Volumen 3: una noche tranquila Acto 3
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[Berserker rango (Heroico)]
[Descripción: "Una habilidad que nunca debió ver la luz, una herejía por la que los santos penitentes deben cargar con la cruz del pecado hasta el día de sus muertes, quien posea esta habilidad entregara su vida su ser y su sangre en nombre de 'aquel que vela' así lo dictado 'La devoción y el suplicio sin nombre'..."]
[No cumples los requisitos para usar esta habilidad...]
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Después de todos los problemas que aquella habilidad había traído, lo último que el joven Milfiore deseaba es que Erse volviese a poner sus manos sobre ella.
Lamentablemente no puede eliminarla sin adquirirla primero, ni tampoco puede usar la opción de subasta en la tienda del sistema antes de llegar al nivel 100, por lo que tendría que mantenerla cerca por el momento.
Pero no todo era malo...
Afortunadamente gracias a la última misión de simpatía ahora Iván había duplicado su esperanza de vida en comparación a su llegada a la casa de las flores, por lo que en esta ocasión tenía el lujo de actuar de forma pasiva hacia la joven.
No obstante, y sin que el joven lo supiese, una situación inesperadamente problemática se estaba desarrollando bajo sus narices en estos momentos.
En una de las habitaciones de la mansión la joven con un rostro envuelto en nerviosismo, habla a un espejo...
—Joven amo, estos meses han sido bastante productivos y a pesar de todo no puedo tener paz mental si no se lo agradezco sinceramente —Aclama Sacando una pequeña caja de cartón —me dijeron que usted suele verse inconforme en este día, pero igualmente quisiera desearle un feliz cumpleaños...
Tras espetar esas palabras un intenso rubor se dibuja en el rostro de la joven quien procede a agacharse en posición fetal...
—Maldita sea ¿porque debo hacer esto? — se reclama a sí misma —Por lo general no es tan difícil, Sonríe, míralo a los ojos y miente, ¿porque no puedes hacerlo?, ¿Por qué... ¿Porque le estoy dando tanta atención a este asunto?
Y así los días en la casa prosiguen...
Año imperial 1103, 29 de febrero...
El día esperado finalmente había llegado y como el joven lo había prometido días atrás, en estos momentos se encontraban en un carruaje que los lleva lentamente a la capital del ducado de Willburg.
Por su lado Iván deseaba usar este viaje para incrementar la simpatía de la joven y poder ganar así los 32 años de vida útil, siendo este su único objetivo, ignorando completamente el día que marca el calendario.
Por otra parte, Erse, quien si era consciente del significado de este día no podía evitar sentirse incomoda, por un lado, está todavía no era capaz de aparentar felicidad al entregarle su regalo a Iván, y por el otro...
—Parece que casi llegamos... —Señala el joven Milfiore.
—¿Joven amo, se siente bien...?, ¿usando eso...?
Ante los ojos de la joven dríada Iván exhibe una vestimenta ambigua, un abrigo y pantalones de algodón, además de un cinturón, zapatos y una gorra de cuero gastado, una vestimenta totalmente ajena a lo que el joven suele vestir.
—¿Te preocupa mi ropa?, es algo vieja pero aun es resistente... —señala Iván
—No me refiero a eso, la verdad es que no me lo había imaginado vistiendo un atuendo tan... humilde.
—Bueno, Humilde es decir mucho, este atuendo es lo que suelen usar los asalariados o los hijos de nobles de bajo rango...
—Aun así, es muy extraño, por lo general siempre viste bien y se vuelve muy quisquilloso cuando se trata del aspecto...
—Solo hago eso cuando hay otros aristócratas presentes —Expone —Cuando quiero salir a la ciudad suelo vestir de esta manera, así evito llamar la atención, y tengo mucha más libertad de movimiento.
—No está exagerando, dudo mucho que la gente cause un alboroto solo por el joven maestro...
—Quizás en otra ocasión te haga tragarte tus palabras, pero esta noche solo hay que disfrutar la velada, ya he planeado algunas cosas...
—No... —Clama la sirvienta interrumpiéndolo —Perdoné, lo que quise decir es que probablemente sería mejor pasar la noche sin seguir un plan, solo caminar sin rumbo y divertirnos.
Al escuchar esas palabras un rostro inquieto se evidencio en el joven; si se tratase de cualquier otra chica, el joven se lo concedería, pero, a sus ojos si Erse insistía en tomar las riendas de la noche solo podía ser porque tramaba algo.
—¿Piensas eso?, ahora que lo pienso has estado rara estos últimos días —Aclama el joven.
—Enserio... —espeta desviando levemente la mirada.
