Fue solo cosa de un instante, en medio del pecho de la pequeña un extenso corte se había formado al tiempo que sus ropas son manchadas por su sangre, mientras observa los ojos de aquella mujer quien claramente ya no era su madre.

—¡Beri! —Exclama Sarah quien en sus ojos manifiesta una profunda ira, que la impulsa a levantarse aun a pesar de sus heridas.

—Nadie se... —Espeta antes de que un árbol caiga justo sobre la cabeza de la mujer.

En un rápido movimiento Han manifiesta sus hilos envolviendo el cuerpo de la mujer, invocando en ellos a un espíritu armado de trueno el cuál procede a liberar una poderosa descarga eléctrica.

Acto seguido Han lanza a la mujer hacia el cielo, solo para golpearla contra la tierra y nuevamente liberar una poderosa descarga eléctrica, por segunda vez este la vuelve a lanzar hacia el cielo, y con una fuerza mayor este la lanza contra el suelo, no obstante, en esta ocasión ella cae sobre sus pies.

Han es arrastrado y en el proceso la mitad de sus dedos se dislocan, mientras la mujer lo sostiene del cuello...

—¿Cómo pudiste?, se trata de tu propia hija —Reclama el hombre cegado por la rabia, aun intentando atacarla.

—Nadie se ira... —Espeta una vez más sujetando firmemente su arma apuñalando el vientre de Han.

Tras ese último golpe el hombre cae al suelo, al tiempo que internamente se reclama por la estúpida decisión que había tomado, preguntándose por qué no aprovecho el shock y el caos para escapar.

—Vaya forma estúpida de morir..., supongo que hay cosas que nunca cambian. —Clama viendo a la mujer a los ojos antes de que esta recibiese un fuerte golpe en la cara.

Tras esa imagen la vista de han empezó a oscurecerse gradualmente, acto seguido este dejo de escuchar, el aroma de su sangre empezó a menguar, y el dolor de su vientre poco a poco empezó a desaparecer, para acto seguido convertirse en un dolor insoportable, como haber sido apuñalado 30 veces en el mismo lugar.

Rápidamente Han abre los ojos, notando así a Erse delante de él, quien actualmente cargaba la espada de hueso de Wilhelm.

—¿Este es el infierno? — pregunta el hombre.

—Aun es muy pronto soldado — responde la joven.

—¡Señorita...! —Exclama Sarah con una expresión llena de pánico —Beri... ella no está respirando.

—Ya voy —Clama corriendo hacia ellas —Pequeña esto te dolerá, pero sé que eres fuerte, así que sopórtalo.

Tras esas palabras la joven trato de cortar el pecho de Beri con la espada de Hueso, no obstante, antes de poder hacerlo el arma empieza a moverse autónomamente, y como si de un gusano se tratase esta entra dentro de la herida de la pequeña, cerrándola en el proceso.

—¿Se supone que eso debería pasar? — Pregunta Sarah.

—No lo sé, pero ahora tiene pulso y respira, después veremos lo que paso, pero ahora debes sacarla de aquí —Aclama la joven Rosengard quien observa una hilera de árboles rotos y un tornado que empieza a formarse a su alrededor —El joven amo necesita de esta pequeña, es imprescindible que se reúnan con él, perdóname si te pido demasiado.

—No se preocupe por mi señorita —Clama Sarah tratando de ponerse en pie, no obstante, esta cae de rodillas a causa de sus heridas.

—Dámela a mi —Exclama William —Se que me veo viejo, pero soy el único en condiciones de llegar hasta la aldea y mantenerla a salvo de cualquier amenaza.

—Señor...

—Estaré bien —Espeta William intentando ocultar las manchas de sangre húmedas en su espalda.

Sin más opción Sarah sede a la pequeña al hombre quien sin perder un segundo empieza a correr lejos del peligro con la niña en sus brazos.

—Nadie se ira... —Clama Zaherí quien empieza a avanzar rodeada en su huracán, arrasando con todo lo que se cruza en su camino.

—No, tu eres quien no se ira de este sitio —Espeta Erse extrayendo algo de su inventario.

Así mismo alejándose de la escena la pequeña Beri abre los ojos, viendo a través de los hombros de William el como Erse encaraba a la tormenta, mientras que algunos relámpagos azules empiezan a rodearla, algo que hace reaccionar a la pequeña.

