joven Lancelot desenvaina su espada, mientras Romeo hace uso de sus guadañas para evitar un corte que apuntaba a su rostro.
—Directo a los ojos, me gusta... —Clama Romeo —"¿Qué demonios es esta fuerza?, es la segunda peor bestia con la que me he encontrado..."
Antes de poder reincorporarse por completo Note ataca nuevamente obligando a Romeo a evadir sus ataques, no obstante, como la joven luchaba con un espadón en un pasillo estrecho, Romeo noto una clara desventaja, lamentablemente, esto no era impedimento para ella.
Con un corte vertical Note atravesó el techo y parte del suelo como si se tratasen de papel, dañando notablemente la propiedad.
—Oye, detente, yo tendré que pagar por eso... —Reclama Romeo —"Esto es grave, tengo que sacarla de aquí de algún modo..."
Tras espetar esas palabras el joven desvía la mirada hacia una ventana en medio de ambos la cual apunta a la calle, algo que le dibuja una sonrisa.
En un rápido movimiento Romeo salta hacia la ventana, saltando y agarrándose del marco de la ventana del piso superior, notando así la luz de una ventana a un lado de la que salió, siendo esa la habitación del joven Pendragon.
No obstante, antes de que pudiese hacer cualquier cosa, Note salta por la ventana y se agarra de la gabardina de Romeo, inmovilizándolos a ambos...
—Maldita, pesamos mucho —Reclama el joven, pero Note ya lo sabía.
Apoyando sus piernas en el marco de la ventana, la joven empieza a arrastrar a Romeo hacia abajo.
—¡¿Estás demente?!, estamos en un 4to piso nos mataras a los dos —Reclama, pero la joven no desiste.
Con cada segundo que pasaba el joven perdía más y más de su resistencia hasta que finalmente los dos son arrastrados hacia el vacío.
Con gran fuerza un objeto cae encima de algunas bolsas de tierra levantando una gran cantidad de polvo, mientras que a pocos metros del suelo Romeo había logrado desprenderse de su gabardina y enterrado su guadaña en una pared.
Simultáneamente la joven Lancelot se había reincorporado de la caída escupiendo algunas manchas de sangre, mientras se cubre en la gabardina de Romeo.
—Señorita, usted y yo parece que somos elementos afines...
Alrededor del cuerpo de Note un espíritu de acero hace acto de presencia, siendo este el que le permitió sobrevivir el impacto de la caída, al tiempo que alrededor de Romeo múltiples guadañas giratorias de acero se hicieron presentes.
—Aquí hay civiles, ¿segura quieres continuar? — Pregunta Romeo.
—¿Podrías decirlo, con una expresión de que no me apuñalaras en cuanto baje la guardia?
—perdón, esta es mi cara de siempre.
—Entonces esa es tu respuesta.
Así sin mas preámbulos, el choque de aceros da inicio; al tiempo que descuidadamente Note era distraída de su obligación principal.
Paralelamente...
Dentro de su habitación Alex rememora los acontecimientos de aquel día, él no tenía dudas de que Ash fuese en realidad Lilia, lamentablemente tampoco tenía pruebas.
Por más que lo intentaba no podía entender cómo es que seguía con vida, ni mucho menos quien más estaba enterado de ello...
Puesto a que por muy inteligente que pudiese ser el joven Milfiore, se requeriría de un equipo bastante especializado para extraer a Lilia de la caravana de ejecución, o una cantidad astronómica de dinero si es que los verdugos fueron sobornados.
Por mas que lo pensaba nada tomaba forma ni sentido, no obstante, había una cosa que tenía clara más que nada...
En ese momento la puerta del joven es golpeada 3 veces, no obstante, Alex no abrió la puerta, puesto a que el joven sabia que Note golpeaba la puerta en cierta secuencia para confirmar su identidad.
Alex sin pensarlo apaga las velas de la habitación al tiempo que desenvaina su espada, mientras que la puerta de la habitación es abierta y un imponente brillo carmesí las vuelve a encender.
Cuando la luz volvió a la habitación, tanto Alex como Ash se apuntan mutuamente con sus respectivos espíritus armados de fuego y oscuridad.
—Todavía vas a fingir ser otra persona, hermana —Clama Alex, quien es rodeado por múltiples cañones de escopeta color carmesí.
—Vine a aclarar las cosas, pero veo que no estas dispuesto... —Espeta Ash, rodeada de múltiples espadas de sombra.
—No quiero pelear —Exclama Alex retirando su espíritu armado y tira su espada...