—Entiendo que odies a los Milfiore, también que me odies a mí, pero, ¿te cuesta tanto dejarlo a un lado por una noche y divertirte? —Pregunta el joven ocasionando que Erse bajé la mirada.
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[El nivel de simpatía ha disminuido...]
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—Yo..., perdón, no es lo que quise decir.
—No, en realidad lo entiendo, sé que usted no confía en mí, es verdad que los odio... con toda mi alma, pero, también se los beneficios que tengo al estar junto a usted —Espeta la joven con una sonrisa —Puede que no crea en mis palabras, pero le prometo que no lo traicionare y si su vida termina en mi presencia no será por mi mano.
Al ver la expresión tranquila de la joven Iván no supo cómo reaccionar, para empezar, no había motivo alguno para sentirse alagado o tranquilo, y aunque así fuese, el joven sabía bien que la sonrisa de Erse solo era una máscara.
—Está bien, tratare de confiar en ti solo esta vez, solamente porque en ningún momento aseguraste que no moriría; prefiero muchas veces recibir una amenaza que una mentira.
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[El nivel de simpatía ha aumentado...]
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—No lo defraudare, joven amo...
Con esas palabras el carruaje que los transporta se detiene abruptamente, al tiempo que se escuchan los pasos del conductor del carruaje quien se aproxima a la puerta.
—Joven maestro, me temo que se ha presentado un problema...—Aclama el cochero
—Descuide, nos bajaremos aquí —Responde el joven.
—Como usted diga.
Con esas palabras el joven Milfiore toma sus cosas y se prepara para salir del carruaje, ante la confundida mirada de Erse.
—Joven amo, ¿Qué está pasando?
—Dada la hora, yo diría que se trata de un embotellamiento de las calles.
—¿Embotellamiento?
—Es algo que ocurre cuando muchos vehículos tratan de transitar por la calle al mismo tiempo, ¿acaso nunca habías visto uno?
—Sinceramente, me cuesta imaginarme una calle obstruida por los carruajes...
—¿Carruajes? —pregunta el joven —Erse, ¿acaso esta es tu primera vez en una ciudad grande?
—No veo porque el escándalo, Pase por Harthland mientras me dirigía a la casa de las flores, solo es una ciudad más grande, ¿no?
Erse no imaginaba lo equivocada que estaba, Aunque la ciudad de Harthland es uno de los focos de comercio más importantes del ducado de Willburg esta no entraba en la categoría de "ciudad grande".
A las afueras del carruaje, ambos jóvenes se posaron sobre una colina de la cual se vislumbra una imponente ciudad, llena de edificios iluminados, al igual que una gran cantidad de máquinas que la joven nunca había visto en la vida real.
—Esto, ¿esto es una ciudad?, es del tamaño de un país...
—Pues entonces posees un referente, eso nos facilita las cosas —Aclama Iván —Bienvenida a la capital del ducado de Willburg, la Ciudad de Orville.
Iván deseaba ver cuál sería la cara que la joven pondría al ver la ciudad por primera vez, y su reacción había valido totalmente la pena. Antes de que cualquiera pudiese decir o hacer algo, un potente sonido se hace presente
—¡Que es esa cosa! —Exclama Erse con pánico mientras observa el cielo...
Sobre los jóvenes una monumental estructura empieza a movilizarse a una gran altura sobre sus cabezas, un vehículo volador impulsado por aire caliente.
—Un edificio volador, finalmente me volví loca... —espeta la joven.
—Tranquilízate, solamente es un dirigible...
—No caerá sobre nosotros ¿o sí?
—Probablemente... —Responde asustando levemente a la joven —Entonces, ¿aun quieres tomar las riendas esta noche?, en una ciudad tan grande como Orville es muy fácil perderse, ¿siquiera tienes un plan?
Erse estaba acorralada, ciertamente en su mente nunca hubiese imaginado que dentro del ducado de Willburg hubiese una ciudad tan grande, en comparación Greenless no le llega ni a las suelas.
—Te estoy esperando...
—Joven amo, esta noche... Yo...
Iván no pudo evitar liberar ligeras risas, mientras en su mente la joven trataba de diseñar una respuesta ingeniosa para su situación, algo que dibujo ternura en su mirada.
—Escucha si quieres aun podemos regresar a mi...
—Haremos eso —Exclama la joven apuntando su brazo al cielo —Esta noche, nos subiremos a uno de esos...
—¿Quieres subirte a un dirigible...? interesante... —responde el joven —Entonces vamos, el aeródromo se encuentra en el centro de la ciudad, donde se yergue la torre más alta; dada la gran cantidad de tráfico, la forma más rápida de llegar sería el...
—Joven amo deténgase..., esta noche solo limítese a disfrutar, de lo demás me encargaré yo...