Hace muchos años ...

En un día normal, su padre casualmente les había convocado a ella y a su hermana para una instrucción especial de la historia de su tribu...

—Padre, ¿no estas harto de contarnos las mismas historias una y otra vez? —Reclama Zasara quien claramente estaba indispuesta.

—Esta vez no es una lección de historia, hoy les mostrare algo más especial —Clama Basara manifestando alrededor de su cuerpo una serie de relámpagos azules.

Ante esta Imagen sus dos hijas no pueden evitar exaltarse, por un lado, Zasara pensó que aquellos relámpagos eran imponentes y poderosos, por el contrario, al Verlos Beri los describió como hermosos.

—El nombre de los Drakonskin, viene de la palabra piel de dragón, por lo que toda nuestra tribu desciende de los míticos dragones y en nuestra sangre fluye la esencia de esas imponentes bestias, aun así, nosotros los Crimson guardamos una relación todavía más especial, permitiéndonos explotar su poder de formas que nadie de nuestra tribu puede. —Expone Basara —En pocos años Zasara cumplirá la mayoría de edad y Beri empezara a manifestar sus escamas, por lo que ustedes dos, pronto podrán invocar este poder.

—Eso suena increíble, ningún enemigo podrá hacer nada contra el poder de un relámpago... —Espeta Zasara recibiendo un golpe en la frente.

—Este poder no es para ser usado indiscriminadamente, tener tanto poder también implica hacer un juramento, nuestro poder nunca debe usarse para dañar a otros, solo para proteger, quienes han roto este juramento sin excepción han caído en desgracia —Señala el hombre, pero ve que su hija no parece entender.

—A mí me parecen bonitos —Señala Beri —Son como los relámpagos que iluminan el cielo y hacen un fuerte ruido...

Al escuchar esas palabras Basara fórmula una ligera sonrisa, y posa su mano en la cabeza de su hija.

—Sabes, cuando tenia tu edad, su bisabuelo me dijo una vez que los lideres del clan no dejan de protegernos incluso tras la muerte, y que cuando vemos relámpagos en el cielo, son ellos usando su poder para defendernos y el estruendo es su grito de victoria —Clama el hombre —Por eso, si algún día no estoy, cuando vean un relámpago, no duden que soy yo defendiéndolas.

Y tal y como Basara lo presagio entonces ahora el cuerpo de Erse estaba rodeada en los relámpagos azules de Basara...

—"Padre..." —espeta la pequeña con lágrimas en los ojos.

—Arte divino del demonio celestial... —Clama Erse al tiempo que tres tornados arremeten en su dirección —Segunda técnica...

Antes de poder impactar los tornados de Zaherí son perforados, con una fuerza bestial, mientras que una oleada de relámpagos azules, arrasan con la tormenta que había generado.

—Asesino de cuervos... modo de lanza... —Exclama la joven mientras que entre sus manos sostiene una lanza de roquete, recubierta de escamas carmesíes de la cuales emanan relámpagos azules.

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[Nombre: Balmung (legendario)]

[Descripción: "uno de los últimos trabajos de un gran herrero, forjado con las escamas de un gran dragón y la ultima voluntad un gran guerrero, quien posea esta lanza tendrá control de la tormenta, pero no es un poder gratuito, pues la ruina caerá sobre aquellos que usen esta lanza con fines malvados..."]

[Efectos: "Durante un ataque la suma total de todas las estadísticas será sumada a la fuerza del anfitrión", "una posibilidad absoluta de bloquear totalmente un ataque de frente (el efecto no aplicara ante mas de un ataque o ataques incorpóreos)", "una posibilidad alta de aturdir a los enemigos en dirección del ataque lanzado", "si se usan habilidades de lanza o estocadas las estadísticas incrementan 380% (si el ataque falla el incremento se sumará al siguiente)"]

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En cuanto el viento se despejo, se pudo evidenciar como el cuerpo de la mujer todavía estaba intacto, evidencia de que el ataque había fallado, no obstante, dicho error fue hecho deliberadamente.

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[Aviso: en el próximo ataque las estadísticas incrementaran en un 760%...]

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Con la llegada de esa notificación una sonrisa se dibujó en la joven, quien nuevamente se preparó para lanzar una segunda estocada, no obstante, antes de poder ponerse en posición Zaherí entierra la cimitarra en el suelo, ocasionando que un geiser erupcioné en medio de ambas.