Al ver como su hermano se había expuesto voluntariamente a un ataque la joven no pudo evitar rozar ligeramente el gatillo de su arma, no obstante, este en el último momento opto por retirar a su espíritu, aun así, no dejo de apuntarle con su arma.
—Veo que ya trataron tus heridas, asumo que fue obra de Iván...
—Sabes lo mucho que odio que toquen mi cuerpo, yo misma aprendí a atender mis propias heridas —Responde.
—Aun así, dejaste que ese enano te cargase...
—Admito que esa fue una situación urgente, pero mantengo mi posición —Exclama.
—Si viniste aquí con un arma, supongo que quieres matarme —Señala el joven.
—Así es, soy una fugitiva que escapo de su ejecución, no solo estamos hablando de una excomunión de la iglesia, si me capturan lo que me pasará será por mucho peor que la muerte —Expone la joven —El curso de acción lógico es eliminarte, lo es, pero..., igualmente vine... para que me des una razón para no hacerlo.
Al escuchar las palabras de su hermana Alex no supo que decir, por un lado, la fría expresión de Lilia que tanto conocía le evidenciaba que hablaba enserio, aun así, sus palabras podían evidenciar duda y miedo...
—Está bien, entonces, ¿Qué debería hacer?, ¿quieres que me arrodille y suplique por mi vida?
—No bromees, ambos sabemos que nunca harías e...
Antes de poder completar su oración Alex pone sus rodillas sobre el suelo y baja la cabeza evidenciando su espalda a la joven, quien no pudo hacer más que quedar desconcertada.
Desde que tenia memoria Alex nunca se había disculpado ni había mostrado respeto o debilidad ante nadie que no fuesen su padre, su abuelo o su hermano mayor; ni siquiera ella habría podido imaginar que algún día su hermano se reverenciaría, mucho menos que se arrodillaría.
—Es asqueroso, ¿realmente tienes tanto miedo de morir?, si ibas a hacer esto mejor no hubieses soltado tu arma... —Reclama la joven.
—No... —Espeta con la mirada contra el suelo —Realmente no quiero morir, pero no quiero hacerte daño.
—¿Te volviste loco?, ¿realmente eres el mismo Alex Pendragon que atormentaba a sus mucamas hasta hacerlas llorar?, no puedes engañarme, tú eres la expresión misma de hacer daño sin sentido —Expone la joven.
—Si... probablemente tienes razón... — Responde.
—¿Pero?, ¿realmente es todo lo que vas a decir? — Reclama presionando el cañón del arma contra su espalda —Dame un argumento válido, trata de sobornarme o mentirme, no quiero que solo confirmes lo que te digo como si te absolvieras de tus pecados; Dame una razón válida...
Al espetar esas palabras Alex levanta la mirada evidenciando como sus ojos estaban desbordantes de lágrimas, mientras contempla como la expresión del Lilia finalmente concuerda con el tono de sus palabras.
—Yo no quiero morir, pero... Estoy... muy feliz de que estes viva —Exclama el joven estallando en llanto.
Al ser gemelos tanto Alex como Lilia conocían perfectamente la personalidad del otro, al punto de poder predecir lo que el otro haría o lo que el otro sentía, tal fue su conexión que ninguno de los dos podría pensar en algún momento donde estuviesen separados por más de 5 días.
Tal era su conexión que al ver llorar a su hermano por primera vez después de tantos años, la joven también por primera vez en mucho tiempo estalla en lágrimas, bajando su arma.
En toda su vida, probablemente aquellas fueron las palabras mas bellas que alguien le habrá dicho...
Tras el paso de unos minutos ambos jóvenes logran tranquilizarse y se sientan sobre la cama, no obstante, aquel llanto mutuo, se volvió una mutua incomodidad, pues lo que vendría sería una conversación difícil.
—Lilia...
—Por favor, dime Ash —Solicita —Ya nada me ata esa mujer, ni tampoco quiero tener nada que ver con ella.
—Esta bien Ash..., a decir verdad, tengo muchas preguntas, pero la principal es... ¿Por qué nunca nos contactaste? —Pregunta el joven Pendragon.
—¿Realmente lo estas preguntando? —Exclama para posteriormente liberar un suspiro —En realidad hubo muchas razones, pero la principal, sin lugar a dudas fue nuestro padre; el es un seguidor devoto de la diosa, en el momento en que una santa decreto mi sentencia, el ni siquiera levanto un dedo para defenderme, y lo peor es que mi loca devoción también fue suficiente como para elegir ser ejecutada que encarcelada; si regresaba sin lugar a dudas me entregarían a la iglesia, pero la verdad simplemente no quería tener nada que ver con ellos, puede que no lo entiendas no te culpo.