Tras escuchar esas palabras el joven desistió y con una sonrisa procede a seguir a la joven, por un lado, esta sería una buena oportunidad de crecimiento cultural para ella, y por el otro mostrarle confianza se verá fuertemente reflejado en su nivel de simpatía.
Lamentablemente Iván por un momento olvido de quien estaba hablando...
2 horas después...
La ciudad de Orville, con más de 200 años de historia, esta inicio originalmente como una pequeña ciudad industrial en el fondo de un valle bajo el nivel del mar, orientada en la extracción de hierro y el posterior procesamiento de este.
Mas con el paso de los años y con el incremento de la necesidad de productos de hierro ya sea para erigir casas, o la construcción de rutas de tren las cuales marcaron un antes y un después en el comercio imperial.
Tras caminar durante un par de horas cuesta abajo la joven sirvienta seguía tranquila y desidida a llevar a su joven maestro al aeródromo, por su parte Iván a duras penas podía mantener la conciencia.
—"Fui un tonto, ¿Cómo pude olvidar la resistencia inhumana de Erse?" — se reclama internamente.
—Joven amo, ¿se encuentra bien?, la torre está más cerca —Aclama la joven tranquilizando un poco a Iván —Yo diría que estamos a mitad de camino...
Al escuchar esas palabras el joven Milfiore cae de rodillas en el suelo, ya había tenido suficiente de esto, pero por más que quería gritárselo en la cara a su sirvienta, este se contuvo y se puso en pie de nuevo.
—Erse, creo que deberíamos descansar un momento, ya hemos caminado por un tiempo y se dé un área turística con restaurantes aquí cerca...
—Ahora que lo menciona, también tengo algo de Hambre.
—Entonces vamos, yo invito...
Con esas palabras ambos jóvenes definieron su destino...
Tras caminar durante unos minutos ante los ojos de Erse un extenso parque se hizo presente, lleno de árboles fuentes y esculturas de hierro, donde personas junto con sus familias pasan un tiempo agradable.
Erse quedo helada al ver esta escena, al tiempo que el joven Milfiore colapsa sobre una de las bancas de hierro de la plaza a causa de las ampollas que la caminata le había generado.
—No creí que volvería a este parque bajo estas circunstancias —Aclama el joven al tiempo que Nota la mirada de su sirvienta —Erse, ¿estas bien?
—Eh... Si, estoy bien joven amo —Responde con una sonrisa amable, una evidencia de que estaba mintiendo —Iré a buscarle algo de comer, por favor descanse.
Tras escuchar esas palabras el joven Milfiore libera un suspiro mientras Erse poco a poco empieza a alejarse, perdiendo su mirada en las personas a su alrededor.
Familias felices, gente ordinaria e inofensiva, similares a aquellos que habitaban en el territorio de Rosenheim, por más que los Veía Erse no podía evitar preguntarse «¿Por qué esta gente puede vivir en paz y su pueblo no?»
La rabia empezó a carcomerla, al tiempo que pensamientos oscuros inundan su mente, preguntándose cuál sería la expresión de estas personas si en estos momentos se desatase una masacre, llorarían, sentirían odio, sentirían aunque sea una fracción de lo que sintió ese día.
Con su fuerza actual no le sería difícil acabar con todos los civiles del lugar, incluso si las fuerzas de la ley le darían problemas no podrían detenerla...
Estos eran los pensamientos que la inundaban cada que veía o pensaba en una escena similar, y en cada ocasión esta se contenía, ella no tenía ningún derecho en matar a gente inocente, eso no la acercaría a su objetivo y solo la volvería tan mala como los Milfiore.
Pero no significa que no hubiese cruzado ya esa línea en el pasado...
—¿Señorita... está bien...?
En un momento, la joven reacciona, notando junto a ella a un niño pequeño con lágrimas en los ojos; Erse inmediatamente observa a sus alrededores notando que este niño estaba solo.
—Pequeño, no deberías andar solo por ahí, ¿Dónde están tus padres?
Al espetar esa pregunta, el niño empieza a llorar, al fin y al cabo, la situación ya estaba implícita.
—¿Te perdiste pequeño? —Pregunta con una amable sonrisa que lo tranquiliza un minuto —Sabes, yo también me perdí..., te importa si te acompaño, al menos hasta que tu mama o tu papa vengan a buscarte.
Con esas palabras y su rostro gentil el pequeño se tranquilizó, mientras que con un pañuelo la joven sirvienta seca sus lágrimas...
—Ya..., estas mejor —Pregunta y el pequeño asiente.
La joven no tenía idea en lo que se estaba metiendo, al ver al pequeño necesitado esta actuó sin pensar y ahora no podía moverse de ese lugar...
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