Erse supo que aquel movimiento sería una distracción, por lo que descuidadamente esta muestra su costado, al tiempo que en medio de las aguas hirvientes emerge la mujer quien tenía a Mercer la espada de la joven.

La cimitarra bajo con velocidad, pero antes de poder impactarle Erse logra desviar su ataque con una patada, para posteriormente golpear a la mujer con el costado de la lanza, que al contrario de su ataque anterior este no le genero mucho daño.

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[Aviso: el incremento de estadísticas se ha reiniciado...]

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—"Ya veo, si no uso estocadas pierdo el incremento de estadísticas, que arma tan problemática..." —Medita Erse internamente —"Dada la resistencia de sus escamas el ataque anterior le hará mucho daño, pero no la matara, en cambio sus ataques me fulminaran si me golpean de lleno; si puedo completar 3 acumulaciones debería ser suficiente para aniquilarla de un golpe, pero, no creo que me dé la oportunidad."

Antes de poder concluir con su idea Erse no puede evitar notar como de un momento al otro Zaherí había empezado a sonreír, no obstante, aquella sonrisa más que ser reconfortante, parecía el preámbulo de algo malo.

Extendiendo su cimitarra hacia el cielo, una gran cantidad de nubes empiezan a acumularse para acto seguido dejar caer un poderoso diluvio sobre sus cabezas.

Erse lo supo de inmediato, aquella lluvia no era ordinaria, pues al contacto con su piel el aura que la joven usaba para defenderse y atacar se había disipado, en un instante Zaherí había creado un escenario precario para cualquier paladín o invocador, aun así...

Poniéndose en posición, la joven prepara su ataque, y ante la mirada expectante de la mujer Erse lanza su estocada, liberando así una poderosa ráfaga de energía cargada en relámpagos, que Zaherí rápidamente esquiva.

Antes de poder recomponerse la mujer nota como las superficies de los alrededores se congelan y del cielo cae granizo durante unos segundos, un escenario sumamente inesperado.

—"Ese fue el primero" —Clama internamente preparando su siguiente ataque.

Tras recuperar el equilibrio Zaherí no escatima ni un segundo, y procede a efectuar varios cortes al aire, los cuales se convierten en cuchillas de agua capaces de cortar los árboles.

Rápidamente Erse deshace su postura y salta para evitar el ataque, no obstante, la mujer salta a su posición, obligando a Erse a defenderse de un ataque inminente que la lanza lejos entre los árboles.

—"Maldita sea regrese al principio" — se reclama internamente —"Pero, no fue un intercambio unilateral"

A un costado de la mujer se logra evidenciar una puñalada leve, mientras que en la mano libre de Erse, se puede ver como ahora empuña su espada Revenant.

—"Bien, creo que ya estoy entendiendo su método" —Medita —"Primero hará un ataque a distancia..."

Tal y como la joven lo supuso, Zaherí manifiesta un torbellino a su alrededor levantando todos los árboles que había cortado anteriormente, haciéndoles girar a gran velocidad para posteriormente lanzarlos en su dirección.

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[Aviso: has activado la habilidad "zona de batalla" ...]

[Aviso: has activado la habilidad "Acumulación espiritual" ...]

[Aviso: has activado la habilidad "Berserker" ...]

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En el lapso de una respiración el ruido y la falta de visibilidad creadas por el viento y la lluvia desaparecen y Erse logra ver con claridad los árboles que le habían lanzado, corriendo directamente hacia ellos logrando evadirlos con pocos centímetros de diferencia.

En respuesta a esto la mujer aglomera todos los árboles en la tormenta en un único golpe, del tamaño de un edificio, el cual la joven logra destrozar con una sola estocada de su lanza.

No obstante, en medio de los escombros Zaherí hace acto de presencia, algo que la joven esperaba, bloqueando su ataque con el cuerpo de su lanza, para posteriormente, cortar a la mujer con su espada.

Lamentablemente dicho corte solo sería superficial, y ahora tanto la joven como la mujer estaban a merced de la fuerza del viento, muy lejos del suelo.

Todo apuntaba a que Erse estaba en desventaja, no obstante, esto solo le dibuja una sonrisa...