—No, en realidad te entiendo —Señala Alex —Después de tu ejecución... bueno, presunta ejecución, nuestro padre regreso a su peregrinaje como si no hubiese pasado nada, y tu nombre, no volvió a mencionarse en la casa, fue... como si nunca hubieses existido.
Al escuchar esas palabras la joven no pudo evitar deprimirse por unos segundos, no obstante, después de eso se sintió bastante aliviada, pues si su padre siquiera se hubiese mostrado de luto, la joven hubiese considerado perdonarlo, ahora ya nada le ataba a él.
—Además de eso también renuncie a la competencia por el liderazgo de la familia —Señala Alex.
—Espera ¡¿te has vuelto loco?! — reclama.
—Para nada, a decir verdad, liberarme de la presión fue bastante satisfactorio, si para ser el cabeza de la familia Pendragon debo ser como nuestro padre entonces no quiero serlo, Mordred está más capacitado para ello.
Al escuchar esas palabras la joven no pudo evitar liberar una ligera carcajada para posteriormente golpear el hombro de su hermano.
—Entonces, ¿Qué harás?, ¿me entregaras? —Pregunta la joven.
—¡Yo nunca haría algo así! —Exclama Alex poniéndose de pie.
—Pero no puedo creerte..., por mucho que hayas cambiado, esta en la naturaleza humana traicionar a todos quienes nos rodean —Clama la joven.
—Entonces dispárame, como dije no quiero morir, pero lo prefiero a hacerte daño —Exclama el joven apuntando el cañón del arma contra su frente.
Al tenerlo de frente las manos de Ash no pudieron evitar temblar, aun cuando ni en ese momento temblaron.
Varios meses atrás...
Unos días antes de la reunión del joven Milfiore con Madame Knight, Ash, Björn y Mordejái trabajaban en la vieja fragua ayudando a este último con sus nuevas invenciones.
—Aquí están... —Exclama Mordejái secando el sudor de su frente —Si los planos son correctos, deberían tener el 75% de la fuerza del que uso Iván contra los del Tigre azul.
En la mesa frente al anciano, se pudieron evidenciar dos pistolas pesadas con gatillo, inspiradas en el diseño original del joven Milfiore.
—Escuchen bien, estas armas son estrictamente para que los dos puedan protegerse, si las usan descuidadamente, gente puede salir herida o peor —Exclama el anciano.
—Espera un momento, prácticamente nos estas dando herramientas para matar a personas, yo no quiero tener algo así cerca de mi —Exclama Björn.
—Usarlas solo es una opción, pero si soy honesto...
Antes de poder decir algo más un poderoso estruendo destroza la puerta, al tiempo que tres mercenarios remanentes del tigre azul hacen acto de presencia.
—Les dije que ese bastardo estaría aquí —Exclama uno de los mercenarios, mientras los otros dos sujetan e inmovilizan a los dos enanos.
—Maldito enano, este es el precio por atentar contra el tigre azul...
Antes de que algo más pudiese pasar, una bala atraviesa la cabeza del mercenario matándolo en el acto, al igual que con el que estaba sosteniendo a Björn.
Al desviar la mirada, Mordejái nota como las dos armas de fuego que había forjado habían sido tomadas por la joven quien empuña una en cada mano.
Cuando el tercero ve la escena incapaz de entender lo que había pasado huye, mientras la joven le apunta, no obstante, es incapaz de disparar, debido a que ya había consumido sus balas.
—¿Están bien? — pregunta la joven.
—Ash, acaso ¿los mataste? —Pregunta el joven enano con una mirada pálida y llena de miedo.
—Mocoso, si tienes tiempo para estar jugando, ve a buscar al comisario... —Reclama Mordejái.
—¡Si... Claro! —Exclama Björn corriendo fuera del taller.
—Señor yo...
Antes de poder completar su oración Mordejái posa suavemente su mano en la frente de la joven.
—Hiciste lo que debías hacer y nada más... —Clama el anciano con un tono empático —Te lo dice un veterano, el primer asesinato es el más fácil de todos, es tan fácil que poco a poco nos corrompe y nos vuelve adictos, hasta que en algún punto acabamos con cadáveres hasta los tobillos, de aquellos que amamos.
Tras esas palabras Mordejái retira su mano y en la expresión de la joven solo hay una mirada sombría, al tiempo que el enano retira las armas de sus manos.
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