Zaherí indispuesta desaprovechar su oportunidad, se impulsa sobre el viento hasta el cuerpo de la joven quien parecía estar en posición para lanzar una estocada.

No obstante, sin una superficie a la cual afianzarse, no había forma de poder contratacar, aun así, y como si eso no importase en lo absoluto Erse golpea a la mujer con una estocada de su lanza, lanzándola contra el suelo.

Erse había usado su magia natural de viento para poder convertir el cuerpo del tornado en una superficie, aun así, el efecto no duraría mucho y a sus pies la mujer ya se estaba reincorporando, por lo que sin darle tiempo ni de respirar Erse lanza otra estocada que la derriba contra el suelo.

Así mismo el efecto de la lanza se activa aturdiendo el cuerpo de la mujer, no obstante, dicha parálisis no dura ni una decima de segundo, pero da a la joven el tiempo suficiente para lanzar una segunda estocada, seguida de una 3ra y una 4ra, llegando a lanzar 10 estocadas en un segundo...

Con cada golpe Zaherí empieza a reincorporarse cada vez más rápido hasta llegar a la vigésima parte de un segundo, y del mismo modo la velocidad de las estocadas de Erse empiezan a incrementar, llegando a 30 estocadas por segundo.

La mujer obtuvo la fuerza para recomponerse en una trigésima de segundo, pero del mismo modo Erse incremento su número de estocadas a 50 en un segundo...

Con el paso de los segundos todo apuntaba a que Erse vencería, no obstante, ya hace mucho ella había superado los límites de su cuerpo, de no ser por las habilidades pasivas de terroríficar, Berserker y acumulación espiritual, no hubiese pasado de los 4 segundos.

Lamentablemente, incluso así ella supo que en el instante en que su ataque llegue a su fin, ella estará paralizada durante varios minutos y será su derrota, por lo que debía terminar todo con el siguiente ataque.

Con un poderoso grito la joven incrementa la velocidad de sus estocadas a 200 por segundo, al tiempo que la mujer se reincorpora en el lapso de una ducentésima de segundo, Zaherí le había alcanzado.

—"Maldición a este paso perderé..." —Se reclama internamente...

La situación se había vuelto precaria, la velocidad de Erse había incrementado a 300 estocadas en un segundo, pero la recuperación de Zaherí había llegado a una quinientosava fracción de segundo, logrando poderse de pie.

Erse estaba por resignarse, mientras el sonido de sus huesos romperse le dan la señal para rendirse, no obstante, y como si de un milagro se tratase una ventana se manifiesta ante ella.

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[Aviso: has lanzado una estocada que supera la velocidad del sonido...]

[Has obtenido la habilidad "Golpe supersónico (heroico)" ...]

[Aviso: has permanecido inmutable aun con el cuerpo destrozado...]

[Has obtenido la habilidad "Esqueleto inmortal celestial (Profesional)"]

[Aviso: has lanzado más de 1000 golpes en un minuto...]

[Has obtenido la habilidad "Contador de críticos (Heroico)"]

[Aviso...]

[Aviso...]

...

[Aviso: has conseguido demasiadas habilidades en un periodo de tiempo extremadamente corto...]

[Has cumplido los requisitos para una misión secreta de rango (desconocido)]

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Las notificaciones del sistema no paraban de llegar, llenando el campo visual de la joven quien dentro de poco estaba por colapsar.

Poco a poco Zaherí empieza a reincorporarse, mientras que los golpes de la joven empiezan a perder fuerza hasta que finalmente, la mujer blande su espada y logra lanzar lejos la lanza de Erse, quien cae en el lodo totalmente exhausta.

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[Aviso: los efectos de las habilidades potenciadoras han terminado...]

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Los oídos de la joven empiezan a zumbar mientras que toda la información que su cerebro había cortado empieza a fluir, incluyendo el dolor de su huesos rotos y tendones desgarrados además de una poderosa migraña.

Erse levanta la mirada viendo como la mujer poco a poco empieza a acercársele levantando su cimitarra, lista para conectarle el golpe final, cuando de un momento al otro, una nueva ventana de estado aparece.

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[El atributo "Niño del destino" esta resonando...]

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—¿Niño del... que...?

En ese momento ante la expectante mirada de Erse, una mano aparece frenando la muñeca de la mujer.